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Capítulo 60


Parte 14. Titánica

La última vez que pisé Nueva York, fue con Asher. No pensé que volvería a pisar Manhattan en un jet privado junto a Finn. Desde la ventana se ven los grandes edificios que iluminan la isla y la hacen tan especial, sobre todo por la famosa estatua que sujeta la antorcha. No tardamos en aterrizar desde que salimos de Kansas City. Hay personas que se encargan de coger nuestras maletas e introducirlas en un coche personal que nos lleva directamente al hotel Houston de Nueva York. Por lo general, los hoteles de esta cadena suelen ser similares, por lo que no me sorprende mucho lo que veo. Os podéis imaginar la habitación que nos han asignado, la presidencial, donde suelen hospedarse personas importantes. Y no es para menos, es el hijo y futuro heredero de la cadena.

Tiene un gran salón, zona de reuniones, cuatro habitaciones grandes, jacuzzi y piscina personal, entre otras cosas. Pero lo que más me sorprenden son las increíbles vistas desde la ventana. Mis maletas las dejan en nuestra habitación, e incluso hay alguien que se encarga de colocarlo todo en los armarios, para evitar que haga el mínimo esfuerzo.

La razón por la que estamos aquí, es para asistir a una fiesta benéfica a la que fuimos invitados. Al parecer se subastarán joyas bastante caras y lo que se recaude irá a una ONG, algo muy típico entre las personas de alta clase. Finn no tarda en desaparecer por unas horas, en las que he aprovechado para darme un baño relajante en la gran bañera del baño, le añado sales y pétalos para que sea aún más especial.

Cuando la hora se acerca, un par de personas llegan a la habitación con todas sus herramientas para atender a mi rostro, pelo y cuerpo. No me sorprendo, de hecho, es lo normal. Para estas situaciones, siempre Finn elige por mí todo lo que debo ponerme y yo simplemente debo aceptar. Después de dos horas más, me dejan absolutamente cambiada y no puedo decir que no me gusta, su trabajo es estupendo. Llevo un vestido largo, negro y pegado a mi cuerpo que realza mi figura, acompañado de unos zapatos de tacón color plata. Mi pelo está suelto, colgando hacia un lado y terminado en unos bonitos tirabuzones. Nada mal, debo admitir.

Finn había llegado mientras me vestían y también está listo cuando terminan conmigo. Al estar preparados, nos avisan de que tenemos un coche abajo esperándonos y nos lleva directamente al edificio donde se celebrará el evento, el cual está lleno de gente en la entrada. Estoy saliendo del coche para adentrarme en una alfombra roja donde otros artistas y empresarios conocidos ya posan para las cámaras, otros ofrecen entrevistas y la televisión está aquí. Esto es mucho más de lo que esperaba, y me gusta lo que veo.

Finn agarra mi mano y yo no pongo impedimentos para ello como de costumbre, de hecho, me muestro amable y con una sonrisa en la cara. Los periodistas piden que posemos para ellos, Finn me agarra de la cintura y yo lo hago de la suya mostrando una increíble sonrisa. Entonces me lanzo y beso su mejilla con delicadeza, a lo que Finn se queda sorprendido mirándome. Los flashes captan cada gesto que hacemos, y no sé si es cosa mía o hemos captado más atención de la que esperaba. De igual forma, aprovecho para darle otro beso, pero esta vez en los labios.

Todos gritan que nos demos más, pero entonces me muestro algo vergonzosa y les hago un gesto indicando que es suficiente con una sonrisa.

Unos periodistas nos llaman para que respondamos a algunas preguntas, insisto a Finn de que debería acercarse y así lo hacemos. Para mi sorpresa, se trata de una cadena de televisión importante a nivel nacional, y quieren unas palabras nuestras. Una locura.

— ¡Bueno, estáis radiantes, pareja!

— Sí, bueno, a mí me ilumina ella —responde Finn mientras me mira a los ojos, casi puedo escuchar el "¡aw!" de la gente que ve el programa.

— Finn, eres el hombre del momento, ¿qué se siente?

— Me siento arropado por todas las personas que me siguen, les debo mi alma.

— ¿Qué proyectos tienes para el futuro?

— Hay proyectos en marcha y gustarán a todo el mundo, es todo cuando puedo decir —sonríe a la cámara.

— ¿Cómo te sientes tú ante su subida de seguidores, Sky?

— Estoy feliz por él, sirve de inspiración para muchas personas —respondo con una sonrisa para después dedicarle una mirada.

— ¿Cómo va vuestra relación? Se os ve muy bien juntos.

— Es mi otra mitad. Al principio es algo tímida, pero se está acostumbrando a esto. Me encanta cuando me acompaña a este tipo de eventos, hace que me sienta más relajado.

— Es cierto, me cuesta salir a cámara —digo mientras suelto una leve carcajada—. Pero si quiero acompañarle allá donde vaya, tengo que empezar a hacerme a la idea.

— Sois todo un amor, chicos, sobre todo por esto que vais a hacer hoy. ¡Disfrutad de la subasta!

Continuamos con la alfombra roja hasta que entramos en el lugar donde se va a celebrar la subasta. Había mucha gente que esperaba a que empezase tomándose unos cócteles y aperitivos, de hecho, no dejaron de hacerlo. Nunca había estado en un evento así, y es tal y como se muestra en las películas. Podría pertenecer al elenco de Gossip Girl perfectamente, sintiéndome toda una Blair Waldorf. Finn habla con algunas personas mientras permanezco a su lado cogiendo algo de comida, la cual está exquisita. Las cantidades de dinero que ofrecen son totalmente excesivas e inmensurables, ni si quiera podría imaginar cuánto dinero podría ser todo esto en una mesa. Entonces, Finn ofrece una cantidad por un collar levantando su cartón, no tenía ni idea de que pensaba participar. Otras personas comienzan a levantar su cartón superando la cantidad de la persona a mi lado, pero cuando pienso que no se puede superar más, Finn vuelve a levantarlo. Me sorprendo aún más cuando nadie se atreve a superar la cantidad última ofertada y él se hace con la joya recibiendo aplausos de todos los presentes, pero, al fin y al cabo, todo va destinado a gente que lo necesita.

— Te va a quedar estupendo —me susurra al oído provocando que los pelos se me pongan de punta.

Los fotógrafos no dejan de hacer fotos y yo solo muestro mi sonrisa a todo el mundo cuando me colocan el collar. Le doy un beso a Finn en los labios al terminar de ponérmelo provocando que todos nos vitoreen. Es muy bonito, pero me da la impresión de que pesa más de lo que parece y sé que no es algo que yo meta en mi joyero personal.

A la semana siguiente, Finn quiso que nos tomáramos unas vacaciones aprovechando que se iba a inaugurar otro resort en Bali, y me mostré ilusionada con el lugar. Esta vez el viaje fue más largo, y al llegar al resort, era por la tarde, dejando ver una hermosa puesta de sol que aprovecho para colgar en Instagram y etiquetar a Finn. Hay mucha gente que ha comenzado a seguirme por él, nos ven como una bonita pareja y lo comentan por las redes.

Durante la semana que pasamos aquí, nos dedicamos a ir a la playa, cenar, pasear... Y en todas partes estaban los periodistas.

Los padres de Finn no tardaron en llegar también, le prepararon toda una bienvenida, después de todo, es el dueño de la marca Houston. Ellos también vienen para la fiesta de inauguración, porque hasta el momento, en el resort solo están hospedados dueños de otras empresas famosas que asistirán a la fiesta. La temática de ésta es el blanco, por ello la decoración mezcla colores oscuros, para que de esa forma los invitados resalten. Tiras de luces iluminan el lugar de una forma acogedora, el cual está junto a la playa y la música es tranquila, ideal para el momento del aperitivo y comida. Mi vestido es simple, uno largo al vuelo y de tirantes, mi pelo está recogido en un moño bajo y el maquillaje es sencillo para estar lo más natural posible.

Después de la cena, llega el momento de la razón de la fiesta. Unas cuantas personas colocan sobre el escenario una cinta roja sujetada por dos columnas medianas. Los padres de Finn, junto a nosotros dos, subimos para conmemorar el momento obteniendo las miradas de los presentes. Se le hace la entrega por parte del director encargado de llevar este lugar, de unas tijeras algo más grandes de lo normal y entonces, tras algunas fotos, corta con ellas la cinta dejándose caer. El resort está oficialmente inaugurado para el público. Todos aplaudimos celebrando el acontecimiento y escuchamos un discurso por parte del señor Houston. Me quedo totalmente absorta en mis pensamientos durante el discurso que ni si quiera me había dado cuenta de que había dejado de hablar.

De pronto, todos comienzan a soltar interjecciones de adoración al mirar en nuestra dirección y al girarme hacia Finn, está arrodillado frente a mí sosteniendo una cajita que en su interior contiene el anillo más gran grande y con más diamantes que he visto en mi vida. No esperaba para nada este momento, me ha pillado totalmente por sorpresa. Los invitados nos miran, incluido los padres de Finn que esperan una respuesta, por no hablar de los fotógrafos apuntando con sus cámaras. Se me han olvidado las palabras que se deben de decir, no sé cómo actuar y si no lo hago pronto, es posible que los nervios acaben conmigo en el suelo.

— S-sí. ¡Acepto! —consigo decir en voz alta para que todos me escuchen con fuerza a lo que comienzan a aplaudir con fuerza y pronto nos vemos envueltos entre flashes.

Finn me coloca el anillo en el dedo correcto y me lanzo a besarle mientras me levanta del suelo, siendo aún más capturados por las cámaras y levantando el ánimo de todos los presentes. Cuando me suelta, miro el anillo de cerca, debe de costar bastante dinero, pero es precioso. La madre de Finn se acerca a mí dándome un beso en la mejilla mientras sostiene la mano donde reposa la joya.

— ¡Qué ilusión me hace! ¡Finn estaba muy nervioso por la pedida, pero creo que hemos guardado bien el secreto!

— Ha sido toda una sorpresa, no me salían las palabras.

— Pronto serás toda una Houston, Skylar —me dice el padre de Finn acercándose a nosotras—. La gente está encantada con este futuro matrimonio.

— Bueno, qué puedo decir, yo lo estoy más —vuelvo a mirar el anillo con una mano en el corazón.

— Será una boda preciosa, yo misma me encargaré de ello. ¡No puedo esperar a ese día y verte vestida con un precioso vestido blanco! ¡Y qué decir de las ganas de ver nietos!

— Todo a su debido momento, primero centrémonos en la boda —les sonrío.

La noche se llena de enhorabuenas por parte de todos los invitados, no dejo de hablar con absolutamente todos, aunque no los conozca de nada. Por supuesto en el momento del baile, nos otorgan uno a nosotros dos solos en medio de la pista, pero después se van uniendo el resto hasta que al final terminan bebiendo de más y pasan a música algo más movida. Cuando todos están lo suficientemente borrachos, decido alejarme un poco y caminar por la playa a la luz de la luna. No he bebido ni una sola gota de alcohol. Y no, no me he embriagado desde aquella noche, de hecho, no creo que vuelva a hacerlo de nuevo. La brisa fresca choca contra mi piel dándome una sensación increíble. Han pasado muchas cosas durante estas semanas, demasiadas emociones para soportar en un periodo breve de tiempo y por ello este paseo es reconfortante.

Cuando volvemos a Kansas City, la casa está totalmente limpia después de esta semana, se nota que la han estado manteniendo las personas encargadas de cuidarla. Finn debe marcharse a una reunión por lo que me quedo yo disfrutando de mi soledad en la tarde. Decido echarme un vaso de zumo fresco para combatir el calor del verano y le pido a la chica que sirve en la casa que me traiga alguna revista que hayan enviado en el día de hoy, para después sentarme en la mesa al lado de la piscina a disfrutar del atardecer.

No le he dicho nadie nada sobre el compromiso y no sé cómo explicarles esto. Quizás deba comenzar desde el principio para que lo entiendan. La chica coloca la revista sobre la mesa y me quedo mirándola mientras le doy un sorbo al vaso con zumo, aunque inmediatamente lo dejo sobre la mesa cogiendo la revista con las dos manos. Observo bien la portada, el nombre y lo que aparece en ella.

Y finalmente sucede. Finn y yo somos portada en una de las revistas más importantes del cotilleo de este país. Aparecemos los dos tras la pedida de matrimonio, pero él es el protagonista claramente.

Una sonrisa aparece en mi rostro.

Todo va según lo previsto.












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