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Capítulo 14: Planes de boda y regreso a palacio

Narrador XX:

Durante la siguiente semana, Anakin, Padmé y Fernanda, se la pasaron jugando con los niños, quienes durante todo este mes, han tenido los mejores momentos de su vida; Anakin y Padmé, pudieron tener bastantes momentos a solas y tener recuerdos románticos de su amor, en cierto punto, los niños descubrieron su secreto y se emocionaron de que sus protectores pudieran ser felices. Luego, en Mandalore, otra pareja de enamorados, ya estaba planeando su viaje a Naboo, para llevar a cabo su boda secreta...la duquesa le pidió a Padmé ser su madrina, ya que era una de sus amigas más cercanas y que sabía que la entendería; porque ella no era como sus padres. Todo estaba arreglado para dentro de unas tres semanas, Padmé y Anakin, llamarían al sacerdote y todo estaría apartado para dos días, antes de su regreso. Los jóvenes de Mandalore, estarían resguardados ambos días y siendo vigilados por la hermana de Satine, quien se ofreció junto con un grupo de soldados fieles a Satine y Korkie a cuidar que nadie entrara ni que pudiera tener información que delatara la posición secreta de los jedi.

Satine: - Estoy nerviosa, Obi-Wan - la ex-duquesa de Mandalore le comentó a su prometido, quién se encontraba acostado debajo de ella en el sofá de su casa en la playa.

Obi-Wan: - ¿Por qué amor? Estamos a unas semanas de casarnos - preguntó dándole un beso en la cabeza - ¿Acaso ya no quieres casarte conmigo? - preguntó angustiado y nervioso.

Satine: - Por supuesto que sí, Obi - se volteó rápido y le besó la mejilla, para luego verlo a los ojos - es sólo que no hemos salido en más de dos meses y tengo miedo de que nos descubran o peor, que nos sigan y que den con el escondite de Bo.

Obi-Wan: - Debo admitir que yo también estoy nervioso, pero no podemos dejar que el miedo nos dime, amor - le dijo viendo que sus ojos con ternura, a pesar de todo, jamás se cansaría de ver la belleza de su mujer y se aumentaba ese sentimiento cuando sabía que él era quien podía fortalecer su corazón, sobre todo cuando tenía miedo - sabíamos que tarde o temprano este momento llegaría y que es la única opción para casarnos, para que no haya registros visibles a primera mano y que estemos casados tanto legal como religiosamente, ante los ojos de la Fuerza que eso es lo que en verdad importa - eso la hizo sonreír, causando que su corazón se derritiera.

Satine: - Lo sé y cada vez añoro con Fuerza que ya podamos estar casados - se acurrucó más en su pecho y él, la encerró más en su abrazo, claro dejándola respirar.

Obi-Wan: - También yo, muero por hacerte mía para siempre - ambos se besaron sonriendo y saboreando el momento, ya que uno nuca sabe cuando será el último día en que puedan estar en paz.

Satine: - Yo ya soy tuya, Obi-wan....desde el primer día en que te vi por primera vez en mi vida...cuando éramos unos niños y que llegaste en mi auxilio, para cuando estaba la guerra civil - le dio otro beso en la barba, causándole cosquillas en los labios.

Obi-Wan: - Sino mal recuerdo, creo que lo primero que hiciste fue verme con cara de superioridad y sobre todo, no te gustaba que anduviera contrariando tus ideales - Satine rió y giró sus ojos por el maravilloso recuerdo, de cuando se vieron por primera vez - ¿Cómo fue que me llamaste....niño engreído y mimado?

Satine: - Eso fue porque sí eras un engreído - ambos rieron divertidos, pero no podían dejar de sonreír por todo lo que tuvieron que pasar y hacer, para darse cuenta de que eran el uno para el otro - y en segundo, lo hacía porque quería seguirte oyendo, a pesar de que no tuviéramos los mismos pensamientos; además de que me encantaba verte entrenar - ése comentario, provocó que ella se sonrojara en toda la cara.

