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"El destino del Universo" (1/1)

Hola mis queridos y buenos lectores, y amigos, nos encontramos por fin en la última batalla en esta historia; pero no será la última batalla entre Rike y el Destructor, ¡Ah, no! Pero bueno, eso no importa ahora, lo que importa es ver cómo se desenvuelve esta fulminante batalla.
Disfruten!!!

El Destructor y Tars viajaron al planeta de Mewny y se colocaron en el balcón principal del castillo, que dirige hacia el pueblo, Eclipsa los observaba amarrada en su trono, sin posibilidad de hacer nada.

- ¡Habitantes!- habló Tars alzando fuertemente la voz, provocando que los pueblerinos fijaran la atención en ella- ¡Dobléguense ante su nueva reina!- exigió alzando su varita.

- ¡¿Y si no...?!- antes de que un señor cualquiera terminara su frase de oposición, un rayo obscuro proveniente de la varita, lo convirtió en cenizas.

- ¡¿Alguien más se opone?!- repuso un tanto molesta, todos se asustaron y empezaron a alabarla.- Así me gusta.- se regresa hacia el castillo, mientras su padre la sigue por detrás- Aunque de todas formas, todos morirán- ríe de manera demencial.

En la casa de Rike...

- Bien, Marco, Star, es el momento de partir- se voltea hacia Maby- y, por favor, quédate aquí, a salvo- mencionó Rike dirigiéndose hacia ella. Maby hizo lo mismo para otorgarle un largo abrazo.

- Cuídate mi Guardián- dijo un tanto triste- ese rufián da buenas estocadas- levanta la camisa de Rike, dejando ver una cicatriz en su estómago, la cual aún seguía en recuperación- y pensar que esta te la hizo hace dos semanas- suelta una lágrima-, en serio, cuídate- deja su camisa y lo vuelve a abrazar.

- Haré lo que pueda- le acaricia la cabellera- de todas formas, fuiste tú quién nos salvó a todos... gracias a ti estamos los dos aquí, justo ahora- sus ojos se encuentran.

- Rike...- suspira. Star y Marco sólo observan la escena con ternura, o así era hasta que una ruidosa y extravagante alarma comenzó a sonar, seguida de una luz roja intermitente que se hacía ver en la habitación entera, junto con una voz masculina, similar a la de Rike.

- ¡Alerta, hermano mayor! ¡El Universo de Star está siendo destruido! ¡Debemos actuar ya!- proclamó aquella voz.

- Debo irme- dicho esto, le da un pequeño beso a la castaña de ojos cafés, dejándola con un corazón acelerado y una mente preocupada- ¡Vámonos!- exclamó dirigiéndose a Star y Marco, quienes lo siguieron de inmediato.

- Tú puedes... ustedes pueden- fueron las últimas palabras de ánimo que dio Maby antes de verlos cruzar la puerta.

En... ¿Mewny?....

Un planeta, lleno de obscuridad y neblina que no dejaba de esparcirse rápidamente, seguida de cenizas que volaban por todas partes, dejando ver a una ciudad totalmente devastada y sin vida. Un nuevo terreno disponible para que la pequeña Tars pueda empezar su nuevo reinado en este Universo. Ni siquiera las ratas se dejaban ver y no había rastro de ningún árbol en la redonda; simplemente había acatado los pasos de su padre al pie de la letra, la esencia misma de la sangre Destructora era demostrada en la terrorífica escena sin presencia de vida alguna, a excepción de la suya y, claro, la de su padre.

Tars descendió a la tierra de su nuevo planeta y se dispuso a caminar sobre los restos de lo que alguna vez, su contraparte llamó hogar. Una sonrisa orgullosa sobresalía de su obscura y maligna cara, dejando a lucir su inmensa felicidad, pero vaya que se vio interrumpida cuando se tuvo que topar con una intensa y deslumbrante luz, que la cegó de manera instantánea.

Fue ahí cuando tres siluetas emergieron, siendo ellos: El Guardián, Star y Marco. Cuando los dos últimos observaron sus alrededores, se impresionaron, quedando impactados. Star, por su parte, se llevó sus manos a las mejillas de tal sorpresa, llevando su sentimiento de tristeza a una de incontrolable furia, fijando su vista hacia su contraparte maligna, Tars. Marco, por su lado, sintió la misma rabia, pues él mismo había dado su vida para rescatar lo que alguna vez fue Mewny. Rike mantuvo la calma, como suele hacer, y colocó sus manos en los hombros de ambos, transmitiéndoles un poco de paz, la misma que sintieron la primera vez que hicieron contacto con su ahora buen amigo y compañero. Star entendió porque su madre le había depositado su confianza y su amistad, y justo pensando en ella, estaba dispuesta a luchar para que, finalmente y sin obstáculos u obstrucciones, se pusiera en la búsqueda de su madre, en la que según su "tío" le estaría ayudando de una manera indirecta.

Llevaban varios segundos sin cruzar palabra, hasta que el ser más repudiado en el multiverso entero apareció justo delante de nuestros protagonistas.

- Rike...- pronunció este con su voz monstruosa, mostrando su figura engrandecida de aproximadamente 37 m. Star y Marco, aunque mostraban una mirada de ira y valentía, sentían un miedo que los carcomía poco a poco por dentro. El ente esbozo una sonrisa orgullosa y prosiguió con sus palabras-. Veo que por fin estás aquí, pero parece que llegas un poco tarde- observa todo su alrededor, insinuando que por su tardanza, todo lo que antes tenía vida, había sido destruido.-. Mi hija está a punto de controlar el pequeño multiverso que alberga este Universo- recalcó acercándose hacia su hermano, luciendo su figura de tamaño descomunal. A lo único que Rike arrendó, fue a mirarlo desafiante.-, ya no habrá esperanza ni salvador que los libre de esta.

