Capítulo 53
Las clases en el restaurante han sido impresionantes y bastante beneficiosas para mi conocimiento en técnicas de alta cocina, definitivamente la mejor experiencia gastronómica. Y todo esto es gracias a Asher, que es quien nos ha conseguido estas clases solo para poder mandarme a esta ciudad porque es donde se va a disputar un partido esta noche frente a los Chicago Bears.
Al levantarme esta mañana, no quería separarme de su lado porque me recordaba a aquella vez que lo hice y no volví a verle, pero me tranquilizó recordar también que estamos en otra ciudad lejos de las manipulaciones de Finn. Cuando acaban las clases y volvemos al hotel, me encuentro impaciente por subir a la habitación y encontrarlo en ella, pero al adentrarme, se encuentra completamente vacía. Todo se encuentra tal y como lo dejé esta mañana salvo su ausencia, la cama hecha y una nota encima. Me acerco a ella y la desdoblo para leerla, encontrándome a su lado también el pase VIP para ir al partido.
"Espero que tus clases te hayan gustado, y lamento mucho no poder estar contigo el resto del día. Pero, quiero que vengas a verme al partido, sabes que tú eres la suerte del equipo. Te recogerá un coche a las ocho en la puerta del hotel.
De tu estrella favorita"
Me llevo la nota al pecho cuando siento las mariposas revolotear ahí abajo. Necesitaba sentir esta sensación de nuevo, se me había borrado de la mente con el paso del tiempo y es el sentimiento más bonito del mundo. Tengo un par de horas antes de que el coche llegue y solo quiero que llegue ya el momento. Echaba de menos ir a partidos, quién me lo iba a decir a mí. Lo cierto es que ahora, con solo haber pasado una noche con él, siento como si hubiera viajado al pasado por un fin de semana, como si nunca nos hubiéramos separado.
Para pasar el tiempo, me dedico a recoger la habitación, tenía la ropa por el suelo debido a la situación de anoche. Después voy directa a la bañera, dándome un baño relajante con sales que el hotel ofrece. Mis compañeros me invitan a cenar y después a ir de fiesta, pero les digo que tengo otros planes lo cual es cierto, tengo otra clase de fiesta prevista para esta noche. Termino de vestirme para asistir al partido, lamentando no tener la camiseta de Asher, es evidente que Finn se deshizo de ella en su momento a pesar de que la había guardado bien. Y antes de que me diera cuenta, estaba esperando abajo a que el coche llegara, el cual no tardo en reconocer cuando frena en la puerta del hotel y el chófer menciona mi nombre.
El estadio de los Bears estaba algo alejado del hotel, pero por lo menos pude ver más partes de la ciudad. Al llegar, me acompañan como ya habían hecho antes, hasta la zona donde podré ver el partido encontrando todo tipo de aperitivos y bebidas además de asientos que se ven cómodos. No estoy sola, hay más personas que reconozco de los partidos a los que asistía antes, pero no me importa compartir habitación con ellos. Cuando observo todo el estadio por dentro, noto las diferencias con los que he estado, hay bastante gente, aunque más con los colores del equipo local, y una pequeña parte de color rojo que pertenece a los Chiefs.
Tiempo después, los jugadores salen al campo para entrenar obteniendo el aplauso de sus respectivos públicos. Intento localizar a Asher cuando los de rojo salen, y tras forzar la vista doy con el jugador rubio, que hace los ejercicios pertinentes. Por un momento se me ocurre gritar su nombre, pero dudo mucho que vaya a escucharme con tanto alboroto. En un momento en el que hacen una pausa parar descansar, observo que él se encuentra mirando en mi dirección y es como si nuestras miradas entraran en un mismo canal en el que ambos sonreímos al establecer conexión. O eso es lo que me gusta pensar, porque es imposible ver si sonríe o no por muchas lentillas que me ponga.
Sin embargo, la piel se me eriza al instante al sentirme nostálgica, echo de menos los fines de semana en los que iba a ver partidos, cuando viajaba con él por su trabajo y me llevaba a sitios mágicos solo para verme sonreír. Quiero volver a aquello, quiero enseñarle todas las técnicas que he aprendido, quiero volver a esas noches acurrucados en el sofá viendo series que nos enganchan a ambos queriendo ver un capítulo más... Hay tantas cosas que disfrutaba haciendo juntos. Está en mi mano que todo eso vuelva, y pienso hacer lo posible por que ocurra.
