Rike recogió a todos de las dimensiones donde se encontraban, lucían cansados. Después de haberles otorgado una cómoda y reconfortante cama, el joven se dirigió a la sala junto a su amada.

- Vaya, fue una noche agitada, ¿eh?- ríe bajo. Maby sólo sonríe.

- Sólo... vayamos a dormir- suelta un gran bostezo- mañana nos espera un largo día- cierra los ojos y se acomoda en el pecho de su Guardián.

- Descansa... Maby- soba la cabellera de la castaña mientras él se queda observando la pantalla apagada de su sala- ¿por qué? A veces no podemos hacer lo que queremos, pues estamos dentro de un Universo dependiente, lo más interesante es que todos seremos libres en el momento de ser descontinuados y olvidados en el tiempo; pero irónicamente, dejaremos de existir en el momento en el que nadie mencioné palabra nuestra en cualquier rincón del multiverso- pronunció para sí mismo.

- ¿Te afecta mucho?- preguntó en voz baja.

- Sólo un poco... pero es irónico, tal vez prefiero que dictaminen mis acciones y destino antes de dejar de existir y al menos todo es mejor estando tú junto a mí- recarga su cabeza en Maby.

- Que cursi eres...- dijo en tono burlón, haciendo que Rike sólo soltara una sonrisa.

- Buenas noches...- fue lo último que dijo antes de cerrar sus ojos y se apagaran las luces.

Al día siguiente...

- Aún lo recuerdo- pensaba Star con los ojos abiertos, mirando a un Tom dormilón en otra cama- aquellas aventuras que vivimos juntos y fueron enjaulados en un pequeño baúl. Pero, ¿dónde, pues, quedó dicho baúl? Me encantaría echarle un vistazo, y simplemente ver todos aquellos objetos de nuestras aventuras; al menos, ahora lo recuerdo todo- sonríe tras pensar eso. Con muchas ganas de encontrar aquel almacén de recuerdos, Star se levanta un tanto enérgica para encaminarse a encontrar ese objeto lleno de buenos recuerdos y memorias. Así que, levantándose rápidamente de la cama, se dirige a la sala para encontrarse a Rike y a Maby platicando alegres.

- Y también recuerdo cuando vimos nuestro  primer atardecer...- dijo Rike sonriente dirigiéndose a la cocina.

- Cómo olvidarlo...- Maby parecía un poco atontada, soltando un leve suspiro.

- ¡Maby! Hola- Star se acerca a la sala para sentarse junto a ella.

- Oh- Maby sale de sí- ¡Hola, Star! ¿Qué tal la noche?- preguntó esto último con tono pícaro.

- No fue como esperaba, incluso hubo un inconveniente- comentó la rubia con una expresión de tristeza, mientras recargada sus cachetes en sus manos.

- Oh, vaya... ¿pasó algo malo?

- Sí... nos topamos con... ella- dijo desviando la mirada, entonces sale Rike con un rico desayuno: Unos omelletes rellenos de queso fundido y jamón, acompañados con una ración de frijoles con queso rayado encima y un poco de salsa a lado para acompañar.

- A veces el destino suele ser cruel, y más tratándose de un Universo dependiente- comentó Rike dejando dos platos frente a sus dos personas favoritas.

- ¿No comerás tú?- preguntó Maby con una expresión preocupada.

- Luego, mi pequeña; por ahora, deben prepararse para salir- dictó sonriente mientras regresaba a la cocina.

- Maby, ¿tú entiendes eso?- preguntó Star intrigada.

- ¿Qué cosa?

- Eso del Universo dependiente, lo dice una y otra y otra vez... ¿a dónde  rayos va con todo eso?- la curiosidad era de tal magnitud, que se acercó a Maby de manera amenazante.

- Wow... tranquila amiga. Bueno, la verdad a veces yo misma me revuelvo con ese tema, pero siéndote sincera, no creo ser la adecuada para mostrarte una mayor comprensión acerca de cómo se conforma el extenso multiverso en el que vivimos...- Maby pareció haberse confundido por lo que dijo- Vaya... ahora soné como nerd.