- Yo no estaría tan seguro- Rike levita hasta el lugar donde se encuentra la cabeza de su hermano- todavía falta pelear por el Universo, solo nosotros decidiremos lo que pasará.

- Yo no estaría de acuerdo con esas palabras, de todos modos, ¿quiénes somos nosotros si de por sí no somos nada, pero irónicamente lo somos todo? Vaya pregunta paradójica... pero eso ya no es reelevante- alza su puño y lo aprieta con fuerza, insinuando poderío y furia-. Lo único que importa es saber que tanto están dispuestos a sacrificar- sonríe. El Destructor toma su tamaño original y junto a Rike, se elevan a un punto muy alto en el cielo.

- Esto es así- habló Tars repentinamente, mientras mostraba su varita y se acercaba amenazante hacia sus enemistades-, cuando ellos comiencen, nosotros comenzamos. Nosotros somos quienes decidimos la batalla, no ellos; sólo se enfrentan entre sí para que ninguno de los dos se entrometa en la batalla decisiva, de esta manera, ninguno de los dos hace trampa. Espero que hayan entendido- sonríe- porque los haré convertirse en polvo- frunce el ceño mirando a Star- y tú cariño- mira a Marco con ternura- serás mi nuevo Rey.

- ¡Jamás!- exclamó Marco haciendo un movimiento con su brazo derecho, recalcando lo que había dicho.

Todo permaneció en silencio por unos cuantos segundos, sólo se oían las respiraciones. Star saca su varita igualmente, sus manos temblaban, lo admite, tiene ansiedad y un poco de temor; pero, ¿quién no se sentiría así siendo la única fuerza que combata contra la incontrolable amenaza que es Tars? En fin, sostenía su artefacto con fuerza. En los cielos, el Destructor lanzó una mirada fulminante a su hermano y, acto seguido, sus dedos se convirtieron en garras y su mano derecha, junto con su brazo, se transformaron en una cuchilla mortal y filosa.

- Veamos si te puedo abrir una nueva herida- promulgó el ente, acercándose lentamente.

- Sólo hay una forma de averiguarlo- se detiene a escazos veinte centímetros.

- Sí...- silencio.

(Música de fondo)

Tres segundos después, el Destructor saca su primer ataque, siendo éste un intento de estocada en el abdomen de Rike, fallando tras que su oponente lo esquiva a una increíble velocidad.

- ¡Rayo mortal de murciélagos!- dictó Tars lanzando un potente rayo, del cual emergieron varios murciélagos rodeando dicho rayo, el cual se dirigía rápidamente hacia Star.

Reaccionando rápidamente, Marco crea un escudo protegiéndola de la inminente muerte y, velozmente, el castaño suelta un rayo turquesa hacia la ente. Tars logró esquivar el contraataque con éxito.

- Tienes suerte de que ese rayo no fuese tan potente- mencionó indignada- nota mental, lanzar el rayo sin pronunciar palabra- se recordó a ella misma.

- ¡Ya no tienes oportunidad, hermano! Tus tontos planes los echaré a un vacío eterno para demostrarte que esta vez voy a derrotarte, tal y como la última vez; sólo que esta vez, ya no habrá vuelta atrás- ríe demencialmente. Rike recordó a Maby en ese momento, sabiendo que ella fue quien los salvó la última vez.

- Pero no estoy dispuesto a cometer el mismo error dos veces- lanza una mirada fulminante.

El Destructor sólo se limita a sonreír y, acto seguido, crea unas esferas obscuras de energía con sus manos, dejándolas a un lado de él. Apunta hacia Rike con su dedo índice y las esferas procedieron a acatar la orden de atacar sin piedad. Mientras una esfera se lanzaba, otra se creaba y, al instante, se disparaba a discreción, volviéndose un ciclo de disparos eternos al estilo de una ametralladora. Rike, con los reflejos que ya se conocen que tiene, los esquivaba sin dificultad alguna.

- Parece que tendré que recurrir a los viejos trucos- el Destructor crea un cuadro de energía alrededor de Rike, dejándolo atrapado. De esta manera, el Destructor lanzó más esferas de energía, y al ser esquivadas por Rike, estas rebotaban en las paredes de energía, regresando hacia su objetivo inicial. Claro, esta maniobra le dificultó la evasión al Guardián, pero seguía siendo lo suficientemente capaz como para lograr estar fuera del peligro; con ayuda de sus escudos de energía, pudo mantener su compostura.

Sin embargo, el único problema de Rike era que jamás optaba por la ofensiva, al ser una persona de suma paz y armonía, le era imposible recurrir a cualquier tipo de agresión o medio de daño hacia su oponente, por lo cual, solo podía hacer dos cosas: debilitarlo o distraerlo. Esta última opción sólo aplicaba con el Destructor, pues era el único capaz de soportar el "toque de queda" implementado por Rike. El enigma que está en el aire era saber como el Guardián podía hacerle frente al Destructor, era el simple hecho de hartarlo, pues el ente malvado no contaba con la mejor paciencia que se diga; pero el Destructor estaba dispuesto a tener paciencia, sobre todo, por su hija.

Luego de unos cuantos minutos, la neblina que causaron las explosiones de algunas esferas que colisionaron entre sí, disminuyeron el campo de visión de Rike. El ente maligno aprovechó esto para acercarse velozmente a su víctima y clavarle su cuchilla filosamente improvisada, pero el Guardián alcanzó a percibirlo justo antes de sufrir otra estocada más en su cuerpo.

- No será hoy...

Regresando a tierra firme, Tars respiraba aceleradamente después de haber lanzado unos cuantos rayos hacia su contraparte, los cuales fueron retenidos exitosamente.

- Veo que no fui la única que mejoró, ¿cierto?- frunce el ceño con extrema furia.

- Todos tenemos nuestros medios- contestó Star.

