Han pasado unos meses desde que Hayley y yo lo dejamos, como siempre. ¿Cuántas veces voy a tener que soportar esto? ¿Cuántas veces voy a caer en sus redes, enamorarme para que después todo acabe igual? La prensa no deja de hacer presión, y sé que si ella vuelve es por eso, pero prefiero pensar que es por mí.

Siento que está siendo un mal año. Estoy creciendo con el fútbol día a día, y los hinchas me acogieron bastante bien. Estar por fin en los Chiefs fue todo un sueño cumplido, pero es un camino muy duro y aún tengo que acostumbrarme a esta vida. Lo que más echo de menos es a mi familia, pero me calma saber que pronto iré a verlos, tendré vacaciones y las pasaré con ellos en California.

Para despejarme voy a una cena organizada por mi amigo Steve por su cumpleaños, parece que ha invitado a todos sus amigos, aunque no conozco a ninguno de ellos. Tampoco tengo permitido beber alcohol durante la temporada, pero lo pasaré bien.

Nos sentamos todos en una mesa redonda y pedimos las bebidas, más tarde lo que queremos para comer. Es un restaurante de alta clase, de los que hay que pedir reserva con meses de antelación. Dónde asisten numerosas personas con un alto poder adquisitivo y económico, porque el precio de todo es increíble, aunque al final, lo termina valiendo. Nos ponen a todos lo pedido y comenzamos a comer. Un chico que dice llamarse David me habla de un poco de todo amenizándome la noche.

— Bueno, ¿y cómo te va? Siendo futbolista, lo normal es que vivas como un rey con lo que cobras —comenta mientras corta su gran filete de ternera.

— Lo estoy por jugar al fútbol aquí, y tener dinero está bien, sí. Pero supongo que eso no elimina los problemas que rondan mi cabeza.

— ¿Problemas?

El chico parece asombrado ante mi respuesta, quizás no esperaba que un futbolista de la NFL fuese a decir que tiene problemas en su vida. A veces pienso que soy un completo extraño por todo lo que genera el entorno en mí, quizás deba estar feliz con lo que tengo. No sé. Tal vez mi verdadero problema es no saber vivir como ellos creen que debemos de estar viviendo.

— Sí, de todo tipo —bebo de mi refresco sin darle más importancia.

— ¿Cómo qué?

— Bueno pues, ya sabes, la presión. La gente te ve como una estrella, que brilla por sí sola y espera que siempre lo haga. Pero sencillamente, me es imposible estar brillando siempre. Esperan que anote en todos los partidos y que ayude a hacer los mejores touchdowns de la historia porque soy el fichaje prometedor que le dará al equipo la victoria en todas las competiciones —expongo cabizbajo.

— Entiendo, es diferente verte desde la grada a ahora, comiendo en la mesa de un restaurante.

— Supongo. Y, por otro lado, querría, bueno... No sé, es una tontería.

— ¿Qué? Vamos, puedes decirlo, de aquí no va a salir. Lo prometo.

Al parecer está bastante interesado en mi vida, y bueno, al fin y al cabo, es como leer una revista de cotilleos. Podría estar grabándome si quisiera, y después vendérselo a la prensa, ganaría bastante por mis confesiones. A estas alturas, no puedo fiarme de nadie, pero confío en Steve y en sus criterios para tener amigos.

— Me gustaría tener a alguien a mi lado, que nos acompañáramos, ya sabes. No he tenido buenas experiencias con eso.

— ¡Ah! Con que problemas de amor. Bueno, de eso tenemos todos. ¿No hay nadie que te guste?

— Actualmente, no. En mis últimas relaciones solo me han querido por mi dinero y fama, no por mí. Al final siempre se trata de mí, pero sin ser yo. Y luego está Hayley, ella... Bueno, empezamos como algo real, pero empezó a ganar fama en redes sociales y todo cambió. Dejamos de tener una vida privada a una totalmente pública, y eso me cansa. La fama parece un deseo inalcanzable para muchos, pero aquellos que llegan... es como si se consumieran. Es traicionera, es un poder del que debes tener mucha responsabilidad, pero la gran mayoría la usa para su propio beneficio continuamente.

— Menuda mierda entonces.

— Ya, pues esta es mi vida, siento no ser lo que la gente ve en la televisión o en mis redes sociales —digo no muy ilusionado mientras continúo cortando la carne.

— Pero no te desanimes, hombre, seguro que por ahí hay alguna chica para ti.

— Verás, pasa una cosa. Esas chicas no están en estos restaurantes, ni en las fiestas a las que soy invitado o en cualquier otro lugar de mi entorno. Y seguro que ser quien soy, complicaría las cosas —continúo comiendo.

— ¿Sabes? Tengo un colega al que le ocurría algo parecido, digamos que necesitaba algo de chispa en su vida —bebe un poco de su vino color rojizo—. Digamos que se vio envuelto en riqueza de la noche a la mañana, su abuelo era un importante empresario y heredó parte de su herencia. Su novia le pidió llegar al matrimonio repentinamente y se casaron. Poco tiempo después se dio cuenta de que realmente no era el hombre de sus sueños y se largó con parte de su dinero. En pocas palabras, la cegó el dinero. No tuvo mucha suerte después de aquello y estaba deprimido.

— No sé qué es peor, la verdad. ¿Y ahora cómo está?

— Entre tú y yo. El otro día estuvimos hablando y me contó que estaba bastante mejor.

— ¿Cómo? —empezamos a hablar en voz baja sin saber muy bien porqué.

— Satisfaciendo a otras mujeres sin ninguna atadura, sin ninguna relación.

— ¿Se hizo putero o algo así? —digo con los ojos muy abiertos.

— ¡No! ¡Nada que ver! Se trata de una aplicación.

— ¿Una aplicación de móvil? ¿Cómo Tinder? —arrugo las cejas.

— Algo así. Pero esta va más al grano y respeta bastante la identidad de las personas. Por eso es que puede ser perfecta para alguien como tú. ¿No crees?

— ¿Es solo para follar?

— No tiene por qué. Pero la gran mayoría la usa para eso. Se llama WhimApp, es bastante sencilla e intuitiva de usar.

— ¿La has probado? —cuestiono abriendo mucho los ojos.

— Sí, un par de veces.

— ¿Y qué tal?

— Bastante buena experiencia debo decir. Aunque yo solo solicité un capricho, pero tú puedes serlo si quieres. Podrías poner tus propias normas para que no te reconozcan, no sé, ir con máscaras o disfrazados, eso gusta a mucha gente. Pero, eh —levanta ambos brazos—. Yo no te he dicho nada. No tienes de qué preocuparte. Me has caído bastante bien, Asher.

— Tú también —le dedico una sonrisa tímida y continuamos comiendo integrándonos con el resto de invitados.

Tras terminar la cena, ellos deciden asistir a una discoteca a pasar el resto de la noche, aquí es donde me despido de ellos. Tengo que madrugar y estar descansado para los entrenamientos de cada mañana, y es algo que ellos entienden y deben respetar, así que se despiden de mí sin problemas.

Llego pronto a mi casa, a mi grande, lujosa y solitaria casa. Iba a ver algo en la tele y después ir directo a la cama. Me tumbo en el gran sofá y enciendo el televisor mostrándome imágenes de una película ya empezada. Sin saber por qué, la dejo puesta y miro sin pensar demasiado en lo que estoy mirando. De hecho, mis pensamientos están en David, en la pequeña charla que hemos tenido. Tengo una leve curiosidad en esa aplicación que me ha mencionado. ¿Y si puede ser suficiente para mí? Tal vez no cumpla con mis deseos, pero quizás los sustituya. Está claro que yo no puedo mantener una relación, así que es lo que me queda.

Agarro mi móvil y busco la aplicación en el buscador, aparece enseguida y sin pensarlo demasiado, le pulso al lugar indicado para comenzar la descarga. Una vez instalada, la abro y en ella lo primero que veo en la palabra:

"Bienvenid@"

Una bienvenida siempre da buena confianza.

"¿Quiere registrarse y pasarlo bien? ¡Es muy sencillo!"

Leo después, y justo debajo varias opciones en las que se encuentran registro o inicio de sesión. Pulso sobre la opción de registro y en un pestañear ya me encuentro registrándome en la aplicación. Hay un detalle que me ha llamado la atención, me advierten de que ningún usuario verá mis datos, por seguridad para todos, lo cual agradezco.

Comienzo el registro colocando mi nombre y apellidos, así que escribo Asher Jackson en el lugar correspondiente. Posteriormente, me piden el lugar de dónde provengo, ahí pongo Kansas City, Misuri. En el apartado de edad, coloco veinticuatro, y después continúan pidiendo datos como mi documento de identidad y aceptar términos, lo típico. Finalmente, debo elegir un apodo, lo único que será visible. Nunca he tenido un apodo, siempre me han llamado por mi nombre.

¿Qué debería poner? No me agrada tener el típico apodo como "chico misterioso" o "anónimo". Tiene que ser algo que no de ninguna pista sobre quién soy, al fin y al cabo, soy una estrella de fútbol, alguien muy conocido, que muchas personas se obsesionan hasta tal punto en el que me conocen mejor que yo mismo.

Una estrella... de fútbol... Una estrella. Lo que han estado repitiéndome durante tantos años en lo que llevo de vida.

Sin darle muchas más vueltas, coloco el apodo donde corresponde, y tras darle a aceptar, en la pantalla aparecen dos opciones: Ser el capricho o buscar un capricho.

Pienso detenidamente en cada opción. ¿Qué es lo que busco? ¿Pasar una noche con una desconocida? ¿Pero qué ocurriría si me descubriera? Yo no podría poner mis propias normas, por eso es mejor la otra opción, ser el capricho.

A continuación, me hacen preguntas sobre qué es en lo que estoy interesado, supongo que esto servirá a las chicas a encontrar a una persona que se ajuste a sus gustos, lo cual me parece bien.

"Enhorabuena, ahora estás en la lista de caprichos. Espera a que alguien te solicite."

Ahora debo esperar a que alguien se interese por mí, supongo. No está mal el sistema.

Continúo viendo la película de la que desconozco el nombre y que no me puede importar menos en estos instantes, hasta que mi móvil avisa de una notificación. Lo vuelvo a coger y al encenderlo, veo escrito lo siguiente:

TheSweetGirl acaba de solicitarte como su capricho.

Qué rapidez. No esperaba que fuese tan usada, pero por lo visto tiene algo de fama. Antes de aceptarla, decido pensar cómo quiero que sea, qué debo hacer para hacerlo. No puede ser aquí, en casa, y tampoco creo que sea bueno estar en sus terrenos. Así que, un lugar neutral y digno es lo que busco, por lo que descarto los apartamentos o moteles. Un hotel estaría bien, pero tampoco de cinco estrellas, con cuatro será suficiente. Busco en internet hoteles en Kansas City, y reservo habitación en el Houston Plaza Kansas City Downtown.

La idea de las máscaras estaba bien, pero no es mi estilo, me sentiría incomodo, y podrían ocurrir algunos inconvenientes, como que en un intento me la consiguieran quitar. Quizás lo mejor es que sea a oscuras, de esa manera no podrán saber quién soy.

Tampoco quiero que haya preguntas acerca de nombres, aunque mencionara solo mi nombre, podrían atar cabos y acabar descubriéndolo. Así que nada de preguntas personales, solo una acción entre desconocidos, es lo mejor.

Con mis normas ya claras y pensando en todo lo que pudiera ocurrir, decido escribirlas aparte para tenerlas a mano y escribírselas a todas las que me soliciten como su capricho. No tengo ni idea de cómo va a salir todo esto, es posible que ni si quiera me guste la experiencia, quién sabe. Pero, ¿por qué no intentarlo?

Finalmente, no estuvo nada mal quedar con una chica misteriosa, respetó todas mis normas y ambos disfrutamos de lo que nos podíamos dar el uno al otro, y sin más, salí de allí dejándole la habitación para ella sola. No puedo quedarme a dormir, si me quedara dormido, podrían encender la luz o ver mi rostro sin que me dé cuenta, es arriesgado. Así que, en todas las veces siguientes a la primera, decido hacer lo mismo, dejarlas dormir después del placer.

Acabo de llegar de una sesión de fotos, una entre tantas. Seré la próxima imagen de una marca deportiva bastante famosa. Tengo pendiente más sesiones, pero con diseñadores famosos en el mundo de la moda, lo cual a veces me exaspera, pero el trabajo es trabajo y mi manager no deja de buscármelo para que nunca tenga tiempo libre. Así que, tras un día largo, decido darme un respiro y estar disponible en WhimApp. Reservo de nuevo mi habitación habitual y espero a que alguien me elija. No pasa demasiado tiempo cuando alguien a lo ha hecho.

Sacher acaba de solicitarte como su capricho.

Curioso apodo.

Lo acepto casi al instante y le mando el primer mensaje, como de costumbre.

Star: Hola, guapa

Espero paciente a que conteste, aunque está tardando demasiado para lo que estoy acostumbrado con otras veces atrás. Pero entonces lo hace:

Sacher: Hola, ¿qué tal?

¿Me está preguntando como estoy? ¿Acaso le interesa saber cómo estoy? Solo quieren follar, no saber cómo me encuentro. Sin embargo, puede ser que quiera ser educada, o primeriza en esto.

Star: Bien. Puedo quedar en una hora, ¿te viene bien?

No le doy muchas más vueltas y contesto algo seco, pero prefiero ir al grano en esto, así que pego lo que siempre les digo a todas para que conozcan mis normas.

Star: Antes de nada te explico mis normas. Te voy a dar la dirección de un hotel, yo estaré en una habitación, en recepción te dejaré una llave. Una vez llegues, no puedes encender la luz, solo lo hago a oscuras, y nada de preguntas personales, ni si quiera mi nombre real, tampoco quiero saber nada sobre ti, así es más sencillo. ¿De acuerdo?

Hay muchas que se han echado atrás porque no les parecía bien hacerlo a oscuras, lo cual respeto, por eso advierto antes de nada.

Sacher: Me parece bien. ¿Dónde se encuentra el hotel?

Star: Houston Plaza Kansas City Downtown. Solo di tu apodo en recepción y te darán la llave. Quedamos a las 23.00h"

No intercambiamos más palabras y salí de mi casa dirección al hotel, como siempre lo había estado haciendo. Como es evidente, iba disfrazado, una gorra, capucha, y gafas de sol. No quiero imaginarme lo que prensa diría de mí si me viera entrando en el hotel a sabiendas de que vivo en la ciudad, se desataría el caos y probablemente me echarían del equipo.

Una vez ya en la habitación, me preparo para la llegada de la desconocida de esta noche. Cierro cortinas y apago las luces, ya solo queda esperar a que llegue.

He de admitir que he sido un poco mala por no poner la continuación del anterior.

Zoy bruha 🧝🏼‍♀️

¿Pero qué os ha parecido la vista de Asher de todo esto?

Cuentenmeee 🥴

Oz quiero, mañana otro sí o sí, ñeeeh💜