don't you dream impossible things?
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DON'T YOU DREAM IMPOSSIBLE THINGS?
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Tras el aterrizaje inminente, el autobús se detuvo sobre la plataforma de la escuela. Un edificio que, por cierto, yacía suspendido en el aire.
—¡Volamos! —exclamó Brid una vez que su pálpito acelerado y su subidón de adrenalina se tranquilizaron. — Nuestro autobús cayó por un barranco y... Y luego se elevó en el aire y tú... ¡Tú! ¡Tú seguías dormida! ¿Cómo puedes dormir tan pesado? — le reclamó a Sunny quién recién se despertaba de su siesta, por lo que la chica de los rizos le devolvió una mirada perdida, ¿por qué gritaba tanto?
Sunny no lo sabía pero, al menos ya habían llegado.
En realidad, Brid la envidiaba un poco. A Sunny parecía no asustarle nada. Todo aquel asunto de tener un primer día perfecto, encajar correctamente, cumplir las expectativas de sus padres... Para ella toda su vida podía tambalearse si cometía el más mínimo error. Ambas eran dos polos totalmente opuestos, dos ejemplos contrarios de como enfrentarse a un primer día de instituto: sobrepensar hasta el más mínimo detalle o dormirse en el autobús escolar sin más preocupación que llegar en algún momento al dichoso colegio. El resto de los estudiantes de otros años se encontraban usando sus poderes, vagando por el campus e impresionando a los nuevos. Se veían tan seguros, tan talentosos...
Al menos, Brid no era la única deslumbrada con lo que veía. Todos los novatos parecían admirar las instalaciones tan estupefactos como ella, las cuales por cierto eran increíbles.
—¿Sigues nerviosa? — Sunny le preguntó golpeando con diversión su cadera. La rubia se balanceó un poco a lo que su amiga rió. —Mejor no contestes.
—Sunny...
—Todo estará bien. Confía en tu mejor amiga. —luego se apuntó a sí misma con sus pulgares. —Osea yo, ¿cuándo me he equivocado?
Brid observó su atuendo.
No tuvo tiempo de comentar sobre el error garrafal de su estilo, algo extraño y repentino sucedió, interrumpiéndolas.
Una figura borrosa se movía a gran velocidad a su alrededor, acorralando al grupo de chicos nuevos unos contra los otros. Cuando se detuvo, Brid observó al frente donde dos chicos los miraban con superioridad.
—Soy Lash y él es Speed. —presentó uno de ellos con una sonrisa engreída. —Como miembros del comité estudiantil...
—...con gusto recogeremos la nueva cuota estudiantil. —el primero estiró extrañamente su brazo cubierto por una manga de rayas blancas y negras.
¿Qué? ¿Acaso querían dinero? Brid los detectó de inmediato como abusones.
—No recuerdo nada de una cuota estudiantil. —negó Ethan estrechando los ojos.
—Suficiente chicos... — Una chica de cabello castaño y ropas rosas los interrumpió con una dura mirada. Luego, se giró sonriente al grupo. Brid admiró su capacidad de cambiar de expresión.— Mi nombre es Gwen Grayson y, como presidenta del comité estudiantil, les doy la bienvenida a la escuela donde sé que se divertirán. Pero antes, es mi deber mencionarles las reglas... —Todos le prestaron suma atención. Al parecer nadie buscaba problemas. Excepto Will, que estaba embobado con la chica de rosa, Gwen.
—¿Escuchaste? —Layla lo miró.
—¿Qué cosa? —el chico apenas reaccionaba.
—¡Will! ¿No estabas atendiendo?
Por otro lado la rubia sentía como sus manos se congelaban de los nervios. Se concentró en la charla de la directora Powers. Una mujer de vestimenta blanca y cabello oscuro qué entró y salió como una flamante bola de luz. Sin duda un hermoso poder.
—Vamos a hacer las pruebas.— susurró nerviosa.
Sunny deslizó su brazo sobre los hombros de Brid otorgándole confianza.
No estaba sola.
—¿Qué? —Will giró a verla.
—Oh, habla de la exploración de poderes. —aclató Ethan.
—¿Exploración de poderes? —Will volvió a fruncir el ceño y a Brid le pareció un poco tonto.
—Suena fascista.—portestó la pelirroja.
—Así deciden lo que eres. Un héroe o un inútil. —Ethan no miraba a nadie en específico mientras hablaba.
