"Este mundo es un lugar aterrador"

París, Francia.

25 de Mayo del 2008

Las calles de París se veían hermosas desde la altura de la punta de la Torre Eiffel. El aire helado de la noche y el pequeño susurro del viento soplaba muy sutilmente en el ambiente. El sonido de los carros transitando y las pocas personas que había a esa hora de la noche, parecían pequeñas hormigas desde esa altura; Adira adoraba noches como esas. En los que la Torre Eiffel se encontraba desierta y solo ella estaba ahí para disfrutar de la vista, le ayudaba a pensar. Pensar se dijo internamente la chica con amargura, eso era lo último que quería hacer en esos momentos.

Pequeñas lágrimas se deslizaban por sus mejillas, no sé molesto en quitárselas. Llevaba ahí bastante tiempo, como unas cuatro o cinco horas y seguro la estaba buscando pero no quería volver, por lo menos ahorita no; se sentía perdida. Pasaron tantas cosas en tan poco tiempo.

La guerra contra Valentine, la llegada de Lilith y la guerra Oscura. Demasiadas pérdidas en tan poco tiempo, el regreso de James Carstairs y el reencuentro con Tessa Gray, la advertencia de Lucifer y la realización de su condena; aún se preguntaba cómo era que no se había vuelto loca. Paz era lo que necesitaba, y era lo que iban a buscar.

Miro el móvil que tenía en la mano derecha, y sin pensarlo dos veces marcó el número de una persona con la que llevaba meses sin hablar.

—¿Hola?

Soltó un temeroso suspiró al escuchar esa voz ronca.

—Papa.

Fue lo que logró decir, tragando un nudo que tenía en la garganta.

—¿Adira?

El tono de sorpresa y aliviado de su papá.

—Si, soy yo—el nudo se hizo más grande, y soltó un sollozó sin poder evitarlo. Oyó el suspiro tembloroso de su papá y supo que él también se estaba reteniendo.—¿Recuerdas la advertencia de ellos hace muchos años?—tratando de moderar su voz

Le oyó a su padre suspirar con temor. Sabía de lo que ella hablaba

—Si, lo recuerdo. Pero ¿Qué sucede con eso?

—Resulta que básicamente tu, Tessa y yo fuimos los peones de un plan sumamente retorcido entre Arcángeles y Demonios mayores para sus estúpidos conflictos, y no solo eso si no que parte de ser un error cósmico y un arma de guerra existía un tecnicismo. Las dos malditas partes tenían que luchar entre sí para ver quién se quedaba en mi, pero oye ¡grandes noticias! La única manera de hacer que eso no pasara era ofrecer un sacrificio a mis "creadores" y lo hice.

Tomó aire, sintiendo que le faltaba—Simon, un lindo vampiro diurno en afán de hacerse el héroe, ofreció sus recuerdos a un príncipe del infierno y yo en un intento de ayudarle a recuperarlos y parar la fusión, hice un trato con Asmodeus, y le ofrecí los recuerdos de mi existencia del mundo de las sombras a cambio de qué liberara de esa maldita fusión pero como todo tiene un precio, el mio fue mis marcas. Hoy a media noche, cuando mis marcas se vayan dejare de ser recordada por el mundo de las sombras.

Varias lágrimas amargas cayeron por su pálido rostro, y respiro entrecortado.

—¿Sabes que tenía demasiado miedo de ser tu padre? Así es Adira, fue muy dificil para mi saber que seria padre tan joven pero en ningún momento pensé que tu eras un error. Te amé cuando supe que existías, te amo aquí y ahora después de muchos años, y te amare por siempre estrellita. Eres mi cielo estrellado en la oscuridad

La castaña sonrió entre lágrimas al escuchar las palabras de su padre.

—Hiciste una acción muy noble al tratar de ayudar a tu amigo y no te dire que no dolerá saber que las personas que han estado toda tu vida no te recordaran, pero prefiero eso, a tener que sentir esa incertidumbre de que pasara en la fusión. Te amo hija, y porque te amo, contigo soy egoísta. Ven a casa estrellita, es nuestro turno de ser una familia de nuevo.

Adira cerró los ojos y suspiró.

—Si, es hora de volver a casa.

Le respondió mirando con nostalgia las calles de París.