«Bien, todo va a estar bien»

Era lo que Izuku no paraba de decirse mientras rondaba en su apartamento.

Ya estaba listo para ir directo al teatro donde modelarían la ropa de Ochako, pero estaba sufriendo de unos nervios que solían darle antes de salir a la vista de todos. Adicional a esto, se estaba sintiendo expuesto al modelar frente a cámaras.
Porque sí, Uraraka dijo que irian personas del mundo de la moda para ver los trabajos más comprometedores.

Ya, explicando más el penúltimo punto:

Cuando modelaba para la empresa de su padre muchas personas de ese mundo decían que él tenía un encanto natural para las pasarelas y que sus movimientos y formas de llamar la atención eran únicas en el mundo.

¿Era buena idea hacer esto? No, probablemente no.

Pero ya no tenía nada que hacer, el día había llegado y él había aceptado sin condición alguna.

En pocas palabras, no podría pedir usar una peluca y lentes de contacto para pasar desapercibido en el eventos; y dudaba seriamente que Ochako llevara alguno de los objetos ya mencionados.

Fue a la cocina por un vaso de agua mientras miraba su apartamento de estilo moderno en la ciudad de Tokio.
Conocía el teatro, estaba a una hora de su hogar propio.

Hace unos años, con dinero ahorrado pudo comprarse un departamento en uno de los tantos edificios de Tokio. Al inicio no lo usaba tanto y tenía pocas cosas, ahora tenía la mayoría en ese dúplex con excepción de detalles en la casa de sus padres.

Salió de la cocina con dirección a la sala en busca de su celular para llamar a su madre listo para comentarle sobre sus nervios pero se detuvo al pensar en que ella estaría estresada por que ponerse y muy probablemente su padre estaría intentando calmarla. Ellos ya no tenían mucho tiempo a solas y no quiso interrumpir.

Bufó al momento de caer sobre su sofá en ele y miró al gran ventanal que tenía por pared admirando la vista de lo alto hasta que se le ocurrió una idea.

«Habla conmigo, por favor,
tengo miedo»

Esperó pacientemente impaciente a que le respondiera a pesar que decía que no se había conectado desde hace dos días. Dejo el aparato a un lado y suspiró. No tenía sentido ya, estaba perdido y seguro haría algo mal al momento de la pasarela tan importante para su mejor amiga.

Una vibración llamó su atención lanzándose sobre el celular sus ojos tiraron chispitas al ver el mensaje.

Invierano

«¿Qué sucede? ¿dónde
estás? ¿te voy a ver?»

Sonrió con ternura ante la preocupación del bicolor a su persona pero reaccionó sonrojado y sacudiendo su cabeza a los lados.

«No, estoy en mi casa.
Sólo quiero que me hables,
quiero olvidar algo»

«¿No estás en un bar,
¿cierto?»

«No jaja, te digo que estoy
en mi casa, ¿por quién me
tomas jaja?»

«Me gustaría conocerte
más, realmente no nos
conocemos mucho, Izuku»

«Bien, usemos el tiempo que
tendremos en Starbucks»

«No, más... »

Se le quedó viendo al mensaje con un fuerte rojo sobre sus pecas tratando de no pensar de tal forma del bicolor. Realmente trataba de no remover tanto sus pensamientos y ahora estaba soñando más allá de la novena nube. El sentimiento de felicidad indescifrable lo agobiaba.

Otros mensajes le empezaron a llegar.

«Oye, Izuku»

«¿Quieres que nos
veamos en el parque
de la vez pasada?

«¿Tienes algo que
hacer?»

«Sí, pero puedo
cancelarlo»

«No, estoy bien»

«Has lo que tengas
que hacer»

«¿Seguro?»

«Sí, me ha aliviado
mucho el hablar
contigo, ¿nos vemos
en el hanami?»

«Sí, nos vemos»

Se desconectó de Whatsapp y soltando un suspiro relajado. Tomó la maleta de hombro con una que otra cosa necesaria para él, cogió la llave y se fue del apartamento.

Tomó un taxi hasta el auditorio. Después de cuarenta minutos, le pagó al conductor y se paró frente al recinto observándolo hacia arriba.

Y con decisión, dio comienzo a su caminata a ser partícipe de su posible revelación.

Esto se va a poner interesante ;3

Les digo que los capítulos detros de dos capítulos empezarán a ser largos

Bye bye 💚❤