Habían pasado unos buenos meses ya. Xiu ya era su amiga oficial y eso lo hacía feliz, agrandar el grupo lo hacía feliz.

Era una muchacha increíble, llena de cualidades y personalidades dignas de envidiar.

Sus amigos solían llenar el vacío que YangMi dejaba en él. Y eso también le hacía feliz. Le hacía feliz solo depender de gente que realmente lo quería y apreciaba por lo que él era.

El plan ofrecido por Xiu funcionaba. De alguna forma extraña pero lo hacía. YangMi mostraba un brillo de tristeza al ver cómo Ho Seok la ignoraba y ya no le dejaba regalos. Y aquello lo carcomía por dentro.

Tenía ganas de abrazarla y decirle que era un idiota, que se equivoco y que lo disculpara, una y mil veces.

Los primeros dos meses le dolía el pecho y le costaba mucho ignorarla, solo se dedicaba a observarla con disimulo cuando pasaba lentamente a su lado, esperando algo de él. Algo que nunca llegaba.

Luego aquellos sentimientos fueron pasando por alto hasta que a penas aparecían. A veces llegaba a creer que YangMi apenas existía para él.

—Ho Seok.—llamó Minhyuk—¿Has leído el comic que te recomendé?

El cerebro de Ho Seok se reconectó nuevamente.

—No, no he tenido el tiempo.—admitió—Pero prometo leerlo.

—Xiu ya lo leyó así que iremos a una convención la semana entrante. Nos gustaría que vayas.—le sonrió

El mayor pareció pensarlo unos instantes.

—Diviértanse ustedes.—vaciló

El menor suspiró.

—Hace mucho que no salimos los tres. Últimamente solo somos Xiu y yo.—lo observó con un destello de decepción en sus ojos

—No es así, Minhyuk. —afirmó Ho Seok—Tú lo sientes de esa manera solo porque sales todos los días con ella, y yo solo puedo uno o dos días a la semana. Cuando éramos nosotros dos siempre fue así, solo que no lo notaste hasta que Xiu llegó.

—Es linda, ¿No crees? —preguntó cambiando el tema

—Lo es. —respondió con una sonrisa

—¿Crees que podamos ser algo más que amigos con ella? —los nervios se habían apoderado de su voz

—Si sabes cómo conquistar a ese hierro, probablemente. Solo confía en ti y hazlo. —palmeó la espalda del menor

—¿Por qué eres tan bueno dando consejos, pero a ti nunca te funcionan? —rió levemente mientras continuaba caminando por el pasillo

—No lo sé. Probablemente el problema solo sea YangMi. —suspiró