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Acto 3 Sacrílego

—Para finalizar —El Maestro Jedi: Dooku, resplandecía en un halo azul, pues no estaba presente en la sala del consejo. Él estaba en ese momento en otro planeta terminando las últimas negociaciones. Por ese motivo, una holoproyeccion de comunicación interplanetaria estaba ante los integrantes del consejo. —Tengo una triste noticia.

El consejo estaba reunido.

Yoda, Mace Windu, Jocasta Nu, Micah Giiett, Thame Cerulian, Tor Difusal, Tyvokka, Sifo-Dyas y T'un. Con ausencia de 3 de los Maestros.

Yarael Poof por estar en esos mismos momentos en reunión con unos senadores que querían simpatizar con la Orden Jedi, dado que el Maestro Poff era versado en la política; él en persona estaba llevando a cabo estas negociaciones.

Oppo Rancisis había entrado en una sala para meditar un par de horas atrás, y el Thisspiasiano era conocido por ser capaz de meditar por 10 días seguidos. Era después de Yoda y Yaddle un "Maestro de la Meditación" dado que se consideraba una falta de respeto interrumpirlo, se decidió dejarlo tranquilo.

Finalmente Yaddle que se había resfriado y estaba en el ala médica al cuidado de Winna Di Yuni, de algún modo una pequeña epidemia de gripe se había extendido entre algunos iniciados, caballeros y maestros, pero oportunamente fue rápidamente detectada y todos los que tenían síntomas de resfriado se habían puesto en cuarentena, por lo que había 30 personas internadas en el ala médica en esos momentos.

—Señorita Unduli —Dijo el Maestro Dooku educadamente. La joven mujer Mirialana avanzo tres pasos con Eeth Koth y Coleman Kcajy a sus lados. En brazos de la Jedi había una caja que abrió con una reverencia.

Los 9 Maestros presentes intercambiaron miradas. Dentro de la caja había 5 lightsabers 2 de ellos con quemaduras y uno partido en 3 trozos apenas unido por un par de cables y parte de un circuito.

—La Maestra Dun-Ma Pa. La dama caballero: Zedia Damg. El Caballero: Va'Deli y su padawan Jilus Dume; y la padawan del Caballero Agen Kolar, la jovencita Arlym Terr. Cayeron con valor y honor en batalla.

No existe la muerte. Existe la Fuerza. —Dijo el Maestro Yoda. —Sus lightsabers serán trasladados al recinto del homenaje, para que su recuerdo pueda ser honrado.

Nadie dijo nada más. La conversación inicio en base a la batalla contra esos piratas espaciales. Hasta que el asunto quedó zanjado.

—En 10 días, los jóvenes Padawans: Chav A'Tronn, Muram Em-Shero, Perr D'Alay y Yael Wolfurre trasladados serán a cámara de serenidad.

Los Maestros e invitados asintieron. E'Libza Eth-Liones, Aayla Secura, Luminara Unduli y Saesee Tiin intercambiaron miradas entre ellos.

Cuando un Padawan pasaba las pruebas jedi: Prueba de habilidad, la prueba del coraje, la prueba del espíritu, la prueba de la carne y finalmente la prueba de la percepción; se trasladaban a la torre central a una habitación inferior a la Cámara del Gran Consejo Jedi, llamada la Cámara de la Serenidad; donde debían meditar un día y su noche antes de ser nombrados Caballero Jedi.

E'Libza le puso la mano en el hombro a Agen Kolar quien estaba de pie a su lado.

—Lamento tu pérdida, amigo mío. —Dijo el Ángel al Zabrak. Este sonrió tristemente y negó con la cabeza.

—Por lo menos, pude darle sepultura. —Respondió. Su mirada era en parte triste y parte serena.

Guardaron silencio por unos momentos hasta que el Maestro Yoda volvió a hablar.

—Deberán avisar a sus padawans, para que estén preparados. —Los Maestros asintieron en silencio.

—¿Hay algo más que el Consejo deba consultar? —Pregunto Windu recargándose al respaldo de su asiento. Frente a él en el 9no asiento, Jocasta Nu alzo la mano. —¿Si, Maestra Nu?

—Mi antiguo Padawan, Azum Shima'Da. Ahora es un Caballero Jedi, pero creo que nadie se va a sorprender que pida al consejo que sea ascendido al rango de Maestro.

—A favor. —Agrego Tor Difusal alzando la mano.

—Igual yo. —Sifo-Dyas —El rango de Maestro, lo tiene bien ganado.

Tyvokka asintió antes de alzar también la mano.

—Estoy de acuerdo. —Gruño el Wookie jedi.

T'un también alzo la mano votando a favor de las palabras de la Maestra Nu. Mace Windu cruzo los brazos sobre el pecho, de haber puesto atención hubieran notado que pese a su expresión serena, apretaba los puños tratando de mantener su furia contenida, que rápidamente disimulo cuando el Maestro Yoda pareció sentir su ira y le miro.


