Acto 2 Casado y Cazado
Mace Windu, Ki-Adi Mundi miraban al Caballero Jedi Humano Ali-Alann y al Roonano Halsey; ambos visiblemente irritados.
Habían acudido ante el reporte de Ali-Alann de conducta inapropiada del Maestro Halsey ante uno de los iniciados, ocurrido la noche anterior. Según las reglas, si un Caballero quería presentar una queja sobre un Maestro tenía que haber otra persona respaldándole para testificar, en este caso Kit Fisto; un Caballero Jedi y también amigo de Ali-Alann.
Las cosas no iban como se esperaban, porque el Maestro Halsey no estaba contento por ser cuestionado; tomando en cuenta que Ali-Alann era un rango inferior al del Roonano.
—Lo que yo diga y haga no es asunto tuyo, Alann.
—Llamaste a un niño "Traidor" ante muchas personas en las entradas del comedor. Tengo una carta notarial con más de 14 testigos que lo confirman, todos ellos dispuestos a declarar.
—Yo fui testigo de ello. —Dijo Fisto.
—No solo lo avergonzaste ante sus compañeros de entrenamiento y muchos otros, también lo inquietaste. —Agrego Ali-Alann —Lo vi en la Sala de las Mil Fuentes casi 3 horas intentando comprender porque lo llamaste así.
—¿Es eso cierto, Maestro Halsey? —Mace Windu no había hablado hasta ahora. El Roonano no lo miro ni le respondió. Windu contó en silencio hasta 10 antes de volver a hablar. —¿Disculpe Maestro Halsey, no ha oído mi pregunta?
—Lo he oído, Maestro Windu. —Respondió.
—¿Llamaste a ese niño traidor?
—Sí... creo hable más por impulso.
—¿Impulso? —Ali-Alann miró al Roonano. —Stass Alie, Jaro Tapal, Pong Krell y el mismo Maestro Yoda podrían testificar como lo has estado mirando con hostilidad desde que Tal y los otros niños fueron a Ilum en búsqueda de sus cristales kyber.
—Alann, por favor controla tu tono. —Ki-Adi Mundi le llamó la atención. —Deja que el Maestro Halsey se explique.
—¿Qué tengo que explicar? —Respondió el Roonano. —¿Es que no lo saben?
Ki-Adi Mundi un Cereano era conocido por ser un Jedi muy terco; para el Maestro Mundi todo era blanco o negro, sin los infinitos matices del gris. Era demasiado estricto, inflexible, intransigente.
En contraparte Kit Fisto un joven y fornido Nautolano con fama entre los Jedis por su gran y alegre sonrisa, que se tomaba las cosas con humor, así mismo amaba hacer bromas.
Ambos, así como Mace Windu y Ali-Alann escucharon con paciencia las palabras del Roonano. Cuando el Maestro Halsey terminó de hablar, Ki-Adi Mundi frunció el ceño con desaprobación, mientras que Kit Fisto solo negó con la cabeza mientras suspiraba, aunque le dirigió a su amigo una mirada curiosa.
—Yo ya sabía eso. —dijo el Maestro Windu. —Miro Daroon me lo dijo. Y estoy seguro que al Maestro Yoda también lo sabía.
—También yo lo sabía, y no me importa. Talnivarr no tiene ninguna culpa de ello, y lo sabe muy bien; así como tampoco la tienen Parsis y Lórath.
—Faltaría más. Si ellos no son de mi confianza...
—Disculpe, Maestro Halsey. —Kit Fisto dio un paso adelante. —Parsis Grimes, fue mi primer Padawan, yo lo cuide y entrene por casi 10 años como si fuese mi hermano menor. Y no tiene ni idea de lo orgulloso y satisfecho que me sentí cuando dejó de ser mi Padawan para ser un Caballero Jedi; si cuestiona su lealtad, también está cuestionando la mía. ¿O acaso insinúa que también yo, soy un "Traidor"?
Aunque Kit Fisto era un Caballero Jedi tenía voz y voto así como la simpatía de muchos Maestros y Caballeros, cosa distinta al impopular Maestro Halsey.
—Jamás he cuestionado su lealtad, Kit Fisto.
—Pero, acusas a un niño de algo que desconoce. —Remato Ali-Alann.
—Estoy de acuerdo con Ali-Alann. —Dijo Mace Windu —Maestro Halsey, hizo un prejuicio a un niño; y deberá disculparse con Talnivarr Cyanfire. Es un iniciado sobresaliente y un buen estudiante, no está bien manchar sus logros por algo que ya pasó y que él mismo desconoce.
El Roonano suspiró visiblemente irritado.
—Bien. —Fue su única palabra. —¿Puedo retirarme?
Mace Windu asintió. Una vez el Roonano dejó la habitación en silencio incomodo fue que los otros suspiraron con diversas expresiones todos ellos.
—Le apuesto, lo que sea a que va a enviar a un droide o a otro iniciado a disculparse en su nombre.
—Ali-Alann, comprendo tu enojo, pero aun así debes respetar al Maestro Halsey, se habla de su valor y estrategia en el Templo de Eedit en Devaron. —Le volvió a sermonear Ki-Adi Mundi. —Yo mismo, le acompañe a un par de batallas y su destreza es incuestionable.
«Pero no estamos hablando de destreza» —Pensó el fornido caballero, pero no lo dijo en voz alta.
