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Beatriz se cambiaba el atuendo que usaban por uno menos casual ante el cambio de planes en su pequeño cuarto. No le serían nada útiles los jeans, converse y la playera de Scooby-Doo a donde iban. El ambiente que dejó la conversación respecto a ese tal Thanos le tenía algo inquieta y no tal cual por lo que sucedía si no por Gamora pues se había convertido en su mejor amiga.
Se amarraba las botas tras sujetar su cabello en una coleta cuando alguien tocó la puerta metálica. Era ella.
—¿Puedo hablar contigo?—preguntó en cuanto la abrió.
—Claro—le siguió a la mesa sin saber exactamente lo que pasaba.
—De un modo u otro, el camino que seguimos nos llevará a Thanos. Así que quiero pedirte un favor. Si algo sale mal, si Thanos me atrapa—levantó la mirada topándose con la de Beatriz—quiero que me prometas algo...que me matarás.
—Gamora, no creo que...
Sabía que podía salirse de lo que consideraba normal algunas veces pero ella petición y su actitud sobrepasaba el límite.
—Tengo información que él no. Y si se entera todo el universo podría estar en riesgo. Eres la única que lo entiende. Eres mi mejor amiga ¿recuerdas?—tomó sus manos suplicante—por favor dime que si llega el momento lo harás. Júramelo por Peter.
—Está bien—respondió con un nudo en la garganta—lo juro.
Y sin más la atrajo hacia sí misma en un abrazo que al principio le tomó desprevenida pero que después correspondió. Las cosas eran más serias de lo que llegó a creer teniendo a Thor en la nave.
Esa misma sensación se quedó con ella cuando más tarde se disponía a preparar las armas que llevarían en caso de un enfrentamiento. Peter aprovechó para elegir la siguiente canción en el celular de Beatriz, una que ya habían escuchado anteriormente: Brillas de León Larregui.
Ella reconoció el ritmo y detuvo lo que estaba haciendo dirigiendo su atención a Peter Quill que aparecía con una sonrisa coqueta. Beatriz entrecerró los ojos analizando su próxima acción. Supo exactamente lo que estaba por hacer cuando le abrazó por detrás y besó su mejilla.
Nos dimos todo lo que se nos dio
Nos dimos todo eso y mucho más
Para después reconocernos, otra vez
—El universo está, literalmente, a nada de ser destruido.
—Puede esperar tres minutos.
Y nos damos todo lo que se nos da
Nos damos todo eso y mucho más
Amanecer colgado de tu labios
Negó dándose la vuelta. Rindiéndose. Y tampoco es que tomase mucho para convencerla.
Brillas y brillas tan lindo
Y brillamos juntos entre pestañas
—Te recuerdo que todavía no sé bailar.
Divina, divina sonrisa
Abrazo de luna, de luna llena
—No es cierto, has mejorado. Además, tenemos que practicar para los quince años de Carlota la próxima semana—posó sus manos en la cintura de Beatriz—vamos, sólo somos tú y yo.
Nos dimos todo lo que se nos dio
Nos dimos todo eso y mucho más
Para después reconocernos, otra vez
Puso las suyas sobre sus hombros comenzando a moverse lentamente junto al ritmo. Pero la conocía tan bien como para notar que no estaba del todo presente.
Brillas y brillas tan lindo
Y brillamos juntos entre pestañas
—¿En qué piensas?
Divina, divina sonrisa
Abrazo de Luna, de luna llena
—Es más serio de lo que parece—se sinceró recordando la conversación con Gamora—tengo un mal presentimiento sobre esto...
Y así, juntitos los dos
Y así, lo que se nos dio
—Todo estará bien, Solo—dijo ante la última oración—somos los Guardianes de la Galaxia, podemos hacerlo con los ojos cerrados y verás que en menos de lo que te des cuenta ya estaremos en México con nuestras hijas y celebrando a Carlota ¿recuerdas?
Y así, juntitos los dos
Y así, lo que se nos da
—Es que, amor...creo que tengo miedo.
—Le juré a tu hermana aquel día que te cuidaría siempre. No dejaré que nadie ni nada te toque ¿de acuerdo?—ella asintió sonriendo ante el beso que dejó en su mejilla—tú no te preocupes por nada.
Conectó sus miradas moviéndose por los últimos momentos de la canción. Una sonrisa se formó en el rostro de Peter siéndole contagiada a su novia segundos antes de juntar sus labios pero a comparación de siempre, esa sensación de miedo quedó dentro suyo. Hablaba en serio con su presentimiento y para su mala suerte, no se equivocaba cada que le pasaba.
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