Capítulo 28
Parte 4. Etéreo
— Mamá, ¿ayudo con algo? —Me ofrezco en cuanto entro a la cocina.
He venido a casa después de un tiempo, con todo lo que ha pasado, no había aparecido por aquí desde Nochevieja y empezada a añorar mi hogar. Siempre lo será, es el lugar dónde me conocen bien y dónde voy a estar más a gusto. Después de todo, crecí aquí, y ese sentimiento será el mismo que tengan mis futuros hijos.
— Bueno, si quieres mueve eso que está en el fuego —Me ordena mientras les quita la piel a unas patatas.
Hago caso, y remuevo la comida que tenía cocinándose. Como les ha pasado a muchas personas, desde que era pequeña, mi madre me enseñó muchas técnicas de cocina. Es lógico que intentes hacerlo igual, y ello te lleve a amar la cocina si es que es tu pasión.
— ¡Emma, pon la mesa! —Grita ella a todo pulmón, la habitación de mi hermana está en la planta de arriba al fondo por eso siempre hay que estar gritándole.
— ¡Voy! —se escucha a lo lejos.
— Oye, ¿ella sigue con su novio? —Recuerdo aquel día que lo confesó, sentí que ya se estaba haciendo mayor. Está en la edad en la que debe disfrutar de las relaciones inocentes, dónde todo va bien y no hay apenas preocupaciones más allá de la relación.
— Eso creo, ha venido un par de veces a por ella, parece un buen chico la verdad.
— Me alegro, no me gustaría que diera con alguien que la perjudicara o le hiciera daño de alguna manera.
— Sabes que a tu padre le gusta encargarse de eso y por el momento no se le ve disgustado, aunque le duele en lo más profundo que su pequeña esté creciendo tan rápido.
— Creo que eso es algo que a todos nos duele, ¡hasta hace poco era una renacuaja!
Ambas reímos y recordamos momentos de nuestra infancia, la he vivido demasiado bien con mis hermanos y mis padres, ojalá pudiéramos estar todos juntos de nuevo como en aquellos tiempos. Terminamos de emplatar y lo llevamos a la mesa, hoy solo estoy yo como invitada. Lo hice esta misma tarde, cuando pude salir de trabajar antes, intentaré venir más a menudo, como hacía antes.
Más tarde, Emma, que ya ha puesto la mesa, se sienta en su sitio a la vez que lo hace mi padre, que acaba de llegar de trabajar hace escasos minutos.
— ¿Qué tal todo, Sky? —Pregunta mi padre mientras se sirve.
— Bastante bien. La pastelería mejora, por suerte. —Claro que se enteraron de la noticia, y por supuesto que me avasallaron a preguntas que respondí con un simple, "yo solo estaba en la cocina, no vi mucho"—. Y por el momento, estoy aprobando todo en la facultad. El curso que viene es más práctico, así que podré cocinar en restaurantes o hoteles, tengo muchas ganas.
— Eso está muy bien, seguro que después de eso, querrán que te quedes.
— ¡Qué bien, cariño! ¿Y Kenzie? ¿Ella bien? Hace mucho que no veo a esa chica, podría venirse algún día como hoy para cenar —interviene mi madre.
— Sí, aunque ella trabaja demasiado, casi siempre está ocupada. Quedamos cuando podemos. Se lo comentaré, estará encantada de venir. —Me llevo comida a la boca.
— Me alegro de que esté a tu lado siempre, al menos sé que os cuidáis mutuamente.
— Bueno, Sky, ¿qué tal con el tema de los chicos? Hace tiempo que no nos dices nada —cuestiona curiosa la pequeña Emma, está claro que ella no ha olvidado lo de que había alguien y todo por culpa de Finn, aunque en el fondo también es mi culpa por mentir en aquel momento.
— ¡Emma! —protesta mi madre, no le gusta incomodar a nadie.
— ¿Qué? Ella dijo que estaba conociendo a alguien, solo quiero saber cómo quedó aquello.
— Lo cierto es que sí, hay alguien y estamos bastante bien.
— ¿¡Qué!? —exclama mi padre que casi se atraganta al con la comida.
— ¿Cómo? ¿Y no nos dices nada? ¿Estáis juntos como pareja? ¡Cuenta! —insiste mi hermana pequeña.
— Déjala, Emma —regaña mi madre.
— No pasa nada, mamá, creo que ya es hora de que cuente algo —formulo manteniendo la calma con las manos—. Nos conocimos hace unos meses, pero ocurrieron cosas que nos distanció un tiempo. Hace poco volvimos a hablar, resolvimos algunos problemas y por ahora llevamos dos semanas. A decir verdad, siento que todo va muy bien y estoy muy feliz con él. Perdonad por no habéroslo contado antes, pero prefería esperar a que fuera algo más serio y oficial.
— Es genial, Sky. Si es bueno contigo, y sois felices, entonces perfecto —se alegra mi madre.
— ¡Preséntanoslo! —sugiere Emma.
— Bueno... —Me quedo bloqueada, no sé muy bien qué hacer, lo haría si no fuera por el pequeño detalle de que es una estrella de fútbol americano, el cual conocen bien.
— Si crees que es el momento, podrías traerlo al cumpleaños de Axel el domingo. —Idea mi madre, lo cual no me parece mala idea, de esa forma lo presento a todos de una vez.
Solo hay un problema, el domingo según tengo entendido, son los play-offs de la NFL, y como es lógico no podrá asistir. Asher me lo ha explicado unas cuantas veces, por lo visto están en un momento decisivo y que se lo juegan todo en estos partidos.
— Es una buena idea. ¿Le gusta el fútbol? Podrá verlo con nosotros. —Comenta mi padre con una amplia sonrisa.
— No puede ser el domingo. —Mi repentina declaración me pone en el punto de mira de mi familia, ellos me miran confundidos—. Son los play-offs, la gente hace planes. ¿Podría Axel celebrarlo el sábado? Así podremos centrarnos en el cumpleaños en lugar de estar mirando la televisión.
— ¡Claro! Tiene razón —apoya mi Emma, para mi sorpresa—. Será lo mejor, para ir conociéndolo. Dios, tengo mucha curiosidad.
El problema no es si es el momento o no de presentarlo, él es maravilloso y mi familia también. El verdadero problema está en cómo reaccionarán cuando sepan de quien se trata, porque ya lo conocen, aunque ellos aún no lo saben. ¿Les tendría que decir que es un famoso futbolista al que admiran o esperar a que ellos mismos lo digieran? No tengo ni la menor idea.
— Le preguntaré, si quiere venir. —Levanto los hombros no muy segura. Sé que mis padres lo han notado, mi confusión, y sé que sospechan de que algo ocurre, pero estoy segura de que lo comprenderán en cuanto le vean.
— ¡Bien! —grita mi hermana.
Tiempo después, me encuentro en el coche sin dejar de pensar en qué pasará si Asher accede a asistir al cumpleaños. ¿Cómo se supone que debo presentarles a alguien que ven solo por la tele en los partidos? Es una situación demasiado extraña, a cualquiera que se lo cuente no se la creería porque nada tiene sentido. Aunque para mí solo es el chico que conocí a oscuras a través de una aplicación.
Me dirijo a su casa en estos instantes, quedé en que me quedaría hoy a dormir allí. Llevamos haciendo esto durante estas dos semanas, unos días se viene a mi casa y otros voy yo a la suya. Me ha explicado con detalle cómo debo ir a su casa, por qué calles debo ir y sobre todo vigilar que no me persiga algún coche sospechoso lleno de periodistas o curiosos. No dejo de preguntarme si es realmente bueno que vaya a mi casa el sábado, todos pueden agobiarle con fotos o preguntas, se pueden poner histéricos. Pero es que, a fin de cuentas, algún día tendré que presentárselo.
Prometí que le preguntaría y a lo mejor a él no le apetece que le presente a mi familia tan rápido. Es posible. Seguro que dice que es muy pronto.
Aparco el coche en su cochera, él me permite el paso en cuanto llego, así que entro y lo dejo dentro. Él me espera allí, vestido con ropa cómoda y una sonrisa esperando a que llegue a sus brazos. Le abrazo sintiendo su calor, y después subo mis manos para colocarlas sobre sus pómulos, atrayendo su rostro a mí para darle un beso.
— Ya te echaba de menos. —Hace un puchero.
— Nos vimos esta mañana, Asher —suelto una carcajada.
— ¿Y qué? Tuve que irme temprano de entre tus brazos, es muy duro.
— Qué dramático eres.
— Es que te quiero demasiado.
Sonrío y vuelvo a besarle. Ambos entramos dentro de la casa y procedo a dejar mi abrigo en un armario justo al lado de la puerta de entrada a la cochera, y le sigo hasta el salón. Me siento a su lado en el sofá, abrazándole mientras él me acaricia el cabello. No es mucho lo que podemos estar juntos, pero disfruto cada segundo.
— ¿Qué tal la cena en tu casa? —Pregunta de pronto, lo que me recuerda lo que yo debía preguntar.
— Bien. Los echaba de menos... Por cierto. —Me incorporo separándome de sus brazos para mirarle a la cara—. Este sábado es el cumpleaños de mi hermano, y les he hablado a mis padres de ti. Así que te han invitado a asistir. ¡Pero no te sientas presionado! Sé que es pronto, tenemos todo el tiempo del mundo. Sería para almorzar y quizás pasar la tarde, sé que tienes partido al día siguiente y quizás no deberías, por eso no...
— Me parece bien. —Pronuncia antes de que pudiera decir nada más, dejándome paralizada, no esperaba que aceptara.
— ¿Sí? ¿Estás seguro?
— Claro, me gustaría conocer a tu familia.
— ¿Enserio? Ellos son unos auténticos fanáticos de los Chiefs y no les he dicho que eras tú, a lo mejor se asombran y...
— No pasa nada. ¿Tú quieres que vaya?
— Sí quiero, pero... no quiero que te agobien, o te sientas incómodo.
— Sobreviviré. Me has dicho muchas veces que tu familia es muy importante para ti, que siempre os reunís. Así es que gustaría estar y conocerlos.
— Sinceramente, no tengo ni idea de cómo van a reaccionar, así que no puedo avisarte de lo que pueda ocurrir.
— No te preocupes, preciosa, todo va a ir bien. —Se acerca a mi oído y susurra—. Lo mejor es que pasaré toda la tarde contigo.
Una vez más, consigue sacarme una sonrisa. Soy feliz, y me doy cuenta de que no lo fui en mucho tiempo. Cada vez tengo más claro que tomé la mejor decisión, de que era nuestro verdadero momento.
Asher Jackson, has conseguido que me sienta como una estrella, brillando a tu lado.
Bueno, bueno
¿Cómo reaccionará su familia?
Yo lo sé hejejejejej 😏
Aquí te dejo esto...
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