—Si les interesa mi opinión. —Agrego Fisto. —Tengan por seguro, de que habrá otros que opinen lo mismo que el Maestro Halsey. Recuerdo las miradas de desdén que le dirigían a Parsis cuando lo tome como a mi Padawan.
—No me recuerdes esos tiempos. —Respondió Ali-Alann —Si Tal me acepta como a su maestro, voy a seguir tu ejemplo y lo llevaré a...
—¿Disculpe? —Le interrumpió el Maestro Windu. —¿Le pediste a Talnivarr Cyanfire ser tu padawan?
—Si, Maestro Windu. —Respondió Ali-Alann con honestidad. —Yo fui convocado por el Maestro Yoda al Templo de Ilum. Y me impresionó que no decidiera usar sus talentos en la Fuerza, sino sus propias capacidades físicas.
—¿Cómo fue su prueba?
Ali-Alann narro la prueba de Tal y la breve conversación que ambos tuvieron. Y aunque Mace Windu mantuvo una expresión tranquila, vio un destello de furia contenida. Además de que Kit Fisto su amigo tenía por una capacidad propia de su raza, los tentáculos de su cabeza le permitían percibir las reacciones químicas en un cuerpo, provocadas por las emociones y estados de ánimo, por lo que le dirigió a su amigo una mirada que le advertía cautela.
—Si 2 notables Jedis tienen interés en un mismo niño, la Fuerza ha de estar destinando algo. —Ki-Adi Mundi no era tonto y noto la tensión entre Windu y Alann, por lo que hablo intentando aligerar el ambiente que comenzaba a tensarse.
—Si nos disculpan, Maestros debemos cumplir con nuestros deberes. —Dijo Ali-Alann inclinándose ligeramente. —Agradezco atendieran a mi solicitud.
Su amigo Nautoliano se inclinó también a modo de saludo; y sin decir nada, ambos salieron de la habitación cuando Mace Windu asintió.
El Cereano miró al otro Maestro.
—¿Tienes interés en tomar a un segundo Padawan?
—¿Qué me lo impide? He visto los registros de entrenamiento de Talnivarr y son muy sobresalientes.
—Y el color de las hojas de sus lightsabers gemelos son un punto extra ¿cierto? —Mace Windu no contestó aunque sonrió ligeramente. Esto tomó por sorpresa al Cereano, ¿Mace Windu sonriendo? —Entiendo. Depa Billaba tiene un lightsaber de color rojo, tú mismo portas un lightsaber Electrum de hoja púrpura y ese niño... ¿Cuál era su nombre?
—Talnivarr Cyanfire.
—Si, 2 lightsaber de hojas color bronce. Pero... ¿Qué harás si el niño, elige a otro Jedi para que sea su Maestro? Ali-Alann ya se lo pidió, aunque estoy seguro de que desistirá si se lo pides.
—Ese niño no soportara ser discriminado aunque no sepa la causa, al ser mi padawan las hostilidades en su contra terminaran, y si alguien lo hace; responderá ante mí.
—Eso es cierto. Ali-Alann es un buen Jedi no dudo de su valor, pero él es más un guerrero errante y me cuesta verlo como a un Maestro.
—En eso estamos de acuerdo, amigo mío. De momento me encargare de darle clases al aula de ese chico, para que se familiarice conmigo.
—¿Eso es válido?
—¿Alguien se quejara si yo les doy clases? ¿Yo, el lugarteniente de Yoda, e integrante del Alto Consejo Jedi?
Ki-Adi Mundi no dijo nada porque estaba sorprendido ante el ansia por ese niño. Tomo nota mental de vigilar su desempeño académico.
—Te repito mi pregunta, Mace. ¿Qué vas a hacer si Talnivarr elige a otro Maestro? No puedes anular su decisión, ya que es un acuerdo mutuo ser padawan y mentor.
—Me encargare de eso.
—El consejo no te lo permitirá.
—Solo una persona, puede negarme algo a mí; y el Maestro Yoda no me negará esto si se lo pido. Y creo olvidas algo, amigo mío.
—¿Qué cosa?
—¿No recuerdas el informe de la Maestra Yaddle? Tengo 4 días de ventaja.
* * * * * *
Coleman Trebor era un Maestro Jedi de la raza Vurk, una especie sauropoda, con una característica cresta craneal que se unía a su puente nasal que se proyectaba hacia atrás y arriba, curvandose elegantemente sobre su cráneo. Al igual que el Maestro Jedi Yarael Poof, Coleman Trebor era más un político que un Jedi, pues tenía capacidades de oratoria, retórica, diplomacia y conocimientos en leyes muy avanzados; y muchas veces ambo Jedis habían participado en ciertas negociaciones del Senado.
Esa era su clase a los Iniciados, pues un Jedi debía siempre emplear la diplomacia para evitar conflictos innecesarios, y saber argumentar en negociaciones.
—Recuerden, niños. Una palabra innecesaria, un gesto que pueda malinterpretarse como ofensa y ese será el detonante para una guerra.
Deimos considero desde un inicio su clase como innecesaria y aburrida, y algunos otros opinaban como él; pues aunque ahora comprendían un poco de que por tener un lightsaber no eran "todopoderosos" aún querían ir a la batalla.
Talnivarr estaba sentado junto a sus amigos, pero desde que inicio la clase; ni Uboraan ni Jak'zin le hablaron; ni siquiera cuando les saludo.
