Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

vi

Se deslizaron por las escaleras, con sutiles y elegantes movimientos. Steve sentía la adrenalina correr por sus venas, más que nunca. Esa ráfaga le elevaba hasta el cielo y era lo que le llenaba de valentía para alzar el escudo en su puño y luchar. Bucky, por otro lado, sentía una tormenta entera formarse en su interior. Nubes negras pasaban por delante de sus ojos, mostrándole todos y cada uno de los combates en los que había participado. Luchas cuerpo a cuerpo, repletas de sangre, angustia, dolor. Un dolor que acechaba la mente del soldado, que le torturaba, que le hacía tener miedo de lo que era capaz de hacer. No quería que le miraran como a un asesino, aunque sabía perfectamente que eso era lo que era. Él no quería hacer daño a nadie. Ya no más. Pero una cosa tenía clara, si pensaban ponerle una mano encima, él la apartaría y la rompería. No se iba a dejar atrapar. Iba a luchar. Le había costado mucho esta libertad. Una libertad otorgada por Steve, el cual había sacrificado mucho para concedérsela. Y junto a él lucharía. En el fondo de su memoria recordaba esta sensación, la de estar codo a codo con Steve, mientras disparos salían de sus pistolas, ensordeciéndoles a ambos, apuntando a los alemanes, cubriéndose las espaldas el uno al otro. No era capaz de verlo, pero recordaba la sensación.

Sinceramente, echando la vista atrás, no sabía cómo había podido estar tanto tiempo sin recordar la sensación que Steve le proporcionaba.

Alcanzaron la planta más baja y en cuanto pusieron un pie en el laboratorio, tres pistolas y un arco les apuntaban directamente. Clint, Natasha, Scott y Sam bajaron las armas en cuanto les reconocieron. Todos les miraban de forma extraña y más tarde Steve se dio cuenta de que no les miraban a ellos. Concretamente, miraban a Bucky.

Scott estaba con los ojos y la boca abierta de par en par, sorprendido, una pregunta a punto de salir de sus labios pero que la impresión retenía. Sam se estaba mordiendo la lengua para no hacer ningún comentario. No podía evitar la expresión de fastidio cada vez que miraba al soldado, mientras que Natasha le miraba con algo parecido a lástima.

"Coged todas las armas que podáis cargar," anunció T'Challa, haciéndose paso entre ellos.

Le confió varias pistolas a Bucky mientras Natasha y Clint reponían munición. Eran los que más preparados iban para la lucha. No podían sacarse su profesión de espías de la cabeza. Era algo que llevaban en su interior. Todos los días se vestían como si fueran a combatir. Todos los días al acecho. Sus pantalones y chaquetas llevaban bolsillos especiales dónde guardar pistolas, puñales y otros dispositivos que les ayudaban en la pelea. La forma en la que se compenetraban al luchar tenía una belleza que muy poca gente era capaz de apreciar, teniendo en cuenta que lo que mejor se les daba era matar.

Steve aprovechó ese momento para acercarse a Tony. "¿De verdad que no has traído el traje?"

"¿Tan mayor estás que tengo que repetirte las cosa dos veces, Rogers? Ya te he dicho que no," se fue a cruzar de brazos cuando Natasha le ofreció una pistola. Él la miró con recelo y la tomó.

"Recordad... Que nadie dispare ninguna bala a ningún órgano vital. La intención no es matar, tan solo disparar para desarmarlos. Podéis agravar la situación si alguien acaba muerto," advirtió T'Challa y se volvió a bajar la visera de su traje. Su rostro había sido cubierto por la especie de casco negro. Bucky nunca entendería la necesidad de las orejas de pantera en la parte de arriba. Le hacían gracia pero tampoco le disgustaban. Siempre le habían gustado los gatitos.

"Gracias por recordarnos cómo hacer nuestro trabajo," musitó Clint con recelo, colocando el arco en su brazo.

"Eso no solo va por las pistolas, también va por las flechas, señor Barton" señaló T'Challa sin percibir su sarcasmo.

"Gracias," repitió.

Todos llevaban algún tipo de arma a excepción de Steve, Wanda y T'Challa. Una vez estuvieron todos preparados, y sin perder más tiempo, salieron del laboratorio y subieron las escaleras.

"¿Hacia dónde tenemos que ir?," inquirió Steve antes de que fuera demasiado tarde y no tuvieran tiempo de dar la información.

"A las cocinas."

