Ahí estaban los tres, parados frente a frente para una confrontación brutal. Tars los observaba con ansia, mientras que Tom y Marco estaban un tanto nerviosos
Tars, con la varita en mano, la alza y comienza a formar círculos encima de ella, aumentando la velocidad en cada vuelta. La habitación, de forma repentina, empieza a girar, mareando a los chicos.
- ¿Qué está haciendo?- piensa Marco tratando de no perder el equilibrio. Tars se eleva en el aire mostrando una gran sonrisa.
La gran sala comienza a elevarse también mientras continuaba girando, desprendiendo esa parte del castillo. Pasados varios kilómetros arriba, las paredes se derriban quedando el puro "suelo" en el aire. Un paso en falso y caerías a una muerte segura.
Con ayuda de su guarda, Marco logra recuperar su equilibrio y deshacer el mareo; pero por otra parte, Tom estaba a punto de caer.
- ¡Tom!- gritó Marco con todas sus fuerzas para que, acto seguido, fuera corriendo a toda velocidad para rescatarlo.
- Uhhh...- Tom aún seguía mareado, pero luego se recupera. Fija su mirada al vacío- ¡Ah!- se espanta para subir velozmente al único fragmento de suelo que los sostenía del vacío.
- Que conmovedor- comentó Tars riendo bajo- ahora, ¿quién quiere morir?- dijo con una voz monstruosa, espantando a Marco y a Tom.
- Te dije que estaba loca...- mencionó Marco en un susurro.
- Y yo dije que por ti- dijo Tars en el mismo volumen, estando detrás de ellos, asustándolos una vez más.
- ¡¿Qué cara...?!- gritó Marco del susto recubriéndose, junto a Tom, con un escudo semicircular.
- Jijijijii- ciertamente la chica se burlaba de ellos. Tom frunce el ceño.
- Creo que ya tuve suficiente de ella- bufó para luego pedirle a Marco que le dejara salir.
- Yo te cubro- comentó Marco posicionándose detrás suya.
- ¿Qué puede hacer un demonio tan patético como tú?- preguntó Tars con una clara soberbia; Tom no pudo evitar enojarse.
- Creo que esta situación lo amerita- pensó Tom enfureciéndose y prendiéndose en llamas. Lo que ninguno de los tres sabía, era que aquella noche en la isla, Rike había sincronizado las almas de Tom (sí, esto sí se mencionó, pero no lo siguiente) a tal grado de que aumentaría su poder a un 200%, volviéndolo un contrincante digno; sin embargo, esto solo sucede cuando se enoja- ¡Ahora sí, no voy a contenerme!- exclamó Tom con toda su furia. Tars ni se inmutó.
Tom lanza grandes bolas de fuego en varias direcciones para interceptar con la ente, pero ella, con un movimiento muy hábil, solo forma un círculo con su varita y todas las bolas de fuego se regresan hacia él. Para el infortunio de Tom, estaba lidiando con fuerzas más poderosas que la suya, lo cual le sorprendió mucho.
- Y pensar que Star era mala con la varita... me pregunto porque Tars nunca fue digna de ayudarnos sabiendo que también le afectaba a ella lo que nos sucediese- pensó Marco recordando eventos pasados, pero fue obligado a regresar al presente cuando sintió una mano en su hombro.
- ¿Entonces te impresiono querido?- preguntó Tars coqueta. Marco se sonrojó un poco, pero luego reacciona y ve como Tom trata de parar su propio ataque. Marco estaba decidido a apoyarlo, pero Tars no le daría esa oportunidad. Lo jaló de la camisa para que este se cayera y quedara a unos cuantos centímetros del borde. Este suceso le recordó la vez que estuvo a punto de caer de la habitación de Star, que si no mal recuerda, estaba a muchos metros del suelo; y para intensificar aquel recuerdo, justo estaba luchando con Tars.
- Y aún no tengo la remota idea de si puedo volar, pero imaginar eso ya sería algo estúpido- pensó Marco haciendo un veloz movimiento para alejarse de aquella orilla.
Tom, como podía, evade cada bola de fuego con mucha habilidad, pero para aumentar la dificultad y empeorar su situación, estas retornaban hacia él: no lo dejarían hasta impactar. Mientras más pasaba el tiempo, Tom estaba enfrascado en un bucle infinito con sus propias bolas de fuego, o al menos así era hasta que se le ocurrió la brillante idea de lanzar más para que estas bloquearan las que le impactarían; grande fue sus sopresa al percatarse que los ataques que a penas estaba lanzando de su mano, ya conspiraban contra suya retornando hacia él, de esta manera, en vez de disminuir el riesgo y las probabilidades de un doloroso final, lo aumentó a más no poder.