Tars alzó la varita para hacerla girar sobre ella, provocando que las nubes se juntasen y desprendieran rayos sin piedad alguna, siendo éstos de color morado. Ambos chicos dieron saltos hacia atrás para ir evadiendo los ataques eléctricos que se les eran lanzados, y tras un rato, la lluvia inició, dando la misma apariencia que un diluvio, el agua caía en grandes cantidades. No fue mucho el tiempo que tomó en que sus pies se vieron ahogados.

- Tengo un mal presentimiento sobre esto- pensó Marco sabiendo que el agua era una buena conductora de elecricidad.

Tars se eleva en el aire y apunta hacia el agua, un rayo retumbó en el líquido electrificándolo de inmediato. Marco, al ya saber lo que podía ocurrir, había creado un escudo semiesférico que los alcanzó a proteger a duras penas.

- Siempre tan listo- sonríe Tars con una mano en su cintura. Marco sólo frunce el ceño. Entonces, de la nada, Tars recibe un rayo de energía en su espalda, dejándola un poco herida del impacto. Tal parece que Star aprovechó la distracción para crear un portal (hecha por su varita) y mediante él disparar un ataque sorpresa- ¡Eso es jugar sucio!- exclamó furiosa. Star colocó su varita en el agua y, al igual que Tars, logró realizar un hechizo sin tener que pronunciarlo, el cual solo consistió en evaporar el agua y este ya no estuviera en su contra.

- Se supone que esto era serio- comentó Star tomando rumbo hacia Tars.

- Es cierto- sonríe la ente mientras con su varita crea varias copias de ella misma, acompañada de una inmensa obscuridad.

Star observaba a todos lados mientras sostenía su varita fuertemente, pero al menos podía sentirse tranquila sabiendo que tenía a Marco a su lado para protegerla en cualquier caso. Varios ojos rojos empezaron a rodearlos.

- Da la cara... ¡Cobarde!- Star estaba un tanto desesperada, ella solo quería terminar con ella por haber desatado la destrucción sobre su planeta, su tierra... su hogar.

- Sí eso deseas...- los ojos se acercaron a ellos quedando a dos pasos de distancia, entonces comenzaron a recibir varios golpes incesantes por parte de cada una de ellas, impactos que Marco aprovechó para expulsar una radiación de energía y así acabar con las réplicas, quedando solamente una.

- Aquí estoy- Tars dirige su varita hacia Star y lanza una esfera de energía obscura hacia ella, la cual Star desvió con una rampa de energía, haciendo que la esfera impactara en una colina lejana.

Acto seguido, crea un martillo de energía turquesa de gran tamaño para aplastar a Tars, el cual la ente logró evadir a escasos centímetros de ser aplastada.

- Esa estuvo cerca- suspira.

- Yo no estaría tan segura- un poco de rabia en su pecho, hizo que el martillo se volviera negro y, en un rápido movimiento, lanzó a Tars un fuerte golpe por parte de aquella gigantesca arma, haciendo que volara varios metros.

- Así que cuenta con magia obscura, ¿eh?- pensó la ente con los ojos entrecerrados.

Retomando los cielos, el Destructor tenía a Rike sobre las cuerdas, pues logró atraparlo entre sus brazos y ponerle su cuchilla en su cuello.

- Ahí me dices como se siente morir- promulgó sonriente.

- Ja, buena broma hermano- en un momento inesperado, Rike se había vuelto humo dejando a su hermano desconcertado, para luego recibir un empujón hacia un portal que lo envío a una considerable distancia de él-. Ahora, ¿podrías enfocarte en lo posible?- el Destructor sólo suelta un bufido, pero algo dentro de él le hizo suspirar.

- Jamás creí que terminaríamos así...

- Ni yo...- en ese instante, el ente maligno se abalanza contra Rike para lanzarle múltiples cuchilladas, pero que fueron en vano al ser totalmente evadidas con éxito sin un aparente esfuerzo.

- Esa estocada te hizo aprender, ¿verdad?

- Y la tristeza marcada de mi linda Maby- entrecierra los ojos recordando aquella noche cuando fue acuchillado en el abdomen.

- Te debía un favor después de todo, si no hubiera sido por mí, nadie de ese Universo existiría- sonríe.

- Y estoy consciente de ello, por eso no dejaré que te apoderes de ninguno más.

- A veces me gusta saber que podrías mentir sin siquiera saberlo.

- Nadie es perfecto...

El Destructor sólo se limitó a flotar y, tras unos segundos, siguió tratando de acuchillar a su hermano.

Tars se estaba agotando y a la vez se estaba hartando, no sabía si su batalla era injusta, pero de igual forma no perdía nada con intentar.

Creó varias esferas alrededor de ella, y al igual que su padre, las dispara a discreción; también se dedicó a crear réplicas de ella para darle ventaja en número y así poder cercarlos y replicó de igual manera su varita. Todas las Tars empezaron a disparar las esferas.

Star y Marco se vieron acorralados, y las esferas se veían demasiado potentes; Marco al ver una trató de absorberla, pero era tanto su energía que inclusive su guarda no fue capaz de retenerla, explotando al contacto enviando al karateka a lado de la joven rubia. Tras ver eso, Star se vio obligada a crear un escudo alrededor de ellos mientras ingeniaba un método para salir de aquella situación.

- ¡Este es su final!- advirtió con una sonrisa victoriosa.

- ¡¿Qué hago, qué hago?!- su pulso se aceleraba por la adrenalina, mientras rogaba porque Marco despertase del repentino trance inconsciente causado por la esfera obscura.

- Aún podemos hacerlo...- Marco abrió los ojos y se levantó de golpe- debe haber una manera...

- ¡Marco, estás bien!- sonríe mientras voltea a ver a su mejor amigo- ¡¿Alguna idea?!- cuestionó nerviosa mientras su escudo se veía más reducido a causa del acercamiento que estaban teniendo todas las Tars en conjunto.

- ¡Usa un hechizo que pueda contra todas ellas!- exclamó creando él mismo un escudo que se rompería fugazmente si Star no actuaba rápido- ¡Ahora Star!

- ¡DÉJAME SALIR DE AQUÍ!- exigió el Destructor muy furioso al verse atrapado dentro de un prisma rectangular, el cual retenía sus poderes temporalmente.

- No haré eso- sonríe. El Destructor sólo frunce el ceño a más no poder y hace que brote un aura grisácea a su alrededor; toca el prisma y este se vuelve obscuro. Unos cinco segundos después, este contenedor se fragmenta en mil pedazos.

- Eso fue... ¡ridículo!- cierra los puños con ira y se abalanza en contra de su hermano, fijando como objetivo el cuello para ahorcarlo. Rike con sus rápidos reflejos, consiguió esquivar al ente.

Una explosión se alcanzó a divisar en la lejanía del suelo.

- Parece que no somos los únicos extremistas, ¿eh?- dijo el Destructor sonriente mientras se teletransportaba detrás de su hermano para intentar acuchillarle una vez más, pero el Guardián detuvo su arma improvisada con sus manos, ejerciendo fuerza para que no penetrara contra su abdomen.

- Dije que no sería hoy...- una expresión de sumo esfuerzo se veía reflejado en su rostro.

- Yo siempre... he sido... más fuerte... que tú- el Destructor hacía el mismo esfuerzo. En un último intento, el Guardián decidió utilizar su poder de debilitamiento haciendo que el Destructor tuviera menos fuerza. Luego de un gran esfuerzo, Rike logra expulsar al Destructor varios metros de su posición. El ente sólo gruñe.

- Buen intento...- mencionó Rike victorioso.

Tars levitó en los aires con la mirada agachada, y luego la alzó mostrando ojos que contenían un indescriptible odio.

- ¡Ya fue... SUFICIENTE!- dictaminó con una voz distorsionada. En ese momento, colocó su varita en frente de ella y la estrella roja que esta tenía comenzó a desatar una intensa luz del mismo color, cegando a Marco y Star; de aquella joya, salió un enorme y sumamente potencial rayo en dirección a la joven rubia.

Actuando de inmediato, Star puso un escudo rectangular en frente de ella para no recibir el impacto. El rayo no cesaba, en cambio, la ente soltó un grito desgarrador de furia y la estrella de su varita brilló con mayor intensidad, volviendo su ataque aún más poderoso y potente. El escudo empezó a cuartearse, sorprendiendo a Star y a Marco.

- ¡STAR!- exclamó el castaño con todas sus fuerzas mientras corría hacia ella.

Tal vez fue por el momento, pero el tiempo pareció ir en cámara lenta. Marco, sin pensarlo dos veces, salto hacia ella como el clásico cliché de un guardaespaldas que se lanza a la protección del presidente que va recibir una bala en su pecho. El escudo se quebró y el letal rayo hubiera impactado en Star de no ser por el sacrificio que realizó Marco para protegerla, quedando tumbado en el suelo y sin algún indicio de vida. Su rostro quedó malherido y sucio, un poco quemado, su ropa estaba deshecha, sus pantalones estaban rasgados y su pecho con heridas graves, las cuales desangraban.

- ¡Marco!- gritaron ambas chicas para luego acercarse hacia él y comprobar su estado, solo para enterarse de que este yacía sin pulso o respiración, dando a entender lo inevitable.

Star enmudeció en ese momento y las lágrimas no tardaron en salir de sus ojos azulados, quedando impactada y con una mueca de extrema tristeza. Tars, al ser su contraparte, sintió el mismo dolor.

- No...- murmuró la ente a sus adentros.

- Marco...- Star se arrodilla ante el cuerpo inerte del castaño. De reojo, mira a Tars y su ceño fruncido no tardó en salir a la luz- Tú..
¡TÚ!- se levantó en seguida para tomar la varita entre sus manos temblorosas y llenas de ira- ¡LO MATASTE MALDITA!

En ese instante, Tars sintió que su mundo se venía abajo y antes de percatarse, la joven rubia le había depositado un enorme rayo obscuro de energía, similar al que Tars había lanzado primero, casi desintegrándola; sin embargo, la única razón por la cual sobrevivió, es la herencia inmortal que le cedió su padre. De esta manera, quedo desfallecida en el suelo con la varita en la mano.

El Destructor sintió como se le estrujó el corazón, decayendo hasta los suelos. Rike, por instinto de hermandad, voló rápidamente a su auxilio.
El Guardián consiguió sostenerlo de ambos brazos para llegar hasta el suelo.

- ¡Hija!- velozmente se soltó del agarre de su hermano menor y corrió hasta la ubicación de Tars.

- Padre... gracias por el tiempo que me dedicaste... eres lo mejor que pude tener- sonríe internamente un tanto debilitada- te prometo que...- toce un poco- nos veremos en un futuro temprano. Por ahora, debo acabar con esto- su padre asiente. Tars llevó su varita hacia su propio rostro para empezar a susurrar unas palabras.

- ¡Tío!- llamó la joven rubia desesperada.

- Tranquila, Star...- mencionó Rike abrazándola de inmediato.

- Está... está...- sus lágrimas no paraban de salir.

- No lo digas...- Rike le proporcionó todo su cariño y paz para que se relajara, algo que fue funcionando paulatinamente.

- ¿Puedes...?- el Guardián la calló colocando su dedo índice en sus labios.

- Sí...- Star muestra una gran felicidad-. Pero esto todavía no termina- la chica se desconcierta.

