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Mis Personajes


⍟Nombre: Veron Duus

⍟Edad: 27 años

⍟Especie: humano

⍟Maestro: Luminara Unduli, y previamente Yoda.

⍟Padawan: un pequeño niño más que fue asesinado por Darth Vader antes de la Orden 66.

⍟Personalidad: "Please don't surrender".

La gran debilidad, así como la fortaleza, de Veron es su compasión y empatía; algo que para los Jedis puede ser visto como una virtud o como un problema. Si viene cierto el código no implica que los Jedis no sientan empatía, sí les prohíbe formar lazos o encariñarse, por las repercusiones que esto puede tener en la supuestamente imperturbable serenidad que han de poseer; esto siempre fue difícil para el joven, quien le costaba y aún le cuesta disociar el entendimiento del cariño. Es más, es una persona que ama con facilidad, de corazón cálido y carácter noble; ve un poco de bondad en todos, aunque no lo diga, y está dispuesto a dar su vida por una causa si esta lo convence.

Es apasionado, otra característica que siempre ha tenido que reprimir, siente con intensidad y posee impulsos poderosos, que podrían llevarlo a cometer errores. Tremendamente honrado, nunca matará a un hombre que no conoce, aunque eso implique dejar al Imperio con un peón más en su control, y nunca atacará a aquel que no esté armado.

Incluso ahora, varios años luego de la caída de la Orden Jedi, Veron siente que su consciencia pesa; sus acciones pasadas se rehusan a dejarlo libre, y es por esto que aún sigue el Código Jedi, en esperanzas de poder redimir sus errores, aunque ya no tenga mucho sentido. Si viene cierto no teme al lado oscuro como tal, sí teme caer en él, porque se ha visto puesto en situaciones donde su caída era inminente, y sabe que tiene la potencialidad de ser parecido a Anakin; su talón de aquiles, es, irónicamente, también su mejor arma.

Frente a los demás se presenta como una persona misteriosa, de pocas palabras y de apariencia tranquila y controlada; a pesar de su enigma, si te le acercas será amigable, distante pero cálido. Tiene una tendencia a demostrar curiosidad por el resto, una característica muy propia del deseo de conocimiento que implantó la Academia en él; busca saberlo todo, aunque sabe perfectamente que a veces la verdad puede doler, a pesar de que la ignorancia trae angustia en Veron.

Lejos de ser sabio, porque le falta mucho que aprender, es capaz de encontrar rápidas soluciones a los problemas, independientemente de su incapacidad de imparcialidad.


⍟Apariencia: En alguna época, Veron fue un muchacho atractivo y naturalmente armonioso, aunque sus valores de Jedi le prohibieran la vanidad; conserva gran parte de sus atributos físicos, pero con el cansancio y la preocupación, ha adquirido una apariencia casi desastrada, con la barba sin cuidar y los ojos oscuros rodeados de ojeras. Su cabello es de un negro azabache, contrastando con la leve palidez de su piel; sus labios son delgados, y yacen bajo una nariz masculina y algo aguileña, dándole un perfil pronunciado. Lo más intenso de su rostro es su mirada, que lleva una turbulencia oculta bajo la serenidad propia de un Maestro Jedi.

En combate, su túnica negra lleva el símbolo de la Rebelión, y cuando se encuentra más oculto lleva una capa que cubre las partes más técnicas de su armadura de Guardián Jedi.

⍟Habilidades: su fuerte siempre fue el combate cercano, armado de una agilidad y velocidad entrenadas con el Sable de Luz; no tiene ningún problema con utilizar la hoja tanto como un arma, como una defensa, desviando disparos sin dificultad. Ha aprendido por su cuenta a pelear con dos Sables, y lo hace casi tan bien como un Lord Sith. Es casi completamente inútil con un blaster, porque posee una puntería fatal.

En lo que concierne su afinidad con la fuerza, es bastante poderoso, capaz de detectarla en otros con solo estar cerca, y de movilizar varios objetos pesados a la vez. No alcanza el nivel de Yoda o el mismo Anakin antes de él, pero está relativamente cerca.

⍟Sable de luz: Veron construyó su Sable en el período de aproximadamente dos meses, durante los cuales Luminara lo llevó a las cavernas de Illum, donde consiguió el cristal azul que determinaría su paso por la Orden; el mango del arma es recto, con unas pequeñas almohadillas en el área donde va la mano, para evitar el deslizamiento fuera de esta. Usualmente lleva un solo sable, pero con el tiempo estando oculto, tuvo suficiente ocio como para construir un segundo, que utiliza solo cuando la situación realmente lo amerita.