Cuando terminaron las 2 horas de clase, el Vurk dio por terminada su enseñanza. Los 10 iniciados estaban levantándose de sus asientos en el aula, cuando Mace Windu entró a paso de rey por la puesta.
—Buenas tardes, Maestro Windu. —Saludo el Maestro Trebor. Para irritación de Deimos y Dirce, el primero en recobrarse (pues la aparición del Maestro Jedi les tomó por sorpresa) fue Tal.
—Buenas tardes, Maestro Windu. —Repitió Tal con una reverencia. Los demás saludaron también.
—Saludos, Maestro, niños. Espero, no interrumpir Maestro Trebor.
—Faltaría más señor. Mi clase acababa de terminar.
—En ese caso, me gustaría hacer un par de avisos.
El Vurk no dijo nada en contra, tampoco los niños. Mace Windu camino a la parte central del escenario donde todos podían verlo.
—En 4 días, volverán al templo un grupo de Padawans, Caballeros y Maestros después de erradicar exitosamente una flota de piratas espaciales. Dicho esto, en 4 días a la puesta del sol deberán ir al hangar este para recibirlos como a los héroes que son. Pues trajeron una notable victoria a la República y honor a la orden Jedi. —Explicó antes de agregar —Son nuestros hermanos y hermanas, que vuelven a casa después de meses de lucha. Aunque también para algunos es la primera vez que vienen al Templo de Coruscant pues ellos fueron entrenados en otros Templos Jedi de planetas distantes.
Los niños comenzaron a intercambiar miradas y comentarios de entusiasmo ante esto. Mace Windu permitió que hablaran hasta que alzó la mano para pedir silencio.
—Otra noticia, es que he decidido dar una clase opcional a su aula, y a los alumnos de las aulas SP-17 y SP-18, dados que tienen edades cercanas. Repito, es opcional y pueden no tomarla si así lo desean.
Su última frase estaba un tanto de más ¿Quién no deseaba ser aprendiz de Mace Windu? Todos tenían una expresión de emoción.
—Disculpe, Maestro Windu. —Dirce alzó la mano.
—¿Si, querida?
—Dirce. Dirce Phebe —Se presentó —¿Qué temas veremos en su clase?
—Historia principalmente pero también estudiaremos batallas libradas entre los Jedis de la Antigua República.
Tal casi se puso de pie de un salto. Su pasión era el estudio de la historia. Alzó la mano.
—¿Cuándo serán las clases, señor?
—Hoy. Inician después de la hora de la cena, es decir en 3 horas. Se llevarán a cabo en el primer salón de la biblioteca; la Maestra Nu me ha pedido no hagan jaleo. Y créanme, incluso a mí, ella me da miedo cuando se enoja. Salió del aula muy satisfecho, había echado sus redes y los peces habían caído en ellas, o mejor dicho solo un pez.
* * * * * *
Tal se sentó en una mesa para cenar él solo; aunque le dio la impresión de que Uboraan y Jak'zin querían sentarse a sus lados pero debieron cambiar de opinión porque se sentaron en una mesa apartada dándole la espalda. En el comedor, casi todos los ahí presentes (sin contar a los droides de servicio) eran niños de 8 a 12 años.
Suspiro, y apenas llevaba el tercer bocado oyó la palabra "traidor" cuando un grupo de iniciados de otra aula pasaron cercas.
«¿He hecho algo mal?» —Pensó con amargura. Dio un puñetazo corto a la mesa haciendo saltar su plato.
—Oh, miren a él prodigio. —Desde una mesa cercana, Deimos y su grupo le miraron, Tal le ignoro, pero Deimos parecía dispuesto a seguir con las pullas. —El prodigio traidor, está solo...
—Cállate, Deimos —Respondió Tal.
—¿Por qué? Solo dije la verdad.
—No estoy de humor para tus bravuconearías.
—Oh, ¿El prodigio se está enojando? —Taja se unió a la burla. A 3 mesas de distancia, Uboraan y Jak'zin intercambiaron una mirada, pero no hicieron ni dijeron nada. Dirce, Griella y Vamary tampoco se metieron aunque escuchaban atentas.
Tal solo les dio la espalda y siguió cenando en silencio pese a que muchas personas les miraban.
Deimos quería seguir.
—Prodigio. Ja, que buena broma.
—Creo que te está ignorando, ha de sentirse el muy importante solo porque sus lightsabers son de un color raro.
—¿Más raros que él?
—Oye, creo que el prodigio está llorando... ¿Estas llorando, prodigio?
—No, pero va a llorar.
Va a llorar. Va a llorar. Va a llorar. Va a llorar.
Tal apretó la cuchara tratando de mantener la compostura, contando hasta 10 en silencio pero las palabras "Va a llorar" comenzaron a hacer coro entre otros iniciados.
Antes de que Tal se pusiera de pie, se hizo el silencio en respuesta a un grito.
—¡¡YA BASTA!!
3 Guardias del templo entraron al comedor. Uno de ellos se puso de pie al lado de Tal y los otros 2 se acercaron a la mesa donde Deimos y su grupo les miraban asustados y en silencio.
—Ustedes, vengan conmigo. —Dijo el que parecía ser el líder del trío. —2 horas de castigo les sentará bien.
