Minatozaki Sana - 8 de febrero de 2022.

Abro un ojo y gruño, no han dejado de darle al timbre, ni siquiera sé quién los dejo entrar, tendré que hablar con el vigilante para que entienda que a las personas fastidiosas solo les puede abrir si yo se lo autorizo.

Me levanto y camino hacia la puerta, ni siquiera me tomo el tiempo de ver quién es porque me da igual, de todas maneras siento  que me quiero morir así que si es un asesino no tendré problemas con que me mate.

— ¿Qué mierda hiciste? —. Es Mina, mi mejor amiga desde que tengo uso de razón, nuestros padres son cercanos y estamos casi obligadas a ser las mejores amigas del mundo, y lo somos, hasta que se fue a Estados Unidos para casarse con su novia, desde ahi le perdi la pisada y más cuando no me invitó.

— Mira quién es —. Abro la nevera y saco la leche. — Pensé que te habías muerto o algo así —. Tomo directo del cartón y me subo en el mesón.

— Sana no comiences con eso —. Ruedo los ojos y siento unas fuertes ganas de llorar como cuando vi las fotos que tiene con Chaeyoung, su novia de toda la vida. — Te he explicado mil veces de que no te invite porque tenías la agenda apretada para esas fechas y no quería ser una molestia, estabas subiendo como la espuma —. Aprieto los dientes.

— Hubiera dejado todo de lado o postergado para ir a verte con ese vestido blanco que se te veía horrible por cierto —. Obvio que se le veía perfecto pero sigo enojada con ella.

— Sabes muy bien que se me veía perfecto —. La miro. — De verdad perdóname por eso —. Suspiro y sigo tomando. — ¿Qué hiciste como para que Nayeon me llamara histérica? —.

Me imaginé que iba hacer algo así, cuando Jeongyeon se siente triste o enojada casi siempre es por algo que yo hice, me sigo sintiendo mal por eso pero mi orgullo es mas grande y no quiero estar con Tzuyu así que eso gana más que cualquier otra cosa.

— Te perdono si no tocamos ese tema —. Me bajo y le doy un abrazo, hace demasiado tiempo que no lo hacía y se siente bien porque la extrañe un montón. — Por favor no hablemos de ese tema —. Gruñe y me aparta.

— Nunca en todo el tiempo que tenemos conociéndonos me has llegado a manipular con eso —. Tiene razón. — Nayeon no es alguien que me llame por cualquier cosa, la última vez fue cuando desapareciste y al final terminaste en un yate cerca de España —. Fue una de las mejores fiestas de mi vida.

— Tal vez me pasé y trate mal a Jeongyeon por algo —. Intento minizarlo pero la mirada de Mina me asusta. — Quieren que haga una sesión de fotos por San Valentín junto a Chou Tzuyu —. Puedo ver cómo en su rostro se asoma una sonrisa. — Sabes lo mucho que la odio —. Ellas son amigas pero eso no significa que hayamos intentando ser cercanas, Mina siempre lo ha querido pero definitivamente no quiero eso.

— Tzu es una muy buena persona —. Siempre halagandola. — Se llevarán bien solo tienen que dar su brazo a torcer —. Claro que no, lo que menos quiero es ser amiga de alguien tan estúpida y aburrida.

— En fin —. Ignoro lo que dijo. — Me amenazaron diciendo que si no lo hacía entonces me iría de la empresa junto con Tzuyu —. Asiente.

— Eso explica el por qué me llamó ebria hablando en taiwanés —. Dice y me muerdo el labio enojada.

— ¿Sabes taiwanes? —. Curioseo.

— No, es que como no le entendí supuse que estaba hablando en su idioma —. Reímos y le vuelvo a dar un abrazo. — Andas super cariñosa —.

— Es que... —. Le hago ojitos.

— Te he dicho mil veces y lo seguiré diciendo, no vamos a tener un trío —. Le pego en el hombro.

— ¡No me refería a eso! —. Exclamo avergonzada. — Es que de verdad te extrañe mucho —. Ahora es ella quien me pega.

— Tienes que aceptar la sesión si o si, debes ser profesional —. Odio que tenga razón. — Y si acaso darle una oportunidad a Tzuyu, es una buena persona —. Hago una mueca. — Pero primero tienes que disculparte con Jeongyeon, luego le dices que acepte la sesión y ya pasado mañana comienzas —.

— Sabes que nunca he soportado a Tzuyu —. Lo sabe más que nadie, es a quien le cuento todo. — Tienes que ser muy mala y no estoy como para aguantar a alguien así —.

— He trabajado con ella y es muy buena en su trabajo —. A veces se me olvida que Mina también es modelo —. Chaeyoung también ha trabajado y la conoces, sabes lo exigente que es —. Es fotógrafa y recuerdo que la única vez que trabajé con ella la quise matar porque me hizo hacer la misma pose por más de media hora, no sentía ni los brazos. — No por nada es la mejor en su trabajo —. Otra vez con esa cara de estúpida.

— No empieces con tus cursilerias —. Le tapo la cara con una servilleta. — Lo voy a pensar, no te prometo nada —. Me dejo ganar un poco. — Eso sí, tienes que convencer a Tzuyu de que también lo haga porque no quiero parecer necesitada y que venga con sus comentarios estúpidos creyéndose mejor que yo —. Me siento en el mueble. — Nunca pensé que iba a trabajar con ella —.

— Hasta parece que te agrada la idea —. Frunzo las cejas. — Un poquito —. La verdad es que tengo curiosidad porque quiero ver lo mal que lo hace para burlarme y tener más material para contraatacar todo lo que me dice que llega a dolerme un poco.

— Ojalá que no se enamore de mi —. Me miro en el espejo de mano.

— ¿De dónde sacaste ese espejo? —. Se sienta a mi lado y mira.

— Tengo varios repartidos por toda la casa —. Digo con una sonrisa. — Me gusta ver lo hermosa que soy —. Entre cierra los ojos y asiente, parece que no entiende a que me refiero así que sigo adelante. — Aunque es imposible que le guste o se enamore porque es hetero —. Se queda un momento viéndome para luego comenzar a reírse tanto que siento que se va a desmayar. — ¿De qué te ríes? —. Se limpia las lágrimas.

— Pronto lo sabrás —. Detesto cuando hace eso, sé que no me lo va a decir por más que le insista. — ¿Sabes qué? —.

— No sé, no me has dicho —. Chasquea la lengua y me lanza un cojín.

— Alístate que te voy a llevar a pedirle disculpas a Jeongyeon para que sea más rápido —. Me jala del antebrazo. — Apresúrate que no quiero que se me haga tarde, hacer esperar a Chaeyoung en el auto es como intentar que un cachorro no te muerda cuando le agarras las patas —. Rio un poco. — Mientras voy a escribirle a Tzuyu para ver si la convenzo —. Me quejo porque comienza a empujarme. — ¡Vamos Minatozaki! —. Sigue empujando. — ¿Comenzaste a hacer ejercicio? —.

— Si ¿Por? —. La miro.

— Es que te toque el trasero sin querer y es diferente a la última vez que también lo toque sin querer —.

— Estoy empezando a pensar que no es tan sin querer —. Camino hacia la habitación.

Quisiera poder objetar cada una de las cosas que dijo pero tiene la razón en todo.

Siento que esto va a ser un momento en el que mas adelante me voy a arrepentir porque tengo una extraña corazonada, a la que le debería hacerle caso.

Y créanme que si debí hacerle caso.