Capítulo 29
Hoy es el día, es el día en el que Asher conocerá a toda mi familia. No he estado más nerviosa en toda mi vida, ni si quiera para un examen final. Lo que puede suponer presentar a Asher ante todos no deja de rondar por mi cabeza y necesito que ese primer momento pase, por mi salud mental. Todos saben ya quién es, aunque no lo conciban como un probable novio para uno de sus familiares, quizás sería la última persona en la que pensaran. Si una de mis hermanas llegara con alguien como él a su lado, lo vería como una persona normal puesto que no tengo ni la más remota idea sobre fútbol, ojalá todos fueran como yo. Pero por desgracia, me ha tocado una familia que tiene por religión a los Chiefs, y quien admita ser un seguidor de cualquier otro equipo en casa, su instancia se convertirá en un auténtico infierno.
Hoy tenía turno de mañana, y Asher ha estado entrenando. Pero al ser sábado no tengo clase y es por eso que la tarde la tenemos libres ambos, aunque tengamos que asistir al cumpleaños de Axel. Anoche me quedé en su casa a dormir, y así será el resto del fin de semana, por eso mis cosas se encuentran allí. Al salir del trabajo, acudo a su casa y aunque él no ha llegado aún, me dirijo a la ducha del baño que está en su habitación, la cual es increíblemente amplía. Cuando termino, salgo del baño y casi me da algo al verle sentado sobre su cama con los brazos apoyados sobre sus rodillas. Está nervioso y no es por el partido de mañana. Al verme, levanta la cabeza y me dedica una amplia sonrisa.
— Hola, preciosa —saluda. Observo cómo se muerde el labio inferior al verme solo con la toalla puesta alrededor de mi cuerpo—. ¿Qué tal el trabajo?
— Bien, como siempre. —Levanto los hombros.
Asher se pone en pie y camina hasta ponerse a escasos centímetros mí. Inclina su cabeza y me besa, se siente tan bien tener sus labios sobre mi piel. Sin embargo, sé que algo le ocurre y creo que compartimos el mismo sentimiento.
— ¿Nervioso? —cuestiono mirándole a los ojos.
— Mucho. Pero a la vez quiero ir y conocerlos, va a ser diferente porque ellos no son personas con altos cargos y nivel adquisitivo. Ellos no esperan que suba tu reputación. Solo una familia que va a conocer al novio de una de sus hijas.
— Sé que suena muy típico, pero basta con que seas tú mismo. Quizás es culpa mía, porque no he dejado de preocuparme y pensar qué pasará, que al final te lo he contagiado.
— No, no es culpa tuya, es normal que estemos nerviosos. Lo estaría, aunque no llevara fama a mis espaldas. —Vuelve a mirarme de arriba abajo, alza una mano y con su dedo recorre el filo de la toalla que queda sobre mis pechos y susurra—. Quizás... quizás sea bueno quitarnos algo de tensión.
— ¿Tenemos tiempo? —pregunto comenzando a sentir mi cuerpo arder. Asher coloca su dedo pulgar sobre mis labios y los acaricia mirándolos con deseo.
— No creo que importe que lleguemos unos minutos más tarde, ¿verdad?
— Verdad —asiento repetidas veces.
Su mano vuelve a la toalla y me la quita en un solo movimiento, dejando mi cuerpo totalmente expuesto ante su mirada. Coloca sus manos sobre mi nuca y me atrae hacia él para besarme. Muerde mi labio superior, seguidamente introduce su lengua haciendo el beso aún más apasionado. Nos mordemos con rabia, dejando que nuestros nervios vayan disipándose. Deja mis labios a un lado para meterse en mi cuello y seguir besándolo hasta llegar a mis pechos. Se mete uno en la boca provocando que tenga que apoyarme sobre el marco de la puerta del baño con ambas manos para no caer hacia atrás. Los lame, los muerde y los chupa con ansias, provocando que suelte varios gemidos, podría tener un orgasmo solo con esto.
Mi mano baja y alcanza el cuello de su camiseta, obligándole a subir hasta que sus ojos queden a mi altura, dedicándole una mirada de deseo, exigiéndole más.
— Túmbate en la cama —le ordeno casi en un susurro.