Obi-Wan: - ¿Ah en serio? - levantó una ceja divertido, sabiendo lo quería y a lo que se refería - ¿Y sería tan amable de decirme a qué tipo de entrenamiento se refiere, my lady? - se fue acercando lentamente y sigilosamente a ella, moviendo seductivamente a su bella presa.

Satine: - ¿QUÉ se supone que quiere decir eso? - pregunta asombrada y confundida, a lo que Obi-Wan ríe y se acerca todavía más al oído de su prometida.

Obi-Wan: - En ese tiempo, yo hacía dos tipos de entrenamientos - dijo quisquilloso, pero con la intención de sonrojar todavía más a su novia - el primero era con mi sable de luz, pero el segundo....era el que ambos hacíamos cada vez que Qui-Gon se iba a pasear para buscar comida o vigilar si no había peligro - eso último, se lo dijo en la oreja, a pesar de que no había que pudiera escucharlos, pero la intención fue para sonrojarla y fue un éxito para el gran negociador de los jedi, ambos rieron a carcajadas por la libertad que tenían de ser como lo que son....una pareja enamorada.

Satine: - Obi-Wan Kenobi, ¿quién te viera? - dijo tratando de recuperarse, pero luego recordó la vez que intentaron llevárselo unas autoridades de Courusant, antes de que partiera de Mandalore.

Obi-Wan: - ¿Qué pasa, Satine?

Satine: - Aún recuerdo cuando estuvieron a punto de llevárselos cuando ya se iban a ir - la sonrisa de Obi-Wan, se desvaneció ligeramente, pero se mantuvo firme, porque sabía que no había sido fácil superarlo para ella.

Satine: - No quiero que pase lo mismo, Obi....esa vez, apenas y pude esconderlos con mis guardias y no quiero pensar en lo que nos pasaría si te descubrieran - ya tenía lágrimas en los ojos.

Obi-Wan: - Descuida - le dio otro beso - eso no pasará y si ocurre, estoy seguro de que lo enfrentaremos juntos, porque pasaremos por el mismo castigo, como traidores a la República y nos veremos más pronto de lo que puedas imaginarte y ¿sabes qué es lo mejor de todo? - ella, negó con la cabeza, pero sonriendo un poco - Que no me arrepiento de haberte conocido y haberme enamorado de ti, amo cada segundo de todo y si tuviera que repetirlo de nuevo, lo haría con tal de volver a verte - ambos se fundieron de nuevo en un beso de amor apasionado, ella le entregaba su corazón como siempre lo había hecho y después se quedaron dormidos hasta la hora de la comida. Luego, vieron estrellas y escucharon el cantar de las criaturas nocturnas, para después ir a dormir y soñar con un futuro y la esperanza de la paz en la galaxia.

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Narrador Padmé:

El día antes de regresar a palacio, Ani y yo, hicimos varias veces el amor, jamás me había sentido tan bien, mucho menos así de activa, para estar despierta hasta la madrugada con el hombre que más amo en el mundo, lo cual ya es mucho decir y me siento feliz de hacerlo con él, porque yo no sería feliz al saber que estoy tan cerca y tan lejos de él. Sabiendo que él vive aquí, mientras yo vivo en palacio lleno de lujos y que tendré que aguantar el vivir con un espía que quiere manipularme a mí y a mi familia, para poder acabar con los jedi que quedan y no sé qué otras cosas piensa hacer; para ello, tendré que fingir ser la buena prometida, para acabar con esto de una buena vez. Pero ahora, a unas cuantas horas de regresar a mi vida de princesa perfecta, me encuentro más que aliviada, de estar con el hombre que me ha enseñado a ser yo misma, jamás podré agradecerle todo lo que ha hecho por mí en este mes y que, seguirá haciendo mientras estemos dentro de palacio; con respecto a los niños, los tres iremos y vendremos a cuidarlos como siempre, turnándonos una semana unos la otra semana los otros, ellos no estarán desprotegidos. 

