Llegada a casa
— Me alegra verte Joy — dije sonriendo mientras me acercaba a ella
— A mí también Jungkook — dijo sonriendo
— Ha pasado tiempo... — dije viendo a lo lejos a Taehyung bailando con mi mamá mientras se reían
— Yo sabía que así terminarían las cosas — dijo Joy
— ¿En serio? — pregunté sonriendo
— Ujum — dijo sonriendo — aún recuerdo cuando terminamos... ¿Tú lo recuerdas? —
(Ocho años atrás)
— Terminemos — me dijo Joy viéndome de forma seria — bueno sé que ya lo hicimos pero... pero tenia que hacerlo yo, debía de hacerlo —
— Joy... —
— No puedo seguir con una persona que no me mira... — dijo con los ojos cristalizados — al principio pensé que solo eran ideas mías, pero... yo me doy cuenta de todo Jungkook, sé como lo miras —
— ¿De qué hablas? —
— Te gusta Taehyung —
— No es cierto — dije riéndome — él no me gusta, si terminamos fue por otra cosa —
— Te gusta... diría que no lo odio por eso, pero mentiría — dijo ella riéndose — me hubiera gustado que... vamos a terminar todo aquí — dijo yéndose
Recuerdo bien ese día, recuerdo luego de eso simplemente ver a lo lejos a Taehyung, esos pocos días me las pasé pensando en si era cierto todo lo que Joy dijo, pero nunca lo tuve claro.
(Actulidad)
— Ahora que lo pienso tenías razón — dije sonriendo — él me gusta y mucho Joy —
— Es obvio que te gusta idiota, te has casado con él — dijo Joy riéndose
— Sí... me gusta, tanto que no tiene palabras para explicarlo — dije riéndome
Ese día fue un buen día, comimos todos juntos, reímos y compartimos cosas, Jimin y Yoongi habían tenido un hijo, apenas tenía unos meses y se veían muy emocionados por su nueva aventura. Todo parecía estar en su lugar.
(Tres años después)
— ¡Hola!, ¡Yo soy Jung Hoseok! —
— Yo soy Jeon Taehyung, bienvenido —
— Yo su esposo — dije poniéndome en medio de ambos, sonriendo lo más que podía
— Jungkook, estoy en mi trabajo — dijo Tae viéndome mal
— Humm... — dije sin prestarle importancia — yo soy su esposo — dije sin moverme — su esposo —
— Permitame un momento — dijo Taehyung sonriendo, pero su cara cambió cuando volteó a verme, parecía muy molesto — camina Jungkook — dijo en voz baja
— Taehyung... —
— Estoy en mi trabajo Jungkook, te he dicho mil veces que no puedes venir así nada más, y menos meterte en mis negocios, no puedes — dijo cerrando la puerta
— Humm, pero no me agrada ese tipo, tiene un aura extraña, solo te protejo —
— Ninguno te agrada a tí, incluso al vecino lo miras mal... ¡Es un anciano Jungkook! —
— Bien, no molestaré más —
— Te irás, hay mucho trabajo para tí en casa —
Taehyung no dejaba su tono conmigo, a veces llegaba a ser muy directo, pero me gustaba su forma de ser, a veces. Recuerdo como fue conocerlo a fondo, a veces puede ser muy intenso con el orden pero luego llegamos a un intermedio. Mi trabajo a crecido y el de él también, mi pequeña agencia con Namjoon y Yoongi ha crecido mucho y Taehyung a podido estudiar, y ahora trabaja asesorando y decorando casas en estreno.
Mi carrera de idol se a ido, hoy en día si camino por la calle nadie se enloquece, es algo raro sentir eso, pero es relajante aveces, hay días que extraño eso, pero al volver a casa todo eso se compensa.
— ¡Yeontan! — exclamé cuando vi al perrito peludo en la entrada de la puerta
— ¡Papi! —
— ¡Eunha! — exclamé cargando a mi princesa
Teníamos una pequeña princesa, mi mamá o la mamá de Taehyung venían a cuidarla, cada una se turnaba para cuidar de ella, Eunha ya tenía dos años y era muy lista para su edad, a veces hasta nos ganaba.
