Xia nunca faltaba a clases. Solo cuando llovía y eso a veces sorprendía a Ho Seok, porque notaba que la muchacha sí disfrutaba la clase, no como él.

Cada vez que el mayor llegaba a la clase, la muchacha ya se encontraba sentada en su lugar junto a él. Y nunca omitía una palabra que no fuera para el profesor. Ni siquiera lo observaba. Era como un cero a la izquierda.

Y él tampoco se atrevía a hablarle. No podía aceptar el rechazo de alguien más, YangMi ya había agotado todos los rechazos que el podría soportar.

—Es linda, y nunca la había visto en la escuela.—comentó Ho Seok antes de darle una mordida a su sándwich

—No la he visto aún, pero quizás sí sea linda como tú dices.—tomó un poco de jugo—Deberías invitarla a juntarse con nosotros, probablemente sea extranjera de verdad y no sepa como entablar amistades aquí.

Ho Seok tardó unos segundos en responder.

—¿Qué tal si me rechaza la propuesta?—le preguntó

—No es el fin del mundo, además, tienes cara de cachorro y no causas miedo como dice YangMi. Si quieres te espero al final de esa clase y le hablo yo.—rodó los ojos

—Bien, pero yo no digo una palabra.—se levantó de su asiento para dirigirse a la clase de Historia.

Se sentó en su lugar y por segunda vez en su vida, prestó atención a la clase para pasar el tiempo. No lo encontraba satisfactorio pero ya no sabía que garabato hacer.

—Disculpa, H-ho..S-seok, ¿Me prestarías un lápiz? He perdido el mío, y lo siento, no sé pronunciar tú nombre aún.—preguntó la chica en un susurro junto a su brazo

—Usa el mío.—respondió—Y no te preocupes, no me molesta, llámame como tú quieras.

—¿Wonho? ¿Te agrada? Y muchas gracias, me salvaste.—palmó su hombro suavemente

—Wonho me agrada.—le sonrió y siguió prestándole atención a la clase, en un intento de disimular la sorpresa que le había dado esa conversación entre los dos

La clase prosiguió por durante una hora más, hora en la que Ho Seok solo se repetía aquella conversación una y otra vez, porque alguien había intercambiado un par de palabras con él. Alguien que no fuera Minhyuk.

Xia había guardado silencio desde aquella pequeña conversación, como si no hubiese pasado.

Quizás ellos sí podrían ser buenos amigos.

—Xia..—llamó en un susurro

Las castaña rojiza tardó unos segundos en contestar.

—Wonho.—lo miró—¿Qué es lo que necesitas?

—¿Crees que podamos salir el día de hoy a algún lado? Quiero presentarte a un amigo, creo que podríamos llegar a ser amigos los tres.—le sonrió levemente, con esperanza

—No sé.—parecía meditarlo—Hoy estaré ocupada, pero luego te confirmo.

Él solo asintió a su rspuesta.