Decir que Coruscant era impresionante sería el equivalente a remarcar las letras pequeñas de un contrato: las edificaciones enormes que buscaban alcanzar los cielos, el tráfico tan controlado pero constante con las naves, la diversidad de especies... Casi te hacen olvidar que hubo un asalto al planeta hace varias décadas atrás.
- Alerta // Coruscant = ciudad-mundo grande = fácil perderse - pitó el astromecánico.
- Estaremos bien, T7 - respondió Neala mientras se quitaba la última tira de bacta, ya estando curada del evento del "Esseles".
- Afirmativo // T7 = Mantener Jedi a salvo; Jedi + T7 = atrasados // reunión importante // torre del Senado.
Con eso dicho, ambos compañeros de aventura se dirigieron a un ascensor hasta el puerto de Coruscant, bajando hasta llegar a un camino para ir a pie a la torre del Senado. Entró y fue a una de las habitaciones, llegando donde el Maestro Orgus estaba con otras dos personas.
- Siento llegar tarde, ¿Qué es lo que sucede? - preguntó Neala.
- Como ya conoces a la Maestra Jedi Kiwiiks y a su Padawan Kira - la pelirroja le hizo un saludo leve con la cabeza -, te presento al general Var Suthra y el doctor Eli Tarnis: estamos discutiendo por qué la República construyó en secreto un arma de escala planetaria sin antes haber consultado a los Jedi - la Rebeyr tenía los ojos aún más abiertos: ¿Arma planetaria? En cualquier bando, eso no era nada bueno.
- Mi proyecto apenas califica como un arma: es la tecnología militar más común jamás inventada - se defendió el doctor -: una vez activada, el Planeta-Prisión sobrecarga la atmósfera superior de un mundo, convirtiéndolo en un enorme cañón de iones, haciendo que cualquier nave estelar entrante o saliente del planeta quede completamente incapacitada. Contención perfecta del enemigo, sin bajas de por medio - cuanto más hablaba, Neala no podía evitar sentir algo tanto en la forma de hablar como en la Fuerza: algo en él no le gustaba.
- ¿Has probado la seguridad del Planeta-Prisión? - quiso saber la Caballero, no quería dar a conocer sus sospechas, pues podrían ser infundadas, además de estar en entorno diplomático y no quería causar una escena.
- Estábamos por comenzar las pruebas cuando este debate sin sentido empezó.
- Sea como sea, has permitido que los archivos de diseño del Planeta-Prisión sean robados por simples criminales - espetó la Jedi Togruta.
- Dudo que esos ladrones tengan idea de lo que tienen en sus manos; además, los datos están encriptados - aseguró el doctor.
- Nuestros hombres están buscando todas las pistas posibles - dijo Var.
- Con todo respeto, viejo amigo, ¿No crees que es hora de que los Jedi se involucren? - sugirió Orgus -: la Maestra Kiwiiks y yo debemos ir a hablar con el Canciller Supremo, te necesito aquí para encontrar esos archivos de diseño.
- No lo decepcionaré, Maestro - respondió Neala con una mano en la cadera.
- Quédate también, Kira: tu experiencia en seguridad podría sernos útil - la Padawan asintió a lo dicho por su Maestra, pero...
- General, encontramos un rastro de los ladrones - dijo un hombre de piel oscura mientras hacía un saludo militar.
- Este es el agente Galen, del Servicio de Seguridad de Información Estratégica: agente, esta joven Jedi te asistirá - ordenó el general.
Los mayores abandonaron la sala, dejando solo a Galen, Eli, Neala, Kira y T7.
- Hace 32 horas unos ladrones asaltaron un almacén militar: se robaron armas, suministros y archivos de información del proyecto Planeta-Prisión; el ladrón metió la pata, su rostro fue captado por una cámara de seguridad y lo identificamos gracias a nuestra base de datos criminal - sacó un holograma de un alienígena -: Vistis, contrabandista Rodiano, forma parte del gremio llamado "Mercaderes Migrantes". Sucios criminales.
- ¿Por qué unos gánsteres alienígenas robarían un almacén militar? - preguntó Eli.
- No lo sé, pero iré yo misma a hacer unas preguntas - aseguró Neala.