El partido ha comenzado y casi no me he dado cuenta, no he hecho otra cosa que pensar en todo lo que teníamos que tan de repente se fue. Procuro meterme en el partido viendo cómo los Chiefs están jugando con más superioridad y Asher está realizando mejores pases que el quarterback de los Bears, por no hablar de los receptores, que captan el balón al vuelo acercándose cada vez más a la zona clave. Durante el primer tiempo ninguno consigue hacer un touchdown, pero sí ganan puntos de otras formas. El segundo tiempo comienza y decido animar a Asher, aunque le sea complicado escucharme, por no decir imposible, pero al ver mi ilusión, el resto de personas que me acompañan en la sala se animan a hacerlo conmigo, aunque también a otros jugadores. Entonces llega, el primero, el que da bastante ventaja a los Chiefs y de la mano de nada más y nada menos que se Asher. El público, que parecía mirar a otro lado cada vez que él cogía el balón, ahora enloquece celebrando ese touchdown. Él también lo celebra con sus compañeros que se echan prácticamente encima suya, aunque ni si quiera sea un partido importante. Entonces, una vez se encuentra libre, alza sus manos y hace con ellas la forma de corazón, la misma que hizo aquella vez para mí. Me arranca una sonrisa algo tímida, como si todos supieran que va dirigido a mí y me estuvieran mirando. Me encantan esos pequeños gestos que hacen que me sienta especial entre todos por un momento, aunque sea solo en mi mente.
El resto del partido me lo paso con el nombre de Asher en la boca, no digo otra cosa. Los Bears consiguieron anotar otro touchdown, y hasta casi al final del partido, la victoria era suya, pero de pronto alguien corrió con el balón que el diez le había pasado, como si le fuera la vida en ello y consiguió llegar a la zona de anotación de una sola vez, superando en puntos al equipo local y consiguiendo así la victoria.
Todo el público que hay de los Chefs aplaude alocadamente disfrutando de la victoria en un partido fuera de casa. Al final he hecho buenas migas con las personas que me acompañaban en la sala VIP, que parecen ser familiares de un par de jugadores y son bastante simpáticos. La sala se queda vacía cuando el resto del campo va desalojando también. Por mi parte, me quedo esperando a que alguien venga a darme indicaciones y estaba en lo cierto, el mismo tipo de negro aparece en la sala minutos después.
— El señor Jackson quiere que le espere en el parking. Acompáñeme, por favor —se hace a un lado para que pueda salir por la puerta.
— Gracias —le digo algo tímida.
Camino tras el hombre hasta llegar al parking donde me había bajado hace unas horas, entonces desaparece dejándome sola. Es una zona digna de una película de zombis y el ambiente en este momento le hace bastante justicia, sobre todo por los sonidos extraños que hacen eco en el lugar. Al ser de noche, todo está oscuro, salvo por las luces que hay repartidas en distintas zonas, que incluso parpadean. Da bastante mal rollo, no dejo de mirar de un lado a otro deseando encontrarme con Asher y no con un secuestrador o algo parecido.
Entonces, unas manos rodean mi cintura lo que me provoca un sobresalto terrible, acercando mi cuerpo al del sujeto que tengo a mi espalda. Debería dejar de aparecer de esa manera porque algún día me moriré del susto, aunque a la vez sea tierno.
— ¿Me has echado de menos? —besa mi cuello.
— No he hecho otra cosa —me giro para verlo de frente. Estaba demasiado guapo con esa camisa que se había colocado, su sonrisa hace que mi cuerpo se derrita por momentos y su mirada me vuelve completamente loca.
— ¿Te ha gustado mi dedicación?
— Me ha encantado. Tus fans se preguntarán a quién va dedicado eso.
— Se lo dejaré a su imaginación —vuelve a besarme, pero esta vez en los labios—. Oye... ¿qué quieres hacer? ¿Vamos a algún sitio a comer?
— No creo que sea buena idea arriesgarse a que alguien nos vea juntos. Además, ¿sabes lo que me apetece?
— ¿Qué?