Marco aún seguía frente a Tars, esperando a que ella atacara. Pero no había ningún movimiento por parte de ella; la desesperación y el peligro hicieron que el castaño se lanzara hacia el rescate del demonio, pero Tars, dándose cuenta de ello, le impide el paso formando una barrera de energía. Marco la golpea con fuerza, pero no logra nada y como no ha podido almacenar energía alguna a causa de algún ataque, no es mucho lo que puedo hacer. Marco se siente impotente.
- Sólo me queda una carta por jugar- pensó el chico seriamente.
- ¿Estás seguro de esto?- preguntó una voz interior.
- No es que haya otra opción, ¿o sí?- no hubo respuesta- en ese caso, pues es mi decisión- los ojos de Marco volvieron a ser cafés- ¡Taaaars!- gritó el castaño con todas sus fuerzas saltando hacia ella con una patada voladora.
Esto desconcierta un poco a la ente, pero reacciona rápidamente. Esquiva exitosamente la patada de Marco. Este, sin rendirse, trata de aventarle otro golpe; mientras la joven sólo se limita a esquivar.
- Te gusta perder el tiempo, ¿verdad?- sonríe maliciosamente mientras señala a Tom con los ojos, quien estaba muy fatigado. Tars no pudo evitar burlarse; era imposible, ¿cómo iban a vencerla? Entonces recurrió a un truco clásico.
- ¡Tars!- llamó el castaño.
- ¿Qué pasa cariño?- cuestionó alegremente la ente.
- ¿Me tienen miedo?- preguntó desafiante. Tars sintió que su orgullo se veía afectado en esta pregunta.
- No, ¿por qué?- preguntó un tanto enojada.
- Porque no me has atacado, digo, a menos de que seas cobarde para no hacerlo- insinuó Marco esperando recibir un tipo de daño.
- No creas que me no me doy cuenta de tus intenciones...- menciona volteándose con los brazos cruzados, cerrando los ojos.
- Bueno...- el karateka piensa en otra estrategia, pero el tiempo no es que estuviera de su lado- está a punto de caer- se dijo temeroso a sí mismo en voz baja viendo de reojo el vacío que los rodeaba. Aquella barrera que Tars había formado seguía en pie. Fue ahí cuando Marco supo que tenía que recurrir a su última opción, a pesar de no querer hacer eso totalmente; sin embrago, algo dentro de él si quería hacerlo.
- Tars...- mencionó Marco en un tono apenas audible, pero la joven ente logró oír. Se voltea un poco indignada.
- ¿Qué?- demostró un poco se tristeza en su voz.
- Yo... quiero decirte algo, pero necesito que te acerques- el castaño avanza unos cuantos pasos hacia el frente- no puedo creer que de verdad esté haciendo esto una vez más.
- ¿Eh?- la sombra se siente un poco apenada e intrigada con lo que dijo el muchacho. Por su locura hacia él, hace caso de lo que dice y baja lentamente hacia su posición- ¿Qué quieres decirme?- preguntó seriamente, pero podía notarse su emoción.
El joven Díaz acerca su mano para tomar el brazo de Tars, esto pone nerviosa a la chica, tanto, que aquel muro de energía que ella sostenía, se deshizo.
- Sólo ruego a que Tom esté pensando lo mismo que yo.
No había escapatoria, era algo inevitable, saltar o no saltar, todo se resumía en eso. Tom temía no poder volar, a pesar de tener unos cuantos poderes. Fijó su vista hacia el castaño y pudo observar que la distancia entre Tars y él era muy poca; esto enfureció al demonio, pues a su vista, parecía que Marco estaba con el enemigo desde un principio. Así que, dolido y con su ira renovada, se encarrera hacia ellos sin importarle nada, dispuesto a terminar con esa ente.
Pero Tars estaba hipnotizada con los ojos de Marco, acercándose poco a poco más a él. Mientras el castaño, no hacía más que soltar un leve suspiro.
- ¿En verdad me está gustando?- pensó un tanto desconcertado, listo para recibir los labios de Tars. Pero la acción fue detenida por un descontrolado y furioso Tom que tenía su puño al frente para dar un fuerte golpe.
La ente, sorprendetemente rápido, toma la varita y la empuña frente al demonio, lanzándole un rayo obscuro que lo detuvo; lo alza y empieza a estrangularlo, lo mismo hace con Marco.
- ¡Conque que esto querías! ¡¿Verdad?!- encara una muy molesta Tars.
- ¡No era... como... lo pensé!- contestaba Marco con dificultad, pues su respiración estaba siendo obstruida. Las bolas dd fuego que seguían a Tom se acercaban más; Tars, por no querer lastimar a Marco, pone una barrera que detiene las bolas de fuego, terminando con ellas
- Es tiempo de aclarar esto- dictaminó la voz interior que residía en Marco.