⍟Alianza: Rebelde

⍟Historia: Nació en Stewjon, un pequeño planeta de atmósfera respirable y gravedad estándar, en su propio sistema; tenía una familia tremendamente cariñosa, donde tanto él como sus hermanos eran felices y se llevaban a la perfección. Trabajaban en los campos de frutas, igual que la mayor parte de los habitantes de dicho planeta. Fue descubierto por la orden Jedi, en ese momento por el mismísimo Obi Wan Kenobi en uno de sus viajes a aquel que también era su lugar de nacimiento, como un niño sensible a la fuerza; y tras el permiso de sus padres, fue llevado a Coruscant, donde viviría todo el resto de su infancia y entrenaría para transformarse en un Jedi.

Al igual que todos los niños, fue entrenado inicialmente por Yoda, hasta que logró pasar todo lo que la criatura verde demandaba de sus estudiantes; en ese momento, Luminara Unduli ya había perdido a Barriss Offee al lado oscuro, y no dudó en tomar al muchacho como su propio Padawan.

A la edad de los veinticuatro años pasó a ser un Maestro Jedi, pero no entró al Concejo, por dos razones; una, no se sentía preparado para ello, por sus fuertes características de personalidad que le jugaban en contra como Jedi, y porque prefería dedicarse a solo entrenar Padawans. Tomó a un muchacho bajo su ala, y comenzó el entrenamiento.

Al momento de la Orden 66, Veron se encontraba luchando en Kashyyyk, y había dejado a su aprendiz en el Templo, donde se suponía que estarían a salvo; cuando la orden se disparó, supo inmediatamente que no era así, y con la ayuda de unos Wookees que sobrevivieron al ataque, logró escapar hacia el templo, llegando unos pocos minutos luego de que Lord Vader se fuera; encontrar los cuerpos de los niños, incluido el del Padawan que había llegado a querer como a un hermano, lo llenó de tanta ira, que quebró una de las reglas más importantes del código.

Regresó a Kashyyyk unos días después, y encontró una campaña de Troopers; movido por la ira, no dudó en atacar, vengativo, y por supuesto logró matarlos a todos por puro placer.

Desde entonces no es el mismo, y vive en Yavin 4, cerca del Gran Templo donde yace una de las bases Rebeldes; se dedica a liberar personas de los malos tratos de las fuerzas Imperiales, y recopilando información para la alianza, por lo que no tiene un rol protagónico, y muchos de los Rebeldes ni siquiera saben que existe. No participa mucho de las batallas relevantes, porque su utilidad es con el Sable de Luz y la Alianza no desea ponerlo en peligro revelando que es un Jedi. Aún así, ayuda desde los costados, deshaciéndose de los refuerzos o apoyando en algún escondite con la fuerza.

Total, siempre y cuando no lo puedan ver, no tiene restricciones.

⍟Período: Imperio


➢Nombre: Elesmera Durron, sobrina de Kyp Durron y conocida por muchos como simplemente Era (pronunciado i-rah, como en inglés).

➢Edad: 24 años

➢Especie: humana

➢Personalidad: "There isn't such a thing as balance".

Volátil, por decirlo de una manera suave, es una buena palabra para describir a la mujer; posiblemente por las condiciones de su infancia, tiene un profundo odio por cualquier cosa que se asemeje a la represión, incluso la disciplina, con una tendencia a rebelarse si es que intentas obligarla a hacer algo. No llega a ser irresponsable, pero es terca hasta la tumba, y convencerla de hacer lo que tu deseas o de que haga algo por una causa externa más allá de su propio deseo, es casi imposible. Bastante hedonista en ese aspecto, busca la satisfacción personal por sobre todo lo demás, llegando al extremo de hacer cosas absurdas, peligrosas e innecesarias solo para sentirse bien por unos minutos. Posiblemente uno de sus pocos valores morales que no ha cambiado con el tiempo, es su amor por la libertad; para Elesmera, ser libre no tiene precio, y está dispuesta a todo con tal de poder tener libre albedrío. Transgrede las normas comunes de la sociedad, o está dispuesta a ello, para poder ser realmente libre. Oprimir emociones o impulsos, para ella, es ridículo y antinatural, y es por esto que se deja llevar muy fácilmente por lo que siente, sin pensar antes en las consecuencias que podrían llegar a tener sus actos. No obstante, como su deseo actual es vivir sin problemas ni órdenes que seguir, evita el conflicto lo más posible.

