En marcha
—Por qué me haces esto —susurró el demonio dejando caer la cabeza sobre el hombro de Aziraphel—. No es justo.
—La vida no es justa querido
-Entiendes que yo daría mi vida por ti.
-por eso mismo querido, tu vida vale más que la mía, y no soportaría perderte.
- ¿y crees que yo sí?
-sabes a que me refiero Crowley. Por favor, prométemelo. – dijo mirando al demonio de una forma tierna, pero con preocupación.
-eres muy persuasivo ángel, ¿lo sabias? – Crowley suspiro alto e inclino su cabeza hacia atrás resignado, el aria lo que fuera por su ángel – Lo prometo.
-Gracias querido.
Aziraphel lo beso en la mejilla, ahora que le había prometido no ponerse en riesgo, su tranquilidad regreso, no sabía exactamente qué era lo que Metatron estaba por hacer, pero estaba seguro que si Crowley se mantenía a su lado, podría solucionarlo
El demonio se acerco a él y tomo aire antes de que sus labios rozaran los suyos.
Su boca sabia a vino y así ambos pudieron disfrutar de una mezcla entre dulce y amargo.
El contacto era suave en un principio, pero luego, como si necesitaran más, se apoyaron contra una pared cercana y se besaron con ansiedad.
Los labios de ambos cálidos y suaves, Crowley tomo por el pelo al peliblanco, juntando más (si era posible) sus rostros, Aziraphel trato de aferrarse a los detalles, siendo así que tardo un instante en darse cuenta de que le estaba devolviendo el beso con la misma ansia
-Aquí hace demasiado calor. Tengo la cara ardiendo. – dijo el ángel tratando de tomar un poco del aire que Crowley le había arrebatado.
-SI, yo también.
-Tenemos que volver a la librería, Muriel está solo.
-A la mierda Muriel.
Sus manos se deslizaron por su cuello. Apretando suavemente su garganta con los pulgares echó la cabeza del ángel hacia atrás. Aziraphel sentía la presión de sus labios contra los suyos, con tal fuerza que impidió salir lo que fuera que estuviera a punto de decirle. Sus manos bajaron hasta sus hombros, rozando sus brazos posándose en su región lumbar. Sentía ligeros escalofríos de pánico y placer. Intentó estrecharlo más contra él, y el ángel le mordía el labio.
-querido, por favor, si sigues así no nos podremos detener y los dos sabemos que hoy no puede pasar. Tenemos cosas que hacer.
-puff ángel, eres un aguafiestas – dijo separadose de el un tanto molesto
-dije que HOY no, pero... – se acercó a él dejando un beso, no tan apasionado como el anterior, pero con la misma esencia – siempre podemos repetir las veces que queramos lo de hoy, ¿te parece?
-Eres bueno tentando, serias un excelente demonio.
-bueno, aprendí del mejor.
Acalorados y un tanto decepcionados regresaron a la librería, para sorpresa del ángel el Bentley ya se encontraba ahí. Cuando entraron no había rastro de Muriel, algo que al demonio no le importo en absoluto, así podría pasar mas tiempo a solas con su ángel.
Pero por su lado Aziraphel estaba preocupado, Muriel no era el tipo de ángel que dejaría un encargo de altos mandos, así como así, tenia que haber una explicación para el abandono de su puesto.
-Creo que es hora de que vuelva al cielo. Metatron últimamente esta un poco muy encima de mi y se me acaban las excusas para mis constantes ausencias.
-oh... tan pronto, pensé que podríamos, no sé beber una copa y platicar un poco
-no hay nada mas que me gustaria que eso, pero tengo que regresar.
-bueno... nos vemos mañana entonces.
-tenlo por seguro.
El ángel se acercó a él y se despidió con un corto beso.
Al llegar al cielo todo estaba extrañamente tranquilo y al salir del elevador se encontró a Metatron hablando con Muriel, este ultimo un poco preocupado y un tanto asustado.
-ah Aziraphel, justo preguntaba por ti, Muriel no me quiere decir nada al respecto pero, se, que haz hecho visitas a la tierra ¿algo de lo que me quieras hablar?
-eh? No, no no es solo que, tengo que vigilar a los mortales para saber si no han hecho algo, ya sabes, diferente a lo que se, todo para que nuestro plan no tenga fallas.
-no esperaba más del nuevo arcángel supremo. Pero, no me engañas Aziraphel. Cuando tú Vaz yo ya vengo de regreso, y se que has estado viendo a tu demonio amigo
- ¿Que? ¡No! Yo jamás...
-aziraphel, aziraphel, siempre tan ingenuo como siempre en serio creíste que tú serías escogido como el arcángel supremo nada más por ser un buen Ángel. No puedo creer que después de tanto tiempo de estar conviviendo con los humanos no hayas aprendido un poco.
Aziraphel quiso decir algo pero de un momento a otro todo se puso oscuro para él.
Muriel por su lado veía como al ángel sus ojos se le tornaron de un morado intenso gracias a que Metatron había hecho algo con sus dedos, no supo exactamente qué era lo que había pasado solo que lo que estaba pasando no estaba bien.
- bien creo que es hora de empezar, vamos aziraphel, es tiempo de que te hagas cargo de tu puesto como es debido.
Metatron se alejó dejando los dos ángeles solos con un esfuerzo sobrehumano Aziraphel tomó un poco del control de sus sentidos solo un ojo había vuelto a la normalidad mientras el otro seguía siendo morado y con todas sus fuerzas labor articular.
- Muriel, por favor necesito que vayas con Crowley y le digas qué es lo que está pasando, estoy perdiendo el control de mi cuerpo, dile.... Dile que ya no hay tiempo.
Sus ojos regresaron al morado intenso y se fue de ahí dejando a Muriel confundido.
A toda velocidad el Ángel bajó a la librería para su suerte el demonio seguía ahí estaba tomando una copa de vino sentado frente al escritorio.
- señor crowley! Rápido tenemos que ayudarlo.
- de qué estás hablando ¿a quién tenemos que ayudar?
-Al señor aziraphel, algo le pasó, cuando llegó, el señor metatrón lo interrogó sobre sus visitas a la librería él lo desmintió pero, de un momento a otro sus ojos se tornaron completamente morados antes de perder el control pudo decirme que viniera a avisarle que ya no había tiempo que lo ayudáramos.
Las piernas de crowley se quedaron sin fuerzas estaba escuchando de boca del Ángel que aziraphel , su aziraphel estaba bajo las garras de metatron y ahora tenía que ir a ayudarlo.
Cómo era posible que en un momento estaban siendo felices olvidando todo lo que había pasado y al siguiente su vida corriera peligro.
Apretó fuerte sus puños y sin disimulo dejó caer una lágrima de su ojo derecho Muriel no lo dejó pasar por desapercibido y se sorprendió al ver aquella lágrima a recorrer la mejilla del demonio.
- ese bastardo deseará nunca haber existido.
Un escalofrío recorrió por el cuerpo del Ángel estaba viendo el despertar de la maldad pura en el demonio.
Una nube negra se posaba alrededor del cuerpo del demonio Muriel no sabía que era lo que estaba pasando pero de lo que sí estaba 100% segura era que fuese como fuese él haría a pagar a metatron por todo lo que había hecho.
Muchas gracias por estar leyendo mi historia
qué les está apareciendo,espero que sea de su agrado
estamos llegando a la mitad de la historia.
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