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Capítulo dos| Bienvenidos a Jurassic World

ZACH

Vacaciones en una isla de dinosaurios. Ese era el plan de mis padres, una excusa para alejarnos de la tensión en casa mientras ellos resolvían lo inevitable: su divorcio. A pesar de sus sonrisas forzadas y palabras ensayadas, estaba claro que esta escapada no era solo para que Gray y yo disfrutáramos de nuestras últimas vacaciones juntos antes de que yo me fuera a la universidad.

Cada vez que lo mencionaba, me lo negaban con firmeza. "Es una oportunidad para que se diviertan y creen recuerdos", decían, como si esas palabras pudieran ocultar la grieta que se abría entre ellos. Pero yo sabía la verdad. Era un intento desesperado de protegernos, especialmente a Gray, de presenciar la fractura final de nuestra familia.

Por él, por su estabilidad emocional, decidí callar. Fingí que creía en sus explicaciones, aunque cada mirada esquiva y cada pausa incómoda me confirmaban lo contrario.

—¿Cuánto mide la isla? —preguntó , claramente intrigado.

Fruncí el ceño ante su pregunta mientras revisaba mi celular.

—Mucho —contesté sin prestarle demasiada atención.

—Bueno, ¿y cuánto pesa? —volvió a preguntar con la misma curiosidad, haciendo que lo mirara extrañado,

—Eso no tiene ningún sentido—respondí, rodando los ojos. ¿Cómo iba a pesar una isla?.

Gray seguía hablándome sin parar sobre las nuevas especies del parque y un montón de datos que no estaba escuchando en lo más mínimo. Mi atención se desvió por completo cuando, abajo del barco, vi a una chica rubia luchando contra el viento mientras intentaba evitar que su sombrero se volara.

No pude evitar sonreír, algo divertido por la escena. La chica giró hacia un lado, y cuando alzó la mirada, nuestros ojos se encontraron. Eran de un color castaño que tenían un brillo que me llamó la atención, pero fue su cabello lo que más destacaba, después de un segundo, rompió el contacto visual, y yo decidí hacer lo mismo, volviendo mi vista al frente.

Al bajar del barco, nos encontramos rodeados de una multitud de turistas emocionados. Lo admito, no pude evitar buscar con la mirada a aquella chica rubia, y para mi sorpresa, la encontré,

Sin embargo, antes de que pudiera hacer algo, Gray me jaló del brazo, llevándome hacia donde estaba una chica de unos veintitantos años, sosteniendo un iPad con nuestros nombres en la pantalla,

—¿Y la tía Claire? —preguntó Gray, a lo que solo me encogí de hombros, sin saber qué responder.

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SARAH

"¿Dónde carajos estoy?".

Llevaba casi una hora caminando con los demás turistas y no tenía ni idea de dónde me encontraba, se suponía que mi padre me había conseguido un pase VIP, pero con tanta gente a mi alrededor, me sentía perdida.

Había demasiadas personas, y para empeorar las cosas, los guías hablaban en idiomas distintos. Uno de ellos incluso me confundió con alguien de la India.

"Genial, justo lo que necesitaba".

Seguí avanzando entre la multitud, intentando no perder la calma. Mi celular no tenía señal y, por alguna razón, el mapa del parque en la app no cargaba. Perfecto, pensé, pateando una pequeña piedra en el camino.

—Oh, allí está la entrada—dije mientras ajustaba mi sombrero y me dirigía hacia el lugar. Justo cuando estaba a medio camino, recordé que había dejado mi maleta atrás. Perfecto, pensé, girando sobre mis talones para recogerla.

Una vez con la maleta en mano, caminé hacia el edificio que tenía una estructura, casi con forma de volcán. Al entrar, quedé asombrada por lo que vi dentro; todo era moderno, con tecnología avanzada, y hasta había hologramas flotando por el lugar, mostrando dinosaurios en movimiento y mapas del parque.

El ambiente tenía un toque futurista, muy lejos de lo que me esperaba.

Mi celular vibró en mi bolsillo, y al ver el nombre de mi madre en la pantalla, solté un suspiro antes de contestar.

—Hola, mamá—dije con una mueca, echando un vistazo rápido a mi alrededor mientras caminaba por el edificio.

—¿Llegaste bien?—preguntó con esa mezcla de preocupación que siempre usaba conmigo.

—Sí, todo bien —respondí, aunque no podía evitar sentirme un poco desorientada aún—. Esto está lleno de gente, pero sobreviviré... supongo.

—Bueno, escucha, Sarah—su tono se volvió más serio—. Quería recordarte que Claire Dearning te recibirá. Tu padre habló con ella personalmente para asegurarse de que todo esté en orden.

—Genial—murmuré con sarcasmo.

—No empieces—respondió mi madre soltando una risa—. Confía en mí, las cosas han cambiado. El parque es mucho más seguro ahora.

—Sí, seguro —dije con ironía mientras caminaba hacia la zona donde se suponía que me encontraría con Claire—. Bueno, ya veremos.