Pero si quiere, puede ser muy problemática; una maestra del engaño y la manipulación, dos habilidades que aprendió del Emperador, cuando reúne la energía para hacer más que solo lo que quiere de manera inmediata, es un arma peligrosa y buena de tener en su lado. Al contrario de lo que muchos piensan, Elesmera no es una persona mala; egoísta, sí, rebelde, también, pero mala no. Una parte de ella desea que el Imperio caiga, y que la guerra termine, para que todos puedan tener la paz y tranquilidad en sus vidas que a sus ojos se merecen; el problema es que, para la mujer, la Rebelión no logrará nada. Su objetivo es casi tan imposible como el ideal de balance perfecto de los Jedi, o el poder absoluto de los Sith. Una de las ventajas de charlar con la mujer, que no habla mucho en presencias ajenas, es que como conoce ambas caras de la moneda, puede otorgar una visión mucho más imparcial que por ejemplo un civil común, a pesar de que sus emociones le nublen el juicio.

Cuando encuentra algo para depositar su energía, trabaja de manera intensa y rápida, en esporádicos momentos de inspiración que pueden significar que termine de arreglar una nave en medio día, o que tarde meses en reconstruir un blaster.

Frente a los desconocidos, es vista como una persona brutal y severa, poseedora de un humor negro y de una amplia gama de críticas para comentar; es fácil de hacerla reír, pero se carcajea ya sea en burla, o en nerviosismo, más allá de que realmente algo le cause gracia genuina. No habitúa interactuar mucho con el resto, pero habla bastante para sus adentros, y si le das la oportunidad de hablar contigo, probablemente lo haga también. Lleva todas sus emociones a flor de piel y está completamente consciente de ello, y no le importa.

➢Apariencia: Un rostro como el de Elesmera es difícil de olvidar, independientemente de si haz visto su cicatriz o no; tiende a llevar una mirada dura, brutal, que muestra que a pesar de las visibles heridas no es alguien fácil de derribar.

Sus facciones son femeninas y armoniosas, de nariz respingona con una punta afilada sobre labios carnosos, ojos grandes y oscuros como pozos sin fondo, todo esto en un rostro dulce pero levemente cuadrado. De mandíbula prominente y pómulos definidos, pequeñas pecas adornan sus mejillas sobre su tez blanquecina, contrastando con las cejas oscuras y densas de la mujer; su cabello es de un color castaño sólido, grueso y con leves ondulaciones, que suele llevar atado por comodidad y de un largo hasta sobre sus hombros.

Una cicatriz cruda, cuyo origen es solo conocido para ella, recorre el costado derecho de su rostro, desde el borde interior de su ojo hasta su cuello; la piel no ha terminado de crecer sobre el profundo y ancho corte, que sigue rojo como si sangrara, pero realmente no lo hace. Posiblemente, por tanto la trayectoria como la profundidad, es una llaga creada por un Sable de Luz. En lo que concierne su contextura física, tiene un cuerpo fibroso y que muestra años de entrenamiento físico, esbelta, liviana, ágil y capaz de ejercer muchísima fuerza si le das la posibilidad. No alcanza a verse robusta, pero a simple vista, es una mujer poderosa.


➢Habilidades y armas: siempre fue muy poderosa con lo que involucraba el uso de la fuerza, y al igual que su difunto tío, y para la desgracia de los Jedis, habituaba utilizar su ira para duplicar su poder. Igualaba en este ámbito a su Maestro original, Windu, y no estaba muy lejos en el combate con Sable de Luz.

Al dejar atrás la Orden Jedi para unirse al Emperador a través de los Sith, Elesmera tuvo la oportunidad de mejorar su técnica de pelea con ni más ni menos que el mismo Darth Siedous, aprendiendo a luchar con dos Sables de Luz o incluso con solo uno pero doble. Tras abandonar ese lado de su vida también para llevar una vida oculta pero, a su gusto, libre, conservó sus Sables de Luz, uno rojo y sintético propio de los Sith Lord, y el otro azul, el que había construido durante su tiempo como Padawan.

Aprendió a pilotear pero solo lo justo y lo necesario, capaz de escapar a toda velocidad a través de la Galaxia si es que fuese necesario, pero no muy experta en combatir desde el cielo; así como tampoco es genial con los blasters.

Como tuvo que construir no uno, sí no que dos Sables de Luz en poco tiempo, Elesmera es hábil con las herramientas, y tiene cualidades de mecánico a pesar de que nunca recibió instrucción más allá de lo poco que se tocaba el tema en la Orden Jedi.

➢Alianza: Inicialmente Jedi, luego Sith brevemente como ayudante de Palpatine, y en la actualidad, ninguna. Es más, ahora detesta todo tipo de organización, desde el Imperio hasta los rebeldes.


➢Historia: Nacida originalmente en Alderaan, hija de una mujer y el hermano del conocido Jedi Kyp Durron, pocos recuerdos de su familia permanecen en la mente de Elesmera; desde pequeña fue localizada por la Orden Jedi, que reconocían el poder de su tío con la Fuerza a pesar de sus faltas de carácter, y rápidamente tomaron a la muchacha bajo su ala por su sensibilidad a la Fuerza. Fue tomada por Windu como Padawan, y demostró dificultades de inmediato; tenía la sensibilidad y tenía el poder, pero le faltaba el control, y cuando no podía controlarse se frustraba, y acababa por hacer las cosas movida por la rabia. Durante varios años, el máximo obstáculo que se encontraron tanto los Maestros como ella, era su personalidad; y el hecho de que realmente, no deseaba hacer lo que le pedían. No estuvo casi nada en entrenamiento, cuando decidió, a unos pequeños catorce años, que no le cuadraba ninguna de las cosas que decían los Jedi; reprimir las emociones era una forma muy desgastante de vivir, y la muchacha decidió que no solo no podía entender eso, si no que nunca sería capaz de hacerlo. No por voluntad propia por lo menos. La búsqueda de balance le parecía una estupidez imposible, y perdió toda su convicción.

Dejó la academia justo antes de que estallara la Orden 66, para tanto su desgracia como su suerte.

Fue enviada a Alzoc III junto a su familia, dado que su padre no solo había tenido importancia táctica en la batalla de Kashyyyk para la República sí no que había hecho un trato a escondidas con un separatista, para mantener la sensibilidad a la Fuerza de su hija a escondidas. En este planeta de tundra helada y nieve, se encontraban los campos de trabajo forzado de los esclavos, y Elesmera vería allí una realidad que la cambiaría para siempre.

Las palizas y maltratos eran recurrentes por parte de las Fuerzas Imperiales, pero aquello que más marcó a la muchacha, fue ver la violencia traída por la guerra entre el Imperio y la creciente insurrección Rebelde; ambos bandos se las arreglaban para arrasar con las casas de las personas que solo buscaban sobrevivir, para herir gente y niños inocentes, y para destruir el trabajo de los esclavos que al final recibían el castigo de todos modos.

En un lugar donde la represión era un estilo de vida, Elesmera comenzó a cambiar; se volvió independiente hasta el punto en que dejó de interesarse por los asuntos de su familia, y a la primera oportunidad que tuvo, escapó.

Esto desembocó en que fuese interceptada por un Providence Carrier del Imperio, y en un intento de defenderse en el espacio, acabó por revelar su afinidad con la Fuerza. Tras una rápida batalla con el mismísimo Lord Vader, Palpatine confirmó que la ira que la muchacha llevaba sería de gran utilidad junto a sus habilidades de Jedi; no le costó mucho convencerla de que se uniera, porque honestamente, Elesmera siempre había sentido una mayor afinidad por el lado oscuro.

Los Sith creían en los sentimientos, por lo menos.

Bajo la tutela de Darth Sideous, que deseaba crear una asesina y un títere para su Imperio, todas las enseñanzas de la mujer fueron desarmadas para implantar un nuevo y más duro entrenamiento; en un inicio, funcionó, y Elesmera se transformó en una mano más larga y oscura para el Imperio.

Hasta que recordó porqué había dejado a los Jedis para empezar; la opresión era un concepto abstracto repudiado por la mujer, y en un momento dado, cuando le pidieron que torturara a un grupo de Rebeldes, notó que ella estaba haciendo lo mismo.

Ya no era totalmente la oprimida; estaba manipulada, pero seguía teniendo una noción de sus propias creencias y opiniones, si no que era ella la opresora.

Aún así, hizo el trabajo; e inmediatamente después, en una misión a Bakura, desapareció.

Poco se sabe de su vida a partir de este punto, y el cómo de la cicatriz que tiene en la cara, también se desconoce; pero de algo todos están seguros.

Elesmera Durron ya no pertenece a nadie ni a nada. Y es casi más peligrosa que Kyp.

➢Período: Nueva República, Imperio.

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