Knowhere era un lugar que le daba ciertos escalofríos a Beatriz y verlo tan apagado al llegar lo hizo aún más. Habían estado allí un par de veces por meros negocios sin tener la oportunidad de turistear. Tampoco es que les interesara mucho hacerlo.

—Parece vacío—mencionó Peter bajando la velocidad.

—Detecto movimientos en el tercer cuadrante—Drax permanecía serio, tan confundido como todos.

—Si, yo también los registro. Aterricemos aquí.

El piso metálico húmedo, el vapor viniendo de pisos mucho más bajos y un silencio abrumador era el panorama que se encontraron al bajar a las afueras del lugar que tanto orgullo le daba al Coleccionista. No obstante, susurros de una conversación lejana les hizo avanzar con cautela a través de los tantos artefactos casi como laberintos.

Peter levantó la mano indicando que se detuvieran pero nadie hizo caso. Sólo Beatriz permanecía quieta esperando la siguiente indicación que fue ocultarse tras unas gruesas estructuras de metal.

—Sé que tienes la Gema de la Realidad. Entregármela te evitará una gran cantidad de sufrimiento—hablaba amenazadoramente una voz profunda.

—¿Thanos?—gesticuló Beatriz temerosa de hacer algún ruido al ver la alta figura morada a lo lejos. Su novio asintió.

—Ya te lo dije—se quejaba el Coleccionista en el suelo—ya la vendí. ¿Porqué mentiría?

—Porque imagino que es como respirar para ti—su gigantesco pie estaba sobre el pecho del extravagante hombre.

—Sería un suicidio.

—Entonces si entiendes. Ni siquiera tú entregarías un objeto tan valioso.

—No tenía idea de su valor.

—Entonces eres más tonto de lo que supuse. Última oportunidad—pisó con más fuerza—¿dónde está la Gema?

—Hoy...—todos miraron a Drax y su expresión furiosa—él pagará por las muertes de mi esposa e hija.

—¡Drax, no!—le suplicaba Peter en voz baja. Él le ignoró sacando su precisado cuchillo—¡aún no! Ey, ey, ey, todavía no.

El destructor avanzó sin importarle nada. Peter se acercó con prisa para intentar detenerle empujándolo mientras Beatriz pasaba nerviosamente su atención al Titán y a sus amigos.

—Todavía no tiene la Gema—insistía en intentos inútiles de hacerle retroceder o siquiera pensar lo que hacía—si la obtenemos, podremos detenerlo. Primero hay que encontrar la Gema ¿si?

—No—la furia en el tono con que lo dijo era inmensa—por Ovette ¡por Gamaria!

Logrando safarse del agarre de Star-Lord fue Mantis quien se encargó del asunto tocándole la cabeza para dormirlo. No obstante el estruendo que hizo al caer interrumpió la violenta escena que tenían casi enfrente; Thanos lanzó al Coleccionista a una de las cápsulas vacías demostrando que ya no le interesaba.

—Okay—Peter se escondió junto a su novia tras otro gran artefacto—Gamora, Mantis. Ustedes dos por la derecha. Bea y yo...—la de cabello rosado aplicó la misma que Drax al ignorarle e ir directo a la acción—¡la otra derecha!

Gamora corrió con ira en dirección a su padre desenfundando su espada en el aire. Tras un par de intentos de herirle el Titán tomó la navaja entre sus manos aplastándola. Eso no fue suficiente para detenerla pues logró perforarle la garganta con lo que quedó de su arma. Terminó el acto apuñalándole con una pequeña daga en el pecho alejándose para esperar a que cayera al suelo. Más en vez de eso sostuvo este último artefacto.

—¿Porqué?—soltó sin aire cayendo de rodillas mientras trataba de parar la hemorragia en su cuello.

Beatriz miraba la escena no sorprendida si no con miedo. Pero no temía del llanto espontáneo de Gamora o de ver a Thanos dejándose ir poco a poco, era más por las consecuencias que eso podría llevar. No debería ser tan fácil.