- ¿Qué harás?- preguntó el castaño con intriga.
- Algo que jamás pensé que haría- entonces, en ese momento, Marco siente como algo dentro de su ser empieza a desprenderse, como si algo abandonara su cuerpo. No vio nada alrededor.
A la mira de Tars, vio como una luz intensa de color turquesa emanaba de Marco, haciendo que sus ojos brillaran.
- ¿Marco?- preguntó de manera inocente al ver como esa silueta se abalanzaba hacia ella, envolviéndola en un abrazo donde ambos terminaron cayendo al vacío. El rayo que ahorcaba a ambos desaparece.
- ¡¿Qué... (toce) carajos... (toce otra vez) fue eso?!- exclama Tom confundido. No recibe respuesta, así que se asusta y se acerca al joven Díaz- ¿Marco? Marco, ¡Marco!- el demonio agitaba sin parar el cuerpo del chico.
- Tom...- su voz era demasiado débil- cuida bien a Star...- termina quedando sin aliento. Tom se imagina lo peor.
En la caída...
- ¿Qué crees que haces?- preguntó Tars con una gran sonrisa, viendo como el guarda de Marco aún la tenía abrazada.
- Me sacrifico...- dijo separándose un poco, para verla a ella a los ojos.
- ¿Por quién?- cuestionó curiosa. El aire los golpeaba fuertemente por detrás, la caída parecía eterna.
- Por ti...- mencionó "Marco" con una voz nerviosa- creo que al final... no pude evitar esto que siento por ti- acaricia la cabellera de la ente.
- Entonces lo admites- su sonrisa permanecía.
- Y creo que ahora no lo puedo negar- se acercan lentamente hasta sentir sus respiraciones.
- ¿Entonces estás conmigo?- interroga un tanto tímida.
- Creo que eso lo podremos hablar después...
- No te preocupes, creo que al final de todo esto, será el mismo resultado, salga como salga- terminó Tars juntando sus labios con Marco mientras aún seguían cayendo, ambos no tenían la necesidad de respirar, por lo que siguieron así por unos cuantos minutos más.
- Eres un tonto- dice Tars separándose con una sonrisa.
- ¿Por qué?- ríe bajo.
- Me hiciste perder- dicho esto vuelve a besarlo y sus lenguas se juntan, tratando de dominarlo. Marco conocía muy bien a Tars, por lo que solo se dejó llevar, aquel acto duró un poco más. Tars se separa. Alza su varita y comienzan a descender lentamente.
En el castillo...
- Jacke Mate- culminó Rike colocando una torre la cual encajonó al rey.
- Admito que sigues siendo bueno en esto- el Destructor chasquea los dedos y desaparece el tablero- bueno, yo perdí, aquí está lo prometido- saca el baúl y se lo entrega- aunque eso no significa que todavía no puedas perder- sonríe.
- Eso no lo niego- Rike recibe el baúl, el cual le pidió a su hermano que se lo entregara en un recipiente de vidrio, para no tocarlo directamente.
La habitación donde los tres chicos peleaban vuelve a la normalidad, pero Marco aún yacía débil en el suelo. Tom continúa preocupado.
- Y es por estas cosas que ustedes terminarán alabándome como a su reina- dictó Tars sonriente. Tom la mira con rencor.
- Nos volveremos a ver- dijo el guarda de Marco despidiéndose de la ente. Fue ahí cuando Rike y el Destructor llegan a la par.
- ¡Rike!- gritaba Tom en desesperación.
- Tranquilo Tom, aún late su corazón- mencionó el Guardián con serenidad, calmando al demonio. Él suspira aliviado- es hora de irnos.
- Está bien- cargan a Marco y salen por la puerta, tal y como entraron.
- ¿Cómo lo hice?- preguntó la pequeña hija del Destructor.
- Muy bien, hija, muy bien- dijo esto con una gran sonrisa.
- ¿Y ahora?- cuestionó curiosa.
- Todos morirán... y nadie, sobrevivirá- concluyó con una gran risa malvada que retumbó en todo su castillo.
Buenas lectores, y amigos, hasta aquí la penúltima batalla y el antepenúltimo capítulo de este libro. Será pronto cuando se decida el destino del universo y por lo tanto cuando se termine mi primer fan fiction.
Gracias a los que me han leído hasta el día de hoy a pesar de ser unos pocos, aún así, espero que con el pasar del tiempo, aumente el número de visitas y, si es posible, de votos. :)
En fin...
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Nos leemos en tres días!!!
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