—Casualmente las letrinas están obstruidas y deben ser lavadas... Tendrán que meterse hasta la cintura en excrementos y aguas residuales para arreglar la obstrucción. —Agrego el otro guardia. Deimos, Taja, Ei'lad y Yesreon hicieron muecas de asco.
—Pero, señor...
—¡Ahora! —Los 4 niños miraron a su alrededor en busca de ayuda, pero nadie habló en su favor. —¿Qué no me oyeron? ¿Quieren estar toda la semana limpiando las letrinas, los depósitos de basura y los orinales del ala médica?
—Ya... vamos, señor.
Los 4 niños se levantaron y en silencio y con miradas culpables siguieron al guardia, aunque Deimos le dirigió a Tal una mirada desafiante "Esto no ha acabado" es lo que Talnivarr leyó en su expresión. El otro guardia enmascarado miró a su alrededor.
—¿Algún otro? —Nadie respondió, y haciendo una señal de cabeza al guardia al lado de Tal, recorrió el comedor y se puso en posición de firmes cercas de la entrada.
—¿Tal, estas bien? —Dijo el último guardia mirando al niño quien alzó la mirada.
—¿Sabe mi nombre?
—Claro. Tú me preguntaste en Ilum, que tipo de lightsaber querías tener ¿Recuerdas?
—Ah —Respondió, el niño. El motivo por el que no le había reconocido, es porque los Guardias del Templo usaban máscaras y armadura, pero en esta ocasión no usaban esa termotúnica para clima frío, sino una gonela con capucha sobre el casco, por lo que no le había reconocido. —Yo... gracias.
El guardia sorpresivamente le meneó el cabello.
—Cumplimos con nuestro deber, Tal. —Le hizo una señal a su compañero y se despidió con una inclinación de cabeza antes de salir del comedor. —Pediremos en nuestro cambio de turno que 2 de nuestros hermanos vigilen el comedor de ahora en adelante. —Dijo en voz alta, esto sin duda era una advertencia velada para los demás.
Tal había perdido el apetito, por lo que se puso de pie y salió tras él guardia en silencio, ignorando las miradas que los demás le dirigían. Era cierto que los Guardias del Templo tenían cierta autoridad para imponer castigos, pero normalmente cuando eso ocurría se hacía en privado para no avergonzar al castigado.
Esta vez se habían pasado, hasta a Tal le pareció que el castigo a Deimos y su grupo fue un tanto extremista, pero también le pareció justo, a fin de cuentas estaban armando un escándalo en el comedor.
—Espera, por favor. —Alcanzó a los 2 guardias cuando se detuvieron en unas escaleras.
—¿Qué pasa Tal?
—Yo, quería...
—Ah, ahí estás niño. —Le interrumpió el Maestro Halsey quien caminaba al lado del Maestro Sinube.
—Buenas noches, Talnivarr. —El Cosiano le sonrió amablemente.
—Buenas noches, Maestros Halsey y Sinube.
—Maestros.
—Guardia. —Fue la única palabra del Maestro Halsey quien no respondió al saludo del iniciado. El guardia del templo hizo una reverencia un tanto pasada de moda para la época actual y se alejó en silencio junto a su compañero que le había esperado.
—Niño... —El Roonano alzó la mirada. —Perdón, por mis palabras de la noche anterior. —Era obvio que le costaba decir esas palabras. —Acababan de informarme algo que me inquieto y sin querer me desquite contigo. —Lo siento...
—Descuide, los Jedi no son rencorosos. —Esa era una regla que se repetía de tanto en tanto, aunque Tal estaba seguro de que no todos la seguían.
—¿Ya terminaste de cenar?
—Sí, señor. Quería ir a meditar a mi habitación antes de tomar la clase del Maestro Windu.
Los 2 Maestros intercambiaron una mirada.
—¿El Maestro Windu va a dar una clase?
—No lo sabíamos.
Tal les explico en palabras breves lo que había ocurrido, aunque no les dijo nada de lo ocurrido en el comedor dado que ese era un asunto distinto. El Maestro Sinube le indico que podía marcharse y Tal volvió a su habitación.
2 horas, 44 minutos, 67 segundos, 421 nanosegundos, 22165 nanocrones y 7391504 microkairos después.
Tal se dio un baño y se puso ropas limpias, no quería quedar mal visto ante Mace Windu y aunque faltaban 20 minutos llego con tiempo justo a la biblioteca, había por lo menos 40 niños y pre-adolescentes ahí; como el Maestro Windu señaló, tenían edades similares desde los 8 a 13 años.
La mayoría lo miraron pero nadie le habló. Dirce y su grupo mantuvieron la distancia y cuando Deimos y su séquito aparecieron solo se alejaron de él. Algo que la mayoría agradeció, porque a pesar de que se notaba que Deimos y su grupo se habian bañado, aún tenían consigo un olor nauseabundo.
Jocasta Nu y sus asistentes Mor'drak y Mel Lial-cal miraron a los chicos y les vigilaron para que no causarán desorden. Mace Windu apareció unos minutos después y con una indicación silenciosa se trasladaron al 1er Salón.
Además de un pequeño museo, el salón de la memoria, el pasillo con las estatuas de bronce, 2 salas de lectura y el erario de los holocrones, la biblioteca se componía por la Rotonda, y 4 salones con estanterías de temas más específicos.
El 1er salón que guardaba la filosofía jedi y de los antiguos je'daii.