Colgué antes de que pudiera decirme algo más, y continué caminando, preguntándome si esto realmente era mejor que estar en un internado.

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ZACH

Cuando llegamos al centro de innovación, Gray estaba más emocionado que nunca, como cualquier niño que acaba de entrar en el paraíso de los dinosaurios.

No paraba de saltar de un lado a otro, y en algún momento, incluso completó un juego interactivo sobre ADN de dinosaurios. ¿ADN de dinosaurios?.

—¡Gray!—Una voz familiar nos detuvo en seco. Ahí estaba la tía Claire, bajando las escaleras mientras hablaba por teléfono.

—¡Tía Claire!—gritó Gray emocionado, corriendo hacia ella sin dudarlo.

Claire dejó su conversación a medias y abrazó a Gray con fuerza, como si no lo hubiera visto en años.

—¡Hola! ¡No puedo creerlo, cuánta... cuánta dulzura! —dijo con una sonrisa brillante mientras soltaba a mi hermano y me dirigía una mirada rápida—. Wow, Zach... La última vez que te vi... —Hizo un gesto con la mano, indicando una altura bastante más baja que la mía ahora—. Pero eso fue hace, ¿cuánto? ¿Tres o cuatro años?.

—Siete, en realidad —respondí, alzando los hombros como si no importara, aunque en el fondo sabía que era mucho tiempo—. Pero, estuviste cerca.

—Y veo que ya tienen sus pulseras, esto es para sus comidas—dijo Claire mientras le entregaba un sobre a Gray—. Y Zara los va a cuidar muy bien hasta que termine mi trabajo esta noche, ¿les parece?.

Gray asintió de inmediato, pero yo fruncí el ceño.

—¿No vienes con nosotros?—pregunté, sabiendo que, en realidad, ya me esperaba la respuesta.

—Les juro que eso quisiera,—dijo con una pequeña sonrisa—. pero mañana los llevaré a la sala de control para que vean tras bambalinas y todo eso... —De repente, dejó de prestarnos atención cuando su teléfono volvió a sonar. Claire miró por encima de nosotros, claramente distraída.

Instintivamente, giré también, preguntándome qué había captado su atención. Y entonces la vi.

Ahí estaba, caminando detrás de nosotros, la misma chica que había notado en el barco; el destino definitivamente estaba de mi lado

Antes de que pudiera procesarlo del todo, Claire dio unos pasos hacia ella..

—¿Sarah Hammond?—llamó la tía Claire, dejando su teléfono por un segundo.

Espera... ¿Hammond?

—Soy Claire Dearing,—dijo estirando su mano hacia la chica rubia, quien la tomó con una expresión de ligera confusión—. Tu padre me dijo que ibas a venir. Ojalá te estés divirtiendo.

La chica soltó una pequeña risa sarcástica, encogiéndose de hombros con desinterés.

—Sí, bueno... estuve como una hora perdida y los guías no fueron precisamente útiles—respondió—. Pero sí, me estoy "divirtiendo".

Vaya sarcasmo, pensé, observándola con curiosidad.

Antes de que pudiera decir algo, Gray apareció a toda prisa, colocándose al lado de Claire y mirando a la chica con los ojos muy abiertos.

—¡¿Eres la nieta de John Hammond?! —exclamó, lleno de asombro.

La chica arqueó una ceja, como si estuviera acostumbrada a ese tipo de reacciones, pero igual se encogió de hombros otra vez.

—Su bisnieta, de hecho—corrigió Sarah con una sonrisa ladeada, agachándose un poco para estar a la altura de Gray.

"¿Desde cuándo mi hermano se convirtió en un imán de chicas?".

—Wow—dijo Gray, con los ojos brillando de emoción—. ¿Y lo conociste? ¿Cómo se le ocurrió crear un parque de dinosaurios? ¿Es verdad que murieron varias personas? ¿Cuánto medía el T-rex? ¿Cuántas especies de dinosaurios tenían?.

Las preguntas salían de su boca a la velocidad de la luz, una tras otra, mientras Sarah miraba a los lados, claramente abrumada pero sin perder la sonrisa hacia mi hermano.

—Relájate, Gray. La estás aturdiendo—intervine, colocando una mano en su hombro intentando frenarlo un poco antes de que siguiera con su interrogatorio.

Sarah me miró agradecida por el rescate, pero aún mantenía esa sonrisa de diversión en su rostro.

"Que linda sonrisa".

—Sarah, ellos son mis sobrinos, Gray y Zach—nos presentó mi tía, y no pude evitar sonreírle a la rubia. Era imposible no sentirme un poco atraído—. De acuerdo, mi secretaria se encargará de ayudarte en tu establecimiento, y puedes quedarte con mis sobrinos para que no te pierdas—continuó

"Gracias, Dios, y gracias, tía Claire".

—Sí, claro, está bien—respondió Sarah, pero su atención ya estaba en lo que Gray le estaba contando

"Ay, por favor".

Era obvio que Gray estaba tratando de impresionarla.

Gray: 1 Zach: 0

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