- Te asesinarán si vas a hablar con ellos - advirtió Galen -: es un gremio violento, un cartel criminal armado hasta los dientes. Invadir sus instalaciones es algo que sólo un Jedi es capaz de hacer - por un momento los ojos de Kira parecieron brillar de más por esas palabras.
- Vaya... Creo que debo ir a sentarme... Con permiso... - el doctor se fue mientras Neala lo miraba de reojo: no podía evitar no confiar en él.
- Agente, usemos su lujosa red de seguridad para distraer a esos gángsteres: dale a mi amiga y al ladrón tiempo para charlar - dijo Kira.
- Cuando encuentres a Vistis, contáctame: los archivos de información son la máxima prioridad, pero intenta recuperar cualquier cosa que también nos robaron. Buena suerte - deseó Galen.
Neala y T7 salieron de la sala, sabiendo que no tenían el tiempo de su lado precisamente, pero el astromecánico tenía unas palabras que decir:
- T7 = emocionado por dejar Tython // T7 = feliz de tener compañero Jedi.
- Hacemos un gran equipo, T7 - respondió Neala, sonriendo.
- Galaxia = lugar peligroso // Galaxia = necesitar Jedi + T7. T7 = muchas habilidades // T7 = ansioso por ayudar.
- Tengo el presentimiento de que tiempos difíciles se acercan, y me alegra poder contar contigo.
- Jedi + T7 = comenzar lo antes posible // Jedi + T7 = salvar a toda la galaxia.
Llegaron al puerto nuevamente, esta vez para alquilar un speeder y bajar a los niveles inferiores de Coruscant, yendo después a pie (o a ruedas, al menos para el astromecánico), pasando por los mercados galácticos siguiendo las pistas y llegando a una zona de batalla en los puentes: devolviendo los disparos láser, ayudó a los guardas a resistir. Después subió por varios montacargas y entró por uno de los edificios llenos de criminales, llegando al gremio en poco tiempo y destruyendo a los droides de seguridad. Después, usó la Fuerza para detectar al contrabandista después de que T7 confirmara, mediante sus sensores, una pista del criminal, rompiendo una falsa pared y encontrando a Vistis.
- ¡Un Jedi, lo que faltaba! ¡No es personal, pero tengo que matarte! - exclamó el Rodiano mientras desenfundaba su bláster y activaba 4 torretas... No sirvieron de mucho al ser aplastadas con la Fuerza y T7 se ocupó del criminal con una descarga eléctrica -. ¡Wow, wow, me rindo, me rindo! Solo trabajo para el gremio por media jornada, tampoco para morir por ellos. ¿Viniste por algo en especial, Jedi? Toma todo lo que quieras, te ayudaré a robarlo si quieres.
- ¿Agente Galen? - llamó Neala a través de un holo-comunicador -, creo que tengo al ladrón.
- Consigue los archivos de diseño robados y regresa: tenemos una mayor violación de seguridad - esa frase nunca era buena.
- ¿Qué sucedió, agente?
- El holocanal no es seguro, te daré la información en la torre del Senado. Galen fuera - la comunicación acabó.
- Espera... ¿Estás aquí por esos archivos de información? ¡Sabía que tenía que cobrar más por ese atraco! Hagamos un trato, ¿Qué dices? - ofreció -: tengo los datos, pero el gremio ya los desencriptó y transmití una copia a mis clientes. Quieres a las personas que me contrataron, te diré dónde están... Si me prometes que me dejarás ir - Neala sopesó los pros y los contras... Pero no había tiempo.
- Tienes mi palabra - respondió la Caballero.
- Adoro a los Jedi, son unas personas muy razonables; el Sol Negro me contrató, y ellos son sindicatos rivales del gremio, mientras que yo trabajo para ambos lados: mi misión era desencriptar los archivos con ayuda del gremio y luego transmitir una copia al Sol Negro.
- No te haces una idea de los problemas que has provocado - regañó Neala con seriedad.
- Ladrón = irrelevante // Sol Negro = verdaderos culpables - pitó T7.
- Mira, puedes llevarte los archivos que robé, solo déjame ir.
- Mientras que hayas dicho la verdad, puedes marcharte.
- Tienes un buen corazón, Jedi: creo que iré a visitar a mis amigos en Nar Shaddaa - terminó de decir el Rodiano antes de marcharse.