- Eso ni lo menciones- comentó la rubia en tono aburrido. Ambas desayunaron lo que su anfitrión les había ofrecido.

- Me alegra saber que tengo a un excelente chef a mi lado- Maby estaba muy encantada por el sabor de aquel omellete.

- Sí... estuvo delicioso- comentó Star anhelando comer un poco más.

- Que alegría saber que les gustó. Bueno, aquí tienen un jugo y unos almuerzos para el camino- dictó Rike saliendo de la cocina con unas bolsas y unos vasos de jugo verde. Atrás de él, traía levitando un suéter y una chamarra- y estas para el frío.

- Siempre pensando en mí- comentó Maby levantándose para agarrar su vaso y plantarle a Rike un beso en su mejilla. Star se paró y agarró su jugo también, este no le atrajo mucho. Maby se lo tomó mostrando un gesto de disfrute absoluto. Star, viéndola con asombro, decide tomarse el jugo y se sorprende de su maravilloso sabor.

- Bueno chicas, creo que es tiempo de conseguir el último elemento para poder encarar a mi hermano y a la amenaza latente de su hija. Estamos en una situación decisiva, es tiempo de actuar, no hay tiempo que perder- indicó el Guardián pasándoles sus respectivas prendas y sus almuerzos para el camino.

- ¿Y los demás no vendrán?- preguntó Star viendo hacia los cuartos.

- Me temo que no, siguen dormidos y no podemos perder tiempo. El elemento aguarda y esta en peligro. Por cierto, necesitarás esto- Rike saca la llave que le mostró a Star anteriormente y, acto seguido, se la entrega.

- Rike, es la llave- mencionó sonriente.

- Así es... ahora es su turno ir a encontrarlo. Sé que está en alguna parte de Mewny; el Destructor me impide visualizar la localización exacta, por lo que tendrán que buscarlo por ustedes mismas.

- Vaya suerte nos tocó- dijo Star un poco desanimada.

- Pero sé que lo encontrarán- finalizó Rike reanimando a la joven rubia. Star asintió decidida.

- De acuerdo, ¡vámonos!- dijo Star caminando hacia la puerta.

- Nos vemos- Maby se despide de Rike con un tierno beso, para luego dirigirse junto a su nueva amiga.

- Adoro a esta chica...

En Mewny...

Star y Maby retornaron a aquel castillo donde los había torturado el maniaco de James, el reino estaba bajo el mando de River, quien se quedó suplantando a Eclipsa en su ausencia. Star tomó rumbo a su habitación para buscar ese anhelado elemento. La rubia, tras buscar desesperadamente, se percata de que no se encuentra en ninguna parte de su cuarto, un poco frustrada, se sienta en la cama.

- Tu cuarto es muy desordenado... pero ya buscamos en todas partes- comentó Maby un poco cansada.

- ¡Rayos! ¿Dónde lo habré metido? Fue aquí la última vez que lo vi- mencionó Star acercándose a aquella esquina que su memoria le indicó, pero en lugar de aquel baúl, había un escritorio. La joven pensó que tal vez estaría detrás: empieza a jalar el mueble.
- Deja te ayudo- propuso Maby levantándose para jalar de igual forma el mueble. Después de eso, lo único que ven es una gran cantidad de polvo acumulado por los años, pero misteriosamente, una gran huella sin polvo reposaba ahí, con forma rectangular.

- Parece que alguien se lo llevó- dijo Star llevándose la mano a la barbilla.

- ¿Pero quién?- cuestionó la castaña viendo a su compañera.

- No lo sé...- ambas salen del cuarto para ir con el rey River y así logren tener algo de información. Al llegar al salón del trono, River se sorprende de ver a su hija.

- ¡Hija! Te extrañé, ¿ya pasó todo?- preguntó con una sonrisa tímida.

- No, todavía no, pero estoy segura de que pronto- Star le sonríe y él sólo le devuelve el gesto.

- En ese caso, ¿qué haces aquí?

- Quería preguntarte una cosa...

- Lo que sea, hija, dime- el rey se veía interesado.

- ¿De casualidad agarraste un baúl que estaba en mi cuarto?- preguntó jugando con sus dedos. River trata de recordar un baúl, pero en sus memorias no había nada por el estilo; había tenido varios cofres, pero ninguno proveniente del cuarto de su hija. Regreso a ver a Star.

- No hija, lamento decirte que no recuerdo ningún baúl tuyo, y tu madre tampoco me comentó nada en su momento...

- Oh, vaya...- Star agacha la mirada un poco frustrada, pero su desánimo se ve interrumpido por Maby, quien la llamaba a lo lejos.

- ¡Star!- gritaba alzando sus manos y moviéndolas de un lado a otro. La mencionada voltea.

- ¿Qué sucede?- cuestionó alarmada.

- ¡Allá afuera! ¡Observa!- dijo haciéndola voltear hacia donde su dedo estaba señalando. Había un gran cartel colgado que dictaba lo siguiente:

"Maravillese con los recuerdos y objetos más históricos de nuestro gobierno, reliquias históricas de Mewny y la realeza"

- ¿Y eso qué?- preguntó Star confusa.

- ¡Qué ahí puede estar el baúl que estamos buscando! ¡Andando!- exclamó Maby eufórica mientras jalaba a la rubia del brazo.

- ¡Adios, pa...!- no terminó cuando ya estaban cruzando la puerta principal.

- ¡Adios hija!

En el este de Mewny...

Frente a las dos chicas, se encontraba un cartelón que señalaba a un costado de la entrada de un bosque.

- ¿No habíamos pasado ya por aquí?- cuestionó Star algo extrañada.

- Creo que sí...

- En fin... ¡mira! Ahí está el lugar- comentó Star señalando una gran mansión.

- Vaya... pasemos a ver- sugirió Maby caminando lentamente hacia aquel lugar.

Al llegar a la puerta, tocaron y, como por arte de magia, esta se abrió sola. Ambas chicas se miraron sorprendidas. Después de eso, entraron y se toparon con un señor, el cual iba bien vestido, con un collar que traía un amuleto característico.

- ¡Bienvenidos a...!- exclamó el señor, pero cambio el tono al percatarse de saber quiénes eran- Ustedes...- dijo soltando una inmensa sonrisa- ¡son ustedes!- se abalanza contra ellas y les da un gran abrazo a ambas.

- ¿Nosotras que...?- preguntaron confundidas.

- Ustedes son las que cambiaron mi vida por completo. En serio estoy muy agradecido- el señor se separa permitiendo ver su rostro. Luego de unos momentos, lo reconocen.

- ¡Oh... yaaaa! Es usted, él señor del vestido morado- recordó Maby.

- Exacto, y gracias a su amuleto, de manera milagrosa, ¡conseguí darle una vuelta a mi vida en tan sólo dos días!- extiende sus dos brazos mostrando su Mansion-museo.

- Vaya...- dijo Maby asombrada.

- En serio me gustaría darles algo más como agradecimiento.

- No se preocupe...- dijo Star cálidamente.

- ¡Espere!- interrumpió Maby.

- ¡Oh, cierto!- recordó Star- de pura casualidad, ¿no tendrá un baúl de los Butterfly?- preguntó esperanzada.

- Hmmm...- el señor piensa un momento- por supuesto, creo que sí. Sin embargo, mi hija fue quien se lo quedó.

- ¿Hija?- interrogaron ambas chicas asombradas.

- Así es, iré por ella, pónganse cómodas- sugirió señalando unos sillones para reposar. Ambas chicas asintieron y se sentaron.

Después de unos cuantos minutos, una puerta sonó dando a entender que alguien salía. Entonces, las chicas se levantaron para su encuentro.

- ¡Hola!- saludó la joven.

- ¡Ho... la?- ambas quedaron atónitas al ver a quien tenían en frente.

Buenas mis lectores y amigos, el último elemento está cerca, pero sabemos que nuestro antagonista no la dejará tan fácil. Ahora, ¿quién será está chica con quienes se toparon Star y Maby? Averígüenlo en la siguiente parte.

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