"Un sitio genial para situar un pasadizo secreto," masculló Sam.

"De hecho, hay que salir por el horno," comentó T'Challa y todo el grupo se detuvo, contemplándole pasmado ante la absurda situación.

"Me está vacilando, ¿verdad?," dijo Tony mirando a Steve. Clint miró hacia otro lado, aborrecido, mientras Scott refunfuñaba. "¿Por el horno?"

Todos, por algún disparatado motivo, comenzaron una discusión con T'Challa. Se mandaban callar unos a otros, hablaba a voces. Entonces Steve comenzó a escuchar con su oído de súper soldado cómo los pasos de los hombres que les invadían cada vez se acercaban más. Sabía que T'Challa tenía seguridad y personal para combatir, pero no podrían retener a un ejército así de organizado. No cuando les habían pillado desprevenidos. La lucha era inminente.

"¡Vamos!" La voz de Bucky resonó con autoridad sobre el bullicio y todos reaccionaron sin cuestionarle, poniéndose en marcha de nuevo.

Steve temía por su amigo. Acababan de sacarle prácticamente de la criogenización y ya iba a pelear. No sabía si estaba preparado. Además, era posible que esto les dejara en una posición peor con respecto al gobierno. Sin embargo, Steve pelearía hasta la muerte para salvar a todos los que estaban allí. Ser capturados no era una opción, y Bucky lo sabía.

Steve siempre había sido el capitán, el líder, el que dirigía al resto del equipo, tanto en los vengadores cómo contra los nazis hace más de cincuenta años. En los Comandos Aulladores Bucky siempre había sido su mano derecha. Se compenetraban mejor que nadie, se entendían sin necesidad de palabras. Verlos en acción era una obra de arte, ver cómo se cubrían las espaldas el uno al otro y cómo miraban por el bienestar del grupo. Steve sabía que este Bucky no recordaba muchas de esas cosas pero él se moría por volver a la acción con él, volver a sentir lo que era luchar en una batalla junto a él.

Bucky, junto a T'Challa, emprendieron la marcha, dirigiendo al grupo, y Steve se quedó atrás, cerrando el pelotón. Sam estaba a su lado. Había combatido pocas batallas con él, comparadas a las que había combatido con Bucky, pero siempre se había sentido protegido a su lado. Natasha no se despegaba de Tony, lo cual tranquilizaba a Steve. Era consciente de que el multimillonario sabía cómo manejar un arma pero aún así, le preocupaba su seguridad.

En cuanto llegaron a la planta principal se encontraron con una patrulla de hombres corriendo en su dirección. T'Challa les había avisado de que no dispararan a matar pero eso era algo que aquellos hombres no tenían en mente pues, pistolas en mano, les apuntaban directamente. Es más, debían de tener órdenes de disparar porque en cuanto fijaron sus blancos, apretaron los gatillos. Wanda se movió, antes de que a los demás les diera tiempo a reaccionar, y creó un campo de fuerza que sirvió como escudo para frenar las balas.

"¡Vamos!" Gritó T'Challa, aprovechando la ventaja que les estaba dando Wanda y salió corriendo con el resto del grupo.

Steve se quedó rezagado, junto a Wanda. No iba a dejar a la chica sola. Lanzó su escudo por encima de la barrera y golpeó a la primera fila de hombres. Wanda aprovechó la ventaja y desarmó al resto de hombres, arrebatándoles las armas con un simple giro de muñeca. El escudo volvió a Steve, como si de un imán se tratara, y tomando a la chica del brazo salieron corriendo en la dirección en la que se habían ido el resto.

*

Clint tenía el arco en la mano y no paraba de alzar el brazo para coger flechas y lanzarlas a los oponentes que les disparaban desde pisos superiores. No había estado en sus planes esa mañana combatir contra el servicio secreto americano. Había hecho planes. Iba a jugar al ajedrez con Scott y estos imbéciles estaban retrasando su cita.

"Siendo el país con la mejor tecnología del mundo, creía que tendría mejor defensa," se quejó Sam, conforme disparaba.

"Las paredes están hechas de cristal. No sé qué esperabas," masculló Clint aborrecido.

"¿Qué pasa, chicos? ¿No podéis con un par de hombres vestidos de negro?," Natasha sonrió.

"Estaría mejor si pudiera usar mi traje," gritó Sam. Las paredes eran demasiado estrechas.

