Le llamaban loca
Sé que esto debería ir en love songs, pero lo puse acá porque quería contar esta historia de amor triste acá jaja. Esto es un gran drama, inspirado en la hermosa canción de José Luis Perales llamada le llamaban loca. Me he llorado todo el tiempo que me demoré escribiéndolo, así que les aviso desde ya que esto está tristísimo.
Padme observaba por la ventana de su apartamento en Coruscant, observaba esperando que la nave de Anakin llegara, él llegaría a por ella, ella sabía que eso sucedería.
Sintió una manta sobre sus hombros y a su hija Leia sentarse a su lado, ella era una joven de 20 años ya al igual que Luke.
- ¿Aún no llega papá?- preguntó Leia y Padme negó.
- Llegará- sonrió Padme y Leia la abrazó. Sabiendo que él jamás llegaría.
Él había muerto muchos años atrás luchando contra Lord Sidious, él había ganado la batalla pero había quedado herido, y había muerto antes de verlos a ellos nacer.
Su madre no había podido superarlo, y su mente, simplemente había colapsado, ella llevaba 20 años esperando a que él regresara, y a pesar de que muchos habían intentado decirle que no sucedería, ella seguía esperando.
El mundo había sido de ellos dos y para ellos dos, Anakin y Padme habían sido la historia de amor más grande que la galaxia había presenciado, sin embargo él había muerto como un héroe, y Padme no podía aceptar eso.
Ahora el hogar de Padme estaba en ese apartamento, pero solo podía observar las nubes ir y venir junto a las estrellas, pasaba todo el día sentada en ese balcón, con el collar que él le había dado entre sus manos, en su mirada había amor, y en sus respuestas un sí, cada vez que le preguntaban si lo esperaría un poco más.
Él se había ido y ahora los cabellos de Padme lentamente se habían comenzado a teñir de gris, ella aún era joven, pero su cuerpo comenzaba a deteriorarse poco a poco, su cabello era un ejemplo de eso, sus manos estaban débiles, y tenía que usar una silla de ruedas, apenas lograban hacerla comer, porque ella siempre quería estarlo esperando.
Sus hijos habían crecido junto a ella, ella les había dado todo el amor que necesitaban, pero a medida que los años pasaban, su condición fue empeorando, y ahora que ellos eran adultos ya, sabían que no había regreso para la mente perdida de su madre.
Solo había un final para su dolor, y era que Anakin regresara, pero ellos sabían que eso no sucedería.
Algunas personas en las holonews se habían enterado de la condición de Padme, y la habían comenzado a llamar loca.
Luke había escuchado algunos comentarios en el templo jedi, y había golpeado a todos los que se habían atrevido a llamar loca a su madre.
Incluso algunos senadores que visitaban a Padme, habían susurrado en los pasillos que ella estaba loca, pero ella cuando los escuchaba, les decía que no estaba loca, que tal vez un día si estuvo loca, pero fue por amor. El eterno amor que ella siempre tendría por su esposo.
Dos años más pasaron y con el dolor de su alma Luke y Leia debieron internarla en un hospital psiquiátrico en Naboo.
La visitaban casi a diario, y siempre la veían observando en dirección a la casa del lago, el lugar donde se habían casado. Ella siempre parecía estar mirando hacia allá, siempre sonreía mirando el atardecer, Leia podía usar la fuerza para ver sus recuerdos, y sabía que ella estaba sonriendo, evocando su boda con Anakin.
Leia lloraba abrazándola, aunque Padme no entendía el por qué. Luke por su parte se mantenía firme, pero lloraba maldiciendo la suerte de su madre, maldiciendo no haber podido conocer a su padre, maldiciendo el saber que ella nunca se recuperaría.
Sin embargo, 5 años después de ser internada en ese hospital, ella volvió a peinar su cabello, se maquilló y se puso el collar que él le había dado.
Sus hijos ya estaban casados, y ella sabía que ellos estarían bien. Cuando ellos la visitaron ese día, ellos estaban felices de ver que ella había recuperado la lucidez para sonreírles y decirles que les deseaba lo mejor en sus vidas, que estaba muy feliz por ellos y que los amaba.
Cuando ellos se despidieron de ella, la vieron sonreír con auténtica felicidad.
Sin embargo, ese atardecer, ella vestida con su hermoso vestido de novia que siempre guardaba entre sus pertenencias, caminó hacia uno de los asientos del lugar, y se sentó sonriendo y mirando hacia el atardecer, donde las nubes se perdían con el sol.
Observando a un mundo en que el amor triunfaría.
Cuando las nubes llegaron al punto exacto de la hora de su matrimonio tantos años atrás, ella sonrió y cerró los ojos, y cuando los abrió, él estaba allí, observándola con la misma hermosa sonrisa que la observó cuando ella le dijo que estaba embarazada.
Ella se puso de pie y se colgó de su cuello sintiéndolo cargándola con dulzura.
- Tú mano- dijo ella dándose cuenta que la mano de su esposo ya no era metálica- Mi cabello- dijo mirando los hermosos rizos color castaño que ahora caían por su pecho y espalda.
- Es hora de irnos mi ángel- dijo él sonriéndole- Es hora de marcharnos- dijo él y ella sonrió.
- Es hora de marcharnos, iré a donde sea contigo, para siempre- dijo ella y él la besó.
Ella había esperando tantos años por él, y por fin él había regresado. Él la tomó de la mano y le susurró que la amaba, y entonces caminaron juntos hasta perderse por los hermosos prados de Naboo. Juntos, para toda la eternidad.
En la noche, Luke y Leia fueron informados de que su madre había fallecido. Ellos habían estado inconsolables, sin querer aceptarlo, pero finalmente tuvieron que hacerlo.
El funeral de Padme fue en Naboo y reunió a todos los que la conocían, todos lloraron su muerte, y ella fue enterrada junto a la tumba de su amado esposo en Naboo.
Luke y Leia con el tiempo superarían su muerte, era lo único seguro que todos tenían, el saber que algún día morirían.
Pero en otro lugar, más allá del tiempo y el espacio, Padme y Anakin caminaban tomados de la mano, viviendo felices, como no pudieron serlo en vida.
Y desde aquel lugar, siempre velarían por el bienestar de sus hijos, y de sus nietos, y de toda su familia, hasta el momento en que estuvieran juntos nuevamente.
Su historia de amor fue contada en cientos de canciones, poemas y novelas, porque siempre serían la historia de amor más hermosa jamás conocida.
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