Capitulo 16
Quizás estar enfadada no es la palabra adecuada. Puede que decepcionada. Tampoco puedo pretender que todo sea justo como quiero o como me imaginé en mi mente que sería. No tengo por qué hacer un drama de esto, solo debo esperar y ver que ocurre, tal vez lo esté pensando y me dé una respuesta más clara la próxima vez.
Él me abraza por la espalda y yo no digo una sola palabra más, ni si quiera me muevo. Es como si temiera romperme.
— Es aun temprano, ¿no quieres ver una película? —cuestiona sobre mi oído. Sin embargo, no muevo ni un músculo—. ¿Sky? ¿Pasa algo?
— Nada, veamos una película. —Procedo a levantarme, pero él me agarra de la muñeca y vuelve a sentarme en la cama.
— No, no quiero que estés molesta conmigo.
— No estoy molesta.
— Entonces... ¿qué te pasa? ¿Es por lo de tú y yo?
— ¿Crees que lo pensarás al menos? No sé, ¿tengo algún tipo de... esperanza? O una razón por la que deberíamos seguir quedando en este plan. Porque ya te dije que esto que tenemos —señalo a ambos con mi dedo de forma intercalada—, no es algo para siempre. Si es tu rollo, me parece bien, pero entonces yo me bajo del coche.
— No es mi rollo, créeme. Déjame que lo piense bien y entonces te lo diré. Lo prometo.
— Bien —asiento forzando una sonrisa—. Una cosa más.
— ¿Qué?
— ¿Has seguido usando la aplicación estas semanas?
— No. No la he usado.
— Vale. Bueno, busquemos una película —propongo algo más contenta. Me levanto de la cama buscando algo qué ponerme encima y es evidente que iba a ir a por su camiseta, además de mis bragas.
Ponemos la tele una vez tumbados en el sofá de su sala de estar, nos hemos esmerado en buscar una interesante pero finalmente la hemos dejado de lado cuando comenzamos a besuquearnos. Tiempo después, nos quedamos dormidos abrazados, aunque yo soy la última en hacerlo porque he descubierto lo mono que es mientras duerme, me encantaría sacarle fotos.
El estridente sonido que hace mi despertador en el teléfono provoca que me despierte como cada mañana a las seis y media. Sin embargo, no estoy en mi cama precisamente, de hecho, estoy en un sofá y no está en mi casa. Doy un salto en cuanto he procesado toda la información y es que voy a llegar tarde a clase si no me empiezo a mover. Como es evidente, James, se despierta con mis movimientos y esta tan desorientado como lo estaba yo hace un momento.
— ¡Tengo que ir a clase, pero antes debo ir a vestirme a mi casa! No voy a llegar.
— Yo te llevo —habla James aun con sueño.
— No quiero molestarte, seguro que hay autobuses...
— No es molestia —interrumpe—. Me visto y vamos.
— Gracias —sonrío y me acerco para besar sus hinchados labios mañaneros.
Finalmente llego con quince minutos de retraso, pero como él se ofreció a llevarme, no llegué tan tarde como esperaba y sé que le debo una.
Durante el resto de la semana no he vuelto verme con James, aun así, no hemos dejado de mandarnos mensajes, unos son rutinarios dándonos los buenos días o las buenas noches, otros son cariñosos y algunos bastante calientes. Sé que no debería entusiasmarme, pero es que creo que mis sentimientos hacia él van en aumento y no tengo ni la menor idea de cómo frenarlos.
¿Qué va a ser de mí?
— ¡Kenzie! No pienso ponerme eso.
— ¿Por qué no?
— Porque no es mi estilo, solo llamaría la atención.
— Oh, por el amor de Dios, Sky, porque enseñes el ombligo no quiere decir que vayas llamando la atención. Pruébatelo.
— Si tanto te gusta, cómpratelo tú.
— Tengo varias como esta. Venga algo tendrá que haber en todo el centro comercial que te guste.
— Sí que lo hay, mira este pantalón —le muestro sacándolo un poco del perchero.
— Diría que tienes otro igual —espeta cruzada de brazos.
— No, porque este tiene rotos justo aquí.
— ¡Oh, vaya! Rotos en el pantalón sí, pero enseñar el ombligo no —se queja mientras yo suelto una carcajada.
— Oye, voy a por un café, ¿quieres uno? —me ofrezco.
— Sí, por favor, ya sabes cómo me gustan. Me quedo buscándote ropa y te la vas a probar.
Ruedo los ojos con una sonrisa. Acudí a mi amiga para que me aconsejara con la ropa. Después de aquella cena con James me di cuenta de la poca importancia que le doy a lo que llevo puesto y que, en su gran mayoría, es de cuando era adolescente. Así que, quizás este mes deba destinar parte de mi sueldo en un par de conjuntos nuevos.
Salgo en busca de los cafés. Dirección a la cafetería más cercana, me parece ver a un chico que se parece mucho a James. Sin las dichosas gafas veo muy poco de lejos y no puedo diferenciarlo, pero estoy casi segura de que es él. Me acerco un poco más pasando entre las personas que pasan el día de compras hasta que mis sospechas parecen ciertas, pero de un momento a otro lo pierdo entre tanta gente. Iba con una de sus particulares gorras y gafas de sol, pero ya sé perfectamente cómo detectarlo. Estoy a punto de mandarle un mensaje informándole de que estoy en el mismo centro comercial que él, cuando alguien me empuja provocando que casi se me caiga el móvil de las manos. Cuando me quiero dar cuenta, todo el mundo parece muy alterado.
— ¡ASHEEEER! —escucho gritar a varias personas.
— ¡Eh! ¡Jackson, una foto! —gritan otros a lo lejos.
¿Un famoso? Solo he tenido un par de oportunidades de ver a personas famosas y todas asistieron a la pastelería de incógnito, aunque Donna las reconoció al instante.
Me aparto del camino para evitar que la estampida de personas me arrolle y pongo rumbo a la cafetería. Allí los trabajadores conversan que se trata de un jugador de fútbol y que lamentan no poder salir a verle por estar trabajando. Tras un rato, salgo con ellos en la mano y me dirijo a la tienda donde mi querida amiga sigue buscándome ropa, nunca se da por vencida.
— Kenz, hay un futbolista por ahí.
— ¿Enserio?
— Sí, Jackson, creo.
— ¡No me digas! —exclama con los ojos bien abiertos.
— Sí. ¿No irás a dejarme aquí tirada por verle la cara a un futbolista?
— No, boba. Aunque tenga todas las ganas de hacerlo —admite solo para fastidiarme.
— Anda, ten tu café.
— Gracias —lo coge y abre un poco la tapa para comprobar que es lo que esperaba—. ¿Sabes qué?
— ¿Qué?
— He escuchado a unas chicas hablar sobre la misma aplicación que usaste tú y me he acordado de ti —levanta las cejas varias veces.
— Tú también la has usado, bonita, y recuerdo que fuiste la que me la recomendó.
— Sí, pero una vez.
— Es igual —rodeo los ojos a lo que ella responde con una carcajada.
— Oye, por lo menos eso te ha llevado a conocer al chico con el que te acuestas eventualmente.
— ¡Kenzie! ¡Shh! —la regaño esperando a que nadie haya escuchado nuestra conversación.
— ¿¡Qué!? A nadie de aquí le importa tu vida, nena. Y volviendo a lo de ese chico, ¿sabes si sigue usando la aplicación? Porque si la sigue usando, está claro cuáles son sus intenciones.
— Se me pasó contarte esa parte. Sí se lo pregunté y lo negó al instante.
— Hmm... Bueno, mientras te de lo que quieres, qué más da.
Lo que ha dicho Kenzie hace un momento me hace pensar. Él dijo que no, pero... ¿Y si resulta que no es así?
— Eh, ¿y esa cara? —cuestiona mi amiga con escepticismo, entre cerrando los ojos.
— No es nada.
— No estarás pensando en comprobarlo, ¿no?
Puede que no tenga por qué hacerlo, quizás confiar es lo más correcto, pero no puedo soportar la posibilidad de que me esté mintiendo. Ya me han mentido antes y me sentí como una mierda, no quiero volver a pasar por lo mismo. Kenzie me ha llamado psicópata, y no lo voy a negar, no es muy normal. Pero, tampoco es ningún delito solo volver a instalarme la aplicación y comprobarlo, ¿no? No sé qué terminará ocurriendo, quizás sea cierto lo que dice, pero hay algo en él que no me da muy buena vibra, sé que me oculta algo y lo más probable es que sea esto.
Me siento preparada para todo lo que pueda ocurrir. Sé que la que peor va a salir, voy a ser yo, pero estoy dispuesta a asumirlo.
Kenzie me acompaña a mi casa y ella decide estar conmigo durante el proceso, así que abre una botella de vino barato y nos sirve dos copas mientras yo descargo la aplicación WhimApp. Ahora mismo estoy mucho más nerviosa que la primera vez, y siento como si fuese a violar su intimidad. No soy una persona que mire los mensajes o las fotos del móvil de mi pareja, tampoco me dedico a oler ropa, siempre he confiado y a la vista está. Esta es la excepción, pero he decidido por una vez en mi vida hacerlo, por mí y por nosotros.
Una vez que Kenzie está a mi lado, saco el móvil para desbloquearlo. La aplicación vuelve a estar en mi pantalla de inicio como hace meses. Pienso de nuevo en lo que estoy haciendo, por un momento dudo en si hacerlo o no, pero decido finalmente no darle más vueltas y entrar.
"Bienvenid@"
Es lo primero que aparece al entrar en ella. Pero eso cambia y me muestra en la pantalla:
"Iniciar capricho"
Y justo debajo:
"¿Quiere registrarse y pasarlo bien? ¡Es muy sencillo!"
Pongo la yema de mi dedo sobre la opción de registro, como ya lo hice la primera vez que entré. A continuación, aparece el logotipo de la aplicación y seguidamente las advertencias, pero nadie me advirtió de que iba a empezar a sentir algo por uno de mis caprichos y mucho menos pensar que sigue usante esta dichosa aplicación. El primer requisito es mi nombre y apellidos, no sé muy bien si debería poner mis datos o inventármelos.
— Pon los míos, mis datos, probablemente mi cuenta esté borrada, ha pasado mucho tiempo —idea Kenzie a mi lado.
— De acuerdo, entonces todo tuyo —le paso el dispositivo.
Kenzie le da un último trago a la copa de vino y procede a poner todos sus datos bastante concentrada. Mientras yo, le doy un primer trago al vino, se nota que es de mala calidad, es todo lo que podemos permitirnos.
— ¿Qué apodo ponemos? —cuestiona aun con el móvil en mano.
— No podemos poner ninguna guarrada, parece sospechoso o quizás no le guste. Algo que sea más común.
— ¿Qué te parece "LondonGirl"? Es sencillo y además indica que podría ser de Londres, y eso suele gustar —sugiere la rubia.
— Bien, me gusta, tu mente es brillante Kenz y te envidio por ello —vuelvo a coger el aparato.
Con nuestro apodo seleccionado, entro en el feed de la aplicación dónde puedo elegir si ser el capricho o seleccionar el mío. Como es evidente, le doy a elegir mi capricho y pronto aparece el cuestionario sobre lo que estoy buscando, intento recordar todo a lo que seleccioné la primera vez. Finalmente aparece lo que estaba deseando ver, la lista de todos los usuarios disponibles. Miro a Kenzie y ella a mí y es como si las palabras sobraran. Estamos nerviosas por lo que podamos ver, así que no me demoro más y empiezo a bajar la lista hasta la letra "s". Una vez llego a esa sección, los miro detenidamente, uno por uno, aunque hay demasiados. Cuando llega la letra "t", no puedo evitar soltar un suspiro. Pero, de igual forma, doy otra vuelta, estaba nerviosa y puede que me haya saltado a unos cuantos. Esta vez tardo más en repasar lista, los leo uno por uno detenidamente y asegurándome de que no me salto ninguno. Entonces, cuando leo "star" en la pantalla y siento como todo se me viene encima. Es una sensación en la que sientes que tu cuerpo se ha dormido un instante, y cosquillea volviendo a sentir de nuevo poco a poco.
— Kenzie, está aquí, es él —digo casi en un susurro, no me sale la voz.
— ¡¿Enserio?! Dios, vale, está usando la aplicación, así que te ha mentido. Qué fuerte —exclama Kenzie abriendo muchos los ojos y llevándose una mano a la frente intentando pensar con claridad—. Quizás deberías aprovechar a LondonGirl, para así darle una lección. No sé, que se lleve el palo de su vida o algo así.
— Kenzie, me ha mentido —enuncio sin haber escuchado con claridad las palabras de mi amiga porque solo puedo pensar en las de él, cómo me mintió en mi cara y dijo que no la había usado más.
— Está bien, esto es una mierda, lo sé. Siento que te haya pasado esto, Sky.
— ¡Me mintió en mi cara! —reacciono alborotada—. ¡No puedo creerlo!
— Y por eso deberías hacer algo.
— ¿Qué quieres decir?
— Vas a hablar con él con este apodo y vas a quedar con él. Cuando llegues allí, le puedes soltar todo lo que se te venga a la cabeza y te largarás con la cabeza bien alta.
— Parece un gran plan... ¡si yo fuera tú! ¿De verdad me crees capaz de ir allí y soltar todo lo que he sentido?
— Sí, Sky, eres capaz. No necesitas ser yo, puedes hacerlo a tu manera. Además, iré contigo y esperaré abajo. ¿Qué dices?
— Tienes razón —afirmo estirando mi cuerpo y poniéndome de pie—. Y lo mejor es cerrar esto cuanto antes, dejar las cosas claras y olvidarme.
— Bien, pues solicítale.
Al pinchar en su usuario, me envía a su perfil con las opciones: "Eres mi capricho", "Chat" y más pequeño, "Bloquear". Elijo la opción correcta y espero a que él lo acepte mientras me termino la copa de vino, aunque Kenzie insiste en echar más, afirma que me ayudará y lo cierto es que empiezo a sentirme más atrevida.
Star acaba de aceptar ser tu capricho.
Suena mi móvil con esa notificación, lo que me da bastantes recuerdos. Pronto suena de nuevo.
Star acaba de enviarte un mensaje: "Hola, guapa"
¿Siempre les dice lo mismo a todas? Dios, he sido muy tonta. Entro en la conversación y comienzo a teclear ante la atenta mirada de Mackenzie.
LondonGirl: ¡Hola! ¿Te apetece quedar?
Escribo sin pensar, me siento como si realmente fuera LondonGirl, una chica que se siente como yo hace unos meses, pero ella es más atrevida. Entonces contesta:
Star: ¡Claro! Puedo quedar en media hora, ¿te parece bien?
Star: Antes de nada te explico mis normas. Te voy a dar la dirección de un hotel, yo estaré en una habitación, en recepción te dejaré una llave. Una vez llegues, no puedes encender la luz, solo lo hago a oscuras, y nada de preguntas personales, ni si quiera mi nombre real, tampoco quiero saber nada sobre ti, así es más sencillo. ¿De acuerdo?
Está claro que es un copia y pega, debe tenerlo escrito en sus notas, es lo mismo que me dijo a mí, lo recuerdo perfectamente. Pero ahora que sé que clase de chico es, no me parece que sea extraño, solo quiere sexo, y aunque lo hace increiblemente bien, es normal que decidiera hacerlo a oscuras, para no tener ninguna atadura o relación.
LondonGirl: Me parece bien. ¿Dónde se encuentra el hotel?
Segundos después, contesta con la misma dirección de siempre.
Star: Crowne Plaza Kansas City Downtown. Solo di tu apodo en recepción y te darán la llave. Quedamos a las 23.00h.
Bien, James, veremos como te sienta que te demuestren lo mentiroso que eres.
🔥Ay, señor, se ha liado🔥
¿Qué pasará?
Y porque aún no conoce el verdadero secreto 😈
Espero que esteis disfrutando, dejadmelo saber con una estrellita y un comentarios si queréis 🥰💜
PD: ¡¡STAR ha llegado a 1k!! Que alegría ver a gente por aquí, de verdad que me hace muy feliz y doy las gracias por pasaros a leer mis ideas. 💕 🧝♀️
PD 2: Sé que estos días no estoy subiendo muy seguido, estoy en época de exámenes en la Uni, y a pesar de tener ya capítulos para subir, me gusta llevar un margen mientras voy escribiendo. Así que iré un poco más lento subiendo hasta que acabe con los exámenes. 🕯🕯
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