"Algunos no tenemos y aún así sabemos apañárnoslas," musitó Natasha y disparó al brazo de un hombre antes de que Sam pudiera terminar de fijar su blanco. La pelirroja alzó una ceja y siguió para adelante.

"La seguridad ha salido a combatir a los atacantes de fuera," explicó T'Challa.

"¿Eso quiere decir que los de aquí dentro son todos para nosotros?," inquirió Clint. "¡Genial!"

El espía cogió un par de flechas especiales, de las que explotaban al lanzarlas, y las tiró contra unos muebles que acababan de pasar. Al ver las llamas Scott se alteró. "¿Por qué has hecho eso?"

"Para que no puedan seguirnos."

"Muy listo, Barton. ¿Y por dónde piensa que van a pasar Rogers y Maximoff?," Clint rodó los ojos ante las palabras de T'Challa.

"Rogers es un súper soldado y Wanda tiene poderes que superan a los de cualquiera de nosotros aquí. Sabrán apañárselas, créame."

Pero la charla hizo que Clint se distrajera y no viera cómo lanzaban una granada desde la planta de arriba.

"¡Granada!," gritó Sam y todos se esparcieron, yendo cada uno en una dirección. Bucky y Tony eran los únicos que habían echado a correr hacia delante y, antes de que explotara, Bucky pegó un puñetazo con su brazo de metal a un cristal, rompiéndolo, cogió a Tony del brazo y lo arrastró consigo hacia el interior de esa sala, protegiéndolo con su cuerpo, conforme la granada explotaba.

Bucky había caído encima de Tony y el hombre se resentía por el fuerte golpe mientras trataba de ponerse en pie de nuevo. Pequeños trozo de cristal cayeron del pelo del soldado al levantarse. El pasillo había comenzado a arder y no había rastro de ninguno de los demás, lo que significaba una cosa. Tenían que seguir solos. Bucky sabía cómo iban las reglas. Corre. Si no puedes correr, escóndete. Si no puedes esconderte, lucha. No había ninguna opción de si te separas de tu equipo, vuelve a buscarlos. Tenían que correr y encontrar el camino hacia las cocinas solos.

"Ven por aquí," dijo Bucky, tratando de recordar el camino más corto. No había pasado mucho tiempo despierto en esas instalaciones, por lo que no tenía mucha idea de por dónde tenían que ir. "¿Y tu pistola?," comentó cuando vio que Tony llevaba las manos vacías.

"Se me ha caído." Bucky sacó una de su chaqueta y se la entregó.

Tony estaba nervioso, podía notarlo, y no sabía si era por la invasión o por su presencia. Para no torturarse más, Bucky trató de pensar que era por lo primero. Asomó la cabeza por una esquina para asegurarse de que no había moros en la costa y continuaron corriendo hacia la derecha.

"¿Esa camiseta no es de Rogers?" Inquirió Tony, mirando con cierto desconcierto hacia el cuerpo del soldado.

"Sí," musitó Bucky, siguiendo hacia delante. No podía creer que le estuviera haciendo esa clase de preguntas en ese momento.

"Te queda un poco grande," señaló Tony, pero el sargento en ese momento no le estaba prestando mucha atención. Era muy raro que no hubiera nadie por allí. Fue entonces cuando escuchó unos pasos y alguien gritando.

"¡Bucky! ¡Tony!"

Era Steve. Venía acompañado de la chica de los poderes raros, así era cómo la llamaba Bucky. Había demasiada tecnología nueva en el siglo XXI y muchas cosas peculiares, pero Wanda Maximoff era lo más raro que había visto Bucky en toda su vida. Le gustaba.

"¿Estáis bien?" Preguntó al acercarse a ellos.

"Lanzaron una granada y perdimos al resto," explicó Tony mientras Steve escaneaba a Bucky con la mirada, asegurándose de que estaba bien. A pesar de un par de cortes en la cara, el soldado estaba sin rasguños.

"Está bien. Sigamos por aquí," anunció y se dirigió al fondo de la sala.

"Por aquí no hay pasillos," señaló Tony. "Espera... ¿Piensas ir rompiendo las paredes de cristal? ¡Capitán! ¿Dónde quedaron los buenos modales? Vas a destrozar el palacio del rey de Wakanda.

"Me da igual el rey de Wakanda ahora mismo," espetó y golpeó el escudo con fuerza contra uno de los cristales, el cual se rompió en añicos con facilidad. "Solo quiero sacarnos vivos de aquí".