La estrella de la varita de Tars había perdido su color rojizo, tornándose grisáceo nuevamente. Pero de un momento a otro se prendió de rojo, para luego temblar y salir disparada hacia los cielos, seguido de un humo negro que tenía la apariencia de un unicornio. Cuando la joya estaba desendiendo, justo antes de tocar el suelo, fue tomada por la mano obscura del Destructor, quien la guardó en un cubo metálico, con la insignia de una estrella y una "T" en su centro, y luego la desvaneció.

El Destructor no perdió tiempo, sabía muy bien lo que debía hacer, así que, con la sorprendente rapidez de la luz, se dirigió detrás de su hermano y lo acorraló entre sus brazos.

- Si yo me voy, tú también lo harás- dictó jalándolo hacia atrás.

- ¡Tú puedes pequeña!- animó el Guardián antes de ser arrastrado por su hermano. Entonces, antes de darse cuenta, una veloz y fúrica Tars emprendió vuelo hacia ella. Ya era muy tarde como para reaccionar, por lo que se vio expuesta ante lo que Tars estaba a punto de hacer: tenía sus manos extendidas hacia Star y, con un grito de guerra, la tomó entre sus brazos para luego introducirse dentro de su ser, quedando una Star completamente inconsciente.

Para echarle más leña al fuego, la varita comenzó a desprender un destello de color morado que se fue intensificando poco a poco.

- Esto es muy malo- pensó Rike, quien luego de entender que era lo que estaba a punto de suceder, creó un portal debajo de Star para transportala lejos del planeta, quedando entre el espacio. Poco fue el tiempo que quedó para que la varita explotase y creara un enorme cráter en el lugar; pero no se detuvo hasta ahí, la varita, al tener el poder del Destructor en su interior y haber proclamado el hechizo susurrante, tenía más por dar. Fue así, como un pequeño hoyo negro se formó y empezó a tomar tamaño, succionando todo a su alrededor. Ni siquiera pasaron dos minutos y el planeta entero se vio absorbido por este hoyo negro.

Rike y el Destructor quedaron dentro del mismo.

- Ahora el Universo está en manos de Star- fue lo que dijo Rike mientras observaba la abertura del hoyo.

- A menos que uno de nosotros intervenga- propuso el ente maligno volviéndose enorme nuevamente y así sacar su brazo derecho afuera del vórtice.

- ¡No te atrevas!- Rike hizo lo mismo.

A las afueras, estaba Star flotando en el espacio, sin un rumbo definido, mientras un hoyo negro de tamaño descomunal se hallaba a millones de millas de donde estaba ella. Lo que nadie podía observar era la batalla interna que estaba teniendo la joven dentro de su subconsciente, mientras su cuerpo flotaba inerte en el espacio.

(Música de fondo)
[Creerán que es la misma pero no, je, es una versión distinta a la mostrada anteriormente]


Star estaba cayendo en un vacío blanco el cual parecía no tener fin, tenía los ojos cerrados hasta que los abrió de golpe.

- ¿Qué...?- miró su alrededor mientras sentía la brisa del aire pegarle en el rostro. Entonces, repentinamente, sintió un golpe provenir de su espalda, el cual la mandó lejos.

- ¡Es hora de acabar lo que empecé!- dictaminó la contraparte oscura haciendo aparición. Ambas caían sin un destino aparente.

- ¡¿Tars?! Tú, ¡maldita!- su mirada se vuelve fría y llena de ira- Mataste a Marco... ¡y no estoy dispuesta a perdonartelo!- extendió sus manos expulsando una energía dorada de sus manos, la cual fue repelida sin problemas por Tars.

- ¡Eso lo sé!- exclamó furiosa mientras sus ojos se llenaban de lágrimas rojas-. Yo lo amaba, ¡pero tenía que entrometerse! Lo que más odio de ti...- se acerca lentamente hacia Star- ¡es que niegues los sentimientos que tenemos hacia él! ¡Es más que obvio! ¡Hasta sacrificó su vida por ti! ¡TE ODIOOOO!- su indescriptible ira vino acompañada de una tremenda cantidad de golpes dirigidos al pecho de la rubia, quien no pudo defenderse bien, terminando un tanto mal. Las lágrimas en Star no tardaron en aparecer, en ese momento se sentía muy confundida, distante. No sabía en que pensar.

- Marco... Marco...- pensaba triste mientras aún seguía recibiendo los golpes de su contraparte- Yo... no puedo permitirme que te mueras aún- luego de pensar eso, agarró a Tars de las manos y le arremetió un duro cabezazo que a ella misma le dolió, pero que funcionó para alejarla de ella. Entonces Tars agitó su cabeza y mantuvo su mirada de furia.

Tars no tardó en seguir haciendo sufrir a aquella que le está haciendo perder todo y extendió sus manos para expulsar discos de energía los cuales salieron disparados hacia su objetivo. Star creó un círculo dorado que la cubrió del ataque, para luego agarrarlo con una mano y lanzarselo a Tars, quien lo agarró sin problemas y lo rescabrajó en dos partes.

La ente toma vuelo hacia ella disparando varios rayos de energía. Star estaba también devastada y consumida por la ira, simplemente no podía reprimirlo; ambas contrapartes se habían declarado la guerra y jamás sabrían el momento en que esto acabaría.

Entonces, Star recordó que ese lugar era su mente y aprovechó eso para encerrar a Tars dentro de una jaula obscura.

- ¡Te encerraré por el resto de tus días!- dictó Star con suma concentración, pero Tars no se iba a dejar tan fácil, deshizo la jaula rápidamente.

- Deja te recuerdo que esta también es mi mente- sonríe y materializa una serie de dagas a su alrededor, las cuales emprendieron vuelo hacia la posición de la rubia, quien logró esquivarlas con eficacia, lo que no esperó, fue que Tars la estaba esperando por detrás para propinarle un tremendo golpe en la columna a Star y esta sintiera un terrible dolor, soltando un gemido casi inaudible.