Con los datos en su poder, Neala desandó el camino para volver al edificio, tenía que actuar con rapidez: una vez en la torre del Senado, encontró a Galen esperando.
- Tengo los archivos, pero el Sol Negro cuenta con una copia desencriptada.
- Krand - llamó Galen a una mujer bajo su mando -, realiza un diagnóstico completo y averigua que había en estos archivos... Encontraste nuestro hardware militar robado, bien hecho, lo necesitábamos... Pero, mientras no estabas, unos secuestradores se llevaron al doctor Tarnis - eso despertó más sospechas en Neala por alguna razón.
- Creía que este edificio era el más seguro de Coruscant por la cantidad de guardias - repuso Neala.
- No tuvieron oportunidad: sean quienes fuesen, conocían nuestros puntos débiles. Kira llevó al equipo de seguridad a una persecución, pero los secuestradores se separaron en el camino - se escuchó un pitido -... Espera, señal entrante... - Kira estaba en el holograma, con su sable de doble hoja desviando disparos.
- ¡Agente Galen, tengo acorralados a estos raritos, pero parece que no se rendirán!
- Padawan Kira = en peligro // Jedi + T7 = deben ayudarla - pitó el astromecánico.
- No sé cuánto tiempo más pueda resis- - la comunicación se cortó de repente.
- Necesita de nuestra ayuda.
- Necesita refuerzos, dime dónde puedo encontrarla - pidió la Rebeyr.
- La señal provino del puerto espacial, puede que los secuestradores intenten llevarse al doctor fuera del planeta: ¡Rápido, detén a los secuestradores antes de que se lleven al doctor! - Neala salió corriendo, potenciando su carrera con la Fuerza hasta subir por una de las rampas hacia donde se escuchaban los disparos.
- Justo a tiempo: estos tipos se llevan los puntos por valentía, pero nos superan un poco en número. Hay más de un matón de gatillo fácil en esa bahía de aterrizaje - señaló Kira.
- Sensores de T7 indican "más de unos" enemigos = evaluación precisa.
- Los secuestradores amenazan con asesinar al doctor Tarnis, pero puede que solo sean amenazas; ya no sé si de verdad lo tienen.
- Amenazas o no, el doctor está en peligro - respondió la Caballero.
- Entonces, ¿Cómo procedemos? - preguntó Kira.
- Yo digo que esperemos a que nos apunten con sus armas y luego vemos qué hacer - respondió Neala con humor, ya que, en esta ocasión, necesitaba ese humor.
- Dame un tiempo para pintarme un blanco en la cabeza - respondió con sarcasmo -: tomé prestado un generador de campo sigiloso de la oficina del agente Galen que me hace prácticamente invisible: puedo colarme primero y, cuando tú ataques, tomaré a algunos matones por sorpresa, ¿Qué dices?
- Que, con una idea así, me sorprende que no hayas empezado antes... Adelante, señorita Carsen - sonrió Neala.
- Perfecto. Ahora me ves, ahora ya no - Kira se desvaneció -: me pondré en posición y esperaré tu señal para atacar, así que vamos a rescatar a ese doctor - Neala sintió un puñetazo amistoso en su hombro, imaginando que era la pelirroja, por lo que caminó hacia los enemigos, los cuales no representaron ninguna amenaza para el asalto de colores blanco y amarillo, subiendo por unas escaleras y quedando frente a una puerta, abriéndola. Cuando los soldados fueron a atacar, fueron golpeados con ataques invisibles, aunque el aparente líder sacó su bláster y lanzó una ráfaga eléctrica que afectó a Kira y el aparato, haciéndola visible y Neala poniéndose en posición Soresu frente a ella. Los disparos, aunque más precisos que los de soldados comunes, no eran nada comparado con la postura más defensiva con espadas láser. Pronto, el líder quedó arrodillado en el suelo.
- ¡Agh! Escoria Jedi... Te mataré... Algún día...
- Lo que sí mató fue mi generador de campo sigiloso; bueno, fue bonito mientras duró. ¿No es grandioso el trabajo en equipo?
- Te manejaste como toda una Jedi, Kira - elogió Neala, sorprendiéndola y desviando la mirada con una risa apenas contenida.
- Espera, voy a grabar esa línea y reproducirla frente a la Maestra Kiwiiks... Pero no hay rastro del doctor Tarnis, lo cuál complica un poco las cosas.
