Obi- Wan Kenobi x Lectora
Nota: Este no es el one-shot que correspondía ahora, pero viendo que tuve más de 3 pedidos iguales en pocos días, decidí regalarles este fic anticipado.
Eras la nueva aprendiz de Lord Tyranus, conocido por todos como el conde Dooku.
Tú flota acababa de ser vencida por Anakin Skywalker y su padawan Ahsoka Tano, aún así tu misión había sido todo un éxito, vencerlos nunca fue tu misión, tu misión iba mucho más allá, tu maestro no había querido revelarte los detalles, pero tú sabías por que sucedía, solo fingías no saberlo.
- Ríndete tus tropas han caído- dijo Anakin Skywalker con aquel tono de voz tan petulante a través de la transmisión.
- Me rindo- dijiste mirándolo desafiante y con una sonrisa que lo descolocó.
- Algo anda mal maestro- dijo la padawan Ahsoka Tano mirando a su maestro
- Debería escuchar a su padawan general Skywalker- dijiste sonriendo y él te miro con curiosidad- Tal vez haya perdido algo- dijiste y su gesto fue serio entonces- o a alguien.
- Maestro- susurró Anakin sorprendido y con una sonrisa petulante cortaste la transmisión.
Observaste a tu lado al jedi que dormía profundamente, te había costado trabajo capturarlo, pero finalmente lo habías logrado. Dirigiste la nave hacia una de las bases separatistas, tu misión era simple, capturar a Obi- Wan Kenobi, para interrogarlo. Pero sabías que ese no era el único propósito de tu misión, sabías que tu maestro servía a un sith de mucho más poder, y sabías por qué Lord Sidious había ordenado que el conde Dooku secuestrara a Obi- Wan Kenobi. Anakin Skywalker debía ser corrompido, ¿Y qué mejor forma que perder a su maestro? ¿A su guía? Pero tú tenías otros planes para el maestro Kenobi. Los habías tenido desde la primera vez que lo conociste, enfrentándote a él en Poliss Massa.
Ordenaste a los droides que te dejaran a solas con él, y ellos lo hicieron, cerraron la puerta y te sentaste a meditar, consumiéndote en el lado oscuro de la fuerza, hasta que de pronto lo sentiste comenzar a despertar. Sentiste como él te observó y buscó su sable de luz, pero tú no eras estúpida, él no podría encontrar su sable de luz, no en ese lugar al menos.
- ¿por qué me has traído hasta acá?- preguntó curioso, avanzando hacia ti, que seguías sentada meditando en el suelo.
- Porque puedo- respondiste tranquilamente, abriendo tus ojos y poniéndote de pie con cuidado avanzando hacia él.
Pudiste sentir como el se tensaba a través de la fuerza.
- No parece que me hayas traído acá para interrogarme- dijo arqueando una ceja.
- Una suerte claramente que no haya ido el general Grievous por usted, maestro Kenobi- dijiste tomando su túnica sintiendo su confusión.
- Entonces te has ofrecido tú para ¿Está misión?- dijo con incredulidad.
Sonreíste, sabías que estaban en igualdad de condiciones, tal vez tu maestro te habría acusado de ser una idiota, entrar a una habitación cerrada con uno de los mayores enemigos de los separatistas, sin tu sable de luz. Solo una demente lo haría, toda la misión podría fallar si el te derrotaba.
Pero tus planes eran diferentes, tus planes iban mucho más allá, y sabías que él no podría resistirse a ti, así como tú no podías resistirte a él.
- Reitero mi pregunta querida ¿Por qué me has traído acá?- preguntó en un tono de voz más grave, te mordiste el labio en respuesta, podías sentir tu cuerpo reaccionando al simple sonido de su voz ¿Y es que cómo no hacerlo? Aún así no podías demostrar cuanto te afectaba.
Lo observaste, y entonces ante su mirada completamente sorprendida, dejaste caer tu vestido, quedando solo con ropa interior frente a él. Su mandíbula casi cayó, y sonreíste, sintiéndote poderosa, poderosa por poder lograr sorprender a uno de los maestros jedi más respetados.
- ¿Qué estás haciendo?- dijo dándose la vuelta sin querer mirarte, sonreíste, ni siquiera estaba intentando huir.
- ¿No parece obvio maestro Kenobi?- preguntaste con inocencia avanzando hacia él, abrazándolo por la espalda, sintiendo sus fuertes músculos.
- Baste- dijo apartándote, pero observándote de reojo.
- ¿Por qué los jedi lo tienen prohibido?- te reíste, más bien te burlaste- Pero yo no soy un jedi, y tú eres mi prisionero, si alguien lo supiera, podrías incluso decir te que te obligue, maestro- sonreíste
- ¿Por qué haces esto?- preguntó su tono de voz se notaba afectado, sabías que él no era indiferente a ti, lo sabías desde que se vieron por primera vez en una misión.
- Porque me deseas maestro, y yo te deseo- dijiste avanzando hacia él nuevamente abriendo su túnica y él no puso resistencia.
Sabías que estaba luchando contra su código, pero también sabías que él te deseaba, y necesitabas que lo hiciera, necesitabas tenerlo a tu lado, para tus futuros planes.
- ¿Por qué se resiste maestro?- preguntaste quitándole la túnica con fuerza- Será a mi a quién culparan- dijiste pasando las manos por su pecho ahora desnudo, tenía algunas cicatrices pero no le quitaba su belleza. Sin poder evitarlo besaste cada una de ellas, sintiendo como el tiraba su cabeza hacia atrás- Deje de luchar maestro, yo puedo darle lo que quieres- dijiste y entonces él tomó su cabello, suavemente, sonreíste mordiéndote el labio y él te beso, con fuerza, con pasión, sin delicadeza alguna.
Sabías que él estaba molesto por no poder controlarse, sabías que él estaba molesto por haber sido atrapado, pero sabías que toda esa situación lo excitaba.
Lo sentiste empujarte hacia la muralla y sonreíste, mordiendote el labio nuevamente, observando como el dirigía su mano hacia tus pechos mientras la otra sostenía tu cuello.
Debías admitirlo te estaba sorprendiendo, nunca esperaste que él fuera un amante tan apasionado. Lo sentiste amasar tus pechos por sobre la tela, mientras la otra mano bajaba de tu cuello a tu trasero, lugar donde apretó con fuerza, haciéndote jadear.
- Creo que esto sobra- gruñó y su tono de voz provocó que te humedecieras inmediatamente.
Observaste sorprendida como simplemente rompió tu ropa interior y no pudiste evitar abalanzarte sobre sus labios, siendo recibida de buen gusto esta vez, lo sentiste repartir besos por tu cuello, por tu clavícula y finalmente por tus pechos. Gemiste y lo sentiste sonreír, era un maldito engreído, pensaste pero no pudiste seguir pensando debido al placer que te provocaba.
- ¿Cuál es el propósito de esto querida?- te preguntó su voz divertida mientras tomaba tu cuello nuevamente, pero esta vez su mano bajaba hasta tu sexo- ¿Estás así por mí?- preguntó con una sonrisa sintiendo lo mojada que estabas y tú sonreíste entre jadeos.
- Lo conoce maestro, sabe que es lo que quiero- dijiste sintiendo como él apretaba más tu cuello.
- No, hay algo más, no creo que hayas organizado toda esta ''misión'' solamente para hacer que te folle- dijo y la obscenidad de sus palabras te hizo sonrojarte.
- ¿Por qué no?- preguntaste desafiante y él sonrió, sus ojos azules se volvieron oscuros. Retiró sus dedos de tu interior y jadeaste, lo viste dirigirse hacia sus pantalones y entonces lo hiciste tu misma, bajaste sus pantalones con desesperación haciéndolo sonreír.
- Vaya preciosa, pareces ansiosa- te dijo con una sonrisa mientras besaba tus labios.
- ¿Usted no lo está?- preguntaste deleitándote al observarlo completamente desnudo, ''y preparado''.
- Escúchame bien hermosa- te dijo presionando su cuerpo contra el tuyo- Has sido muy mala al secuestrarme y traerme hasta acá- dijo acariciando tu cintura
- ¿Qué hará al respecto maestro?- preguntaste en un jadeo irregular cuando su mano cayó contra tu trasero. Seguro eso dejaría una marca.
- Voy a follarte hasta que lo único que puedas gritar sea mi nombre- dijo en un tono oscuro- Y luego hablaremos de tu verdadero plan.
Ibas a hablar pero sentiste como te tomó de los muslos y sin previo aviso entro en ti. Haciéndote jadear y abrazarte de su fuerte espalda mientras enrollabas tus piernas en sus caderas.
Lo sentiste enterrar su rostro en tu cuello intentando controlarse, pero tú no querías que se controlara, moviste tus caderas y él apretó tu muslo, lo sentiste moverse despacio al principio, mientras tú disfrutabas de su tamaño, estirándote.
Lo sentiste moverse más fuerte aquella vez, y gemiste alto, te beso profundamente mientras sus empujes aumentaron, sus movimientos eran fuertes y rudos, pero no te lastimaban, era lo que querías era lo que deseabas desde la primera vez que lo viste.
Tus gemidos se escuchaban por toda la habitación, y sus gruñidos se escuchaban con cada embestida, querías hablar pero incluso habías olvidado como hacerlo, sentías tu espalda golpear contra la pared, pero en lo único que podías concentrarte era en la sencilla pero potente sensación de placer. El tacto de sus fuertes manos sujetándote, el roce de su pecho con los tuyos, estabas tan cerca y lo único que podías gemir era su nombre en voz alta. Fue cuando descubriste una cosa, el maestro Obi- Wan Kenobi cumplía sus promesas, te estaba follando hasta que lo único que podías gritar era su nombre, hasta que lo único en que podías pensar era en su miembro llenándote por completo, provocandote sensaciones que nunca pudiste siquiera imaginar.
Sentiste tu clímax apoderarse de ti, arañaste su espalda con una mano, mientras la otra fue a sus cabellos tirándolos, solo podías gritar de placer, y sentiste como sus movimientos eran aún más bruscos hasta que alcanzó el clímax dentro de ti. Te cargó con fuerza, mientras escondía su rostro entre tus pechos, descansando, agotado.
Al cabo de unos minutos, se separaron, besándose cortamente. No había arrepentimiento en su mirada, pese a que había ido contra el código.
- ¿Me explicarás ahora cuál es tu misión realmente?- pregunto Obi- Wan acariciando tu rostro.
- Tome mi mano maestro, y lo convertiré en el ser más poderoso de la galaxia, tome mi mano y juntos acabaremos con la guerra, juntos dominaremos la galaxia.
- ¿Por qué crees que yo querría dominar la galaxia?- te preguntó y sonreíste.
- Porque estás cansado de contenerte, estás cansado de ver que nada de lo que haces parece funcionar maestro, porque me deseas tanto como yo te deseo- dijiste seduciéndolo nuevamente - Tome mi mano maestro, tome mi mano y estaremos juntos para siempre- dijiste dejando ver tus ojos amarillos, completamente consumida por el lado oscuro
Sentiste el cambio en la fuerza, sentiste como el maestro Obi- Wan Kenobi sonreía, estiraste tu mano y el la tomó solo para atraerte hacia él nuevamente. Se besaron y lo supiste, habías corrompido a un ser que muchos pensaron sería incorruptible, muchos habían intentado derrotarlo, muchos habían intentado doblegarlo, pero ¿Para que querías derrotarlo si podías ofrecerle la victoria? ¿Para qué querías doblegarlo si podías ser su víctima dispuesta? ¿Para que querías vencerlo si podías dejar que el tomara tu cuerpo y lentamente descendiera a la oscuridad? ¿Para que querías todo el poder si podías compartirlo con él?
Fue ese el día en que ambos se unieron, juntos dominarían la galaxia, juntos traerían la paz, la justicia y la seguridad a su nuevo imperio.
-
Me he quedado sin one-shot para mañana, pero ejoy it! jajajajajajajajaja
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro