Capítulo 18
Han pasado unos días desde que me sinceré ante James y me siento mucho mejor, la verdad. Es como si me hubiera quitado un peso de encima, aunque una pequeña parte de mí quiere volver a verle y besarle, pero debo aceptar que eso no ocurrirá, mintió. No debo estar con las personas que me mienten, Sky, a ver si te lo metes en la cabeza. Aunque es extraño que no haya vuelto a llamarme o mandarme mensajes en estos días, supongo que no sería tan importante lo que me tenía que explicar o quizás yo no soy tan importante como para molestarse. Además, ¿qué iba a decirme? ¿"Me gustaba estar contigo mientras sigo quedando con otras chicas"? Porque no hay más explicación.
— Oye, Sky —interrumpe mis pensamientos mi querida jefa—. Últimamente te noto como distante, no estas como de costumbre, lo cual es raro en ti. ¿Ha ocurrido algo? ¿Tu familia está bien?
— ¿Eh? No, no, puedes estar tranquila, todos están bien.
— ¿Entonces? ¿Las clases? —Niego con la cabeza mientras me dedico a limpiar el mostrador para intentar distraerla—. ¿Es ese chico que estabas conociendo?
— ¿No te has cuestionado lo de dedicarte a ser psicóloga? —cuestiono dando a entender que ha dado en el clavo.
— No me metería a estudiar eso ahora ni muerta. ¿Qué ha pasado?
— Nada, es solo que queremos cosas distintas.
— Ay, niña, los jóvenes de hoy en día sois demasiado complicados. Si no quiere lo mismo que tú pues él se lo pierde, algún día lamentará haber tomado esa decisión. Y tú seguro que conocerás a alguien con quien pasar el resto de tus días, mientras, piensa en que la Navidad está a la vuelta de la esquina y tenemos que planear qué dulces navideños haremos. Ya tienes entretenimiento. ¡Tengo tantas ganas de Navidad! Podría hacer cupcakes del Grinch, ¿qué te parece? Podría ponerles manzana... —cavilo llevándome una mano a mi barbilla y arrugando el entrecejo.
En Navidad siempre voy a casa de mis padres en las fechas clave como Noche Buena, nos reunimos todos y abrimos los regalos que hay bajo el árbol, que suelen ser un montón. En Navidad, salía con Finn a almorzar y abría su regalo, al principio eran regalos que sabía que iban a ilusionarme, pero en los últimos años siempre fue la misma colonia. Y, por último, Noche Vieja, cena en familia de nuevo con la excepción de que Finn me acompañaba.
Estas fiestas, por supuesto que serán distintas, aunque seguiré asistiendo a las reuniones familiares con toda la ilusión que eso me genera. Sin embargo, Kenzie va a visitar a su familia, pasar tiempo con el chico de los hinchables al que estaba conociendo y por no hablar de sus numerosos eventos que terminar, es compresible que no tenga muchos días para estar conmigo. Pero no me supone un problema, yo debo estudiar para los exámenes, los cuales llegarán tras la Navidad, y debo estar preparada. No puedo permitirme un solo suspenso o eso encarecerá aún más la matrícula y no me quedaría de otra que pedirles a mis padres algo de dinero.
Termino de trabajar al medio día, y ya se cortaron las clases, así que tengo toda la tarde para mí, lo cual estaba deseando. Adoro las tardes lluviosas, como la de hoy, en la que estoy al calor de la estufa y me dedico exclusivamente a leer novelas de amor o ver películas. Pero hoy tengo otra misión, estoy buscando recetas para preparar en la pastelería estas navidades. Quiero buscar novedades y diseños nuevos, el año pasado mis cupcakes navideños fueron un éxito y es la clave para tener ventas. Debe de ser algo que todo el mundo conozca, pero que tenga un sabor diferente y delicioso.
Escucho el timbre de la puerta, lo que interrumpe mi búsqueda, dejo el portátil a un lado y me dirijo a abrir. Supongo que será Kenzie, aunque me dijo que si llovía lo más seguro es que no se pasaría, pero puede haber cambiado de idea.
Abro un poco la puerta, pero rápidamente la cierro al darme cuenta de quién se trata.
Es James.
Mi corazón comienza a bombear muy deprisa y siento cómo me sube la temperatura de mi cuerpo. Estoy totalmente atacada, desearía haber mirado por la mirilla antes y haber fingido que no estaba en casa. Me echo sobre la puerta y rezo con todas mis fuerzas que se le ocurra marcharse por donde ha venido.
— ¡No, Sky! Abre, por favor —dice al otro lado calmadamente.
— No quiero verte —contesto de la misma forma.
— He venido porque tenemos una conversación pendiente y lo sabes.
— Yo no la he pedido, así que no tengo nada de lo que hablar contigo.
¿Por qué tuve que traerlo a casa? Si hubiéramos quedado en la suya desde el principio, no estaría teniendo estos problemas, así que será algo que aplicaré en el futuro con otro chico, cuando sepa todo sobre él y no me esté engañando.
— ¡Lo sé, pero es importante que lo sepas! —da un golpe en la puerta, pero inmediatamente baja la voz de nuevo—. Por lo menos para mí, por favor solo escúchame.
— No me interesa, vete.
— Sky, no pienso irme de aquí hasta que me escuches. —Hay un silencio de unos segundos—. Lo digo enserio, me puedo quedar aquí el resto de la tarde y noche, incluso al día siguiente, no tengo nada más importante.
— ¿Por qué complicas tanto las cosas? Vete, de verdad, no quiero verte. ¿Es tan difícil de cumplir? ¡No quiero verte!
— Escuchar no es nada comprometido, por favor, si no te parece bien, me iré y no volverás a verme, te lo prometo.
Mi respiración se encuentra totalmente agitada, no sé qué hacer, incluso pienso en llamar a la policía, pero llamaría la atención entre los vecinos por una tontería.
— Sky, te echo de menos, déjame verte, aunque sea una vez más...
— Pues deberías haberlo pensado mejor cuando decidiste mentir en mi cara. Si tanto me echas menos, no seguirías usando esa aplicación.
— Ya no la uso, puedo enseñarte mi móvil, la aplicación está desinstalada.
— No me interesa verlo, ya no es de mi incumbencia.
— Sky... por favor... Dime qué puedo hacer para que me escuches.
Suspiro profundamente, dejando salir todo el aire por mi boca. Si no le presto, aunque sea una mínima atención, no se va a dar por vencido y sé que cuando dice que se quedará ahí hasta mañana puede ser cierto. Quizás deba dejar que se explique y terminar con esto de una vez por todas, solo es un paso más.
Al final decido abrir y lo hago lentamente. Él se queda parado hasta que le invito a entrar con un gesto, saca una leve sonrisa y entra tímidamente.
— Estás totalmente mojado... —le miro de arriba abajo.
— He estado un rato bajo la lluvia, esperando a que alguien abriera la puerta del edificio, porque sabía que tú no lo harías.
— Te vas a constipar.
— No importa —se encoge de hombros.
— ¿Qué dices? Pero si hasta estás tiritando. No quiero que, por mi culpa, pilles un mal resfriado. Anda, quítate lo que esté mojado y dámelo. —Abro la mano para que haga lo que le digo.
— Está bien —se quita la chaqueta, la sudadera y los pantalones.
Se queda en calzoncillos y después de tantas veces que lo he visto sin ropa, sigo sorprendiéndome por su físico.
— Espera en el salón, hay calefacción y te traeré ropa.
Voy hasta mi habitación, cojo unos pantalones de chándal que tenía guardados, además de una camiseta interior de manga larga y blanca. Con todo en mano, vuelvo hasta él y se lo ofrezco.
— Ten, creo que te estarán bien.
— ¿Cómo que tienes ropa de hombre?
— Son de mi ex, se lo ponía para dormir, pero fue hace mucho tiempo.
— Ah, entiendo —dice no muy ilusionado, pero la pone sin rechistar.
— Siéntate en el sofá, enseguida vuelvo.
Tiendo su ropa para que se seque y preparo chocolate caliente para los dos. Una vez lo sirvo en tazas, las llevo hasta el salón, donde se encuentra sentado y algo nervioso, puedo verlo. Le ofrezco la taza y parece estar sorprendido, pero finalmente la acepta.
— Ten cuidado, está muy caliente, pero te sentará bien.
— Gracias.
— Bien, una vez todo está correcto y he podido evitar que pilles una gripe, puedes decir lo que tengas que decirme —me siento a su lado dejando la taza en la mesita.
— Bueno... —carraspea—. Comenzaré por el principio. Hace algún tiempo conocí la aplicación WhimApp y si me lancé a usarla fue porque estaba harto de sufrir. Porque sí, me han roto el corazón varias veces e incluso las mismas personas, soy tan idiota que les doy otra oportunidad para después volver al mismo punto. Así que desistí de intentarlo más. Pensé que, si usaba esa aplicación, por lo menos me distraería de todo un poco. Pero nunca pensé que una chica de las que me solicitaba, podría llegar a interesarse por mí aun sin ver mi apariencia. Y joder, pasaron meses en los que solo te aceptaba a ti, no quería a nadie más. Lo pensé varias veces cuando me dijiste que no volverías, incumplía las normas que me protegían, pero por volver a tenerte cerca, hice todo lo que pude y te juro es la mejor decisión que he tomado en mi vida. Siendo totalmente sincero, lo que hemos vivido tú y yo no lo cambiaría por nada. Todo ha ido bien hasta que me preguntaste si teníamos las mismas intenciones porque tú lo tienes claro, pero yo necesitaba pensarlo bien porque... —Queda pensativo, como si no encontrara palabras para expresarse.
— Porque no quieres que te rompan el corazón de nuevo. ¿No?
— Sí... Exacto. Aunque también entran otros factores de mi vida. Tenía miedo de que, si aceptaba lo que me decías, todo volviera a ser como siempre y que acabara antes de lo que me gustaría.
— Pero, ¿y por qué volviste a la aplicación? ¿Por qué me mentiste?
— No te mentí, Sky, no la estaba usando. Pero después de aquel día estaba hecho un lío y pensé que, si volvía a usarla una vez más, me daría cuenta de lo que realmente quiero y siento. No sé, mi plan era quedar con una chica y comprobar si era capaz de seguir con eso para adelante o de lo contrario, frenar. Lo siento. Ha sido una mala idea, y te prometo que solo acepté aquella noche y ya sabes que no hice nada. Tampoco tienes por qué perdonarme, entiendo que no quieras verme más, estás en tu derecho. Pero voy a pedirte una última cosa si me lo permites.
— Adelante —levanto la mano para darle el permiso.
— Que me des otra oportunidad, porque todo esto me ha hecho darme cuenta de muchas cosas, y una de ellas es que no puedo estar sin ti, quiero que lo intentemos, estoy dispuesto a hacer lo que me digas. En otras palabras, me gustas mucho, Sky, más de lo que crees y quiero que probemos a ser algo más serio. Estoy seguro de que esta vez va a ser diferente, porque tú lo eres.
😳 MUEROOOOO 😳
Aysss
¿Qué le dirá?
¿Será capaz de perdonarle?
Aunque sabemos algo que ella no, ¿se lo desvelará?
AAAAAA
Espero que os esté gustando hasta ahora, os agradecería vuestros votos. Comentad vuestras reacciones, me encantan. Y me haría muy feliz la difusión de esta humilde historia.
Os amo, no lo olvidéis, ñe 💜🧝♀️
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