—¿Inútil?— repitió Will entornando los ojos.
Brid retiró sus pensamientos. Will era muy tonto.
—Me parece que prefieren llamarse “héroes de apoyo” — le aclaró.
El grupo de estudiantes entró en un gimnasio donde un señor, aparentemente el entrenador, los esperaba subido a una plataforma.
—Me llamo entrenador Boomer, quizá me conozcan como Sonic Boom o quizá no. Ahora van a subir y a mostrar sus poderes para asignarlos con los héroes o los asistentes. Les advierto que cuando yo decida algo se queda así, no quiero ningún niño de mami cuestionando mi decisión, ¿les quedó claro?
Los chicos asintieron inseguros.
—Dije, ¿QUEDÓ CLAROOOO? —Una voz sónica retumbó por toda la escuela, provocando temblores.
—¡Sí, entrenador Boomer! — respondieron todos a coro.
El primero en pasar fue un chico pelirrojo. No parecía poder hacer gran cosa, hasta que se quitó los lentes y se transformó en una especie de monstruo rocoso. El entrenador desplegó un auto sobre él anotando cosas en su tablilla. Terminó nombrándolo héroe. Así pasaron los siguientes, entre ellos Zach, Ethan y Magenta, cuyas pruebas fueron un desastre y terminaron siendo asistentes. El caso de Layla era curioso, ya que no siquiera quiso mostrar sus poderes.
El turno de Brid llegó.
Los alumnos la miraron con atención. Sunny salió de la burbuja de distracciones en la que estaba para sonreírle a su amiga y darle ánimos silenciosos. Cuando la rubia subió a la plataforma, la rizada le mostró sus dos pulgares arriba en señal de que todo estaría bien.
—¿Nombre? —le preguntó el entrenador.
—Brida Wegner.
—¿Poderes?
Ella extendió sus manos y, segundos después la habitación quedó helada. Una capa de hielo comenzó a formarse sobre todas las superficies.
Pero su concentración se vió interrumpida.
Estaba demasiado nerviosa.
El hechizo de hielo se rompió y pronto el calor habitual regresó, como si nada hubiera pasado.
Boomer asintió no muy convencido.
—¿Solo eso?
¿Solo eso? Todo alrededor de la rubia se congeló, esta vez en un sentido literal, ¿lo había arruinado? ¿había arruinado su prueba? Claro que sí. Contestó una vocecita hiriente desde el fondo de su cabeza. La concentración de Brid cayó entonces junto con el resto de sus espectativas e ilusiones. Nada de eso era real. Excepto la nieve, la nieve que se desvanecía junto con el resto de sus posibilidades de ser héroe.
—Asistente.
—Pero... —titubeó.
—ASISTENTEEE.
No podía creer lo que estaba escuchando. Sus nervios estallaron alcanzando el punto más alto. Brida tendía a obsesionarse con el controlar cada detalle de su futuro, esto era la gota que colmó el vaso. La rubia salió corriendo del gimnasio. No quería seguir siendo el centro de las miradas de sus compañeros. Tampoco sabía a dónde corría, después de todo era nueva en la escuela. Solo necesitaba encontrar un lugar donde colapsar en silencio. Su manía no le permitiría llorar ni entrar en pánico en cualquier parte. Ni en eso eres normal, se regañó de nuevo.
Pero entonces chocó contra algo, o alguien.
—Au. —Brid se llevó la mano a la cabeza haciendo una mueca.
—Sí, Au. —replicó otra voz con un tono sarcástico.
Se giró para mirarlo con una ceja alzada.
—¿Disculpa?
—Sí, te disculpo. —y el chico no le hizo caso a su gesto molesto, lo que enervó más a Brid.
Que grosero.
Era un chico alto. Con el pelo color negro con mechitas rojas. Era bastante guapo la verdad, pero eso le dió igual. No estaba de humor.
—Bueno. Permiso. —le dijo con la cara seria, tratando de escabullirse lo más rápido posible. No lo soportaba, le parecía muy petulante.
—¿Sabes que no hay nada para allá, verdad? —le preguntó él con una burlona sonrisa. —A menos que quieras caerte al vacío.
Brid se detuvo.
—Ah.
Giró de nuevo sin dirigirle la mirada, ¿Acaso podía tener peor mañana que esa? La respuesta era un no en mayúsculas. Por eso trató de refugiarse en algún lugar donde sus amigos la encontrarían más tarde.
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