El rango de un Maestro Jedi, era un honor que todos tenían a la larga, y a la gran mayoría de los Jedis que se les había dado dicho rango y título rondaban entre los 35 a 40 años.
Mace Windu había roto con la tradición al ser nombrado Maestro Jedi a los 28 años; Un record del que siempre se había sentido orgulloso y muy satisfecho. Por eso le dolió en el ego que Azum Shima'Da que hace poco había cumplido los 26 fuera nombrado Maestro.

«Si no fuera porque...» Pensó desviando la mirada hacia Thame Cerulian.

—¿Ocurre algo, Maestro Windu?

El hombre suspiro un poco antes de hablar pensando en sus palabras.

—Yo mismo, seré el primero en alabar el valor del Caballero Shima'Da, a fin de cuentas aprendió de usted, Maestra Nu. —Hizo una reverencia hacia la Maestra Jedi antes de continuar. —Pero les recuerdo, que Shima'Da en varias ocasiones puso "Entre dichos" el código, cierto desdén a recibir órdenes y rasgos erráticos.

»Oculto esa habilidad que solo él entre su raza tiene, por muchos años. Tomo, bueno técnicamente "secuestro" a los iniciados gemelos Dimas y Ghestas para tomarlos a ambos como a sus primeros Padawans algo que va contra las reglas más sagradas de los Jedis e ignoro varias veces los llamados del consejo. Y debo recordarles que el presidente de la colonia K-O35 lo marco como a un criminal y amenazo con encarcelamiento y ejecución por decapitación si volvía a dicha colonia.

Guardo silencio mirando a Jocasta Nu, esperando que saliera en defensa de su antiguo Padawan, pero ella le miraba un tanto extrañada.

—No estoy diciendo que deba negársele dicho rango, sino esperar a que... Acepte que no es ningún muchacho y muestre más madures, serenidad y consecuencia de sus actos. —Agrego ante los Maestros del consejo —Tal vez en 10 o 15 años... —Dejo la frase al aire.

—¿Estas votando en contra, Maestro Windu? —Pregunto Tor Difusal.

—No he dicho eso Maestro Difusal; yo sugiero que esperemos un poco más de tiempo.

Jocasta siguió en silencio mirando al Maestro Windu.

—Es cierto que mi antiguo Padawan a veces se comporta como un rebelde que hace las cosas como quiere. Pero nadie puede negar que actuaba con las mejores intenciones. —Argumento. —Es verdad que en las reglas de los Jedis solo un Caballero o Maestro puede tener un único aprendiz a la vez. Cuando Azum tomo a Dimas y Ghestas como a sus aprendices fue para enseñarles a ambos que no dependía uno del otro de forma enfermiza como siempre lo habían hecho; al tomarlos a ambos, evito que en un futuro Gimas y Ghestas cayeran en la depravación. Porque deben recordar que ambos rozaban el lado oscuro; y eso paro, después del entrenamiento que les dio.
»Aprendieron a ser independientes, a valorar la distancia, así mismo son un equipo digno de respeto, pues ambos ahora son Caballeros Jedis bastante eficientes. Usted mismo, Maestro Windu ha alabado su valor así como ha reconocido las capacidades de Azum y no una, sino varias veces en el pasado.

Mace Windu estaba pensado un argumento cuando el Maestro Yoda interrumpió sus pensamientos.

—La Maestra Nu en lo correcto esta. Presidente de K-O35 permitió en su colonia una religión falsa de la que obtenía ingresos de esos simoniacos. Caballero Shima'Da destruyo ese engaño, de ahí esa amenaza. —El Maestro Yoda hablo con una mirada serena como tratando de decirle algo al Jedi de piel morena. —Azum Shima'Da joven aun, y con cargo de Maestro ayudarle a tomar responsabilidades más seriamente. Ser ascendido a Maestro, voluntad de la Fuerza es.

El argumento que Windu tenía ya en los labios se convirtió en un suspiro interno. Pudo replicar pero se quedó en silencio, no quería parecer un necio.

—¿Cuándo debo avisarle a Azum? —Pregunto Jocasta.

—En 5 días. Respondió Yoda. —Saesee Tiin y dama caballero Aayla Secura. —Agrego como si acabara de decidirlo. —Ambos prepararse también. Maestros también serán.

Los 2 mencionados intercambiaron miradas de sorpresa, y el más sorprendido era Saesee Tiin; pues solo Shima'Da y Secura habían reunido los requisitos para ser Maestros en la orden.

—Reunión terminar. Retirarse todos pueden.

Mace Windu permaneció en su asiento, noto la presencia del Maestro Yoda aun cuando los demás dejaron la habitación.