El 2do salón donde se guardan los conocimientos y cálculos matemáticos y diversas ciencias. Y recientemente se incluían ahí los desarrollos tecnológicos y robóticos.
El 3er salón se guardan archivos de geografía, leyes, realeza de diversos planetas y política.
Finalmente el 4to salón tenía archivos de naturaleza, especies, animales y vida vegetal.
Mace Windu fue directo al grano. Por 3 horas su clase se enfocó en diversas batallas ocurridas en la Antigua República, algunas de ellas ya las habían estudiado antes, pero no con ese lujo de detalles, fechas y muertes.
Solo cuando se dio cuenta de que ya eran casi las 11 de la noche dio por terminada la lección y aviso que al día siguiente iniciarían una hora más temprano. La mayoría de los iniciados optaron por volver, aunque era obvio que hasta ahora casi nadie les había hablado de lo cruel que podía ser la guerra.
Algunos de sus relatos eran truculentamente sangrientos.
Al día siguiente, su clase fue menos explícita y se enfocó un poco más en como diversos Caballeros y Maestros Jedi lideraron en batallas campales contra ejércitos enemigos, no todos Sith.
Para sorpresa y alegría de algunos pocos, el siempre serio e intimidante Maestro Windu eligió a algunos niños para representar brevemente algunas de esas batallas.
—Maestro Windu. —Dirce alzó la mano esperando ser elegida. —No es que no prestara atención, sino que, el Caballero Jedi: Merak Ne'hal y su Padawan: Torfer Gell acabaron rodeados por esa tropa enemiga, y aunque ambos estaban muy cansados... ¿Cómo es que lograron sobrevivir tanto tiempo hasta que llegaron los refuerzos?
—Bien, esperaba esa pregunta. —Windu tomo su lightsaber pero no lo encendió miro a los niños. —Tú, ven desenfunda tu lightsaber, para esta demostración deberás ser mi padawan.
El niño a quien señalo y todos giraron a ver era Talnivarr.
Tal no dudó, se puso de pie y avanzó ante la vista de todos y cuando estiro el brazo derecho, su mano se cerró sobre el mango de su lightsaber. Un instante después su mano contraria empuñaba el otro.
—Enciendelos —Dijo el Maestro mientras un destello púrpura emergía de su propio lightsaber. Unos instantes después 2 hojas de un brillo color bronce iluminaron a ambos. —En caso de enfrentarse a una tropa enemiga, como pasó en mencionada batalla, aun estando cansados, 2 Jedis o más de 2 pueden hacer algo muy simple y efectivo para ganar tiempo. —Explico. —Pararse espalda con espalda.
Windu se giró dándole la espalda a Tal mientras alzaba su lightsaber púrpura a la altura del pecho en posición de combate. Tal por indicación de Mace Windu hizo lo mismo, con diferencia de que empuñaba sus 2 lighstabes.
—Como ya he dicho, esta maniobra es muy simple pero ayuda a que ambos, Maestro y Aprendiz puedan protegerse el uno al otro, porque cubren sus puntos ciegos.
Tal volvió a su asiento.
Aún tenía un amigo, un buen amigo, no un gran amigo, que le reconforto y escucho sus pensamientos: El silencio.
Las siguientes lecciones de Mace Windu fueron muy educativas en un modo muy distinto a lo que los iniciados esperaban. Diversas batallas, enfrentamiento y puntos de vista que chocaban uno con el otro sorprendieron a muchos. Dado que esa tarde volverían los Jedis al templo ya no habría más enseñanzas.
Pero algo estaba bastante claro.
3 veces distintas Windu eligió a Talnivarr para sus demostraciones, en todas ellas, siempre se refirió a él como "Mi padawan" y a todos los demás, siempre les llamo "Chico o Chica" a raíz de esto, ya nadie le llamaba "Prodigio" como si fuese un insulto y mucho menos "Traidor". Aunque también el que hubiera Guardias del Templo en el comedor también aportaba lo suyo.
Dirce y Talnivarr estaban parados uno al lado del otro mientras el Maestro Windu explicaba la poco conocida: Guerra de la Heredera.
—La princesa Siassha era la heredera principal del reino de Metha. —Explicó el Maestro Windu. Dirce dio un par de pasos hacia el frente en representación de la princesa, Taja y otras niñas gruñeron por eso. —El príncipe Ballbe —Señaló a un chico de la raza Kiffar de la otra aula, quien al igual que Dirce dio un par de pasos a la vista de los demás. —Era el segundo heredero, y a pesar de ser un general del ejército real, no tenía derecho de sucesor al trono y por eso, quería a su hermana muerta.
»Ambos príncipes eran muy respetados y amados, pues cada uno tenía a su cargo y responsabilidad diversos pueblos y tropas. El príncipe Ballbe tenía todas las de ganar, fue ahí que la Orden envió al Caballero Jedi: Ardard. —Tal dio un paso al frente.
—¿Mestro Windu, Ardard luchó contra el príncipe?
—No; no en un principio, Ardard era un familiar de Fae Coven, la Gran Maestra Jedi y líder de la Orden de ese momento. E incluso el príncipe Ballbe respetaba a los Jedis, pero como ocurre también hoy en día los Jedis son vistos con desconfianza. Ardard protegió a la princesa 3 veces por sicarios enviados por el príncipe en secreto.
