Queti (importa)
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— Adivina quién tiene una A en su examen de Fuerzas Heróicas.— Sun agitó la hoja blanca frente a su amiga.— Gracias a ti, te debo esa buena nota por darme tus horas de paciencia.
— Bueno ya, no exageres.
— Ah, que amargada.— se dejó caer sobre el muro guardando el examen dentro de su mochila, suspiró pensando en cómo levantarle el ánimo.
Zach y Ethan llegaron hasta donde estaban las chicas sin dejar de discutir sobre su reciente entrega de exámenes.
— Pasé.
— Apenas pasaste.— corrigió Ethan negando con la cabeza.— ¿Y a tí? ¿Cómo te fué?
— Tuve una A, gracias a Brid.
— Solo tienes suerte de que tus exámenes sean más fáciles que los míos.— rodó los ojos antes de cruzarse de brazos.— Si te esforzaras un poco quizá podrías pasarlos tú sola .
— Auch.— le dijo Sun con fingido tono de dolor.— Alguien está de malas hoy.
— Aparte de mí, claro.— Magenta se dejó caer al lado de las chicas saludando con un gesto al resto.
— En tí es normal.— Luego de comentar eso Zach recibió un golpe por parte de la chica.— Mejor me callo.
Sin decir nada la rubia acabó levantándose sin que la notaran. Apenas notó a Leyla acercarse sintió unas ganas tremendas de desaparecer de allí.
— ¿Qué planes tienen para el baile de bienvenida?— empezó Zach con su típico tono divertido.
— Yo no voy.— dictó Magenta.
— ¿Por qué no?— Zach se aclaró la garganta.— Es que, yo, este...
— Olvídalo.
— Vale.
Sun reprimió una risita de ternura llevando su mirada hasta Leyla.
— Yo sí, oí que Gwen invitó a los padres de Will, no me lo perdería.— continuó Ethan.
Por otro lado cada rincón del colegio estaba plagado de detalles y anuncios sobre el dichoso baile. Era abrumador.
— ¿Tú vas a ir Sun?
Lo pensó un poco antes de contestar. No había nada que le llamase la atención en el baile.
— Mmm, no. No creo que vaya.
— Ya, veré si cambias de opinión cuando alguien te invite.— Bromeó Layla chocando su codo contra ella.
— Já, que graciosa.— sonrió.— Nadie va a invitarme al baile.
(...)
— Ey, Leyla ¿Hiciste la tarea de historia?— Magenta tomó asiento en la mesa que compartían Leyla y Warren por alguna razón.
—¿Y tú qué haces?— Peace estaba molesto por como invadían su espacio.
— Se le dice sentarse.— Entonces Magenta empezó a ignorarlo.— ¿Me dejas verla?, No estoy muy segura de mis respuestas...
— ¿Ahora hay que comer con Warren?— Ethan fue el tercero en llegar.— Sí que les gusta el peligro.
En ese instante Warren estaba realmente atormentado frotándose las manos en las sienes tratando de calmarse.
—¿Te está molestando?— Zach y Sun llegaron de últimos, este primero fue el que preguntó dirigiéndose a Magenta.
— Yo diría que es lo contrario. ¿Quién más quiere una cita para la bienvenida? —preguntó irónicamente Warren.
(...)
— Entiendo que te haya caído como patada en el estómago lo de hoy en la mañana, pero ya te estás pasando. Ni siquiera almorzaste con nosotros, has estado desaparecida. —Sunny miró a quien había sido su mejor amiga durante los últimos años. Era la primera vez que se portaba tan cruel con ella.
—¿Y?
— Brid.— Sun alargó la última letra mirándola seriamente.
— No me hables de desapariciones porque eres la primera que se va sin decirle nada a nadie cuando se te antoja.— soltó caminando hacia otro lado, alejándose de ella.
Sunny la siguió.
— Pero eso es diferente. —No quería hablar sobre el tema así que cambió la conversación. — ¿Ya hablaste con Leyla?
— No tengo nada que hablar con ella.
— Es tú amiga, quizá haya una explicación.— insistió.
— No me importa. Todo esto es ridículo, no sé cómo terminé descuidando tanto lo único que me importa. No vine a vivir a tú casa para ser estúpida mediocre, vine a estudiar en Sky High y ser una heroína como mis padres y eso, es lo que voy a hacer.
La rizada suspiró quedándose sola en medio del patio principal.
— Bueno, si Mahoma no va a la montaña, la montaña irá a Mahoma.— cruzó los brazos encaminadose a buscar al mismo de Peace.
Una vez dentro del instituto decidió aprovechar la media hora libre que tenía para averiguar qué estaba pasando con sus amigos. En vez de eso se encontró con algo diferente.
— Hola, Wegner.— Penny sonrió a medias, estaba situada al lado de Gwen con una de sus sonrisas espeluznantes.— ¿Buscabas a alguien?