Bucky y él fueron rompiendo los cristales de las diferentes salas hasta que llegaron al pasillo que conectaba directamente con la cocina. Se seguían escuchando ruidos de disparos, sobre todo en el exterior. Se preguntaba qué tipo de órdenes les habría dado el gobierno americano a esos hombres para que dispararan a muerte. Entendía que eran prófugos de la justicia pero no habían matado a nadie... técnicamente.

La calma se esfumó con un soplo de aire en cuanto cuatro hombres salieron de la nada, tras doblar la esquina del pasillo. Ninguno de ellos había estado preparado para que dispararan y, cuando lo hicieron no tuvieron suficiente tiempo de reacción. Steve alzó el escudo, protegiendo su cuerpo instintivamente, cómo estaba acostumbrado a hacer. Bucky alzó su brazo, al igual que Steve. Wanda creó un campo de fuerza en el último momento, evitando por poco que la bala rozara su piel. Sin embargo, aunque Tony llevara una pistola en la mano, no fue capaz de levantarla y apuntar. Ni siquiera creía que hubiera sido capaz aunque hubiera tenido tiempo de pensar en lo que iba a hacer. No era lo mismo disparar como Iron Man que como Tony Stark. Todo parecía mucho más real, mucho más cruel, por lo que se quedó parado, sin reaccionar, y el hombre ya había apretado el gatillo. No sabía exactamente dónde le perforaría la bala pero sabía que el impacto contra su torso era inminente.

Entonces, en esos últimos segundos, se preguntó por qué todo salía siempre mal. Por qué cada vez que intentaba ayudar a alguien ocurrían desastres. Por qué cada idea que tenía para mejorar una situación, acababa empeorándola. Por qué parecía que todo esto lo hacía a propósito. Y al final acabó por pensar que, tal vez, éste era el final que merecía. Cerró los ojos.

Pero la bala no impactó. Un brazo de metal se había colocado entre ella y su cuerpo. Bucky se había movido para evitar el disparo que iba dirigido a él y se había colocado delante de Tony para protegerle. La bala rebotó y Bucky aprovechó ese momento de confusión para disparar a los cuatro hombres con la metralleta que se había colgado a la espalda.

Los cuatro cayeron al suelo casi al mismo tiempo, manchándolo de sangre. Los disparos habían sido increíblemente limpios, dirigidos concretamente a los hombros de los atacantes, para desarmarlos. Tony los miraba atónito, aún sin poder reaccionar. Había pensado que ese sería su final, y había sentido amargura por ello.

No quería morir al lado del hombre que había matado a sus padres.

Pero ahora ese hombre le había salvado la vida a él.

Y eso dejaba a Tony más trastornado que antes.

"Vámonos," exclamó Wanda, la cual había tomado las riendas de la situación al ver que tanto Tony como Steve se habían quedado descolocados con la intervención de Bucky. Movió sus dedos con su ya conocida elegancia y los hombres se desmayaron. Bucky enseguida la alcanzó y Steve empujó suavemente a Tony por la espalda para que siguiera andando. Unos pocos pasos más y estarían ya en el comedor.

Afortunadamente no se encontraron con ninguna amenaza más y pudieron pasar a las cocinas sin que nadie les viera. El horno se encontraba al fondo de la habitación. Ahora que Steve se fijaba, sí que era cierto que era más grande que un horno convencional, pero la primera vez que lo vio ni se extrañó. En este siglo, la gente hacía cosas muy raras.

El capitán se agachó y lo abrió. Un camino de tierra se mostró ante ellos, oscuro y sin fondo, aparentemente. Se echó hacia un lado, con el propósito de que los demás comenzaran a pasar pero le interrumpieron.

"Espera," dijo Bucky. "¿Qué vamos a hacer en la selva?"

"¿Escapar? ¿Tú qué crees?," Wanda le miró desconcertada, como si estuviera loco, pero Bucky la ignoró y se dirigió a Steve.

"Deberíamos coger comida." El rubio se quedó pensativo, con las manos aún en la puerta del horno. No sabía cuánto tiempo estarían allí fuera y él no se conocía ese lugar.

"Tiene razón." Steve miró a Tony, en busca de aprobación, pero él parecía querer desentenderse del tema. Iba a acatar las órdenes fueran las que fueran, así que hizo un movimiento de hombros y habló.

"¿Cómo vamos a llevárnosla?"

"Ahí hay bolsas," dijo Steve señalando un lugar en la encimera. "Wanda, crea un campo de fuerza. Que no entre nadie."