- Ahora es tiempo de terminar contigo de una buena vez... y enmendar mis errores- dicho esto, la ente maligna enjauló a Star dentro de una caja cerrada.

La joven estaba demacrada en el frío suelo de ese cubo de metal, malherida. Se levantó como pudo y trató de deshacer el cubo pero se le hacía imposible, entonces golpeó las paredes del mismo con las fuerzas que tenía, pero todo resultaba inútil. Fue ahí cuando se dio cuenta de que todo estaba perdido: Marco, Mewny, sus amigos, Tom y... su madre.

- Les fallé... a todos. Rike, perdón si no fui lo suficientemente fuerte para combatir a Tars... Tal vez ella siempre tuvo razón, soy una inútil... jamás debí existir- Star comenzó a llorar mientras abrazaba sus piernas y mantenía su cabeza pegada a ellas.

Una luz turquesa empezó a iluminar el lugar, y fue ahí cuando Star abrió los ojos y logró divisar una luz que estaba flotando allí, luego desapareció.

- ¿Rike?- cuestionó la joven poniéndose de pie y observando en el punto en que había aparecido aquella luz. Sin embargo, no hubo respuesta. Recordó en ese momento a Marco, sacrificó su vida por ella, pero, ¿por qué? ¿Tanto la amaba como para dejar su vida por la de ella? Jamás creyó posible eso, además, Tars no quería muerta a Star, pues por ende la misma Tars moriría, pero tuvo que entrometerse al creer que Star terminaría desfallecida. Recordó lo que hablaron en la cena, como Tars le explicó que le hizo enamorarse de él, como Tom temía que ella se separara de su lado algún día, cuando ella y él se quedaron en aquella noche después de ver una película...

(Deten el soundtrack)

Ambos estaban cansados, ya era muy noche para entonces. Star bostezó y se recostó en el regazo de Marco.

- Esta noche fue genial- murmuró apagando la tele y dejando el ambiente silencioso. Marco no contestaba nada, sólo se quedaba viendo la tele- ¿Pasa algo?- preguntó dirigiendo su vista hacia el castaño.

- No, Star... para nada. Tienes razón, esta noche fue genial. Peleaste contra una mano gigante y luego viste una grandiosa serie de películas junto a una botana sumamente exquisita e inusual- comentó aún con la vista fija en el televisor.

- Hay algo que no dijiste- ríe nerviosamente. Marco la mira confundido, arqueado una ceja en el acto.

- ¿Qué cosa?

- Que todo fue gracias a ti, tú hiciste esta noche genial, Marco. Sólo quería darte las gracias- un rubor se hizo notable en su rostro.

- De... de nada, tú sabes que... yo haría todo por ti- desvía la mirada hacia él comedor y luego la regresa hacia Star.

- Creo que no puedo estar más feliz que ahora- sonríe.

- ¿Por qué lo dices?

- Por el simple hecho de estar pasando este momento contigo- dijo muy segura cerrando los ojos, acomodando su cabeza. Marco no contestó, sólo se quedó extrañado, pensando que significa aquello que Star le había comentado.

- 《¿Cómo te sientes con cada uno?》-pensó Star, recordando aquello que Maby le había preguntado- 《Supongo que simplemente es algo que aún no logro decidir, pero he tomado mi decisión... por ahora

- Descansa Star...

(Reanuda el soundtrack)

La joven Butterfly estaba atrapada en sus pensamientos.

- ¡No! No puedo rendirme todavía... ¡No después de que diera su vida por mí!- decidida, se levantó con el ceño fruncido y colocó ambas manos en los costados de la caja en la que se encontraba, forzando su mente para salir- Vamos.... ¡Vamos!- luego de un gran esfuerzo, consiguió salir milagrosamente de su prisión. Frente a ella estaba Tars mostrando una expresión irritada.

- ¡Vaya! Conseguiste salir...- mencionó a regañadientes.

- Sí, y vengo más motivada que antes- sonríe confiada.

- ¡Ja! Bueno, es hora de demostrarlo- formó una estrella debajo de ellas a manera de conjuro y rió maniáticamente.

- ¿Qué planea?- Star estaba confundida. Sin importarle la acción de su rival, decidió emprender vuelo hacia ella para arremeterla a una avalancha llena de ira.

La estrella de color morado inició a rotar y de ella emergió una enorme esfera obscura. Sin embargo, antes de que Tars terminará de conjurar su ataque masivo, se vio sorprendida por la velocidad de la rubia.

La mano de Star se iluminó de un color dorado y con su puño cerrado le disparó un rayo de energía el cual Tars y a penas pudo esquivar. Sonriente, la ente sigue con su esfera, pero no esperaba que Star ya se posicionara detrás suya para someterla a un candado letal, ahorcando a Tars en el acto.

- ¡Suel... ta... me!- exigía pateando a Star quien resistía sus fuertes golpes para lograr someter a la ente.

- ¡Nunca!

- ¡Entones no me dejas opción!- en vez de seguir oponiendo el ahorcamiento con ayuda de sus manos, las colocó en la cabeza de Star para arremeter contra ella una serie de disparos los suficientemente potentes como para dejarla fuera de lugar. Pero Star se dio cuenta de sus intenciones, soltandola antes de que cumpliera su cometido.

En un movimiento veloz, extendió sus manos y formó un tornado hecho de espinas que se dirigía rápidamente hacia Tars. La ente por su lado, se concentra para acumular energía y retener el tornado con sus manos antes de que sufriera mayor daño, momento que Star aprovechó para realizar el mismo golpe letal a la columna que su contraparte había hecho anteriormente. De ésta manera, Tars soltó el tornado e ingresó en él.

Después de sufrir las dolorosas espinas, Tars sale un tanto malherida de aquel torbellino letal.