—¿No estás de acuerdo del todo, cierto?

—Azum también era amigo de Lórath y Parsis. Y... ya sabe lo que paso.

—Hmmm... Azum cumplió labores a la orden, como Sombra Jedi terminando con los jedis caídos de la rebelión Vo'Xer y como Investigador. Logros tiene, respaldo y padawans con notable carrera también aun a su joven edad. ¿Prejuzgarlo?

—No, aunque no apruebo que se tome sus libertades...

—Eso prejuzgar es, Maestro Windu. Aunque algo de razón tienes, comprendo tu punto, yo hablar con él.

Windu suspiro.

—Si me permite cambiar el tema. Hay un iniciado que ha despertado mi interés y quiero solicitar la asignación.

Hay 2 formas en las cuales un Caballero o un Maestro podían tomar a un iniciado como a su aprendiz.
La primera era elegirlo después de que el iniciado demostrara ciertas capacidades, ya sea en la fuerza, esgrima o estudios.
La segunda era por decisión del Gran Maestro, era el quien tomaba al iniciado y dependiendo de sus capacidades le asignaba a un Caballero o Maestro para que le entrenara, este método era conocido como la Asignación y no se podía ni resistir ni negarse.

—¿Tiene ya la edad?

—No, hoy precisamente cumple los 9 años.

—Muy joven es. ¿Seguro de esta decisión?

—Sí, es un par de años más joven de lo esperado, pero tiene talento y es un estudiante ejemplar. Si comienzo a entrenarlo desde ahora, estoy seguro de que va a ser un notable Jedi en un futuro.

—Hmmm... ¿De qué iniciado hablas?

—Talnivarr Cyanfire. ¿Cree poder asignármelo como a mi Padawan?

—Hmmm... Claro que hacerlo puedo.

* * * * * *

—En conclusión, la arquitectura de un Templo Jedi puede variar dependiendo de su entorno. —Miro Daroon explico mientras a sus espaldas aparecían diversas holoproyecciones de 3 templos Jedi de diversos mundos. — Pero, en la gran mayoría de los casos, está construido con una torre principal. Templo de Eedit en Devaron es un buen ejemplo de ello.

La clase SP-16 estaban reunidos en el aula asignada principalmente a enseñanzas de ingeniería e informática.

Talnivarr así como los demás miraron el mencionado templo de Eedit que parecía estar en el centro de una frondosa jungla.

Miro siguió su explicación hablando sobre los contenidos y áreas de los templos. La clase continúo por casi media hora hasta que la siguiente holoproyección fue del templo Jedi de Coruscant.
La imagen era a escala y daba la impresión de que el templo hubiera sido cortado en 2 por un cuchillo gigante. Algunas zonas y habitaciones las reconocieron, pero otras áreas eran pequeños cuadros en negro.

—Disculpe, Maestro Daroon.

—¿Sí Vamary?

—¿Qué son las áreas en negro?

—Áreas a las que tienen prohibida la entrada. Hay partes del templo que son peligrosas, y otras a las cuales solo pueden tener acceso conforme avancen en rango.

Los ojos color cian de Tal se fijaron en el plano memorizándolo, y hubo algo que llamo su atención.

—¿Maestro Daroon, que son esas líneas Verdes y Azules?

—Las líneas verdes, son las cañerías. Las azules son el conducto de agua.

—¿Aguas residuales?

—Solo en las cañerías, los conductos azules son de agua común y obviamente limpia. —Respondió con algo de desinterés.

Tal miro los conductos azules, que recorrían todo el templo incluso en las áreas prohibidas.

La clase termino, Tal junto a Ubooran y Jak'Zin se dirigían al lago llevando platos con comida en brazos.

—¿Se van a cansar de mirarte, Tal? —Dijo el niño Togoriano mientras se sentaban bajo un árbol al pie del lago y comenzaban a comer.

Las palabras del iniciado no eran erradas, diversas personas de la orden les miraron de soslayo o directamente mientras salían.

—Es lo malo de ser tan guapo. —Respondió Tal con una sonrisa sesgada. La única ventaja es que nadie les buscaba problemas desde las clases de Mace Windu. —Por cierto... ¿No les parece que hay mucha más gente de lo esperado?

—Nĝuuu Haellő CH-Ťuuuu Ma.

—Sí —Respondió Tal señalando a su amigo Ithoriano —De eso precisamente estoy hablando. Se supone solo llegaron 23 personas pero...

—Hay más gente... —Agrego Jak'Zin. —... ¿No se supone que hay un evento o algo así en el senado? A lo mejor por eso algunos jedis de otros mundos vinieron aquí.