—¿Porqué tú...hija?

Gamora se arrodilló casi junto al cuerpo de quien le crió sollozando. El Coleccionista aplaudía con emoción ante la escena.

—¿Es tristeza lo que siento en ti, hija?—una vez la voz profunda parecía venir de ningún lado—en mi corazón sabía que te importaba.

La corazonada de Beatriz comenzaba a volverse más real; poco a poco el entorno comenzó a cambiar empezando por el cuerpo de Thanos desvaneciéndose, seguido de mostrar a Knowhere como realmente estaba. En ruinas. Lo único que podía hacer era aferrarse al brazo de Peter con el corazón a mil por hora.

—Pero uno nunca puede estar seguro—los colores cambiaron de azul a una gama de naranja cálido—la realidad a veces puede ser decepcionante—Thanos apareció intacto frente a su amiga—o al menos, lo era. Ahora, la realidad puede ser como yo desee.

Un guantelete dorado adornaba su mano casi hasta el codo mostrando, no, presumiendo las tres Gemas de colores que brillaban en sus nudillos.

—Sabías que vendría.

—Contaba con ello. Tenemos algo que discutir, niñita...

Siendo tan ágil como siempre, intentó empuñar de nuevo su espada pero el de morado la detuvo fácilmente levantándola cuál muñeca.

—¡Thanos!—gritó Drax corriendo en su dirección. Pero en un abrir y cerrar de ojos se convirtió en cubos cayendo al suelo.

La castaña abrió los ojos de par en par aterrorizada por lo que era capaz, no sabiendo si era ficción o en verdad pasaba. Peter tuvo que jalarla para ocultarse una vez más temiendo que le sucediera lo mismo. No obstante, la siguiente fue Mantis que sufrió el mismo destino que Drax sólo que en forma de rollo. Caía por el aire tan ligera como serpentinas. Miró a su novio tratando de sacar valentía de donde pudiera.

—¡No, no!—trató de detenerla pero fue más rápida—¡Bea!

—¡Tú!—le apuntó con su blaster—suelta a mi amiga.

Lucía tan pequeña enfrente de Thanos que incluso le sacó una risa. Peter intentó alcanzarla pero fue detenido por lo que parecía una pared invisible siendo forzado a observar cómo se enfrentaba sola a aquel tipo. Ni siquiera tenía voz para gritarle.

—¿Amiga? Pensé que te rodearías de personas de tu rango, no de muchachitas temblorosas.

Beatriz ni siquiera pensó en un comentario sarcástico para defenderse. Sólo miró a Gamora. A la mujer con que compartía chistes sobre lo torpes que podrían ser los hombres. A quien trenzaba su cabello cuando se aburría mientras hablaban de todo y nada. A la misma que trató de matarle la primera vez que le vio. A su mejor amiga.

Suspiró moviendo su mano para ahora apuntarla a ella tal como prometió.

—Te dijo que lo hicieras ¿no? Haz-

Entonces apretó el gatillo. Pero lo único que salió del cañón fueron pequeños brillos. Diamantina, como la que usaba de pequeña en tareas escolares. Compartió una mirada llena de terror con Gamora antes de que fuera arrastrada por Thanos a través de un portal junto a otra risa siniestra que le dio escalofríos. Bajó el brazo derrotada. Con los ojos cristalizados y el labio tembloroso.

Y así como se fueron, también lo hizo el efecto que ejerció sobre el resto del grupo. Drax y Mantis volvían a la normalidad mientras Peter podía finalmente encontrarse con Beatriz. Pensó en mil cosas que decirle para expresar lo preocupado que estaba, lo tonto que había sido ir contra Thanos ella sola pero al verla allí, paralizada, sólo sostuvo su rostro antes de abrazarla fuerte...observando en el suelo la espada de Gamora.