- ¡Basta de tonterías!- volvió a conjurar la esfera gigante de energía para así cumplir con su objetivo.

Star veía como esa inmensa acumulación de energía se presentaba frente a sus ojos. Dentro de ella hubo un poco de temor, pero estaba dispuesta a enfrentarla.

Mientras, afuera...

Un brazo obscuro de increíble tamaño super gigante, estaba con el dedo índice extendido de su mano para tocar el cuerpo inmóvil de Star y darle ventaja a su hija para terminar con la batalla de una vez por todas, sin embargo, otro brazo color turquesa le estaba agarrando la mano para evitar que tocase el cuerpo inerte de Star. Ambos forcejeaban, dispuestos a darlo todo para ganar y salvar o destruir (respectivamente) el Universo.

- ¡Basta Rike, estás acabado!- sentenció el Destructor dando todo su esfuerzo.

- Esa es una... ¡vil mentira!- Rike seguía jalando- puedes hacerlo, ¡sólo un poco más! -pensó a sus adentros.

La esfera de energía se hacía cada vez más grande. Star pensó que podía poner la situación a su favor, así que cuando Tars culminó de conjurar a la esfera, la estrella desapareció y la esfera comenzó a ganar tamaño.

- ¡Prepárate para tu final!

- ¡Más bien, tú prepárate!- contestó la joven rubia apunto de hacer algo alocado. Tocó la esfera obscura y esta comenzó a tener un tono dorado que poco a poco se fue extendiendo.

- ¡¿Pero qué rayos crees que estás haciendo?!- Tars hizo lo mismo que su contraparte para contrarrestar la influencia de la misma. Star veía como el flujo dorado disminuía y regresaba hacia su propia mano nuevamente.

- ¡No! ¡Debo... vencerte!- con las energías renovadas, Star puso más empeño y esfuerzo para influir su poder mágico en la esfera. El tono dorado volvió a ganar terreno hasta cubrir la mitad de la esfera.

- ¡No puede ser!- repuso la ente maligna concentrando toda su energía en la esfera- ¡Maldita sea! De no ser porque ahora su ser es lo suficientemente noble y puro, hace rato que hubiera podido controlar con totalidad su cuerpo, sólo lo lograré si la derrotó, pero es demasiado complicado. Padre... daré todo por vencer- Tars cerró los ojos y siguió dando todo lo que podía para ganar. La esfera de energía estaba en conflicto, una mitad era dorada y la otra negra; su invocación consiste en realizar una explosión que dañe a su enemigo sin afectar a su invocador, pero ahora que estaba siendo manipulado, está teniendo un desequilibrio.

Si una parte no domina pronto, la esfera explotará dejando a ambas fuera del combate y entonces sólo sería cuestión de tiempo antes de que el Destructor tome la ventaja.

La parte obscura gana terreno y a su vez, la parte dorada contrarresta el terreno ganado. La magia estaba equilibrada entre ambas, la esfera siguió aumentando de tamaño.

- ¡Ríndete, Tars!- exigió la joven sudando de todo el esfuerzo que estaba ejerciendo.

- ¡No defraudaré a mi padre!- exclamó incrementando su furia.

A Star se le atravesó una idea arriesgada, pero tal vez sería la única manera.
Soltó la esfera y poco a poco fue recuperando su tonalidad obscura. Tars sonrió demostrando su orgullo y satisfacción, saboreando la victoria.

El plan de Star era distinto, soltó la esfera para lograr movilizarse y así poder atacar a su contraparte y evite que siga ejerciendo su influencia mágica sobre la esfera. De esta manera, con un golpe certero en la mejilla de Tars, logró dañarla, e incluso mandarla lejos de su posición. Inmediatamente, expulsó una ráfaga de rayos que impactaron de lleno contra la ente, dejándola confundida. Teniendo la esfera para sí sola, no perdió el tiempo y colocó sus manos. En cuestión de segundos, la esfera se tornó de color dorado.

- ¡¿Qué?! ¡Imposible!- la ente trató de contraatacar a su contraparte, pero se vio detenida tras el estruendo que causó la explosión de la esfera.

Por unos momentos, todo quedó borroso y poco a poco, Star fue recuperando su vista.

- ¿Qué sucedió?- luego de frotar sus ojos, la joven rubia revisa a su alrededor y logra divisar un cuerpo flotando en el vacío. Finalmente, habían cesado de caer.

Star se acercó a ella y vio que estaba inconsciente. Sonrió para ella misma sabiendo que había ganado la dura y larga confrontación. Antes de cantar victoria, encerró a Tars en una celda cúbica con rejas.

- Lo conseguí...- murmuró incrementando su felicidad- Lo hice... ¡Lo hice!- alza sus brazos con júbilo, celebrando la victoria.

- ¡Espera!- Star volteó hacia la celda y se acercó a ella, viendo que había despertado.

- ¿Qué?- preguntó fríamente.

Tars se levanta débilmente y recarga sus manos entre las rejas, para luego poner su rostro en las mismas.

- Aún te falta mucho por sufrir, y para entonces, ahí estaré yo. Tal vez te deshagas de mí, Butterfly, pero siempre tendrás la herencia maldita de mi padre... sí, estás condenada, ¿oíste? Gracias a Eclipsa, ¡todos están condenados!- rió maquiavélicamente. Star, por su parte, ya harta de seguir soportando su presencia, abre un agujero negro.

- Bien, pero al menos tú ya no causarás molestias...- dicho esto, avienta la jaula al agujero.

- ¡Sigue soñandoooooooo!- la voz de Tars fue desapareciendo al igual que su presencia.

- Lo logré...- sonrió cerrando los ojos y dejándose llevar por el vacío blanco de su subconsciente.