* * * * * *

Había diversas zonas famosas en Coruscant, pues es donde se ejercía la justicia e imperaba la ley. Cierto Canciller en su discurso al aceptar dicho rango, llamo al planeta «El Fruto de la Integridad» y tenía mucha razón, se alzó el senado llevando la justicia sin ver a su alrededor, sin ver que a sus pies la escoria se reunía y estancaba.
El podrido Fruto de la Integridad albergaba diversas zonas en sus 7 continentes llenas de corrupción, vandalismo, parias y gente sin hogar. Todos los senadores sabían esto. Sabían que había gentuza en el planeta de las leyes, pero no hacían nada por ellos, porque les costaba algo que tenían en abundancia pero que igualmente no querían perder: Dinero.

Además, a veces algún senador o senadora o el propio Canciller, tenía la necesidad de ciertas personas para ciertos propósitos.

Una de esas zonas de Coruscant irónicamente estaba a solo 10 míseras cuadras del Senado Galáctico. En los registros civiles tenía el nombre de: El Valle del Este, y era una de las secciones más peligrosas de la ciudad capital. Entre la población que conocía el peligro de dicha zona, la llamaban la "Fosa de la Escoria".
Dado que ahí todavía funcionaba una antigua fundidora; al mismo tiempo que había diversos vecindarios abandonados que fueron ocupados por inmigrantes, desventurados y parias.

Era la clase de lugar donde no era raro ver a un hombre ser acuchillado solo para robarle las botas, o poder violar en plena calle a una mujer; pero en la Fosa de la Escoria todos eran villanos, gentuza de mala calaña que no dudarían en asesinar a su propia madre si con eso obtenía algunas monedas; y pobre de ti si no dejaste satisfecha a la victima de tu violación, o acabaras con un cuchillo en las tripas.

El único motivo para ir a un lugar así, era porque se tenía un propósito oscuro.

Una lujosa nave de transporte personal se detuvo en un parque. Y de él descendió una hermosa mujer sensible a la Fuerza.

Alta, de un cuerpo escultural y voluptuoso de caderas anchas y busto del que podría estar orgullosa. Sus ropas eran de cuero negro ceñidas a su físico, dando así la impresión de que en realidad sus ropas estaban pintadas a su cuerpo. Una blusa de cuello en V que mostraba parcialmente su torneado busto, sobre esta una gabardina, pantalón y botas del mismo color. De su cuello colgaba de una fina cadena plateada una sortija dorada lisa y sin adornos. Esa era su única alhaja.

Era, una dama demasiado elegante y hermosa para esa clase de lugar.

Su cabello era naranja opaco como el cobre y su piel clara con unos ojos verde brillante. Ella, avanzaba con la frente en lo alto, sin dudar al entrar a la Fosa de la Escoria. Aunque parecía indefensa en realidad iba armada.

En torno a sus muslos torneados y firmes había dos cinturones que enfundaban 3 dagas en cada una de sus piernas; de su cintura en forma horizontal en la espalda había otras 2 dagas, así mismo en las mangas de su gabardina se ocultaban otras 2 armas punzocortantes, e incluso en su larga cabellera sosteniendo su peinado como un pasador había un largo y decorado punzón como los que usaban para picar hielo.

La hermosa y mortífera mujer avanzaba con seguridad y sin mostrar temor en su bello rostro apenas maquillado.

Mi señora... ¿Tiene usted una limosna para este anciano?

La mujer se detuvo cuando un hombre anciano de larga barba gris vestido con harapos se le acerco. Un vagabundo, un hombre con un par de cicatrices en el rostro al cual le faltaba un ojo y parte del labio por lo que la barba ocultaba parcialmente una gran cicatriz.

La mujer le miro un instante, pues era un error bajar la guardia en esa clase de lugares, pero un destello de compasión apareció en sus ojos verdes.

—Guárdelo bien. —Murmuro con desinterés mientras le arrogaba un chip de créditos galácticos.

—Gracias, mi señora, gracias... —Repitió el vagabundo haciendo una reverencia mientras se alejaba entre las calles.

La mujer ni siquiera lo miro marcharse. Camino adentrándose entre las calles sin ley, atenta a los pocos transeúntes con los que se cruzó, vigilando incluso cuando los dejaba atrás, ser cuidadoso nunca estaba de más. Pues no era raro ser atacado por la espalda.

Además de la fundidora fuertemente custodiada por droides de vigilancia con órdenes de disparar a matar, en la Fosa de la Escoria había algunos negocios con ganancias a ojos vista, 2 casas de empeños, 3 cantinas-prostíbulos.

La pelirroja se detuvo en un cruce de caminos y después de orientarse se dirigió a una de las cantinas-prostíbulo; llamada "La Balacera".

Aunque había gente de diversas razas, predominaban los humanos, algunos riéndose mientras bebían sus tragos, un par de hombres besándose, una chica que sostenía un cuchillo picando la mesa entre sus dedos; algunos jugando sabacc.

La dama, no se sorprendió por ver diversas mesas ocupadas por diversas chicas semidesnudas en torno a diversos hombres, bailando seductoramente al ritmo de una canción lenta. Pese a su nombre en ese tugurio había algo de prestigio.

Busco con la mirada; no tardo en avanzar entre las mesas hasta que subió a unas escaleras al segundo piso y entrego una tarjeta con créditos a un musculoso humano que le bloqueo el paso, pero apenas guardo los créditos en su bolsillo, la dejo pasar a la zona VIP. Con un vistazo encontró a quien buscaba un Harch albino.

Una especie inteligente con rasgos a una tarántula humanoide. De 6 ojos rojos resaltados por sus inquietantes quelíceros. Tenía pelaje blanco azulado lo que resaltaba su ya apariencia perturbadora.
Sus 6 brazos estaban ocupados abrazando a 2 jovencitas que apenas rondaban la adolescencia.

—Tanto tiempo sin verte, Thli'hoth. —Saludo la mujer.

El Harch se giró sobresaltado. Sus 6 ojos escarlatas miraron a la mujer con sorpresa y casi tumbo a las 2 niñas cuando se puso de pie de un salto.

—Lady Altali... Que inesperada sorpresa... —Murmuro mirando la salida.

—Déjennos solos. —Ordeno la mujer llamada Altali mirando a las niñas, quien no cuestionaron sus palabras. La mujer miro alrededor, había otras 4 mesas con ocupantes solo una de ellas vacía. —¡Dije, que nos dejen solos! —Repitió la mujer con firmeza.

Un Rodiano bastante musculoso para su especie y su compañía femenina se levantaron, al hacer esto los de otra mesa le imitaron. Un hombre bajo, gordo que tenía a una chica sentada en sus piernas gruño, como desafiándolos a acercarse. El Alienígena-tarántula se le acercó y le murmuro algo en voz baja que la mujer pelirroja no escucho, pues miro por la ventana con sospecha.

Había visto, o creer visto una sombra echar un rápido vistazo. Se acercó a la ventana para después asomarse al exterior. No vio nada ni nadie más allá de una fina lluvia que comenzaba a caer en el exterior.

—Tu quédate, Thli'hoth. —La mujer se giró para ver al Harch que estaba a punto de bajar las escaleras. Ahora ambos estaban solos.

—Eh... —El Harch miro a escaleras abajo y dijo en voz alta —Tú, guardia. Que nadie nos moleste. Los adultos queremos hablar. —Agrego mirando a la mujer que señalaba la mesa donde unos momentos atrás había estado sentado.

Ambos se miraron un momento, la mujer sonrió amablemente, pero ese gesto pareció poner aún más nervioso al hombre-tarántula.

—¿Me tienes miedo, Thli'hoth?

—¿Cómo no mostrar temor ante uno de los 5 Magnates Negros? —Respondió el Harch. La dama sonrió satisfecha con esa pregunta que era a la vez una respuesta. Al mostrar temor, mostrabas respeto.

—¿Qué es lo que sabes de Luger y de Mad'en? —Pregunto la mujer. —¿Ya tienen sus equipos?

—Por lo que he oído, al señor Mad'en le falta un líder para su equipo. —Tomo de la mesa una botella y le ofreció servirle a la dama, pero esta rechazo la invitación. —En cuanto a Luger, ni idea. Pero si él fue el primero en estar de acuerdo con las reglas impuestas por B'ezap, significa que, ya tiene a su equipo e incluso reemplazos...

—Puede que tengas razón. —Agrego la mujer —Luger es de ágil pensamiento, demasiado sagaz algunas veces... y B'ezap también es muy astuto... me alegra que al dirigir el torneo esta vez no pueda participar más allá de ser el banco para las apuestas...

—¿Entonces? ¿Es verdad que los "campeones" del torneo tienen que ser niños? —El Harch entrecerró sus 6 ojos —¿En que estará pensando B'ezap?

—Yo también me he hecho esa pregunta, y si Luger está de acuerdo con él... —Suspiro —Respondiendo a tu pregunta, sí, B'ezap dijo que los participantes tenían que ser si o si niños no mayores a los 15 años. —Explico. —Ya tengo a 2 y espero que... —Dejo de hablar cuando oyó unos pasos sigilosos en las escaleras. No solo la Fuerza, sino que un suave rechinido la alerto. Se mantuvo quieta, el recipiente con hielo en la mesa frente a ella era metálico y reflejante por lo que alcanzo a ver reflejada la silueta de un Quarren.

Mas por instinto que por cautela, se lanzó hacia al suelo a tiempo para ver un disparo de un arma pasar volando ante ella. Escucho un quejido sordo y cuando se levantó de un salto alcanzo a ver la expresión de sorpresa de Thli'hoth muerto, pues el disparo le dio de lleno en la cabeza, en medio de sus 6 ojos.

Bajo las manos y las cuchillas ocultas en sus mangas destellaron antes de empuñarlas. No era 1 Quarren sino 3, el hombre musculoso que le había bloqueado el paso, un segundo hombre barbado, un Mirialano, 2 Noghri y un Togruta.

9 enemigos en total.

—¡No te muevas! —grito el Quarren que había disparado alzando su bláster. —Tira esos cuchillos o esta vez, no fallare.

—Claro. —Respondió la dama Altali con una sonrisa de superioridad. 9 simples mercenarios no eran nada para ella. Dio un paso hacia el frente y estiro el brazo izquierdo todo lo largo que era "tirando" el cuchillo como le había indicado el Quarren.

El arma le alcanzó con una aterradora precisión en el ojo derecho y se hundió hasta la empuñadura. El Quarren solo pudo soltar un jadeo antes de rodar por las escaleras, muerto.

En el piso de abajo, se oyeron diversos gritos de sorpresa y miedo. Todos empezaron a correr hacia la salida. La dama también corrió, pero no a una salida, sino que encaro con valor y osadía a sus atacantes con una daga en cada mano.

Uno de los Noghri dio un paso hacia el frente reaccionando ante el inesperado ataque de la mujer. A fin de cuentas los Noghri eran una raza guerrera especializada en la agilidad y los asesinatos; alzo un machete de vibracero, que choco con una de las dagas de la mujer, por unos instantes, ambas armas se mantuvieron a raya una a otra. Pero ella no perdió el tiempo tratando de atacar con la otra daga, pues le propino al Noghri una patada en los testículos, al mismo tiempo que daba una estocada con la mano libre al hombre barbado quien dio un salto hacia atrás para evitar el afilado acero.

Altali dio un salto hacia atrás y apenas sus pies tocaron el suelo, dio un salto mortal hacia atrás que incluso un Jedi hubiera envidiado. De este modo mantenía a distancia con esos ignominiosos mercenarios.

—¡¡¡PERRA!!! —Grito el Noghri que había caído de rodillas ante ese golpe bajo. La mujer curvo sus sensuales labios en una sonrisa cautivadora.

—No me llaman «Asesina erótica» por nada.

Los únicos con blásters eran los otros 2 Quarrens que se apartaron disimuladamente cuando la mujer les ataco para así intentar rodearla y acribillarla a disparos. Pero la dama estuvo atenta a todos ellos. Su tranquilidad en esa situación caía en envidiable. Y tenía la ayuda de la Fuerza.

Cuando ella retrocedió y dio ese salto mortal hacia atrás, sujetando entre sus dedos tenía 2 dagas en cada mano. No dudo y nuevamente hizo gala de una precisión de alfiler, pues arrojo sus cuchillos hacia ambos Quarrens pese a que el hombre musculoso y el gordo corrían hacia a ella ambos con un garrote y una alabarda en manos.

El Quarren a su izquierda grito cuando el cuchillo no solo le tumbo su arma, sino que alcanzo a cercenarle un dedo.
El segundo Quarren tuvo peor suerte, pues el cuchillo se le encajo en el pecho, justo en el corazón y cayó de espaldas sobre una mesa rompiendo con su espalda diversas botellas de cristal, pero eso no le importo porque estaba muerto.

Altali esquivo la pesada alabarda empuñada por el hombretón a quien le dio una inesperada y exacta patada en las rotulas lo que le tumbo de rodillas técnicamente frente a ella y con la diestra paso bajo su brazo y le encajo uno de sus cuchillos en el plexo solar, soltó su arma para dar un paso hacia atrás; y con la otra mano de un tajo rápido, lo degolló. Alcanzo a ver la expresión de incredulidad de que un hombre tan musculoso tuviera una muerte tan ignominiosa ante una mujer; sintiendo la Fuerza a su alrededor, la dama esquivo el ataque torpe del hombre gordo.

—Maldita... —Murmuro el gordo con nerviosismo, estaba acostumbrado a presas fáciles por buena paga, cuando les pagaron por matar a una mujer ellos acordaron divertirse con ella primero antes de darle el golpe final. Pero la tipa saco las garras, o mejor dicho los cuchillos y sabia como dar batalla. De 9 matones, 3 de ellos habían muerto en menos de 2 minutos.

Ataco 3 veces balanceando su arma con violencia pero la pelirroja le esquivo con facilidad, sonreído mientras se giraba para tomar una botella de licor que le arrojo al gordo y rompiéndose sobre su cara.

Grito al sentir el licor entrarle en los ojos y los fragmentos de cristal cortarle en la cara, para después gritar de agonía cuando Altali le hundió el cuchillo en el cuello, seccionándole la yugular y la nuez de un tajo.


El Togruta y el Mirialano dudaron cuando los 2 Noghri empleando machetes gritaron antes de correr hacia la mujer. Ambos alienígenas de piel gris atacaron en conjunto; la mujer retrocedió hasta el barandal del segundo piso. Se le soltó el cuchillo con el que se había defendido del aluvión de ataques, pero no por ello perdió la calma. Miro hacia atrás por un instante y salto, sujetándose de uno de los tubos de Tabledance para amortiguar su caída.

Aunque ahora el primer piso estaba vacío y podía huir. Altali no huyo, empuño las 2 dagas de su espalda esperando que los 5 matones restantes bajaran.

—Vamos, ahora que está cansada. —Grito el Quarren 9 dedos, que se había envuelto el dedo cercenado con un trozo de sus ropas.

—¿Cansada? Ustedes no son siquiera un gran reto.

El Quarren se sintió insultado y corrió hacia la mujer bajando la escaleras de 3 en 3, cometiendo así un grave error, pues tenía la vista fija en los escalones, Altali no desaprovecho el que el matón desviara la mirada, pues corrió hacia él y cuando estuvo cercas de la escalera, se inclinó para evitar el torpe ataque del Quarren y le apuñalo primero la rodilla, luego el muslo, el abdomen, se levantó para estar cara a cara con él y con ambos cuchillos lo apuñalo en el pecho. Tiro hacia a un lado el cadáver mientras daba un salto hacia atrás aunque casi tropezó con una mesa al hacerlo.

—5 menos... —Murmuro coqueta.

El Mirialano así como los 2 Noghri estaban asustados, pero sabían bien que esa mujer no les dejaría huir, y peor aún, aquel que les había pagado también ordenaría que les mataran si huían. Por ese motivo atacaron.

La dama, bailo.

Los 2 Noghri atacaron con sus machetes que fueron detenidos por las dagas de Altali, ella estaba consciente de que el Miriliano estaba a 3 metros detrás de ella, por lo que le dio una patada al Noghri de la izquierda que lo tumbo de espaldas antes de saltar hacia la derecha para esquivar al Mirialano quien sostenía una cadena girando sobre su cabeza intentando o aporrearla o capturarla, el arma que sostenía no solo era inútil sino que acabo golpeando al otro Noghri que grito alcanzado por el golpe de la cadena. La dama dio un salto hacia atrás y arrojo ambas dagas hacia el Mirialano que se le encajaron en el pecho y cayó de espaldas para no levantarse.

La mujer salto hacia el cadáver y dio una vuelta de carro sobre éste, por unos instantes sus manos se cerraron en torno a los mangos de sus armas que había arrojado y apenas estuvo de pie arrojo las dos dagas de nuevo a el Noghri que había sido golpeado por la cadena. Murió sin saber que le paso.

El Togruta ataco sosteniendo un banco en alto intentando aporrear a la mujer peso esta se hizo a un lado alcanzando a darle una patada en las rodillas por lo que el Togruta perdió el equilibrio pero no cayó al suelo porque la mujer le sostuvo un instante con la diestra, mientras que con la siniestra alzo la mano y tomo el punzón con el que sostenía su peinado y sin dudar ni titubear lo hundió en la garganta del alienígena antes de déjalo caer.

El Noghri dudo en atacar o huir. La mujer giro lentamente la mirada, aún tenía esa sonrisa coqueta en el rostro, pero sus ojos destellaron con crueldad. Ella sostenía ese punzón mientras que él tenía el machete en sus manos.

—Tranquilo. —Dijo la mujer. —No estoy enojada contigo. Dime quien te envió y tienes mi palabra como un Magnate Negro que te dejare vivir.

—¡No soy un perro traidor! ¿Sería traicionar mis raíces, sería un... Sacrílego. —Grito el alienígena corriendo hacia la mujer; ella dio una patada dirigida a la mano con la que sujetaba el arma, esta se le soltó por la patada, con un paso firme hacia el frente el punzón se hundió en la tráquea del matón y murió en el acto.

Davia Altali; Magnate Negro y Señora del Crimen suspiro mientras miraba a su alrededor por si aparecía otro asesino, pero después de un momento de silencio simplemente recupero sus armas y salió del bar. Sin advertir que en todo momento había sido grabada por una serie de cámaras ocultas en esta cantina-prostíbulo.

A distancia de ahí, en una habitación preparada para monitorear ese tugurio; había 15 pantallas algunas mostraban los exteriores del lugar así como las calles y callejones, pero 6 de ellas se enfocaban dentro, desde la bodega hasta los baños.

El Rodiano musculoso que había estado sentado en la zona VIP estaba ahí a su izquierda una holoproyección de un hombre de barba de candado y a su lado contrario el anciano al que Altali le había dado una limosna.