— Quiero estar en la habitación del hotel, contigo, sin perderte de vista un solo segundo, sin que nadie nos moleste —le digo mientras mis dedos corretean por su pecho. Sonríe de medio lado y levanta su mirada.
— Tus deseos son órdenes para mí.
Me coge de la mano llevándome directamente hasta el mismo coche que me había recogido a mí, conducido por el tipo que me había traído hasta aquí y que había desaparecido. Me he quedado muda, ha sido todo muy rápido, le he dicho lo que me apetecía hacer y él lo ha aceptado. No acostumbro a algo así últimamente, teniendo en cuenta que mi opinión es lo mismo que la basura y que hay que pasar de ella.
Llegamos al hotel donde subimos por el ascensor desde el parking para evitar miradas. Durante la subida, Asher me agarra de la cintura para susurrarme cosas al oído entre besos en distintas zonas de mi piel. No había nadie más que pudiera escucharlo, pero no es necesario para que me deleite con su atractiva voz en susurros, despertando fuego en mí. Una vez dentro de la habitación, veo que va directo a por el teléfono del hotel.
— ¿Qué vas a hacer? —cuestiono observando sus pasos mientras me descalzo.
— Servicio de habitaciones.
— ¿Para qué?
— Habrá que cenar, ¿no crees? Y no te preocupes, va a mi cuenta —estuve a punto de rechistar, pero él lo evitó con un beso—. No digas nada, voy a hacerlo y punto.
— Vale, está bien, como quieras.
Nos tumbamos en la cama para esperar, lo cierto es que tenía hambre desde que terminó el partido y solo de pensar en lo que hemos pedido, me rugen las tripas. Él se acomoda y me deja apoyarme sobre su hombro envolviéndome con sus brazos, en esta postura me permite mirarle a la cara mientras se entretiene en acariciar mi brazo. Se le ve diferente, no sé en qué sentido, pero lo veo con otros ojos. Quizás la falta de su compañía me ha hecho valorar lo que es tenerlo junto a mí. Entonces se da cuenta de que le estoy mirando y me muestra una sonrisa.
— Cada vez que te miro me enamoro más de ti —sus palabras me hacen enrojecer, entonces él lo nota y sonríe aún más. Deposita un beso en la comisura de mis labios
— Asher, necesito que me hagas un favor...
— Dime.
— No me permitas que te aleje más de mi vida, porque juro por Dios que me voy a volver loca.
— No me iré, lo sabes. No te vas a deshacer de mí tan fácilmente, Sacher.
— ¡Servicio!
Este bonito momento en el que intercambiábamos miradas penetrantes y palabras dignas de un algodón de azúcar, es interrumpido por el servicio de habitaciones que nos trae la cena.
Asher se levanta para abrir, permitiendo que el carrito entre en la habitación, por mi parte, me limito a sentarme en la mesa que hay en la habitación. La puerta se cierra dejándonos a solas con la comida la cual huele que alimenta y provoca algún que otro rugido en mi estómago. Servimos los platos ocupando la mesa al completo, no queda ni un hueco libre. Hay de todo, desde sopa, carne, verduras como pescado, hasta el postre, que aún no hemos destapado. Lo pruebo absolutamente todo, deleitando cada sabor en mi paladar y deseando que no se acabe nada.
— ¡Está todo buenísimo! ¡Adoro la comida para ricos! —suelto casi sin pensar, provocando que Asher se ría a carcajadas.
— ¿Y los pobres que comen entonces?
— McDonald's —digo seria haciendo nuevamente que se ría, aunque me contagio también.
— Pensaba que al menos ese desgraciado te daba bien de comer, tenía entendido que tiene una cadena de hoteles que ha adquirido fama en estos meses.
— Lo tiene, sí. Pero prefiere que yo le haga la comida y no me apetece demasiado hacerle cosas muy elaboradas como comprenderás. Además, nunca acepto su dinero, tengo una tarjeta, pero nunca la uso. No soy tan pobre como la Sky que conociste, pero no quiero ir despilfarrando mi dinero.
— Haces bien si así te sientes mejor.
Lo probamos todo y está tan bueno, que, aunque sé que voy a reventar en cualquier momento, no me detengo hasta que los platos están completamente limpios. Es como si durante todo este tiempo, además de haber perdidos las riendas de mi vida, también hubiese perdido el apetito. Hoy lo he recuperado, de eso estoy segura. Como también que aun puedo hacer hueco para el postre, que cuando Asher lo destapa, nos encontramos con una bandeja de fresas bañadas en licor y unos cuencos con chocolate y nata para mojarlas. Es realmente apetecible.
— Oh, qué típico. ¡Me encanta! —expreso al verlas mientras doy pequeños aplausos.
— ¿Te las puedo dar yo? —cuestiona Asher sorprendiéndome, pero lejos de parecerme absurdo o muy cliché, asiento con entusiasmo. Coge una y la moja en el líquido marrón oscuro, para después ofrecérmela y a pesar de que abrí la boca para recibirlas, él decide mancharme a propósito quedando la zona inferior de mi boca impregnada de chocolate.
— ¿Para eso quieres dármelas? ¿Para mancharme? —río a punto de pasar mi lengua e intentar limpiarlo. Pero entonces se inclina sobre mí para comerme con sus labios y limpiarme con besos de una forma demasiado atractiva—. Vale, mánchame más si quieres.
Sonríe de medio lado mientras vuelve a mojar la fresa y acto seguido la pasa sobre mis labios como si de un pintalabios se tratase para después besarlos con ganas. Una vez queda todo limpio de nuevo, deja que muerda la fresa y es obvio que lo hago más erótico posible solo para excitarle. Continúa realizando la misma acción, solo que esta vez llega hasta mi cuello para proceder a comérselo lentamente y provocando que cierre los ojos ante el placer que es sentir sus labios sobre mí saboreando cada rastro de chocolate. Decido hacer lo mismo con él dejándonos llevar por completo y, sin saber cómo, he acabado a horcajadas sobre sus piernas, pringosos y pegajosos, pero al menos hemos acabado con las fresas. Una forma diferente de comerse un postre, sí señor.
Aun encima suya, me deshago de todas las prendas de superiores que llevaba puestas mientras que él me observa embelesado y sin entender muy bien mi tan repentino acto. Y antes de que colocara sus labios sobre mí de nuevo, me levanto y me despojo del resto de ropa en un intento de baile sensual. Probablemente piense que me voy a abalanzar sobre él, pero todo lo que hago es darme la vuelta y caminar con seguridad hasta el baño donde pienso llenar la bañera. Ni si quiera tengo que girarme para saber que él también se está quitando toda la ropa con prisa para reunirse conmigo.
Me siento sobre el filo de la bañera y abro el grifo, asegurándome de que el tapón está puesto. El agua cae cálida llenando la bañera con rapidez, añado jabón y algunas sales para después girar la cabeza y verlo como Dios lo trajo al mundo, comiéndome con la mirada.
— Eres como una obra de arte, Sacher —pronuncia hechizado.
— Y tú eres mi David de Miguel Ángel personal.
Me saca una risa sonora cuando comienza a posar imitando a la famosa estatua. Da unos pasos hacia mí y me enderezo dejando que me agarre de la cintura para acercarme a él. Nuestros cuerpos colisionan y se amoldan a la perfección. Buscos sus labios y los encuentro al instante porque no hay cosa que más ganas tengamos que besarnos durante todo el fin de semana tras tanto tiempo sin estar juntos. Me separo solo para comprobar que el agua de la bañera no provoque una inundación, la cierro y comienzo a meterme entre las burbujas que se han creado gracias a la magia que le añadido. Asher lo hace también, justo detrás de mí, colocando sus piernas a mis lados.
El baño comienza siendo relajante. Me tumbo sobre su pecho y él me envuelve con sus brazos. Pero pronto rompemos la relajación para pasar a la acción, así somos, no podemos mantener las manos quietas. Cojo una esponja y me giro hacia él para comenzar a frotarle el pecho con ella, seguida de mi otra mano libre. Me coloco sobre sus piernas y siento que su polla ha crecido aún más, y se desliza por mi culo a medida que me muevo.
El agua está caliente, pero no diría que es precisamente por lo que ha salido del grifo, sino por nosotros. Ver cómo se desvestía delante de mí sin ningún tipo de pudor y dejarme con las ganas, solo ha demostrado que ella es la que me controla, y me encanta que lo haga. Supe enseguida que después de llenarnos de chocolate, ella iba directa al baño para meterse en el agua y no dudé un segundo en seguirla. El simple hecho de que se mueva a mi alrededor completamente desnuda, me excita demasiado. Pero es que verla apoyada sobre la bañera mientras echaba cosas en el agua, ha sido como si deseara saber pintar y retratarla solo para mí.
Adoro ver su cuerpo mojado por el agua. Nunca habíamos tenido un baño así y me estoy replanteando poner una bañera en casa solo para esto, pero únicamente si es con ella. Sus tetas están rosadas por el calor del agua y sus pezones duros por sentir la diferencia de temperatura.
Pasa la esponja con espuma por todo mi pecho y las zonas por donde me ha echado chocolate hace unos momentos, y con su otra mano me acaricia la piel de una forma excitante. Y si a todo esto le sumamos que mi polla no deja de palpitar cada vez que ella se mueve, resulta ser una gran escena que no quiero que termine.
Decido que no puedo quedarme quieto, así que sumerjo una de mis manos bajo el agua y busco acariciar su coño que reposa sobre mi pelvis. Ella suelta un gemido ante la sorpresa y me observa con aprobación. Se echa sobre mí para llegar a mis labios y eso me da más espacio para masturbarla a gusto. A pesar del agua, siento su flujo resbaladizo salir de su interior, demostrando lo mucho que la hago sentir y eso me satisface. La conozco bastante bien, sé lo que le gusta y lo demuestran sus jadeos. Mis dedos acarician su inflado clítoris y posteriormente introduzco todos los dedos que pueda en su interior.
Sky vuelve a enderezarse, pero esta vez un poco más hacia atrás y saca mi mano de su vagina. Mi polla resalta sobre su vientre, aunque no se ve con la espuma. Su mirada dice mucho, sobre todo el deseo de tocarme y así lo hace. Enrosca su mano alrededor de mi polla comenzando a acariciarme con suavidad. Entreabro la boca dejando escapar el aire jadeante y gruño levemente pidiendo que me la agarre bien. Quizás me lo merezca por todas las veces que la torturo a ella y debe de estar disfrutando. Con su otra mano bien abierta, pasea la palma sobre la punta provocando que eche la cabeza hacia atrás, pero sin dejar de mirarla. A punto estoy de pedirle que no me haga esto cuando la siento agarrarme bien y comenzar a masturbarme con su preciosa mano bajo el agua. Sus ojos están puestos sobre mí porque no quiere perderse nada y es de lo más excitante. Con su mano sube y baja de una forma que me encanta, ajustándose a mi miembro para generarle todo tipo de descargas eléctricas.
Sin embargo, en el mejor momento, frena la acción. Levanto la cabeza para comprobar por qué de pronto ha dejado de tocarme y a punto estoy de quejarme cuando comienza a moverse. Vuelve a agarrarme con su mano mientras eleva su cuerpo y busca la mejor posición para introducirme en ella, sin ningún tipo de pudor. Mi polla se desliza entre sus paredes con total facilidad gracias a sus flujos y por el hecho de que lo haya hecho estando bajo el agua. Ella abre la boca y gime sin despegar sus ojos de los míos a medida que baja. Esto es mucho mejor que lo que estaba haciendo y exijo que comience a moverse cuando la agarro de las caderas dirigiendo el movimiento. Se pasea con lentitud, repitiendo la acción incontables veces removiendo agua y explotando burbujas. Mis manos viajan hasta colocarse sobre sus pechos, masajeándolos y apretándolos, pellizcando sus pezones duros, mientras ella continua con su tarea.
Llega un momento en el que mi polla exige más y quiere tener el control para terminar por todo lo alto. Así es que, me muevo hacia adelante obligándola a echarse hacia atrás, acabando en la misma postura que estaba yo hace un momento. Abre sus piernas para mí y con mi mano me ayudo de encontrar su cavidad bajo el agua e introduzco de nuevo mi miembro de una estocada. Sky levanta las caderas y yo me agarro de los filos de la bañera para comenzar a bombear con más rapidez. Si antes el agua estaba agitada, ahora he provocado todo un tsunami que llega a rebosar cayendo al suelo, pero a ninguno de los dos nos importa porque solo nos interesa el placer que estamos experimentando. Entro y salgo como si estuviera en mi casa, y Sky jadea cada vez más fuerte aumentando la excitación. La fricción comienza a ser brutal y entonces siento que estoy a punto de soltarlo. Inmediatamente la saco de su interior y la cubro con mi mano obteniendo el placer sobre mis manos.
Miro a Sky por unos segundos tras volver en mí, asegurándome de que también ha concluido su deseo, devolviéndome una mirada llena de satisfacción.
— Hemos terminado contaminando el agua —ríe mientras intenta recuperar su respiración normal.
Ni si quiera puedo responder al estar exhausto y me dejo caer sobre ella envolviéndola con mis brazos y apoyando mi cabeza sobre su pecho.
— Sacher —pronuncio algo más relajado.
— ¿Sí?
— Te quiero.
— Y yo a ti.
El autobús está a punto de salir y la mayoría de mis compañeros han subido en él, solo falto yo. Asher y yo nos encontramos en una esquina del vestíbulo del hotel, esperando hasta el último minuto antes de la hora de salida. Él lleva gafas de sol y una gorra para que no se le reconozca con facilidad, de lo contrario es posible que se armase un alboroto, y por suerte nadie ha gritado su nombre aún.
Tengo un nudo en la garganta y lo detesto. No quiero subirme porque eso significa despedida. Voy a volver a mi asquerosa vida, con la misma rutina de siempre y soportando al peor hombre que habita en la Tierra y no quiero en absoluto, quiero quedarme aquí con él. Quiero revivir este fin de semana en bucle. Miro a Asher sin decir nada y con tristeza mientras él acaricia mi mejilla a consecuencia como si me leyera la mente. Ninguno de los dos queremos que acabe esto, y tampoco separarnos. Esto resulta ser una auténtica tortura.
— Sacher, no te preocupes, esto va a terminar antes de lo que crees —rompe el silencio—. Te prometo que estaré más cerca mientras te encargas de alejarlo de ti, porque eso es lo que vas a hacer.
— Yo te creo y yo te prometo que lo voy a hacer, pero no sé qué puede pasar mientras tanto.
— No pienses en eso, céntrate en hacerlo lo más sutil posible, de esa forma no sufrirás daños. De todas formas, si las cosas se tuercen demasiado, solo tienes que avisarme y estaré allí lo antes posible.
— No puedo agregarte a mi teléfono, lo revisa de vez en cuando.
— Pues a tus amigas, Kenzie tiene mi número. Intentaré buscarte un teléfono en el que tengas mi número solo para emergencias. —Besa mi frente.
— ¡Sky, nos tenemos que ir! —escucho a mi compañera gritar desde la entrada del autobús. Es hora de marcharse.
Nos miramos a los ojos por última vez. Ha sido un fin de semana fantástico, y lo único que deseo es volver a la vida que tenía con él. Nos envolvemos en un beso que ojalá fuese eterno y cuando nos separamos, vuelvo a besarle una y otra vez porque no quiero que se me olvide el tacto de sus labios sobre los míos.
— Nos vamos a ver pronto, ya verás —me tranquiliza mientras coloca un mechón de mi pelo tras mi oreja.
Asiento repetidas veces apretando los labios para así evitar llorar por muchas ganas que tenga de hacerlo.
Lo veo alejarse y una lágrima se escapa de mis ojos, pero trato de que no aparezcan más y no levantar sospechas entre mis compañeros, a los que les dije que se trataba de un viejo amigo que vivía por aquí. Salgo corriendo y subo al autobús echando una mirada atrás, deseando volver a vernos lo antes posible.
Durante el trayecto, tras tener una conversación con mi compañera que consigue relajarme un poco, decido sacar el móvil para distraerme. Abro Instagram y, como por arte de magia, aparece ante mí una nueva publicación de Asher lo cual me sorprende porque dejé de seguirle, pero consigo verla en la sección de publicaciones recomendadas. Aparece una foto suya con la dedicación que me hizo en el partido, y al pie de ella ha escrito:
"No te rindas, podrás con todo."
Holisssssss🙋🏻♀️
¿Cómo estáis?
Yo tengo calor.
Pero me gusta.
Siento tardar en subir, no he parado en toda la semana, sorry 😔😅
Peeeero, este finde lo más probable es que tengáis nuevos capítulos, serán varios pero ya veréis por qué.
Oz quiero hasta el infinito y máz allá 🤓⭐💜
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