Capítulo 33
Pasar toda la semana en la casa de Asher junto a su hija, ha sido genial. Al contrario de cómo yo imaginaba, la verdad. Nos lo hemos pasado bastante bien y me he sentido muy cómoda. Asher es un padre genial y Anya no dejaba de decirle cuanto le quería, se nota que le echa de menos. Al parecer antes vivían aquí, en Kansas City, y Asher podía verla en todo momento, pero el año pasado se mudaron de nuevo a California debido a que la madre de la pequeña se había prometido. Me alegra saber que no tengo una pizca de celos o envidia de ella como muchos pensarán, de hecho, me gustaría conocerla. Asher siempre dice que es muy simpática y que nos llevaríamos bien.
Pero, todo llega a su fin y estos días no podía ser menos. Toca volver a casa y a la realidad. He estado asistiendo a clase y al trabajo todos estos días, pero no había tocado mi casa. Ahora que Anya está de vuelta con su madre, decidí que yo también debía volver. Pero no dejaremos nuestra costumbre de dormir juntos ya sea en su casa o en la mía, siempre que podamos.
He podido saber un poco más de él gracias a que he conocido a su preciosa hija a la que al parecer no solo le caigo bien, si no, que resulta que le gusta estar conmigo y no puedo esconder lo feliz que me hace saberlo. Al final, mi paranoia sobre convertirme en la madrastra de Cenicienta, ha quedado en solo una mera tontería. Tengo curiosidad por conocer al resto de su familia, su padre el que le representa, su madre y sus cuadros, además de su hermana.
Por parte de Asher, él está teniendo cada vez más fama. Lo he comprobado en las redes sociales, los seguidores no dejan de subir y es que él es muy activo en éstas. Me estuvo acosando para que le siguiera en Instagram, porque sí, aún no lo había hecho y tampoco se me había pasado por la mente hacerlo por miedo a que alguien me descubriera. Pero él tiene razón, solo soy una más entre la masa de gente, a no ser que él me siguiera de vuelta, cosa que le he prohibido. Porque si los fans ven que ha seguido a una chica como yo, comenzarán a investigar y solo de pensarlo me dan escalofríos. Y ahora que le sigo, veo todos los videos y fotos que cuelga al día, con compañeros y amigos. Todo eso llama la atención del mundo entero a pesar de que no es un deporte que se visualice mucho en el resto de países. Así que, prefiero reservar mi identidad lo máximo posible, porque ahora mismo no estoy preparada para tener miles de ojos sobre mí. Tampoco me puso pegas ante eso, así que por el momento le sigo como una fan más en Instagram.
Hoy me reúno con mi familia para comer en casa de mis padres junto a mis hermanos, es evidente que, dadas las fechas, los días que nos reunimos, suelen ser con motivo de un partido de los Kansas City Chiefs. Estamos la familia al completo, a falta de Noah, mi hermano mayor. Hace tiempo que no le escribo, le echamos mucho de menos por aquí. Noah siempre fue mi referencia, mi ejemplo a seguir y la razón por la que les dije a mis padres que no iba a ir a la universidad. Quería ser cocinera profesional y gracias a él, tuve el valor de dejar la carrera y solicitar plaza en el centro culinario. Es un chico muy responsable que tenía claro cuál era su futuro, se fue de casa al acabar el instituto para irse a estudiar a Los Ángeles. Aunque él lo niegue, eligió esa universidad por amor y eso me confirmó que, tras esa seriedad y responsabilidad, hay un chico romántico. Al parecer tiene un compromiso con un bufete de allí, donde hizo las prácticas. Sin embargo, tiene planeado volver en cuanto su contrato finalice y buscar algo más cerca de nosotros porque también nos echa de menos y envidia todos los momentos que pasamos juntos. Me pregunto si alguno le ha contado sobre mi relación con Asher.
«¡Hola, Noah! No he tenido mucho tiempo estos días en saludarte y ver cómo estás. Sé que tú estarás súper ocupado para no escribir tampoco, por lo que estamos en paz. Hoy hay partido, así que, ya sabes, toca comida familiar. Y la verdad es que me pregunto si tú aun los sigues viendo o si ya dejaste de ser tan aficionado de los Chiefs. Espero que no te hayas pasado a los Rams, de ser así, puede que papá no te deje poner un solo pie en Misuri y Axel lo respaldará. ¿Y qué tal estás tú? En fin, no sé si has hablado con ellos últimamente, pero estamos todos bien. Cuídate y no te vuelques tanto en el trabajo, porfi.»
Los reúno a todos con el fin de sacarnos una foto para enviársela. Coloco un soporte sostenible para mi teléfono, nos sentamos todos en el sofá frente al aparato y le doy al temporizador para que haga la foto cuando me coloque. Demasiado correctos salimos para las quejas que vienen después por haber pisado la mano de alguien o qué sé yo por lo que pelean ahora.
Ayudamos a mi madre en lo que se pueda y pronto nos vemos todos reunidos alrededor de la mesa. El pequeño Marcus llama mi atención, acordándome de Anya, me encantaría tanto verlos jugar juntos. Comenzamos la cena hablando sobre distintos temas, pero sabía que había algo de tensión y que sería rota tarde o temprano.
— ¿Podemos hablar ya sobre el hecho de que Asher Jackson es tu novio? —irrumpe Emma en la mesa dirigiéndose a mí. No había vuelto por aquí desde aquel día en el que se lo presenté y aunque ya esperaba esta conversación, me ha pillado por sorpresa.
— ¡Emma! —la regaña mi madre—. ¡Eso es muy descortés por tu parte! Deja que las personas hablen cuando crean conveniente.
— ¡Pero si todos queremos saberlo! Por Dios, mamá, ¡Asher Jackson estuvo en nuestra casa! Un famoso futbolista que vemos por la tele cada domingo durante la temporada, que está en todas las portadas de los periódicos, sale en anuncios y tiene millones de seguidores, estuvo en nuestra casa cantándole el cumpleaños a Axel —apenas puede respirar tras todo lo que ha soltado.
— Emma, relájate —esta vez interviene mi hermana mayor, Anne. Mientras yo, las miro a todas intercaladamente sin saber bien qué decir.
— Bu-bueno... Supongo que es normal que tenga curiosidad —intervengo llamando la atención de todos y dándole la razón a mi hermana pequeña—. No nos conocimos de la mejor manera y preferiría que eso quedara más entre él y yo. No sabía que él era futbolista, solo le conocí, me gustó su forma de ser y me resultaba bastante atractivo. Así que, empezamos a tener algo.
— ¿Cómo que no lo sabías? Es imposible no saberlo con esta familia —ríe Axel—. ¡Me compré su camiseta este año, Sky!
— ¡No presto atención a las cosas que no me gustan! —replico sintiendo mi rostro arder—. Y la verdad, no estaba en mis planes llegar a pensar que podía ser futbolista y, además, famoso.
— Es posible que a todos nos guste el chico por quién es, a ver, es la estrella del equipo de esta casa —comienza a hablar mi padre, que no había abierto la boca más que para comer—. Pero lo importante es que te trate bien, ¿lo hace?
— Más que eso, papá. Puedes estar tranquilo.
— Entonces, estupendo —continúa cortando el filete—. Hoy tiene partido importante, si lo ganan, no solo conseguirán ser campeones de conferencia, si no, que se clasifican para la Super Bowl. Espero que lo dé todo, los Chiefs merecen llegar a la final.
— Sí, lo sé, he aprendido un poco de fútbol. De hecho, voy a ir al partido —digo con la boca pequeña, sé cuál será la reacción de alguno de los presentes.
— ¿¡Qué!? ¿Y no vas a llevarme? ¿A tu querido hermano? —se queja Axel.
— ¿Y por qué tú? Quiere más a su hermana pequeña, ¿verdad, Sky? —Emma acaricia mi brazo con suavidad y pongo los ojos en blanco.
— Por dios, Emma —bufa mi hermano—. Todos sabéis que soy su favorito y que nosotros dos tenemos un vínculo más especial que con el resto de... familiares —bromea, aunque Anne le tira un trozo de pan—. Además, me debe un regalo de cumpleaños.
— ¡Me pasé horas haciéndote la tarta que querías, Axel! No te debo nada. No vais a venir ninguno de los dos, Kenzie vendrá hoy conmigo. Ella me llevó una vez y ahora se lo voy a devolver.
— Pues menudo rollo —vuelve a quejarse la pequeña de la casa.
— ¿Solo tienes un acompañante?
— Sí, Axel, solo uno y doy gracias a ello —miento, en realidad tengo dos y si se lo hubiera dicho a Asher, habrían podido venir todos, pero lo cierto es que quiero un rato con mi amiga a solas y hacerla sentir especial por todo lo que ha hecho por mí, incluido lo de la pastelería—. Si tuviera que elegir entre alguno de los dos, acabaría llevando a papá.
— En fin, tendremos que esperar a la pretemporada —Emma se cruza de brazos y Axel asiente cabizbajo.
— ¡Mira que sois convenidos! —les grita Anne—. Sky os invitará cuando ella vea conveniente. A fin de cuentas, ella es su novia y a la que le dan los pases, no ha nosotros.
— Asher me dijo que, si ganaban esta noche, estaríais todos invitados a la Super Bowl, pero ahora me lo estoy pensando.
No sé para qué lo mencioné, esos dos se pasaron el resto de la comida haciéndome la pelota. Claro que los llevaré, pero quería que sufrieran un poco por ser unos ansiosos. Al terminar de comer y pasar algo más de rato con ellos, que ya se preparan para ver el partido, me coloco la camiseta que Asher me dio y me despido de ellos para montarme en mi coche. Quién me diría a mí que estaría ahora llevando una camiseta de fútbol y de camino al estadio para ver un partido. La vida da demasiadas vueltas, espero que no dé más en un buen tiempo porque si no, probablemente me maree.
Antes de ir al estadio, paso por la casa de Kenzie, la cual estaba esperando desde hace rato en su porche a mi llegada, con su camiseta de los Chiefs también puesta y bastante inquieta. Acude rápidamente a mí y con una sonrisa amplia en su cara, estaba ansiosa que llegara el día desde que se lo dije.
— ¡Sky! —saluda con un abrazo y un beso en la mejilla—. ¡Estoy muy nerviosa! Ojalá los Chiefs ganen hoy, tengo buenas vibraciones. Sería genial ver como Asher hace historia, ¿verdad?
— ¡Sí! Lo pasé realmente mal en el anterior. No es lo mismo verlo sin más, a tener una persona conocida siendo aplastado y golpeado por un montón de hombres gigantes.
— ¿Conocido? Llama a las cosas por su nombre, es tu amor, tu amor va a ser aplastado en una hora —me corrige.
— Como digas —respondo con una sonrisa.
Llegamos al estadio y estaba justo como la vez anterior, incluso podría decir que hay más gente. Muchos van prácticamente disfrazados con detalles de los Chiefs, otros van con la camiseta únicamente, pero todo eso forma la masa roja por la zona. Desde hace años, los aficionados a los partidos de fútbol, hacen una pequeña fiesta antes del partido en el parking alrededor del estadio. Es un momento en el que se reúnen familias y amigos, hacen barbacoas y beben mucha cerveza. Esto con el paso del tiempo se ha terminado convirtiendo en una competición para ver quién se lo monta mejor, he podido ver barras con bebidas, televisiones e incluso grupos musicales tocando. A mi padre le hubiera gustado hacer todo eso, pero no teníamos dinero como para pagar entradas para todos y pasar allí los días de partido, cosa agradecí en su momento.
Asher me dijo que entrara con mi coche por la misma zona dónde me llevó el chófer para evitar las aglomeraciones de estos festejos, aunque ya están llegando a su fin y van entrando al estadio poco a poco. Solo tengo que enseñar los pases, pero, sin saber por qué, siento nervios cuando llego a la zona y los señores guardias, con un semblante serio, me pide que baje la ventanilla.
— ¿Tienen pase? —busco mi bolso en el asiento trasero, saco los pases y se los enseño obteniendo su aprobación. Soy tan desastre, que ni si quiera los tenía preparados—. Pueden pasar.
Hace una seña a la persona dentro de una cabina que se encarga de levantar la barrera. Aparco mi humilde coche entre los lujosos de los futbolistas y demás trabajadores. Kenzie no deja de alucinar con todo, se coloca ya su pase con una sonrisa y sale de éste dando un salto. Me coloco el mío también recordando las indicaciones de la vez anterior. Intento recordar el camino hasta los asientos y me siento orgullosa de acordarme, aunque confundiera ciertas zonas. Se sienten los nervios en el ambiente, hay muchas más personas caminando de un lado a otro, se nota que este partido decide quien de ambos equipos jugará la Super Bowl, el evento deportivo más esperado del año en casi todo el mundo.
— No puedo esperar a que veas desde dónde lo vamos a ver, vas a flipar —comento creándole expectación mientras atravesamos los pasillos.
Kenzie responde soltando un agudo chillido que resuena en las paredes provocando que varias personas se giren a mirarnos y ambas nos reímos juntas cogiéndonos de la mano. Finalmente llegamos ante la puerta que viene reflejada en nuestros pases y la abro primero para después dejar pasar a mi amiga quien abre la boca nada más poner un pie dentro. Como la vez anterior, están las mismas personas a las que saludo de nuevo con una sonrisa que responde de igual forma. Parece que vamos a vernos a menudo, serán familiares de algún que otro jugador.
— Santo cielo, se ve increíblemente bien desde aquí, esto es un sueño —dice echada sobre el ventanal dejando las huellas de sus manos en el cristal.
— Ya te dije que desde aquí es otra cosa y tenemos refrigerios.
— Y tanto —mira bien a su alrededor, valorándolo todo con sus ojos para después volver a centrarse en mí haciendo un puchero—. Gracias, tía, ¡te quiero tanto!
Me abraza envolviéndome en sus brazos por completo y yo le respondo de igual forma, sabía que le gustaría. Mientras esperamos a que los jugadores salgan para calentar, Kenzie y yo nos servimos algo para beber además de picotear
— ¿Y qué tal? ¿Todo bien? —me pregunta Kenzie cuando decidimos sentarnos en los asientos frente al ventanal—. No quisiste contarme por teléfono, así que habla. ¿Le caíste bien a su hija?
— La verdad es que ha sido interesante.
— ¿Por qué lo dices?
— Bueno, es raro. Es la hija de mi novio, comprende que me es extraño. De igual forma, fue bien. El día que nos quedamos solas la pequeña y yo, casi lo hecho todo a perder, pero lo salvé. Aunque no sé si yo sería una buena madre actualmente —suelto una carcajada.
— Pero si te gustan los niños, mira tu sobrino, está loco contigo.
— Sí, me gustan, pero es distinto cuando tienes que cuidar de ellos exclusivamente. No quiero imaginarme lo que supone ser padre.
— No digas tonterías, ¿tan mal fue ese día?
— El día fue bien, cuando Asher se fue y ella despertó de la siesta, estuvo bien unos minutos, pero después empezó a echar de menos a su padre y no quería ni que la tocara. En resumen, cuando me quedé sin opciones, decidí llevarla a la pastelería y alucinó estar allí haciendo galletas. Seguramente me recuerde como la tía con la que puedo hacer cookies. Pero, algo es algo y admito que exageré, no fue tan mal finalmente. Incluso llegue a pensar que ella creería que quiero sustituir a su madre o algo así.
— No creo que sea consciente de eso, Sky —se ríe de mi con dulzura—. Y como has dicho, te recordará por las cookies, así que prepara masa para cuando venga.
— Los niños no son nada tontos y yo solo soy una extraña. Pero, me alegro de ser una extraña con la que disfruta jugando y haciendo galletas.
— Eres definitivamente, "la mujer de las galletas" —nombre con una voz grave y con movimientos de manos, no puedo evitar soltar una carcajada que seguro que alerta al resto de personas.
En ese momento, los jugadores comienzan a salir para calentar antes de comenzar el partido, uno muy importante, y por ello todo el público no duda en animarlos, incluida Kenzie. Por mi parte, solo puedo buscar a Asher, llevamos dos días sin vernos por diferentes razones y siento la necesidad de verle, aunque sea de lejos.
— Buscándolo desesperada, eh... —comenta mi amiga con un tono insinuante y levantando las cejas repetidas veces.
— Evidentemente, el resto no me interesa —contesto cruzándome de brazos.
— Oye, y ahora que Asher y tú sois pareja oficial. ¿Cómo es el sexo?
— ¡Kenzie! —noto como me pongo colorada por segundos esperando que el resto no haya escuchado nada.
— ¿Qué? ¿He dicho algo malo?
— No estamos en el lugar apropiado para hablar de eso —le susurro.
— Vamos, Sky, dejaste de ser una santa en cuando utilizaste esa aplicación —dice con una sonrisa de medio lado.
— ¿A propuesta de quién?
— Una servidora. Pero ya que lo preguntado, dime.
— No ha cambiado gran cosa, quizás sea más romántico.
— ¿Quizás? Esperaba más de un jugador de fútbol, no sé, algo más salvaje. Oye, ¿y no te gustaría hacerlo en los vestuarios? Seguro que es tu fantasía.
— ¿De verdad te crees que tengo esas fantasías?
— Desde que te vi usar la app, sí.
— ¡Quieres dejar de nombrar la dichosa app!
— Es que para mí fue muy fuerte que la usaras, y aún más durante tanto tiempo.
— Yo la usaba por él, si no, solo habría sido la primera vez.
— Y yo me alegro que la usaras y te desmelenaras un poco, te juro que, si te veía más de la forma en la que estabas, iba a decirle a mi jefe que se acostara contigo.
— ¿Pero qué dices? Eres muy bruta a veces, Kenz —finalmente consigue sacarme una sonrisa.
— Pues está bueno y soltero, aunque nunca fue mi tipo —ríe conmigo—. Pero, fuera de bromas, sí que estabas mal.
— Ahora que lo pienso, estamos aquí gracias a ti. —Ella arruga sus cejas pidiendo una explicación con la mirada—. Piénsalo, si no me hubieras enseñado la aplicación, yo no habría conocido a Asher y por lo tanto no estarías aquí viendo el partido desde la zona vip.
— ¡Oh, tienes razón! No quiero ser engreída, pero estoy orgullosa de mí y de ti por seguir mis consejos.
Amas reímos y comentamos el momento que estamos viviendo, y me alegro que sea con ella porque se lo merece. Hace demasiado por mí y a veces siento que hago muy poco por ella, pero es que es tan fuerte, que no puedo llegar a ayudarla si está en un apuro porque ya lo ha solucionado.
Tiempo después comienzan a nombrar a los jugadores del equipo visitante y posteriormente los del equipo local. Sonrío cuando mencionan a Asher y aparece su foto en la gran pantalla, ese estúpido me tiene loca por él. Provoca que mi corazón bombee frenéticamente y las mariposas revoloteen dentro de mí solo con que alguien lo nombre.
Finalmente, los jugadores comienzan a salir al centro del campo, se posicionan en el lugar correspondiente y comienzan con la famosa patada inicial que da inicio al partido.
Ver un partido acompañada de Kenzie, es una experiencia divertida asegurada. Ella no deja de gritar, aplaudir, saltar, corear y cantar cancioncillas, lo que al final se me acaba contagiando a mí también. Apoyo a Asher en cada movimiento que hace, e incluso grito cuando lo aplastan. El partido no empieza bien para los Chiefs, el equipo contrario comienza haciendo un touchdown, obteniendo más puntos. Al acabar el segundo tiempo, el equipo tenía el marcador a cero, mientras que los Bengals comienzan el tercer tiempo habiendo logrado hacer cuatro touchdowns más tres puntos por un gol de campo. La cosa no va bien, pero la afición no pierde esperanza y continúa animando.
Comienza otra jugada dentro del tercer tiempo, Asher obtiene el balón, pero no lo pasa, decide rodear a la defensiva y cruzar lo más rápido que puede todo el campo. Hace señas para que sus compañeros bloqueen a los jugadores del equipo rival que quieren frenarle, y finalmente acaba dentro de la zona de anotación, haciendo el primer touchdown del partido para los Chiefs. Grito de emoción junto a Kenzie y al resto de la afición, que se viene arriba, todo el estadio enloquece y Asher celebra con ellos. Abre el marcador colocando siete puntos para los rojos, devolviendo la esperanza al equipo.
Después de esa jugada, los touchdowns comienzan a llegar y los puntos suben para los Chiefs. Las jugadas que Asher comienza tienen más energía y efecto, los jugadores reciben la pelota y corren para intentar llegar con éxito para hacer el tanto. A pesar de que los Bengals se defienden, no pueden parar a los rojos, que terminan el tercer tiempo con un empate.
Durante el último descanso, mis nervios están más presentes que nunca, no me había sentido así nunca, ni si quiera para un examen. ¿Qué es lo que causa este deporte? Necesito que ganen este partido, deseo que lo hagan para que él consiga uno de sus sueños, tiene que cumplirlo y ser feliz, me encantaría verle levantando el trofeo, ver como todo su esfuerzo se ha visto recompensado. Debe ser una sensación increíble.
Los jugadores vuelven al campo, es el último tiempo, con el mismo número ambos equipos en el marcador. Kenzie y yo no podemos más con los nervios, es realmente emocionante. Después de algunas jugadas, los Bengals vuelven a hacer un touchdown, pero a pesar de que se han puesto por encima de nuevo, aún quedan minutos y jugadas por delante, y aún es posible que se pueda ganar este partido.
— ¡VAMOS ASHER! ¡TÚ PUEDES! —grito a todo pulmón, dejándome llevar por la situación.
Kenzie me mira como si hubiese hecho una completa locura, la miro algo avergonzada, pero entonces ella se une y grita:
— ¡SÍ, VAMOS ASHER! ¡HAZLO POR SKY! —le dedico una mirada no muy contenta que ella capta completamente—. Ay, Dios, no sabes lo mucho que disfruto.
— Qué graciosa —le saco la lengua antes de volver a meterme de lleno en el partido y seguir animando a Asher.
Pronto los Chiefs comienzan una jugada, Asher coge el balón y lo lanza sobre uno de sus compañeros que lo coge sin problemas, a pesar de que los defensas de los Bengals intentan cogerlo, éste sigue corriendo hasta salirse del campo por el lateral. Esto propicia que la siguiente jugada empiece desde ese punto, no llego a entender muy bien por qué, pero lo iré entendiendo con el tiempo. De nuevo Asher tiene la pelota y corre rodeándolos, la zona de anotación está al lado, los jugadores se ponen sobre ella esperando a que él se lo pase, pero hay demasiados de la defensiva del otro equipo entre ellos. Sin embargo, Asher sorprende pasándole el balón entre ellos, un pase arriesgado, pero que finalmente acaba en las manos del jugador de los Chiefs que consigue así otro touchdown volviendo a poner el partido en empate. Están de nuevo en el partido, vuelven a estar metidos y les sirve para conseguir otro más en pocos minutos.
Finalmente, los últimos minutos de partido se convierte en todo un recital para los Chiefs, con tres touchdowns más. Es una completa locura, una clara remontada majestuosa que les da la victoria con cincuenta y un puntos de los Chiefs, frente a treinta y uno de los Bengals.
Los Kansas City Chiefs son campeones de conferencia y estarán en la Super Bowl de este año.
Kenzie y yo nos abrazamos en cuanto acaba el partido, al igual que lo hacen los jugadores y toda la afición. Esto es un hecho histórico que al parecer no sucedía desde hacía casi cincuenta años. Me enorgullezco de Asher por todo esto, solo le queda un pasito más para que suba al estrellato y confío en que lo conseguirá. Siento como el estadio tiembla, esto es increíble. Por mucho que no me gustase, tengo que admitir que me podría acostumbrar a esto, a vivir el fútbol como lo hacen millones de personas.
— ¡AY, DIOS MÍO! ¡SKY! ¡ASHER TE ESTÁ BUSCANDO! —grita como una loca Kenzie a mi lado despertándome de este sueño que estoy viviendo.
Miro hacia donde ella señala, no se equivoca. Abajo del todo, puedo ver al jugador con el número diez, con una mano sobre sus ojos, buscando algo entre el público. Eso me despierta una sonrisa, me gustaría correr a sus brazos y besarle, pero por desgracia, hay demasiadas cámaras como para hacer una locura como esa.
— ¡Haz algo! ¡Hazle una señal, no sé, pero algo! —exige mi alterada amiga.
No lo pienso demasiado y, con mis manos, hago la forma de un corazón alzándolo para que pueda verlo. No espero que lo vea, hay demasiada gente aquí, como para poder fijarse en mí y encontrarme. Sin embargo, nunca puedo subestimar al chico que dice estar enamorado de mí, a la estrella que no brilla en el cielo, si no, en un campo de fútbol. Allí está, abajo, sobre el césped del campo, con las manos alzadas y haciendo la forma de corazón. Me ha encontrado, por supuesto que me ha encontrado, porque al parecer ese chico, al que todos miran en este momento, tiene la habilidad de hacerme sentir especial entre todas las personas de este mundo.
💜💜
Holi
Siento tardar en subir capítulo, he empezado las clases de la uni 😔👊
Y tenía cosas de adulto que hacer, como limpiar mi habitación.
Ok, no. Y más cosas 😆
Pero ya estoy más o menos estabilizada y aquí estoy de nuevo.
Decidme si os ha gustado el capítulo y cuantas ganas tenéis de otro en este momento 😏
Gracias por estar aquí, oz quiero ñee💜😘
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