11
°•Maratón 1/3•°
Estaba leyendo un libro dentro de Starbucks. Este mismo se le había sido encomendado leer para las siguientes clases de la universidad.
Escuchaba en sus audífonos la música que se había vuelto uno de sus gustos. Pero estaba avergonzado por el hecho de que a mucha gente no le fuera de agrado.
—Detesto esta noche —comenzó a cantar en susurros, dejó la lectura a un lado y siguió en su acto con el mismo volumen. No quería que alguien lo escuchara—. Quiero respirar
Detesto mis sueños
Quiero despertar
Me siento atrapado
Me puedo asfixiar
Dont wanna be lonely
Just wanna be yours
—¿Bts?
Uno de sus audífonos fue retirado de un tirón y sintió un suave susurro junto a este mismo. Volteó observando el atractivo rostro de Shouto más cerca de lo normal llegando a apenarle este mismo hecho. Se alejó avergonzado por haber sido descubierto escuchando al grupo y por el repentino acercamiento del alto. No entendió bien el porqué de sus acciones.
—S-Shouto, me asustaste —le dijo apoyando una mano sobre su pecho y soltando un suspiro cansado.
—Hola a ti también, Izuku —se sentó frente a este notando algo—. Oye...
—¿Qué pasa?
—No has pedido nada —soltó con su voz monótona, pero a Midoriya le sonaba como si le dijera que el fin del mundo es mañana—. Siempre tienes algo de beber contigo cuando vengo.
—Shouto... —inició, pues tenía una cosa que pedirle pero no quería ser tan obvio—. No es necesario que tenga algo de beber para-
—Bien, ¿qué es lo que me quieres pedir? —soltó de repente confundiendo al peliverde.
—¿C-Cómo?
—Mi hermana me dice algo similar siempre que quiere que le haga un favor.
—Vaya, tu hermanita debe ser similar a mí, entonces.
—Es mayor que yo.
Un silencio reinó la mesa de los dos chicos hasta que a la chica detrás del mostrador se le cayeran unas bebidas. Entonces Izuku reaccionó lanzando una risotada, logrando llamar la atención de algunas personas que pensaban que se reía de la chica, claro que este ni cuenta se había dado de ese hecho y siguió con sus risas.
El bicolor lo veía con una pequeña sonrisa y un rubor. El peliverde ahora solo trataba de calmar su risa y respirar correctamente con sus mejillas sonrosadas.
—Lo... —trató de hablar, claramente falló—. Lo siento, es que... —soltó otra risita—. Realmente no me lo esperaba y yo...
—No, está bien. Mucha gente piensa que Yumi es menor que yo.
—¿Yumi? —preguntó al fin podiendo hablar.
—Es la abreviación de su nombre.
—Es lindo que la llames por su nombre a pesar de que sea mayor —alegó logrando avergonzar al mayor. Suspiró recordando que quería pedir algo que él consideraba vergonzoso, sus mejillas y orejas fueron invadidas por el rojo—. Oye, Shouto.
—¿Hmm? —Preguntó con un asentimiento de cabeza.
—¿Podrías probar algo por mí? —miró al heterocromático confundido—. Mira la parte superior media del pizarrón de las bebidas, ahí está lo que te quiero pedir —señaló y el medio albino siguió a donde se dirigía el dedo de Midoriya—. Es el nuevo frapuccino galaxy y quiero probarlo pero no sé si me va a gustar ¿lo probarías por mí? Digo, puede que si no me gusta tal vez a ti sí y te lo pueda regalar, por favor.
El alto estaba a punto de negarse ante la petición puesto que probablemente no le gustaría, no era tan fan de mezclas como esa. Sin embargo antes de lograra abrir la boca el pecoso habló nuevamente nervioso.
—¡Pero si no te gusta te recompensaré comprándote algo! ¡No tiene porque ser de starbucks! ¡Si quieres podemos ir a otro lado!
Con esas últimas tres palabras aceptó. Izuku fue a comprar la bebida que tanto quería y volvió con ella. Se la puso en frente esperando que la tomara. Con lentitud se acercó la pajilla del vaso a su boca con la mirada intrigada por parte del menor.
Tomó del frapuccino sintiendo su sabor dulce y ácido, una mezcla extraña pero que le parecía agradable. Dejó la bebida sobre la mesa y dijo:
—No me gusta.
Mentira.
El peliverde se tensó y ahora era su turno de probarlo. Unos segundos después parecía muy agusto con la bebida de extraños colores. Hasta que lo dejó a un lado y miró Shouto lanzando un suspiro.
—Pues... Creo que debo comprarte algo, ¿qué es lo que quieres?
—Tú. Yo. Viernes. Restaurante tradicional. Asakusa.
Midoriya río nuevamente. Y sólo asintió con su cabeza con un ligero tono sonrojado en sus mejillas.
El pecoso no reparó en que había aceptado...
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