—El rumor es cierto. —El anciano hablo con una voz mucho más joven de lo que aparentaba. —Davia Atali es tan peligrosa como hermosa. —El "anciano" alzo la mano para abrir su camisa para mostrar que bajo su piel bronceada, llevaba un traje negro ceñido.
Tomo entre sus dedos enguantados la "piel" oscura y la jalo hacia arriba. El rostro arrugado, moreno oscuro con pocos cabellos ralos del anciano se estiro y se separó emitiendo un sonido desagradable a succión.

En donde unos instantes atrás había un hombre anciano ahora había un hombre joven de largo cabello negro.

El Rodiano solo suspiro, abrió su chaleco y se lo quito mostrando desinteresadamente su torso desnudo, alzo las manos a su nuca y su rostro alienígena se separó de su cuerpo, Ali-Alann se quitó la máscara y la dejo en una mesa antes de cruzar ambos brazos sobre su cintura, como si se estuviera quitando una camisa de mangas largas, la piel verde turquesa que le cubría se separó para mostrar su cuerpo humano de músculos bien tonificados.

—Debemos avisar en el templo. —Dijo Alann mientras miraba la grabación. —Esa mujer es peligrosa. Y si lo que dijo es cierto. Son ellos quienes han estado secuestrando niños.

—¿Cómo lo probaremos? —Dijo el hombre de la proyección holográfica. —Los Magnates Negros tiene amistades poderosas y de altos perfiles.

Ali-Alann suspiro mirando lo disfraces que él y su compañero habían usado.

—Podemos pedirle ayuda a él...

* * * * * *

Tal sintió la mano del Guardia del Templo sobre su hombro cuando iba a tomar el holocrón.

—¿Sí? — Talnivarr estaba en la biblioteca, acababa de terminar la clase con el Maestro Sinube y quería aprovechar para buscar información sobre un planeta del Borde Exterior que el Maestro Sinube había mencionado en su clase.

—Talnivarr Cyanfire, por favor ven conmigo. —La voz del Guardia era femenina. —El Maestro Yoda y el Maestro Windu te han convocado a la Sala de los Maestros.

Tal miro sorprendido a Ubooran y Jak'zin que estaban en la misma mesa que él terminando los deberes.

—¿Por qué me llaman? ¿Hice algo mal?

—No lo sé. —Respondió la Guardiana —Pero no era para ninguna sanción de eso estoy segura.

El niño bajo los hombros y dejando su mochila al cuidado de sus amigos se incorporó y siguió a la silenciosa guardia en silencio. Llegaron a la aguja principal y después de tomar el ascensor llegaron a las puertas de bronce.

—Espera aquí. —Dijo la guardiana llamando a la puerta.

Ella toco y después entro por un momento. Tal no tenía miedo ni curiosidad. Espero un momento antes de que la guardiana le abriera y le indicara que entrara.

Esta vez los 10 integrantes del Alto Consejo estaban reunidos. Tal noto algunas miradas de curiosidad sobre él.

—Buenas tardes, damas y caballeros. —Saludo con una reverencia a fin de cuentas estaba ante 10 poderosos Jedis.

Yoda, Mace Windu, Jocasta Nu, Yaddle, Micah Giiett, Thame Cerulian, Yarael Poof, Tor Difusal, Tyvokka, Sifo-Dyas, T'un y Oppo Rancisis.

—Padawan. —Fue la única palabra que Mace Windu dijo tras un instante de silencio.

—Talnivarr Cyanfire. —El Maestro Yoda sonrió afablemente al iniciado —El consejo ha decidido que asignado a un mentor fueras.

—¿Cuándo iniciare mi entrenamiento?

La pregunta del niño tomo a más de uno por sorpresa. En el pasado algunos iniciados habían sido asignados a Maestros o Caballeros y técnicamente la asignación era obligatoria, hubo quienes lo primero que hicieron fue preguntar por qué o quién sería su maestro. Pero fue la primera vez que un iniciado daba a entender que aceptaba esto sin rechistar.

—¿No estas sorprendido, muchacho? —Pregunto Sifo-Dyas.

—Si he sido asignado a un mentor ¿Por qué debería rechazarlo? Es mi deber para la orden aprender.

—Se los dije. —El Maestro Windu sonrió ligeramente. —Sus palabras son de sinceridad. Tal, a partir de este momento. Eres mi padawan.

El niño asintió.

En un mundo lejano. La Hija y el Hijo abrieron los ojos. Habían estado meditando en compañía de él Padre. Intercambiaron una mirada antes de seguir su meditación.


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¿Si naciste en la pobreza, sin renombre y recursos, estas destinado a ser un fracaso?
¿Si naciste en una familia rica, con prestigio y poder, estas destinado al éxito?
¿Quién elije? ¿Quién tiene elección?

El próximo capítulo se llama: Elegidos.




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