- Nosotros éramos los señuelos, ahora nunca encontrarán a su querido doctor de nuevo - contestó el secuestrador de manera arrogante.
- ¿De verdad? Dame un minuto con este tipo: haré que hable.
- Tranquila, deja que yo me ocupe - pidió Neala.
- Adelante, no diré nada. El jefe me matará si digo algo.
- Mandará a alguien a silenciarte igualmente, nosotros somos tu única esperanza.
- Si el jefe se llega a enterar de mi fracaso, entonces... Bien, tú ganas - Kira miró de reojo a su compañera con algo de sorpresa con esa persuasión: empezaba a verla con otra luz y ojos -: estoy con el Sol Negro, y mi jefe Salarr nos envió para llevarnos a su doctor a nuestro cuartel general, eso es todo lo que sé.
- Que un sindicato del crimen mayor quiera al doctor significa que debemos rescatarlo rápido: el equipo de seguridad y yo limpiaremos esto; deberías ir con el agente Galen a contarle sobre esto - terminó Kira.
Un pequeño time skip para saltarnos el proceso de viaje de vuelta de Neala y T7 más tarde, la Caballero llegó en medio de una conversación entre los Maestros Jedi, el general y el agente.
- El doctor Tarnis es el menor de nuestros problemas, general - dijo Galen -: los archivos no solo contenían información del Planeta-Prisión, sino también de cada prototipo de arma y centro de investigación existente.
- Nuestras armas experimentales más poderosas, y el Sol Negro tiene acceso a ellas. ¿Cómo es posible que esto pasara? - se preguntó el general.
- ¿Cuáles son esos prototipos de armas y por qué no nos contaron sobre esto? - inquirió Neala.
- ¡Las cosas se llaman "clasificadas" por una razón! - la Caballero alzó la ceja.
- Tranquilo, viejo amigo, es una pregunta justa... Para ser respondida en otro momento - dijo el Maestro Orgus.
- Debemos actuar con rapidez para asegurar estas armas. ¿Dónde las encontramos? - inquirió Kiwiiks.
- Tres centros de investigación fuera del planeta, con defensas mínimas para darles un perfil bajo. Son vulnerables.
- La maestra Kiwiiks y yo nos separaremos para proteger dos...
- Y yo me encargaré de la tercera - interrumpió Galen con determinación.
- Te toca la parte divertida: buscar al doctor Tarnis y la copia de los archivos del Sol Negro.
- Si lo hacemos rápido regresaremos a tiempo para cenar - bromeó Neala.
- Kira te acompañará también: sin el agente Galen, necesitarás de sus habilidades con las computadoras - dijo la Maestra Togruta.
- Puede ser impulsiva, pero dale una oportunidad: harán un buen trabajo juntos - aseguró Orgus.
- Si su habilidad es tan afilada como su sarcasmo, créeme que nos llevaremos de lujo - aseguró Neala.
- Ella lucha contra los apegos emocionales, así como muchos jóvenes Jedi: ten en cuenta eso - advirtió Kiwiiks.
- Debemos irnos: que la Fuerza nos acompañe a todos - Neala decidió mantener sus cada vez más recientes sospechas para sí misma; si acaso, confiaría eso a Kira.
- Los escoltaré a sus naves, amigos míos - dijo el general, con los Maestros Jedi marchándose con él.
- Antes de irme - habló Galen de repente -, pongo todos mis recursos a tu disposición: una unidad táctica especial se encuentra en el territorio del Sol Negro, oficiales de seguridad experimentados que han estado peleando durante meses contra esos gángsteres - le pasó una unidad de información -: ve a estas coordenadas y habla con el sargento Nidaljo: él puede ayudarte a rescatar al doctor Tarnis y conseguir la copia de esos archivos.
- Con una misión así de importante, no fallaré: aceptaré cualquier tipo de ayuda - respondió Neala.
- Les haré saber que irás junto a ellos. No subestimes a la pandilla del Sol Negro: disfrutan matando y son muy buenos en eso. Kira está en camino, la conectaré a nuestra red de seguridad antes de irme. Buena suerte.
________________________________________________________________________________
Capítulo terminado.
Voten y comenten.
Hasta el próximo capítulo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro