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38 | El

CHAPTER THIRTY EIGHT; ¡karl your my favorite person now!
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Me habían aceptado en las clases para entrar a la universidad de mis sueños. Después de varios intentos, de noches sin dormir logré aprobar el examen el cual me llevaba al camino correcto.

Con ayuda de Alexis a cosas que no entendía, o de Rubén alentándome a no rendirme, o los minis snacks que Irina me llevaba hasta la cama ya que no quería ni bajar a comer por estar atenta a las clases en línea.

Lo logré.

Por lo menos una parte.

Desde las vacaciones a los cabos había dejado tirada la escuela por culpa de mis padres, ahora que no estaban cerca mío retome aquello, lo pensé bien. Ya que sabía que era una vida aparte de la mía, tenía que estar enfocada en ello, sabiendo que tenía el juicio de mis padres, las juntas sobre ello.

Pero no iba a dejar tirados mis sueños por ellos.

Ya no más.

Durante este proceso también dejando de lado las clases, estaba extrañado más de lo normal a mis mejores amigos, a veces solíamos hablar por video llamadas grupales, o por mensajes de texto con nessa, contándome sobre su nuevo amorío, y lo encantada que estaba con aquel chico.

Rodrigo Carrera.

Estaba feliz por ella, de verdad. Se merece algo así, y mucho más.

Por otro lado ahora me encontraba con alexis en la sala de Rubén junto a unos amigos de él. Y entre ellos también el famoso karl Jacobs.

Cómplice de la historia amorosa que tenía con quackity.

— Y que estudiarás dani? — Me preguntó Karl, que se encontraba a mi lado.

Alexby enseguida escucho, entrometido.

— Cuidado con decirle así, que quackity es muy celoso. — Burlón soltó.

Llamó la atención de el pelinegro.

— A cómo chingas, tú no tienes otra cosa que hacer o que? — Le dijo quackity.

Rubén le dio una colleja haciéndole callar, se lo llevó a él otro sofá donde estaban plácidamente Samuel y Willy charlando mientras bebían un café. Alexby se les unió.

Volví a mirar a karl fingiendo que aquello anteriormente no había pasado, este solo miraba la situación con gracia.

— Aún estoy indecisa, pero creo que literatura. — Respondí.

Karl sonríe en grande.

— ¿Enserio? Wow, sería genial. — Alago.

Me sentí conmocionada enseguida. Irina llega a donde nosotros, nos da un vaso a cada uno, lo recibo contenta y karl enseguida le toma saboreando.

— Es increíble cuando habla de ello, de echo ya a echo varias poesías y está en proceso de escribir una novela. — Irina comentó orgullosa.

Sonreí apenas.

— Iri..— Reproche en voz baja.

Karl sorprendido suelta un grito.

— ¡Yo quiero leer esa novela! — Suelta.

Irina ríe. Me encogí en mi lugar apenada.

— Ni siquiera la e empezado..— Murmuré.

Irina me mira. — No le hagas caso, es muy vergonzosa, pero el día que la encontremos nostálgica te la mostrará, no te preocupes.

Le dijo a karl, que este asintió emocionado.

— Bueno, como sea. Hablemos de otra cosa. — Interrumpí el momento.

— No, me encanta que estemos hablando de tu carrera. A qué universidad piensas entrar? — Volvió a preguntar karl.

Parecía demasiado interesado en le tema, lo cual se me hizo extraño. Sabía que las personas que me querían les importaba mucho, pero nunca había recibido tanta atención de parte de una persona que me solía recién conocer.

Se que me tiene confianza solo por que es amigo de alexis. Pero..

Tal vez debería dejar de sobrepensar. Y acostumbrarme a esto.

Y aceptar el amor que creo que me merezco.

— Bueno.. yo estaba pensando en la que sea más rápido, pero no lo se. — Contesté por lo bajo.

Irina suspiró, la miramos al mismo tiempo.

— Ella quiere entrar a la NYU, en New York. O otras opciones serían también en Cambridge. — Irina dijo.

— Eso sería muy lejos de casa. — Comentó karl.

Asentí muy apenas. Solía pensarlo mucho, tenía una casa y una familia la cual amaba con mi alma y la cual me costó tener, no quería alejarme otra vez.

Pero era necesario, ¿verdad? A demás no es como si ya estuviera ingresada en esas universidades.

— Si bueno, pero son las universidad que quiero, sin embargo no creo que tenga posibilidades. — Solté despreocupada.

Irina replicó enseguida;

— Eres una mentirosa. Literalmente eres la niña más inteligente del mundo, lo harás. — Me dijo.

Sonreí.

— Tu mamá tiene razón, Danielle. Yo creo que si podrás hacerlo. — Intervino karl.

Sentí un revoltijo dentro de mi al escuchar como se dirigió a Irina. Está al parecer de sorprendió pero enseguida sonrió feliz.

— Supongo que tendrán que visitarme en mi nueva casa llamada NYU. — Vacile haciéndoles reír.

Alexis se acerca disimuladamente y se sienta entre medias de mi y el rubio.

— Quien se va a New York? — Preguntó curioso.

Irina me miró, y enseguida solté un suspiro nerviosa.

Si bueno. Alexis aún no sabía que tenía en mente aquellas universidades. Nunca lo habíamos hablado.

— Yo, o sea quien no quisiera ir a New York? — Habló karl por mi al notar mi nerviosismo y las miradas que nos echábamos yo y la rubia.

Le mire agradeciéndole mentalmente, el rubio me sonrió cómplice.

— Por qué mejor no vamos a México? — Propuso alex.

— Recién llegas de allá y ya quieres volver a ir? — Le preguntó karl.

Alexis sonríe inocente.

— No voy a mentirte, si pudiera yo viviera allá. — Le respondió este.

— No pierdes nada con intentarlo. — Le dijo Irina.

Alexis se quedó callado, por un momento me miró brevemente y después desvió su mirada nuevamente a donde los demás, aquello me confundió.

— Tienes razón, pero no está en mis planes por ahora. — Respondió quackity después de un rato.

Irina no volvió a hablar, y karl entre nosotros solo sonrió con incomodidad. No entendía por qué el ambiente había cambiado de repente.

— Que os parece si ya pasamos a cenar, chicos? ¿teneís ya hambre? — Llamo la atención Rubén. — Tu quackity ni respondas.

Este se hizo el indignado. No pude evitar reír.

— ¡Ora!

Se quejó burlón.

— Siempre tienes hambre. — Le acusó karl.

Alexis se encoge de hombros, ni siquiera defendió aquella acusación, por que sabía que era verdad. Los chicos se levantaron, y mis tíos igual, Irina me soltó por lo bajo que le ayudara con la mesa así que me apure a sus espaldas para llegar antes que los demás, mientras le ayudaba no paraba de tararear una canción que alexis había estado cantando todos los días por las mañanas.

No recordaba cómo se llamaba, ni tenía idea quién la cantaba. Pero esa melodía estaba estancada en mi cabeza como disco rayado.

— Ya vas a admitir que siempre quieres copearme en todas mis canciones favoritas? — Un murmuró en mi oído me hace sobresaltarme en mi lugar, giro enseguida y era quackity.

Nuestros labios rozaron cuando el se acercó más de lo debido, no pude evitar sonreír como tonta pero un cuerpo hace que aquella sonrisa desaparezca.

— Se puede saber que haceís? — Tío Samuel se cruza de brazos mirando a quackity interrogante.

Me mordí el labio intentando no soltar una risa por la expresión de nerviosísimo de parte de alexis.

— Nada, hablábamos nada más. — Se excusó.

Samuel encarnó una ceja.

— Que los estoy vigilando eh, cuidado con las manos quackity. — Samuel se alejó hacia la mesa volviendo a dejarnos solos.

— Son unos pesados. — Se quejó este en voz baja.

Reí. Este me miró incrédulo.

— Solo son un poco sobreprotectores. — Respondí.

Quackity ríe. — ¿Un poco? Yo diría que un chingo, no mames!

— No seas dramático. — Me burlé.

Me di la vuelta pero su mano entrelazando la mía me obliga a girarme otra vez, me pega a su cuerpo pasando sus manos por mi cintura, me roba un beso y después me mira sonriente.

— Lo dramático lo saqué de ti. — Soltó.

Rodé los ojos, esta vez yo bese sus labios con lentitud, pero con rapidez al mismo tiempo. No quería otra escena como la de hace unos momentos.

— Vamos a cenar. — Murmuré ansiosa.

Sus manos aún seguían en mi cintura, trazando pequeños círculos con sus pulgares.

— Y si mejor nos vamos arriba? — Me dijo con un doble sentido que enseguida capté.

Le di un codazo, provocando que se quejara. Camine a la mesa entre risas mientras alexis se dedicaba a darme una mirada fulminante para después terminar en una sonrisa de oreja a oreja.

Tal vez me acostumbre a esto.

A él.



[ PAUSADA HASTA
nuevo aviso ]
— Avengerxlover. 🪄

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