La chica asintió y los tres hombres comenzaron a recolectar alimentos. Tony había cogido pan y algunas latas, Steve varias botellas de agua y Bucky había metido fruta como manzanas, plátanos y ciruelas.

"Se acerca el conflicto," anunció Wanda tras escuchar fuertes golpes y pasos corriendo hacia el lugar.

"¡Entrad ya!" Ordenó Steve a Bucky y Tony con impaciencia. Ambos recogieron todas las bolsas que habían preparado y comenzaron a gatear por el túnel.

"¿Y tú?" Bucky se había detenido y había agarrado del brazo a Steve para que éste le mirara. Sus ojos azules brillaban como nunca bajo luz blanca de la cocina y Steve sintió su estómago dar un vuelco.

"Iré detrás. Cerrando el grupo."

"Entonces me quedaré contigo."

"No," se negó Steve.

"Sí."

"Buck..."

"No, Steve. Te he visto y siempre estás protegiendo al equipo, procurando su seguridad, cuidando sus espaldas, pero ¿quién cuida las tuyas?" Steve se quedó absorto, mirando sus labios y viendo las palabras que salían por ellos. "Deja que sea yo quién te proteja a ti."

Steve sonrió porque, por primera vez, había escuchado al Bucky de ahora hablar como el Bucky de antes. Mejores amigos desde la infancia, Bucky Barnes y Steven Rogers eran inseparables, tanto en el patio de la escuela como en el campo de batalla.

"Está bien, pero prométeme que te vas a quedar detrás de mí en todo momento y que cuando te diga que entres, entrarás." Bucky asintió y Wanda dejó caer la barrera para que pudiera pasar el resto del grupo. Sam entró seguido de Scott y Natasha. Clint cerraba el grupo. Steve vio cómo disparó un par de flechas y, con la ayuda de Wanda, derribaron a los últimos atacantes.

"¿Dónde está Stark?" Preguntó Natasha, preocupada y jadeante.

"¿Dónde está T'Challa?" Preguntó Steve.

"Estoy aquí." Exclamó black panther entrando y cerrando la puerta a su paso.

"Stark ha entrado ya en el túnel," respondió Wanda.

"Pues sigámosle antes de que lleguen más hombres," comentó Clint y se metió directamente por el horno, sin esperar más. Los demás tampoco se lo pensaron dos veces. Se metieron sin esperar ninguna señal.

"Yo me quedo el último," anunció Steve pero T'Challa frunció el ceño ante el comentario.

"Estas son mis instalaciones y si alguien va a preocuparse de vuestra seguridad, seré yo."

"Me parece buena idea," comentó Bucky, sin palpar el dilema moral que se estaba creando en la mente de Steve y tiró de su brazo con fuerza para que se metiera en el túnel.

Steve se tropezó con sus propios pies y entró de golpe por el agujero, casi comiéndose los pies de Natasha, la cual acababa de entrar. Tenía medio cuerpo dentro y no podían perder tiempo. Refunfuñó, poniéndose a gatear detrás de la pelirroja. No le hacía ninguna gracia tener que dejar a Bucky desprotegido por detrás.

"Te guardo las espaldas," susurró Bucky detrás de él, dando la sensación de que estaba increíblemente cerca.

Una cálida sensación se propago por su cuerpo. La sensación de sentirse protegido, de saber que había alguien cuidando de él. Actos como este reconfortaban a Steve como ningún otro. Porque él no necesitaba el cielo ni las estrellas, no necesitaba grandes lujos para ser feliz. Solo una persona.

Escuchó cómo T'Challa entraba en el túnel, en último lugar, y tras un forcejeo cerró la puerta del horno, dejando todo el túnel a oscuras, sin ninguna pizca de luz. Steve notó cómo Natasha aminoraba la marcha y se paró en seco. Por consecuencia, el rostro de Bucky chocó de golpe contra su trasero. Steve se tensó, avergonzado, y creyó escuchar una ligera risilla abandonar los labios de su amigo.

"Nadie habrá cogido una linterna, ¿verdad?" masculló Scott por delante.

No quedarán más de dos capítulos para el final  :( Si queréis que le de más partes a la historia, comentádmelo. En principio la escribí para darle un final 'feliz', a Civil War, iba a ser una historia corta, pero si ha gustado, es posible que escriba más. Aún no sé. Gracias por leer xx

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro