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La sala estaba en silencio cuando Beatriz volvió en compañía de Rocket. Tony ya no estaba pero Nebula se había unido. El peludo recorrió una silla esperando a que su amiga tomara asiento para saltar y sentarse en el borde de la mesa junto a ella. Steve, Natasha, Rhodey y Carol miraban expectantes a la de piel azul al igual que Bruce y Thor desde más lejos.






—Thanos pasó un largo tiempo tratando de perfeccionarme—inició dándoles la espalda—y mientras trabajaba hablaba sobre su gran plan, aún desensamblada yo quería complacerlo y preguntaba ¿a dónde iremos al completar tu plan? Él siempre respondía lo mismo...al Jardín.






Se acercó a la mesa junto a Rocket para usar la tecnología de Tony. Beatriz había escuchado al respecto en boca de Gamora en esas noches donde sus amigos se emborrachaban y prácticamente tenían que hacer de niñeras, eran de los pocos momentos que tenían para hablar sobre temas que sólo ellas entendían. Bajó la mirada cayendo en cuenta que no habría más.






—Cuando Thanos chasqueó los dedos—Rocket se paró en la mesa para explicar con ayuda del holograma que servía de mapa—la Tierra se volvió el punto de origen de una sobrecarga de proporciones cósmicas. Nunca se ha visto algo así, hasta hace dos días en este planeta.






—Thanos está allí—aclaró Nebula acercándose a la imagen.






—Usó las gemas de nuevo.






—Ey, ey, ey. Iríamos algo cortos de gente—Beatriz miró a Bruce Banner, parecía nervioso.






—Y aún tiene las gemas...






—Podríamos usarlas—Carol miró a los demás—traeríamos a todos de vuelta.






—¿Así y ya?






—Si, así y ya.






—Si hay una mínima oportunidad de deshacer esto debemos intentarlo por los que ya no están con nosotros—los ojos de Natasha se posaron en la mexicana quien cambió de postura al escuchar el improvisado plan.






—¿Y cómo sabemos que resultará esta vez?—Banner ponía muchas excusas y comenzaba a cansarle.






—Porque no me tenían a mí—la rubia habló con seguridad. Nunca tuvo la suerte de topársela estando allá afuera pero si de llegar a escuchar sobre sus hazañas, sabía lo suficiente como para confiar en ella a diferencia de los Vengadores que le cuestionaban su presencia en la Tierra como Rhodey lo hizo—hay muchos planetas en el universo, tristemente no los tenían a ustedes.






A Beatriz no le costaría admitir que ver las expresiones en sus rostros le causó cierta gracia. Había todo un universo con sus debidos problemas y ellos apenas podían cubrir los de Estados Unidos.






Siguió a Rocket afuera cuando optaron por que tomarían una pequeña excursión al espacio exterior, pero para eso debían reparar la Milano antes.






—¿Y qué dices que le pasó?—preguntó llevándose las manos a la cintura observando lo lúgubre que se veía.






—Las gemas.






—Entonces debió haber hecho corto el radiador...¿o quizá el sporter?—murmuraba sus pensamientos subiendo por la rampa. Más ella se quedó de pie observándole, fue por eso que dio media vuelta—¿crees que puedas orientar a la bola de tontos terranos con sus outfits?






—Pensé que necesitabas ayuda.






Ellos necesitan ayuda.






Asintió regresando de nuevo al edificio sonriéndole tímidamente a Nebula cuando se la topó yendo en dirección contraria.






—Me da miedo verla así—le dijo Rocket asegurándose que entrara por la puerta de cristal—es raro que no esté contando chistes y hablando de dinosaurios...creo que la niña estrella se apagó.






—¿Y qué se supone que hagamos?






—No tengo idea. Quill era el que...—negó suspirando—mejor démonos prisa. Muero por darle su merecido al morado.

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