Anakin: - ¿En qué piensas? - me sacó de mis pensamientos, la voz encantadora de mi novio, quién yacía acostado a mi lado derecho, desnudo y sonriente después de varias horas de entregarnos a nuestro amor. 

Padmé: - En lo afortunada que soy al tenerte, amor mío - le dije poniéndome a su altura, algo cansada después de mucho amor, sin embargo, no podía contener la sonrisa que salía de mi boca al verlo a los ojos y más, cuando su sonrisa se ampliaba con la forma en que lo llamaba. 

Anakin: - Amo cuando me llamas así - me confesó con unos besos precoses en mis labios, yo reí por sentir su aliento en mi nariz y en mis labios. 

Padmé: - Me alegra que Satine y tu amigo, Obi-Wan, puedan tener una relación amorosa como nosotros - dije después de un rato de puro silencio, él sonrió y volteó al techo, recargando una mano sobre su cabeza. 

Anakin: - Jm, el viejo Obi-Wan, jamás me imaginé que él tuviera un amor imposible también - rió aguantándose las carcajadas, pero fue un intento fallido de alguna manera. 

Padmé: - ¿Por qué? Nosotros la tenemos - me recargué sobre mi codo, para poder verlo un poco mejor, sobre todo viendo por cómo estamos acostados en su cama y encogí mis hombros para darle sentido inquisitivo a mi pregunta. 

Anakin: - Lo sé, pero me refiero.... - tomó aire para después continuar - Obi-Wan, siempre me instruyó a no tener una relación, porque el código jedi lo prohíbe, sin embargo, siempre tuve la sospecha de que él tenía muy guardado en su mente, los recuerdos de un viejo amorío...el cual resultó ser la duquesa de Mandalore y ahora, viendo hacia tras, puedo reír ante la ironía de que gracias al tener que ocultarnos por ser "prófugos y criminales", hoy tanto él como yo, tenemos a las mujeres de nuestras vidas y que muy pronto nos casaremos - al terminar su frase, levanté mi ceja izquierda, pero luego entendí su retórica y me quedé con la boca abierta, para cuando volteé a verlo, vi que su rostro formaba una sonrisa de lado, que incluía picardía en sus pensamientos. 

Padmé: - ¿Hablas en serio? - pregunté emocionada, pero tenía que andarme con cuidado, no quería terminar con el corazón roto y menos, descubrir el hecho de que todo esto, sólo era un sueño que me aseguraba fantasías y al ver mi cara de miedo, él tomó mis manos y se las acercó a su corazón. 

Anakin: - Padmé....desde que nos conocimos, no he dejado de pensar en tus ojos marrones y tu hermoso rostro, que se ve mucho mejor sin todos esos adornos que me mostró Fernanda en unas cuantas fotos familiares - yo reí por eso, debo admitir que me siento más libre sin tener que ocultar mi rostro al mundo y más, si él es quién lo admira - no puedo imaginar, vivir en un mundo donde no estés, Padmé, eres mi vida....mi ángel caído del cielo, desde el momento en que nos encontraste en las calles de Theed; no estoy dispuesto a perderte Padmé, pero tampoco quiero obligarte a pasar una vida llena de peligros, más cuando estamos hablando de los enemigos mortales de tus padres - bajó los ojos de vergüenza, al decir esas palabras, como si reconociera que él no valía nada comparado con mis padres, pero para mí él es mucho más que un simple jedi...ÉL, es el rey de mi corazón, sea príncipe, plebeyo o no - y...y me harías el más grande honor, de permitirme ser tu compañero de vida porque ése es mi más grande anhelo, ahora que te tengo y que te demostré lo valiosa que eres en mi vida, quiero preguntarte Padmé....después de todo lo que pase en palacio con Clovis, ¿estarías dispuesta a ser mi esposa? - después de toda su confesión y petición, mis lágrimas ya se habían derramado por toda mi cara, incluso creo que mojé sus sábanas con un diluvio. 

Padmé: - Sí, Ani - dije en susurro, la emoción me ganó que ni siquiera podía formular bien mis palabras, asintiendo como loca, tratando de hacerle entender que también es mi mayor sueño, ser la esposa de alguien maravilloso y que me ame por quién soy - te prometo que en cuanto Clovis esté fuera de Naboo, o al menos del palacio, gritaré a los 7 vientos que seré tuya por siempre y para siempre, te amo - le dije sonriendo como una desquiciada, él besó mis manos múltiples veces y nos volvimos a besar con pasión, sin embargo, ya no pasó a mayores porque a la mañana siguiente, teníamos que arreglarnos a primera hora para llegar a casa; Fernanda se quedaría unos días más, debido a que ha estado trabajando duro mientras yo no estoy, entonces, papá le dio una semana en el retiro, lo cual serviría para cuidar a los niños y que no queden desprotegidos. Al día siguiente, yo fui la primera en despertarme y me vestí cuidando de no hacer ruido, después de todo, él hizo mucho esfuerzo durante la noche y necesita recobrar las energías para pasar como guardia de seguridad de palacio. 

Anakin: - Mamá, no quiero ir a la escuela... - se quejó como todo un niño de 5 años, que quiere seguir durmiendo hasta el atardecer. 

Padmé: - Ani...soy yo, Padmé, recuerda que me tienes que acompañar al palacio - le dije al oído, besando parte de su cuello, para hacerlo despertar....es una técnica que he ido mejorando, al paso de esta semana. 

Anakin: - ¿Ya es hora? - se quejó como niño chiquito, pero logré que se levantara, lo dejé para que se cambiara al uniforme que Fernanda le diseñó hace unos días, para que no creara sospechas. Luego, desayunamos antes de que los niños se despertaran y salimos hacia el lago, mientras veía el amanecer, yo me puse mi capa oscura para que nadie me reconociera y Ani, se puso su casco para evitar que pudieran rastrear su sensibilidad en la fuerza, pero también pude detectar su nerviosismo, por eso lo tomé de la mano y le di un beso en ella.

Padmé: - ¿Por qué estás nervioso, Ani? Vas a estar bien conmigo - sacó un suspiro que ni siquiera pienso, que sabía que se lo estaba guardando.

Anakin: - La parte de ser tu guardaespaldas es la parte sencilla, eso no es difícil....sino que voy a ver a tus padres todos los días y tengo miedo, de que....no pueda controlarme - respiró temblando, pero lo abracé de lado y sentí cómo su respiración se fue calmando.

Padmé: - Si te sirve de consuelo, yo también estoy nerviosa, mis padres son difíciles de entender y de convencer, pero estoy segura de que algo de seguridad extra, sobre todo para mi seguridad, no creo que sea de mayor incumbencia para mis padres, jeje - los reímos y compartimos unos cuantos besos antes de llegar a la costa; de lo que sí me iba a encargar es de el "compromiso" que ellos me arreglaron. Ése era un asunto muy importante que debía discutir con ellos en privado, cuando llegamos a palacio, me recibieron los guardias de la entrada, quienes le dieron una mirada sospechosa a Anakin, el cual no mostraba emoción alguna ante sus miradas de superioridad - Frederick, Donald....dejen de barrer al nuevo recluta, es un amigo de una ex-compañera de la escuela, que me pidió que si le permitía ser un guardia en el palacio - ambos guardias se vieron y nos dejaron pasar en silencio, gracias a la Fuerza, convencí a Anakin de que yo le guardara en mi maleta; el casco que creó Fernanda si es realmente efectivo, ya que ninguna alarma sonó en cuanto pasó adentro del pasillo principal.