Inmediatamente hace lo que le digo, caminando hacia atrás sin dejar de mirarme a los ojos, dejándose caer sobre la cama con las piernas colgando en el lateral. Mi cuerpo desnudo se desliza por el frío suelo, colándome entre sus piernas aun de pie, mirándole desde mi posición sintiendo el control en este momento. Coloco mis manos sobre la parte superior de sus piernas y las deslizo hacia arriba, llegando al filo de su pantalón, alcanzando el botón y cremallera de éstos dejándolos abiertos. Tiro de ellos hacia abajo, incluyendo su ropa interior, dejándole totalmente al descubierto, todo para mí.
Lamo mis labios al mirarle, lo cual parece haberle excitado aún más. Me subo a la cama colocando mis piernas a horcajadas de su cuerpo, él se inclina con intención de levantarse, pero se lo impido colocando mi mano sobre su pecho empujándole para que vuelva a su posición. Agarro su miembro y posiciono mi entrepierna sobre él, rozándolo contra mí, pero sin llegar a entrar, lo que casi desata su locura agarrándome con fuerza mis glúteos pidiéndome que lo introduzca en mí, pero disfruto torturándole de esta manera. Y cuando menos lo espera lo meto en mí dejado que suelte un gemido que provoca calor en mí. Gracias a mi humedad, entra y sale con facilidad, mientras yo lo cabalgo. Me encanta la sensación de sentirlo en mi interior totalmente libre de protecciones y sé perfectamente que él lo ha sentido de la misma manera. Una de mis manos se posa sobre su abdomen mientras que con la otra acaricio mi clítoris dándome aún más placer.
Unos minutos después, él cambia de posición para ponerse sobre mí tomando el control de la situación, entre mis piernas vuelve a introducirse en mí de una estocada, dejando que suelte un gemido ahogado por lo que acaba de producirse en mí. Sus movimientos son más rápidos y salvajes, chocando su cuerpo contra el mío y haciéndome sentir en el cielo. Me agarro de la colcha de la cama con fuerza y poco a poco voy sintiendo que el momento del éxtasis llega dejándome totalmente desenfrenada. Antes de correrse, sale de mí para terminar por su cuenta a un lado.
Me quedo unos minutos sobre la cama, con mi pecho bajando y subiendo, intentando hacer que mi respiración vuelva a la normalidad.
La ducha se abre dejando caer el agua al suelo. Sigo mi instinto y me levanto de la cama caminando hasta el baño del que salía hace unos momentos, viendo como el cuerpo desnudo de Asher está bajo las gotas de agua y pienso en lo excitante que se le ve incluso estando mojado. Me uno a él con una sonrisa y me recibe con un beso bajo el agua.
Desde luego que esto ha calmado nuestros nervios.
— ¿Voy bien? —se da una vuelta sobre sí mismo una vez se ha vestido con lo que había seleccionado para la comida. Una camiseta blanca algo ligera, unos vaqueros, unas zapatillas deportivas blancas y una chaqueta de cuero negro.
— Vas demasiado bien —opino mirando todo su cuerpo al completo, pensando en lo increíblemente guapo que es.
— ¿Enserio? —pregunta con preocupación.
— No te preocupes, vas perfecto, por lo menos para mí.
— Entonces es suficiente. —Se acerca a mí y me agarra de la cintura para darme un beso corto—. ¿Nos vamos?
— Si. Cogeré la tarta.
Ayer hice una tarta para Axel utilizando esta increíble cocina por primera vez, Asher me dijo que apuntara todo lo que necesitara en una lista, y él se encargó de hacer que todo estuviera en la cocina para cuando comenzara, así que pude explayarme con tanta amplitud. Camino hasta la cocina y la saco con cuidado. Con ella, voy hasta la cochera donde me subo al coche dónde él está montado y arranca.
Mientras conduce, le voy indicando el camino intentando sonar lo más clara posible, cual señora del GPS. Cada vez está más cerca el momento, mis nervios vuelven, pero debo admitir que he liberado la mayoría antes, todo un acierto. Llegamos a los diez minutos y es entonces cuando le indico donde aparcar. La casa de mis padres, está llena de coches alrededor que deben de ser de mis hermanos. Aparcamos y bajamos del coche, dirigiéndonos a la entrada. Una vez ya frente a la puerta, saco mis llaves y la abro.
— ¿Hola? —saludo en voz alta, pero no obtengo respuesta—. Parece que están fuera, cuando hace un día como hoy, solemos comer en el jardín.
Antes de salir, voy a la cocina para dejar la tarta en la nevera, entonces vuelvo con Asher y le guío hasta dónde creo que se encuentran, comenzando a escuchar sus voces.
— ¡Hola! —vuelvo a saludad de nuevo sin haber salido fuera aún.
— ¡Estamos aquí, Sky! —grita mi madre por encima de los que siguen hablando.
Ambos salimos fuera, obteniendo las miradas de todos poco a poco, que dejan de hablar o de hacer lo que estaban haciendo. Unos estaban sentados en la mesa, otros de pie hablando, pero ahora sus miradas caen sobre el hombre a mi lado, como ya predije y suponía. Hay un silencio completo mientras todos nos miran. Sin embargo, ese no es mi problema ahora, todo eso se me pasa cuando veo que hay alguien que no debería estar aquí, Finn.
No entiendo nada. ¿Qué mierda hace aquí? Esto ha sido cosa de Axel. ¿Cómo no había caído antes? Si es el cumpleaños de Axel, era obvio que iba a invitar a su mejor amigo. Con todo esto, se me había pasado completamente y me quiero golpear por ello. Genial. Un ex al que no quiero ver y mi nuevo novio en el mismo sitio.
Tierra trágame.
Me doy cuenta de que estamos parados, en silencio, y que parezco una tonta mirándole fijamente con, posiblemente, aspecto de mucho asco.
Parpadeo unas cuantas veces y asimilo que ninguno de los presentes está creyéndose que un jugador de fútbol americano perteneciente a su querido equipo, esté en su jardín actualmente. Busco las palabras para comenzar a hablar. Puede que esté dejando pasar mucho tiempo, pero lo cierto es que solo han sido unos segundos, los más eternos de mi vida, además de incómodos.
— Ahm... Familia, él es Asher —asiento mirándolos a todos—. Asher Jackson, mi novio —digo lo primero que se me viene a la cabeza con una sonrisa nerviosa. Si lo pienso bien, no está nada mal que Finn esté aquí, podrá comprobar que sí que estaba conociendo a alguien y voy a disfrutarlo—. Asher, ellos son mi familia.
— ¡Hola! Encantado, gracias por la invitación.
Me quedo quieta esperando algún tipo de grito de alguna de mis hermanas, o a mi hermano pidiéndole fotos y audios para sus amigos. Pero para mi sorpresa todos responden de forma agradable y tranquila. Mi padre es el primero en levantarse de su asiento, acercándose al chico que tengo a mi lado, el cual debe sentir lo que puede venírsele encima, nunca es agradable que el padre de tu novia se acerque a ti y he de decir que mi progenitor tiene un semblante bastante rudo que le caracteriza. Coloca una mano sobre su hombro mirándole con seriedad, tanto Asher como yo nos tensamos, pero todo cambia cuando las comisuras de los labios de mi padre comienzan a alzarse.
— Bienvenido a mi casa, hijo. —Y con eso le da un fuerte abrazo que Asher responde algo incrédulo, no le culpo, yo estoy igual de asombrada.
Dejo salir mi respiración y observo cómo todos se levantan también para saludarle como es debido uno a uno, todos menos Finn. Me siento culpable por haber puesto a mi familia como la peor o una salvaje, pero no estoy acostumbrada a estos hechos, al final se comportan bastante calmados y lo saludan con educación, me siento orgullosa de ellos.
Mi madre, mis hermanas y mi cuñada le saludaron con un beso en la mejilla, mi hermano con un apretón de manos además de un nervioso abrazo —aunque quisieran ocultarlo, por dentro estaban gritando de alegría como lo aficionados que son—. Presento a Axel como el cumpleañero, y Asher le felicita sé que aún no se lo cree por su gesto facial, está muy tenso y lo agradece con una sonrisa tímida, conozco demasiado a ese idiota. A Emma casi le da un infarto, de eso estoy segura. Pero mantuvo la compostura, no dejaba de mirarme levantando las cejas y abriendo mucho los ojos, quería gritar y decirme multitud de cosas. Mis padres le reciben con un cálido abrazo y una sonrisa que le achina los ojos. Noto que a Finn le comen los demonios por dentro, y como esperaba, me saludó a mi primero antes de a él, qué predecible.
— Hola, Sky —sonríe, aunque no es una sonrisa verdadera. Hoy en especial puedo leerles a todos solo con mirarlos, las emociones están a flor de piel, tanto las buenas como las malas.
— Hola, ¿cómo tú por aquí? —interrogo sacando una sonrisa de victoria.
— Tu hermano me invitó y no podía decir que no, siempre me han agradado las comidas con tu familia.
— Ah, sí... —aprieto los labios mirando a Asher, cómo se desenvuelve con ellos sin quitar la sonrisa.
— Hace tiempo que no nos vemos.
— Bueno, tampoco tenemos por qué hacerlo —directa a dónde duele.
— Ya... estás guapa, has cambiado tu pelo en algo, ¿puede ser? En cualquier caso, te queda bien.
Oh, Dios. Sé perfectamente a qué estás jugando Finn. No solo no esperaba que encontrara novio, si no que encima es alguien famoso y muy querido por todo el mundo. Eso no puede solucionárselo su papá y es obvio que está actuando con medidas desesperadas. Ya puede echarme todos los piropos que se le ocurran, jamás volvería con él. Con Asher aquí, se ha sentido inferior y no solo conmigo, con todos los presentes.
Pues que se joda.
— Gracias —respondo sin mirarle a la cara y volviendo rápidamente con el resto.
— Bien, ya estamos todos —anuncia mi madre en voz alta y una feliz sonrisa—. ¡Pues voy a traer la comida!
Mis hermanas van detrás de mi madre hacia la cocina y mi padre quiere traerle una cerveza a su nuevo mejor amigo. Entre tanto, cojo a Asher del brazo llevándolo a ver el resto del jardín, aunque realmente es para avisarle de lo que se le puede venir encima.
— ¿Cómo va todo? —le pregunto casi en un susurro.
— Genial, son muy simpáticos. Me he sentido arropado.
No puedo evitar sentirme relajada al fin, es como si todo lo que quedaba contenido en mi cuerpo, se haya esfumado.
— Oye, ¿has visto al chico que está con mi hermano?
— Sí, su amigo, ¿no?
— Su amigo y también mi ex.
— ¿Enserio? —queda sorprendido y vuelve a mirarlo—. ¿El que no te tenía satisfecha?
— Sí, ese mismo. Y seguramente empezará a preguntarte cosas sobre nosotros porque él es así, se mete donde no le llaman.
— Vale. ¿Qué quieres que haga?
— Nada, solo quiero que pienses antes de contestar y no le digas dónde verdaderamente nos conocimos, no te fíes de él.
— De acuerdo. ¿Y dónde nos conocimos?
— Di que... no sé. ¿Por redes sociales? Y después comenzamos a quedar. Al fin y al cabo, fue así, solo que omitiendo la red social y lo que hacíamos.
— Vale. ¿Algo más?
— Espero que no.
— No te preocupes —besa mi frente.
Volvemos a la mesa donde beso a mi hermano en la mejilla, le estrujo la cara y otras cosas que hace una hermana pequeña para avergonzarlo. Me siento al lado de Asher cogiéndole de la mano. Mi madre viene con la comida y comenzamos a comer. Todos tienen preguntas para Asher, pero las van soltado poco a poco durante la comida, mientras hablamos de otras cosas en las que él pueda participar. Todo va demasiado bien y no me puedo creer que ya haya pasado lo peor.
Antes de sacar la tarta, decido acudir a Axel, el cual estaba atendiendo una llamada a un lado, probablemente esté agradeciendo las felicitaciones de amigos o familia lejana, necesitaba volver a repetirle sobre el caso Finn. El resto comienzan a ayudar a recoger la mesa para hacer hueco a la tarta.
— ¿Qué hace Finn aquí otra vez? ¿Acaso no recuerdas lo que te dije la última vez?
— Gracias, Sky, me alegra tanto que me felicites.
— Ya te he felicitado, tonto.
— No lo has hecho, solo me has incordiado, como siempre.
— Como quieras. ¡Feliz cumpleaños, Axel!
— Gracias —hace una pequeña reverencia.
— No desviemos el tema.
— Es uno de mis mejores amigos, se supone que le tengo que invitar, siempre lo he hecho.
— Nadie te está obligando, Axel, no te está poniendo un cuchillo en el cuello. Seguro que lo celebrarás con todos tus amigos luego —me cruzo de brazos.
— Siempre lo he invitado a todos mis cumpleaños con la familia, ¿o no?
— Sí, pero en esos momentos, estaba conmigo, es distinto. De no ser así, no habría venido ni a la mitad.
— No, porque nadie te obligaba a que lo trajeras —se atreve a devolvérmela, le lanzo una mirada asesina—. Él venía porque yo le invitaba y así será siempre, te guste o no.
— Pues ya no me gusta esa tradición, me incomoda. Yo soy tu hermana, soy tu prioridad por encima de él, te guste o no.
— Eres una pesada. Además, ni si quiera iba a venir al principio.
— ¿Y cómo es que está aquí?
— Al día siguiente de invitarlo y que se negara, quedamos, le comenté que ibas a ir con tu nuevo novio y de repente estaba muy interesado en venir. Por cierto. ¿Asher Jackson? —señala con el dedo al susodicho con un gesto incrédulo—. Eres la novia del jodido Asher Jackson. Estoy orgulloso de ti, Sky.
— ¿Te das cuenta de que no ha venido por ti? Solo ha venido para cotillear.
— No soy tonto, hermanita, lo sé.
— Pues a veces lo pareces —me doy media vuelta para volver con ellos.
Recuerdo que debo decorar la tarta con algunos detalles y unas velas. He usado masa de fondant para decorarla como si fuese un campo de fútbol, sé que le gustará, aunque parezca infantil, pero me enseñó una foto con una parecida hace unos meses. Debo ausentarme un momento, lo cual me preocupa. Finn va a tener total libertad para acercarse a Asher.
— Voy a decorar la tarta, ahora vuelvo —anuncia Sky un poco insegura, pero le doy mi aprobación con la mirada.
El padre de Sky, comienza a comentar la temporada junto a Axel y ellos me incluyen sin importar que sea un jugador, me hacen sentir como si fuese uno más. Por mi parte, les doy algunos datos sobre mis expectativas desde mi punto de vista y ellos las reciben ilusionados, comentando jugadas que tenemos en el equipo que creen que pueden ser efectivas contra los Texans, el equipo al que me enfrento mañana.
En un momento en el que Axel debe acudir a su hijo y su padre entra en la casa un momento, me quedo solo por unos segundos, hasta que Finn se posiciona a mi lado, justo como dijo Sky.
— Entonces eres Asher, el famoso futbolista —comienza a hablar Finn—. Debe de ser difícil ser tan reconocido.
— Sí... Es una gran responsabilidad.
— Sí, lo es. Y eres novio de Sky.
— Creo que lo ha mencionado ella antes, sí.
— ¿Lleváis mucho tiempo?
— Bueno, digamos que unos cuantos meses, pasaron algunas cosas y hace poco decidimos ir enserio.
— ¿Qué pasó? —su forma de ser tan directo me sorprende.
— Son cosas nuestras —asiente, apretando los labios y no muy contento—. ¿Tú tienes novia? —Le pregunto antes de que piense otra pregunta sobre nosotros.
— Sí, pero voy a romper con ella —suelta sin mucha importancia.
— ¿Por qué?
— No iba a ninguna parte. Entre tú y yo, solo la quería para dar celos a Sky, y así hacer que volviese conmigo.
— ¿Qué? —arrugo las cejas, no puedo creer ni procesar lo que acaba de decir. ¿Está intentando intimidarme?
— Pero si ya tiene novio, no me sirve de nada.
— ¿Acabas de confesarme, a mí, que has estado intentando recuperarla?
¿¡CÓMO!?
Khé?
Ci
Chau💜
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