《IV》
Luego de ver una publicación de Jennie por Instagram, Taehyung guardó su celular e ingresó a su casa.
Estaba agotado mentalmente de la farsa, no sabía qué hacer, se sentía atrapado, sabía que no había una escapatoria a ello.
Su destino era ese, tenía que casarse con Jennie y estaba seguro que una vez lo hiciera sería muy difícil que ella lo dejara libre otra vez.
—¿Estas son horas de llegar? —la voz de su padre, quien se encontraba sentado en uno de los muebles de la sala con las piernas cruzadas, lo sorprendió por completo y un mal presentimiento le atacó la mente.
—¿Pa-papá? —tartamudeó—. Estaba en una fiesta con Jennie...
Una sonora cachetada retumbó en el lugar y el rostro de Taehyung giró hacia su izquierda, producto del impacto. Ni siquiera terminó la mentira a medias que le estaba diciendo a su padre cuando este, se levantó del mueble y fue hacia él como un león embravecido.
—Tu prometida ya me informó que no le diste su lugar —vociferó el hombre con molestia—. ¿Quién te crees Taehyung? Jennie es una mujer perfecta, deberías está agradecido de lo que conseguí para ti.
—Ella estuvo con su amiga, no estuvo sola papá, además tú sabes que yo no la amo, estoy haciendo esto porque tú lo quieres así —se defendió, la mejilla le ardía pero no iba a mostrar flaqueza.
—¡¿Qué son esas boberías del amor?! ¿Crees que yo amaba a tu madre?, pues no. La vida completa es un negocio, no podemos estar deteniéndonos a pensar en cosas tan mediocres como los sentimientos.
El rubio abrió la boca pero la cerró al instante, sabía que no podía desafiar de más a su padre, el tipo era violento y no dudaba un segundo si tenía que golpearlo para "educarlo" como se excusaba cada vez que lo hacía. Debía agachar la cabeza y solo escuchar los regaños, pero ya no podía más y volvió a abrir la boca, decidido a defenderse.
—¡No soy como tú! —exclamó con una furia e importancia que sentía por dentro— ¡Y si tanto te gusta Jennie, pues quédatela y cásate tú!
Su padre lo tomó por los hombros, arrugando su ropa y halándolo con violencia para acercarlo más a él, imponiéndose, intimidándolo y haciendo que Tae se sintiera diminuto frente a su cuerpo.
—¡Claro que no eres como yo! Tú eres una desgracia, una vergüenza. Jamás podrás hacerme sentir orgulloso —le dijo, arrojándolo al suelo—. Eres un miserable, ni siquiera debí dejar que nacieras.
Taehyung solo podía sollozar, aunque quisiera seguir defendiéndose ya no podría, no tenía la fuerza para golpear a su padre, estaba condenado a soportar, lo sabía.
—¡Escúchame bien! —le apuntó con un dedo—. Te casarás con Jennie lo antes posible, no esperaré a que se te ocurra alguna pendejada y tires todo mi esfuerzo por la borda. Lo harás un día después de tu cumpleaños, es mejor que te prepares, en dos meses serás el esposo de ella y por fin tendrás alguna utilidad para mí —dicho esto salió del lugar dejando a Tae completamente destrozado y suplicando porque alguien lo salvará de ese infierno.
—Quisiera llamarlo —comentó Jungkook observando su celular—, pero no sé si sea buena idea.
Hace tiempo había conseguido el número de contacto de Taehyung pero nunca se dignó a llamarle, solo lo acosaba por las redes.
—Haz alguna publicación mejor —le animó Jimin, quien se encontraba junto a él en su casa—, así puedes decirle algo bonito y de paso molestamos a la novia, esa chica me cae gordo.
—¿Viste su publicación en Insta?
—Sí, está loca. Eso solo confirma la falsa que es esa relación, te lo dije. Ese chico nunca se ha visto feliz junto a ella.
—Lo sé, y me encantaría sacarlo de ahí —alzó su vista hacia el cielo, se encontraba junto a Jimin en el balcón de la casa, ambos recortados a la barandilla—, que viera que hay más, que él merece más.
—Te dió fuerte. Pensé que solo estabas encaprichado Kookie.
—Me gusta, en serio lo hace Jimin —regresó la vista al frente, observando el interior de la sala de su casa—. No es un enamoramiento pasajero ni nada por el estilo. Llevo más de un año observándolo, cada pequeño detalle de él me encanta, quiero que sea mi novio, quiero hacerlo feliz.
—Ay mi Kukencio, tan bonito. Entonces ve por él, has que ese osito solo tenga ojitos y corazón para ti.
Jungkook sacó su teléfono del bolsillo, comenzaría a jugar sus cartas y estaba decidido a ganar, y una vez tenga a ese rubio con él, se encargaría de hacerlo tan feliz que jamás este querrá alejarse.
Después de la publicación en su cuenta de Instagram, entró a la casa, dejó su teléfono en la mesita del centro de la sala y emprendió casi una carrera hacia el baño. Luego de unos segundos regresó a la sala.
—Estaba que me hacía pis —comentó, observando a Jimin que estaba acostado ahora sobre el sofá—. ¿Pasó algo?
—Tu teléfono acaba de sonar Kuko, pero no ví de quién se trataba, aunque tuve curiosidad fui un buen chico.
—Yaaa Jimin, eres mi mejor amigo, puedes husmear, no me enojaré.
El azabache tomó el aparato y lo desbloqueó para ver de qué se trataba.
Sus ojos se ampliaron al ver el nombre en la pantalla como una notificación de WhatsApp.
Taehyung, en la oscuridad de su cuarto, observaba las redes, cuando una notificación de que Jungkook había publicado algo nuevo le llegó y abrió la aplicación para verla.
Una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro, estaba sorprendido de lo que sus ojitos veían, por fin después de todo ese mal rato pudo sonreír, estaba solo y triste sobre su cama, sintiéndose miserable cuando la notificación avisó de la publicación de Jungkook.
Ese simple gesto lo hizo sentirse tranquilo, importante y querido.
Recién hoy había hablado frente a frente con Jungkook, pero lo cierto es que siempre lo observaba y cada vez lo encontraba con sus ojos puestos en él.
No era un secreto para nadie que Jungkook estaba más que encantado con Tae, lo que nadie sabía era que Taehyung tenía el mismo sentimiento, pero a diferencia del pelinegro el no tenía la libertad de gritarlo a los cuatro vientos.
Pero sí podía disfrutar un poquito de esa calidez, no iba a desperdiciarlo. Así que decidió escribirle por WhatsApp, Yoongi le había conseguido el número de Jungkook hacía algún tiempo, pero nunca se atrevió a escribirle, hasta ahora.
Taehyung dudó unos momentos si debía ser sincero con este chico, tampoco quería darle falsas esperanzas, porque aunque se gustaran, jamás podrían estar juntos, eso debía dejarlo claro desde ahora. Así que le respondió con sinceridad, recibiendo al instante mensajes de Jungkook contestándole, pero solo leyó los mensajes y pensó por unos momentos si Jungkook de verdad podía ser capaz de ayudarlo a ser libre.
Si Jungkook fuese su ángel de la guarda y su protector, ¿logrará deshacer esta maldición que le impuso su padre? Si eso fuese posible, estaba seguro que no dudaría en correr a sus brazos.
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