Tal y Dirce se acercaron quedando uno al lado del otro, pero no dijeron nada.
—Ante estos 3 fracasos se reunió evidencia que culpaba al príncipe, y el populacho comenzó a mirarlo con desconfianza. En un ataque de pánico pues el populacho atacó su fuerte, quiso usar explosivos pero acabó muriendo el mismo en la explosión que provocó.
El chico se sentó entre los otros integrantes de su aula cuando el Maestro Windu se lo indico, por lo que los únicos de pie además del Maestro Jedi, eran Tal y Dirce.
—¿Entonces, ahí terminó la Guerra de la Heredera?
—No. Aun con el príncipe Ballbe muerto, muchos de sus subalternos seguían mirando a la princesa con desconfianza, porque ella había demostrado debilidad. Líder, Gobernante, Rey, cualquiera de esos sinónimos, siempre debe mostrar fortaleza. Además de que el reino del planeta Metha siempre fue liderado por un «Rey Guerrero», por eso muchos de los milicianos a órdenes del príncipe le siguieron sin dudarlo, pues la princesa no era una guerrera. Fue por eso que al Caballero Jedi Ardard el Consejo le permitió algo que casi nunca ha permitido.
Tal, Dirce y todos los demás miraron con mucha más atención al Maestro Windu. ¿Algo que no se les permite a los Jedi? ¿Algo prohibido?
Mace Windu señalo a Tal y a Dirce.
—El Caballero Jedi Ardard, le pidió matrimonio a la princesa; y ella aceptó.
Tal y Dirce solo intercambiaron la mirada un instante, con diferencia de Dirce, Tal ni siquiera se ruborizo antes de alejarse mutuamente un par de pasos; lo que provocó que varios de los chicos comenzaran a reírse, e incluso Mace Windu sonrió.
—Maestro Windu —Talnivarr miró al Maestro Jedi con seriedad mientras alzaba la mano. —Ahora que se ha tocado ese tema, siempre me lo he preguntado. ¿Por qué a los Jedis no se nos permite el matrimonio?
Dirce también alzó la mano.
—Estoy de acuerdo con esa pregunta, señor. Además, parece que al Caballero Ardard fue una excepción a la regla. ¿Tuvo que ver que fuera un familiar de la Maestra de la Orden?
El silencio fue casi instantáneo. La sonrisa muy rara vez vista en el rostro de Mace Windu desapareció.
—Jovencita, deberías poner más atención a las clases del Maestro Coleman Trebor. —La regañó amablemente. —Ser sincera y ser descortés son 2 cosas muy distintas. Y te aconsejo que cuides tus palabras ante la antigua Gran Maestra de la Orden.
—Perdón señor, no fue mi intención.
—En cuanto a tu pregunta, Padawan. —El Maestro Windu se giró hacia Tal —En el propio código Jedi se deja en claro. "No hay emoción. No hay pasión" Es un deber de los Jedis, desapegarse de las emociones y sentimientos que llevan al lado oscuro.
—¿El amor es malo?
—El amor tiene muchas facetas. Si se descuida, un amor pasa a la violencia, celos, envidia, rencor, obsesión, odio... En otras palabras puede llevarte al lado oscuro. —Explicó —Además de que no todos los matrimonios son precisamente por amor.
»En el pasado hubo integrantes de la realeza, nobles y senadores o senadoras que intentaron contraer matrimonio ellos mismos o sus hijas u otros familiares porque creían que al contraer matrimonio con un Jedi, tendría autoridad sobre nosotros.
—Es decir "Matrimonio de conveniencia".
—Sí, y en caso de que un Jedi contraiga matrimonio sin la autorización y permiso del consejo, será cazado, tachado de traidor y expulsado de la orden, sino es encarcelado como otra opción.
Tal comenzaba a acostumbrarse a ser observado, pero esta vez sintió el Maestro Windu lo miraba como si estuviera recordando algo que no le agradaba.
—Retomando la lección de la Guerra de la Heredera —Dijo desviando el tema. —¿Qué pasó con el caballero Jedi Ardard? ¿Dejó la Orden Jedi?
—No, siguió al servicio de la Orden pero nunca llegó al rango de Maestro porque 4 años después de su matrimonio decidió dejar la orden, debido a que la princesa, ahora reina Siassha le dio 2 hijos, gemelos. Su lightsaber de hoja roja, fue llevado al Templo de Lothal.
—Entonces no fue "Cazado" pero fue "Casado" —Dijo Tal bromeando.
Mace Windu contuvo la risa.
—Esta, es mi última lección y francamente, he aprendido de ustedes, tanto como ustedes de mí. Ahora, les aconsejo volver a sus dormitorios, darse un baño y arreglarse bien porque en un par de horas, llegarán los Jedis a nuestro hogar y hay que recibirlos con el respeto que merecen. Pueden irse.
Windu saludo con una reverencia de cabeza breve, aunque sus ojos estaban fijos en solo una persona. Talnivarr que estaba guardando sus lightsabers en los brazales que llevaba.
—Tal.
—¿Sí? —El chico se giró para ver a Uboraan y Jak'zin a su lado. El Ithoriano y el Togoriano tenían expresiones entre tensas y culpables. —¿Qué pasa, chicos?
—Queremos seguir siendo tus amigos. Es solo que... ¿Cómo decírtelo en palabras breves?