Paolo: - Princesa, me alegra que haya vuelto de su retiro - saludó sonriendo y ligeramente excitado, debo decir que eso no lo esperaba.

Padmé: - Paolo, es bueno volver a casa - me sorprendió cuando me encerró en un fuerte abrazo, al que correspondía como los amigos que somos, pero cuando nos soltamos, pude ver que su cara se volvió algo....¿Celosa, dudosa...no lo sé?

Paolo: - ¿Quién es usted, señor? - habló intimidante, pero con la altura de Anakin, no le era suficiente su tono de voz.

Padmé: - Relájate, Paolo, él es un nuevo recluta, es mi nuevo guardaespaldas - los ojos de Paolo, se abrieron como platos y no estoy muy segura, pero puedo decir que algo no andaba bien en eso.

Paolo: - ¿Gu...guardaespaldas personal? - inquirió sorprendido y decepcionado a la vez - Pero no hemos hecho ninguna convocatoria.

Padmé: - Eso es porque es un viejo amigo de la escuela y me lo encontré en el parque hace unos días - mentí seria, Paolo nunca se había puesto de esa manera y no me gusta para nada, la forma en la que ve a mi futuro prometido.

Anakin: - Me llamó Darío, Darío Feringard y vengo de Tattoine - me sorprendió la naturalidad con la que me siguió el juego pero Paolo, no pareció estar con vencido - estudié con la princesa en la primaria, pero tuve que salir antes de terminar la secundaria, mis padres se habían mudado a Takodana y me entrené para la policía en cuanto terminé la carrera de mecánica - sonreí por lo orgullosa que me sentía de escucharlo hablar, nuestra conexión me permitió saber que lo decía era verdad, con lo que me decía; aunque es buen actor cuando se trata de estar en cubierto por supervivencia.

Paolo: - Tendré que consultarlo con el rey, no estoy seguro de que..... - en eso, lo interrumpí, no iba a dejar que lo fastiara con demasiadas preguntas.

Padmé: - De eso yo me encargo, Paolo, por lo pronto, llevaré mis maletas a mi habitación y después hablaré con mis padres al respecto - sólo asintió y se empezó a ir a la oficina central de seguridad, pero justo antes de entrar, se volteó y me habló serio.

Paolo: - Ah, Padmé, tus padres quieren que a medio día conozcas a tu prometido - yo apreté los dientes, por el simple hecho de pensar en que tendría que verlo cara a cara.

Padmé: - Gracias - y me fui, al cerrar la puerta, aventé mi maleta al suelo y me tiré a la cama - ¡arrg, odio mi vida! No quiero verlo, quisiera que desapareciera de la galaxia.

Anakin: - Ja, ya somos dos - se acostó a mi lado y me tomó de la mano - ¿quién era él, Padmé?

Padmé: - Es uno de los guardias más antiguos de la seguridad de mi familia, el abuelo de él, estuvo en el reinado de mi abuela y con mi padre lo ha nombrado jefe de la seguridad del palacio - me recargué en su pecho, tratando de relajarme.

Anakin: - ¿Entonces él será mi jefe ahora? - preguntó levantando una ceja.

Padmé: - Sólo cuando estés fuera de servicio conmigo y cuando haya alguna reunión importante con representantes de otros lugares o festejos - había olvidado mencionar que Anakin se veía asombrado de ver el castillo, recuerden que los jedi, desde hace 15 años no viven en su templo, sino bajo tierra.

Anakin: - Tienes un lugar muy hermoso Padmé, ojalá yo pudiera darte algo mejor que una vida a escondidas - me acarició el brazo y me puse a su altura para poder confesarle lo que sentía.

Padmé: - Con estar contigo, no necesito más, podré estar en la pobreza o en la riqueza, pero nada me llena más que el hecho de tener un futuro contigo - lo besé ligeramente y de ahí, nos pusimos de pie, para luego ir a la sala del trono, para hablar con mis padres.

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