— ¿Y qué has hecho hoy mi princesa? — pregunté viendo como no dejaba de sonreír
— Fuimos al parque Jungkook — dijo mi mamá acercándose a nosotros — ¿Y Taehyung?, pensé que vendrían juntos —
— Dijo que me vaya — dije abrazándome más a Eunha
— Ay hijo, es que eres muy celoso, hasta yo me doy cuenta de eso —
— Es mi esposo — dije renegando
— Ya basta de eso Jungkook, es su trabajo, él no se mete en el tuyo y tú no puedes hacerlo en el de él —
— Ya mamá — dije sentándome junto a Eunha
— Pa-papa —
— No soy una papa amor, soy tu papá — dije viendo como ella hacia un puchero
— ¡Papa!, ¡Papa! —
— Ay mi niña — dije sonriendo al verla ponerse de pie
Taehyung hoy llegaba tarde, a veces demasiado tarde pero no podía hacer nada, el trafico no ayuda.
— ¿Te has dormido? — escuché la voz de Taehyung en mi oido
— Sí... — dije abrazando más a Eunha
— Voy a prepararme algo para comer, ¿Quieres comer algo? —
— Ya comí — dije sin abrir mis ojos
— ¿No quieres nada? —
— Humm, nop — dije abriendo mis ojos
— Bueno entonces iré abajo, quiero comer un poco de pasta que tu madre hizo — dijo sonriendo
— Tú no comes de noche... —
— Tengo que hacerlo... no soy solo yo ahora —
— Sí no eres solo t... ¿¡QUÉ!? —
— ¡Jungkook cállate!, ¡La bebé! — exclamó golpeándome
— ¡Un bebé! — exclamé poniéndome de pie con cuidado de Eunha quien seguía durmiendo — ¡Voy a ser papá! —
— Ya eres papá tonto — dijo Taehyung abrazándome — felicidades Jungkook —
— Gracias Taehyung — dije abrazándolo contra mi pecho
(Dos años después)
— Papá, Kyungsoo no quiere darme la galleta — dijo Eunha viéndome con el ceño fruncido
— Eunha eres más grande, comparte con tu hermano — le dijo Taehyung de forma autoritaria
— Pero es mi galletita papi —
— Pero él es pequeño —
— Taewon es mi hermano favorito — dijo ella en voz baja
— Te escuché Eunha — dijo Taehyung viéndola fijamente
— ¡Papi mi galleta! —
Eunha tenía cuatro años y era algo engreida, Taehyung culpaba a mi madre y la suya, Kyungsoo también era algo caprichoso y por ese motivo Taehyung dejó de ir hasta su trabajo, ahora trabaja en casa pues desea vigilarlos, además con el nacimiento de Taewon fue preferible trabajar en casa.
— ¡Mi galleta! — exclamó Eunha
— ¡Es mi galleta!, ¡Son mis galletas Eunha! — exclamé viendo como me miró con sus ojos de huevo frito — ¡Yo compré con mi dinero todas las galletas que tú estás comiendo y debes de compartir con tus hermanos!, ¡Al menos con Kyungsoo que ya come! —
— ¡Mi papi! — exclamó Eunha aferrándose al brazo de Taehyung
— ¡Mi esposo! — exclamé acercándome a Taehyung
— Jungkook no empieces —
— Eres mi esposo Taehyung, ella debe de saberlo — dije viendo como Eunha me sacó la lengua
Sin duda tener hijos es algo complicado, aún recuerdo cuando Choi llegaba al trabajo diciendo que tenía nietos y que eran algo hermoso, yo tengo hijos y no le veo lo hermoso, siempre lloran y comen y lloran, todo el día y noche.
— ¡Papá malo! —
— ¡Hija mala! — exclamé viendo como ella empezó a arrugar la cara, lista para llorar — ¿¡Qué pasó con mi linda princesa eh!? —
Solo espero que con Kyungsoo y Taewon sea más tranquilo.
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