— No los buscaba a ustedes así que tranquila.— hizo amago de esquivarlos pero no pudo.
— ¿Adónde con tanta prisa?— su flequillo revoloteó con la llegada de Speed.
— Déjenme pasar, por favor.— pidió mirando al suelo.
— ¿Qué pasa?— Ahí estaba el tono engañoso de la castaña.— ¿Dónde está Brid para defenderte? Digo, ya que a Will no le importa ninguno de ustedes, inútiles.
— Ya cállate Grayson, no es verdad, a Will si le importan sus amigos y Brid no es mi defensora. Puedo defenderme sola.
— La verdad Brid ha estado hablando bastante de tí últimamente, parece que ya no te quiere cerca.
—No es verdad. Mientes. —no iba a caer en esos trucos de niños.
—¿Y por qué no está aquí contigo?
— Porque... — Grayson la interrumpió.
— ¿No es eso lo que hacen los asistentes? Agruparse durante el descanso para que no nos burlemos de ellos.— Rió Penny
— O los metamos en el casillero.— siguió Speed.
—¿Dónde está, Wegner?— volvió a preguntar y los ojos de la rizada se empañaron.— Te lo dije, eres insoportable.
Entonces pasó algo que ninguno se esperaba. Algo explotó, una por una las ventanas reventaron en millones de pedazos. Los tres dieron un paso atrás retrocediendo como por arte de magia, abriendo un espacio por el que Sun pudo salir corriendo. Odiaba que pasara eso.
Odiaba enfadarse.
Porque entonces las cosas comenzaban a estallar.
(...)
— No te he visto en todo el día.— Leyla le sonrió a la rubia a punto de abordar el autobús.— ¿Todo va bien?
Brid suspiró más calmada. Había pasado el día entero de mal humor y por fin su cabeza estaba despejada.
— Ahora todo está bien, ¿Has visto a Sunny? Tengo que pedirle como cien mil disculpas por tratarla mal.
— Mmm, creo todavía está en la escuela. No la he visto salir.
Brid le agradeció y regresó corriendo, sus pasos se detuvieron en seco antes de chocar contra alguien.
— ¡Hola, Brid!— la saludó Gwen con una sonrisa amigable.— ¿Todo bien? ¿Necesitas algo?
— Sí, necesito encontrar a Sun.— frunció el ceño cuando la sonrisa brillante de la castaña desapareció.
— ¿No lo sabes?
—¿Qué?
— Está en el tercer pasillo, detrás del laboratorio... estaba hablando muy cariñosamente con Peace.
— Ah... ¿Qué?
— No lo sé Brid, creí que ustedes dos tenían algo. No imaginé que tú mejor amiga te haría algo así.— Gwen bajó la vista hasta el suelo arrastrando las palabras mejor amiga y exagerando el drama del asunto.
— Puff, ¿De qué hablas?— la rubia empezó a reír hasta darle un golpe amistoso en el hombro.— Ay Gwen, no la conoces, es Sun, es mi prima. Buen intento con eso.
— Ah, claro.— mostró una forzosa sonrisa.— Sí, era solo una broma.
— Ajá, ¡Te veo mañana!— continuó buscándo dejando atrás a la castaña de mirada centelleante clavada en su espalda.— ¡Adiós!
Mientras tanto Sun continuaba su conversación/discusión con Warren Peace. En la que él estaba atrapado sin saber cómo salir, porque la rizada seguía y seguía gritándole.
—¡Pero cómo se te ocurre hacer semejante trato con Leyla!— llevó su mano a su frente cerrando los ojos.
— ¿Por qué me gritas? Ni siquiera te conozco.
— Eso se acabó, me presento soy tu nueva mejor amiga.— estrechó la mano en su dirección, cosa que él miró con el ceño fruncido.
— Eres rara.
— Queti.
— ¿Qué?
— Quetimporta.— aclaró su garganta.— Escucha, me necesitas como tú mejor amiga, además no tienes opción, ya estoy metida en esto.
— ¿Metida en qué? ¿De qué estás hablando?— La habitual soledad del misterio Warren Peace había sido destruida por completo aquel día.
— Hablo de mi plan de emparejarlos a todos ustedes.
Warren no pudo evitar soltar una risa corta con esas palabras.
— ¿Y qué ganas con eso?
— Eh... nada, simplemente es divertido. Además, no me niegues que te gusta Brid.
—¿Qué?
—¡Sunny! ¡Al fin te encuentro!— la rubia apareció al final del corredor.— ¿Nos vamos ya a casa? Necesito hablar contigo.
— Salvado por la campana, mechita.— La rizada estrechó los ojos en su dirección antes de irse también.
Ahora no quedaba ninguna duda, pasara lo que pasara, Sun iba seguir con su trabajo de cupido. Y aunque ellos no lo admitieran se lo agradecerían en un futuro.
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