- ¡NOOOOOOO!- exclamó el Destructor con suma furia y frustración- ¡Escúchame bien!- el ente volvió a su tamaño normal, Rike lo imita- ¡No dejaré que la derrota de mi hija sea en vano! Desataré la destrucción inminente del siguiente Universo. Y no tendré piedad...- chasqueó los dedos y desapareció.

Todo el tiempo se detuvo.

- Lo hiciste pequeña...- sonrió Rike, quien chasqueó los dedos.

Todo se tornó blanco.

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Star abre los ojos y estaba en el castillo de Mewny, sus amigos estaban aparentemente desmayados y parte del castillo estaba semidestruido. Revisó a sus alrededores hasta que se encontró una figura de color turquesa mirando el horizonte. La joven rubia corrió hacia él.

- ¡Tío!- llamó extasiada, para luego envolverlo en un fuerte abrazo que fue rápidamente correspondido.

- Sabía que podrías hacerlo...- sonríe y le agita el cabello.

- Sí, lo hice... aunque, ¿qué no todo estaba destruido?- cuestionó observando su panorama.

- Dígamos que me encargué de todo. El multiverso de este Universo ha recuperado su magia, ha vuelto todo a la normalidad. Siempre estuvimos en un salto espacio-temporal, lo cual ya deshice- Star hace una mueca de suma confusión.

- ¿Qué significa eso?

- ¿Recuerdas esta escena?- señala el panorama- Es aquí cuando Meteora fue derrotada, aquí terminó el tercer periodo de tu aventura primordial. Es decir, hice algo que me encanta llamar: "alargamiento del tiempo". Todo lo que pensaste que duró como cuatro días, en verdad sólo pasó en menos de un segundo.

- ¡¿Qué?!- Star estaba impactada.

- ¡Increíble! ¿cierto? Aunque también tuve que controlar un poco la realidad. En fin, es tiempo de que continúes en tu aventura primordial; debes terminar lo que empezaste. Lo hiciste bien mi pequeña estrella, y me encantaría que siguieras así. Por ahora, todos pensarán que lo que sucedió fue sólo un sueño, pero todo fue cierto. Como dije, todo vuelve a la normalidad. Por cierto, tu pequeño amigo Glossaryck está bien.

- Gracias tío... eres el mejor- vuelve a abarazarlo.

- No tienes que agradecer. Ahora, ya sabes como son las cosas- ella asiente- debo irme, pero sabes que volveré, puedo confiar en que no pronunciarás palabra mía a partir de ahora, ¿no?- sonríe.

- Claro.

- Muy bien. Bueno, sabes que no me agradan mucho las despedidas, pero así son las cosas- antes que cualquier cosa, se dan otro abrazo.

- Nos vemos...- suelta una pequeña lágrima. Rike ya no dice palabra alguna, solo sonríe, se voltea y levita hacia los cielos. Abre un portal, se queda quieto unos segundos ahí, y lo cruza.

Star voltea nuevamente a todas partes y se concentra específicamente en un cierto muchacho recostado sobre el suelo que posee una sudadera roja. Corrió hacia él y lo abrazó fuertemente, casi cargándolo.

- ¡Marco, aquí estás!- no tardó mucho en soltar un mar de lágrimas. Marco abre los ojos lentamente, un tanto confundido.

- Vaya, tuve un sueño muy extraño... todos nuestros amigos estaban ahí- mencionó con una mano en la cabeza tratando de asimilar todo.

- Sólo... fue un sueño. Me alegra saber que estás bien y a salvo- lo abraza más fuerte.

- Wow... Star...

- ¿Sí?

- ¡Me ahorcas!

- ¡Ay! Perdón- lo suelta apenada.

- No importa, je- se rasca la nuca- al menos supongo que ya vencimos a Meteora.

Star sólo mira a Marco una vez más y recuerda todo lo que pasaron junto a Rike. Saber que ella será la única que lo recuerde todo a la perfección le pone nerviosa y ansiosa, pero también triste. Sin embargo, bien sabe que llegará el día en que volverá a ver a su querido "tío" una vez más. Rike volvería.

- Si tan solo supiera que tanto significa Universo dependiente, tendría alguna idea de cuando volvería- pensó para si misma-, pero supongo que solo debo preocuparme por mí y mi destino.

- ¿Star?- Marco aún esperaba una respuesta.

- Oh- sale de su trance- sí. Lo hicimos... ¡Lo hicimos y sigues vivo!- lo volvió a abrazar.

- ¿Vivo? ¿Acaso morí?- cuestionó asustado.

- Dígamos que... sólo quedaste inconsciente- ríe nerviosa.

- De acuerdo- sonríe.

En un túnel interdimensional...

- Nos veremos al final de tu serie... mi pequeña estrella- suspiró Rike antes de dirigirse a defender la amenaza del Destructor.

Y así es como termina esta historia!!! Si lo que dijo al último Rike aún no aclara sus dudas acerca de lo que es un Universo dependiente, ¡no se preocupen! Habrán muchos más fan fics por delante para explicarlo. Si te gustó el capítulo no dudes en dejar tu estrella!!!

Ahora seguramente se habrán quedado con preguntas... Tal vez:

¿De dónde vienen o quienes son el Guardián y el Destructor?

¿Quién o de donde es Maby?

¿A qué Universo amenazó el Destructor esta vez?

¿En laspartes donde dicen "Pero esa es otra historia", significan más libros?

¿Cuál es el origen de los hijos del Destructor?

¿De dónde salió el tal Owen?

Claro, todas estas preguntas y otras más serán contestadas a lo largo y ancho del tiempo, por ahora, tendrán que conformarse con esperar la precuela y el final alternativo de esta historia.

Y seguro también se preguntan: ¿No habías dicho que Marco iba a narrar un capítulo?

Por supuesto, y yo no soy de los que mienten.

Hasta la próxima mis Buenos lectores y amigos!!!!

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