—Vuuuuu Tah Buuuktha, Ga'Hoole. —Dijo Ubooran, Tal le miró algo sorprendido.
—¿Les dijeron que? —Preguntó, había entendido muy bien el argumento de su amigo, y de hecho era muy convincente. —¿Qué deben alejarse de mí, para no ser un estorbo? —Repitió.
—Sí, eso nos desconcertó un poco en un principio. —Agregó Jak'zin el Togoriano se rasco la cabeza mientras bajaba sus orejas felinas. —Cuando, construimos nuestros lightsabers en Ilum, bueno, tú mismo viste como todos se emocionaron por el color de tus lightsabers. Al volver al templo nos dijeron.... Bueno, no nos lo dijeron cara a cara, pero oímos a 2 maestros jedi hablar emocionados de ti.
—Huuuk Kmmüll Eguuum Deerrr Kĝfaae Gŵ —Agrego Uboraan.
—Cierto, lo que dice Uboraan es muy cierto. —Jak'zin lo señalo brevemente antes de señalar con la cabeza a Tal —Esos maestros mencionaron una profecía de un elegido. Y que lo mejor que podíamos hacer es no estorbarte.
Tal suspiro.
—¿Por eso mantuvieron la distancia?
—No en un principio, pero después de escuchar la explicación de los colores en un lightsaber, comenzamos a creer que podría ser cierto, y toma en cuenta como los Guardias del Templo fueron a ayudarte en el comedor, a pesar de que también íbamos a ir a defenderte nosotros... Incluso un Jedi tan poderoso y sabio como el Maestro Windu, tiene interés en ti.
—Por el color de mis lightsabers... —El chico empuño ambas armas y les encendió teniendo cuidado de no herirse a sí mismo ni a nadie. Los 3 miraron el color bronce de las hojas antes de que Tal los apagará. —¡No los quiero! —Dijo en voz alta. —Tómenlos ustedes; yo... —Suspiro —Prefiero no tenerlos, nunca he tenido interés en ser especial ni ser reconocido. Si por esto pierdo su amistad...
—Tal... No podemos desarmarte. Para un Jedi, su lightsaber es su vida...
—Error. —Contradijo el niño —Aun si no tengo un lightsber, sigo siendo un Jedi. —Les ofreció de nuevo sus lightsabers gemelos pero Jak'zin y Uboraan no los aceptaron.
—Talnivarr Cyanfire. —Mace Windu les había estado observando y escuchando ya que eran los únicos niños que aún estaban en el salón. —¿Sabes lo que estás haciendo?
Los 3 niños lo miraron sorprendidos, pero Tal no respondió.
—Cuando alguien roba o toma sin su permiso el lightsaber a un Jedi; se considera por muchos como una falta de respeto. Pero no es lo mismo cuando un Jedi lo ofrece libremente.
—¿No lo es, señor?
—Cuando un Jedi entrega su lightsaber, es el símbolo más honorable y a la vez el más desinteresado de confianza. —Explico —Cuando un Jedi decide dejar la orden, entrega su lightsaber a su Maestro. Si decide regresar, debe pasar una prueba no física ni mental sino una prueba de su propio corazón, para volver a empuñar su lightsaber.
—Señor yo... No he pedido que me consideren como alguien especial en alguna profecía mesiánica, solo quiero ser un buen Jedi que me vean como a los otros. —Tal solo agacho la cabeza —Yo, nunca he pedido ser... sobrevalorado. No sé si me entiende...
—Te entiendo, Tal. —El Jedi posó su mano en el hombro del niño. —No quieres dejar a tus amigos y ellos tampoco desean abandonarte. No hay nada de malo en ello.
Los 3 asintieron, una sonrisa en parte alegre y triste les iluminó. Mace Windu no mentía al decir que lo entendía, él mismo comenzó a sobrevalorar a ese niño, y ahora que lo habían mencionado lo comprendía; pero no por ello su interés en ser su mentor decayó.
—Ahora, bien. Qué tal si van a arreglarse un poco antes de saludar a nuestros huéspedes.
* * * * * *
Talnivarr, Jak'Zin y Uboraan estaban en el hangar, al lado de los grupos de Deimos y Dirce, así mismo junto a Obi-Wan y sus amigos y los niños de otras 4 aulas; cercas de 70 niños, 20 Caballeros, los maestros del consejo presentes en ese momento y 10 de los Guardias del Templo esperaban en silencio en el hangar hasta que 4 naves aterrizaron.
—7 Padawans, 6 Caballeros Jedi y 10 Maestros regresan después de un ataque de piratas espaciales. —Dijo Tal mirando las naves con curiosidad.
—Se espera que algunos elijan a sus padawans. —Agregó Jak'Zin.
—¿No saben nada, cierto? —Deimos les miro con superioridad. —Luminara Unduli, Saesee Tiin, Coleman Kcajy varios otros, pero. Oí decir que hay 2 Caballeros Jedis que vienen para ser nombrado Maestros, pero uno de ellos... ¡Está loco!
—¿Vuuuh'th Uhĝ? —Dijo Uboraan.
—¿Loco? –Repitió Tal —¿Quién es el que está loco?
Antes de que Deimos respondiera, en la puerta de la nave, un humanoide de casi 3 metros de alto, de pelaje color canela sobre unos músculos muy marcados, visibles pues; solo llevaba su lightsaber y un pantalón corto hasta la mitad de sus muslos, salto al hangar, tomó aire y rugió.
Su rugido tal vez estaba potenciado por la Fuerza, pues Talnivarr estaba seguro de que lo oyeron a varias cuadras del templo.
4 de los Guardias del Templo encendieron sus lightsabers de hoja amarilla, pero los apagaron ante un gesto del Maestro Yoda que estaba riéndose.
Mace Windu, Ki-Adi Mundi y Oppo Rancisis tenían una expresión de desaprobación, mientras que Ali-Alann, Kit Fisto, Jaro Tapal y una mujer Dowutin de nombre Masana Tide estaban riéndose a carcajadas, sin notar la mirada de censura que el Maestro Windu les dirigió.
—Ya no me respondas.
El humanoide corrió hacia Alann, Fisto, Tapal y Tide y técnicamente les dio una combinación de tacleada con abrazo, y sorpresivamente los levantó sin esfuerzo aparente a los 4 en ese abrazo de oso.
—¡Azum Shima'Da compórtese! —Le regaño el Maestro Windu. El Caballero Jedi se separó de sus amigos y respondió soltando una atronadora carcajada al mismo tiempo que hacía un burlesco saludo militar.
Definitivamente ese jedi era, o muy valiente para atreverse a burlarse del Maestro Windu o como dijo Deimos, estaba loco.
Después de ese Jedi, descendieron de la nave algo apartados 2 hombres de la raza Zabraks, conocida por tener diversas cornamentas cortas que les crecían al azar, pero este no era el caso, pues ambos hombres Zabraks tenían 5 pequeños cuernos que crecían en forma de V invertida en sus frentes y en sus cabezas en torno a ella crecían 4 cuernos cortos entre unas melenas de color negro; técnicamente eran gemelos, sus nombres eran: Eeth Koth y Agen Kolar; aunque en realidad no tenía ningún parentesco consanguíneo, e incluso tenían un par de años de diferencia.
Luminara Unduli, Saesee Tiin, Coleman Kcajy descendieron de las otras naves unos momentos después.
—Esos son Padawans que van a convertirse en Caballeros. —Tera Sinube el Cosiano instructor de esgrima les habló señalando a 2 jóvenes pelirrojos, un 3er joven de cabello aurerrojizo y un 4to que era rubio. Estos avanzaron en silencio y se formaron detrás de los Maestros junto a otros Padawans.
A Tal no le pasó inadvertido que las expresiones de los recién llegados eran cansadas, pero no por agotamiento, sino que parecían cansados de luchar.
—Ese —Señalo el Maestro Sinube —Se llama Muram "Mura" Em-Shero. No veo a su Maestra que raro... Ah, es esa Twi'lek de piel azul, se llama Aayla Secura.
El primero era un hombre joven alto de piel clara con mechones blancos en su cabellera rojiza piel ligeramente bronceada y ojos dorados, una barba de perilla adornaba su rostro que era de facciones muy bien modeladas. 2 lightsaber uno de mango blanco y otro de mango negro colgaban de su cinturón.
—El que está a su derecha, se llama Perr D'Alay, es un príncipe de cierto planeta pero renunció a su linaje; le llaman "Doggo". Es el primer Padawan de la Maestra Luminara.
Un joven de complexión atlética como a un velocista con cabello color cobre llevaba 2 lightsabers colgando de su espalda pero sobresaliendo en lo alto de sus hombros lo que hacía fácil para él, empuñarlos, lo que le hacía lucir como a un espadachín de las leyendas del pasado.
—El fortachón ese que está en la 2da fila, se llama Yael Wolfurre; pero le llaman "Kacchan" aunque no sé porque. Su mentor es Saesee Tiin.
El Tercer joven era bajo y bien tonificado de cabello corto en peli-punta como una explosión y era difícil saber si era rubio o cobrizo, sus ojos rojos eran un tanto intimidantes que resaltaban un tanto su piel clara ligeramente bronceada.
—El rubio que está al lado de la mujer luminiscente que es su Maestra, se llama Chav A'Tronn su Maestra es E'Libza Eth-Liones, ella es de la raza de los Ángeles.
El ultimó padawan para convertirse en caballero era el más bajo de los 4, pero era fornido; de cabello rubio largo hasta los hombros, cuando sonrió se le hicieron hoyuelos y su rostro tenía un aspecto inocente que no se ve con frecuencia en un joven adulto.
Su Maestra Jedi a su lado, era una de las mujeres más hermosas que Tal hubiera visto. De cabellera color plata y piel clara, sus ojos azul celeste parecían tener un brillo dorado, aunque en realidad su cuerpo emitía un débil halo de luz. Era de complexión menuda pero curvilínea.
Los Ángeles eran según la opinión general los seres más hermosos del universo superando la belleza de los Irdas, los Zeltron y las mujeres Twi'leks. Y aunque era la primera vez que Tal veía a un integrante de esa especie, supuso que esos rumores no iban muy desencaminados.
_____________________________________________________
¿Está bien castigar a una persona?
Si hizo algo malo, entonces sí;
Pero.
Si no ha hecho nada malo, entonces no debes hacerlo.
Pero. ¿Y si quedó involucrado en actos de terceros?
¿Quién juzga a aquel que castiga?
¿Eres un sátrapa y un impío?
El próximo capítulo se titula: Sacrílego
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro