Adiós, Hoseok
— ¿Hoy saldrás con Hoseok? — preguntó Jimin viéndome fijamente
— Sí — dije sonriendo a más no poder
Me había levantado muy temprano, alisté lo que me pondría hoy, incluso estuve ensayando con mi peluche lo que diría, incluso practiqué el beso.
— Que vergüenza — dije tapándome las mejillas al recordar la cara que mi papá Jin hizo cuando entró y me vio besando al oso
— ¿Qué cosa? —
— Nada, mejor olvídalo — dije intentando calmar mi vergüenza
— Me alegra que Hoseok y tú vayan a salir — dijo Jimin acercándose a mí — espero que todo salga bien —
— Yo también lo quiero, no sabes desde cuando he soñado con ese momento, nunca pensé que esto pasaría, es como un hermoso sueño, no puedo — dije sintiendo cosquillas en las manos de los nervios
— Ay Jungkook, eres tan dulc... —
— ¿Pasa algo? — pregunté al ver que Jimin no terminó de hablar
— Jungkook, yo... no sé si estoy loco pero... —
— ¿Qué pasa? — pregunté viendo como él miraba atrás mío, iba a voltear para ver de que se trataba pero Jimin me lo impidió
— Jungkook, no sé si es mi imaginación — dijo agarrándome del brazo — pero me pareció ver a alguien detrás de los casilleros del otro lado... pero no voltees, vamos a seguir hablando, quiero ver quién es —
— Está bien... — dije sin entender lo que pasaba
Estuvimos en clases, todo era tranquilo, estuvimos en la cafetería, de nuevo todo era tranquilo, para mí, porque Jimin estuvo todo el día tenso.
— Jimin basta, eso te pasa por ver esos documentales — dije viendo como sacó su celular — te estás poniendo paranoico —
— Jungkook, no me mires, has cualquier cosa y cuando te envíe un mensaje voltea lo más rápido que puedas, creo saber quien es... —
— Está bien — dije viendo mi celular
No pasó ni un minuto para escuchar el timbre de la entrada de un mensaje, rápidamente volteé, viendo todo normal, viendo como algunos comían y conversaban tranquilamente.
— ¿Qué es lo que tengo que ver o buscar? — pregunté volteando a ver a Jimin
— Le tomé una foto, te la envié a tu celular —
Cuando miré mi celular vi el mensaje de Jimin, al abrirlo vi mi foto. Era yo de perfil, no entiendo, solo soy yo, no hay nada fuera de lo común.
— Jimin... solo soy yo — dije viendo como él solo negó
— Mira atrás de tí — dijo señalando un pequeño espacio en mi celular
Atrás de mí se veía una pequeña mancha negra, como el cabello de alguien, no entiendo, tal vez fue una persona que simplemente pasó, no hay nada fuera de lo común o inquietante.
— No entiendo —
— Nos ha estado siguiendo todo el día —
— ¿Quién? —
— No lo sé, solo sé que alguien nos sigue... —
— Jimin, basta, estás muy mal, deja de ver esos vídeos, te alteran — dije poniéndome de pie — voy al baño —
Todo el día Jimin siguió con lo mismo, yo solo lo ignoré, seguí con mis cosas, incluso me estuve mandando mensajes con Hoseok, estaba algo nervioso, era mejor enviarle mensajes, si lo veo a la cara puedo desmayarme de los nervios.
>> Estoy nervioso << escribí sin poder controlar mi sonrisa boba
>> Yo también, no entiendo por qué debemos mandarnos mensajes si estamos tan cerca <<
>> Por que estoy nervioso, bobo << escribí sintiendo mis mejillas quemar
>> Espero que en la cita no sea así <<
>> Voy a prepararme para que mis nervios no sean un problema <<
>> No te preocupes lindo, tus nervios son adorables << leer eso solo hizo que me pusiera más rojo de lo usual, haciendo que golpee mi cara contra la mesa y me ría como loco, un loco enamorado
— Tú también eres lindo — dije en voz baja
A la salida me fui corriendo a casa, debía de alistarme, Hoseok y yo iríamos al cine para ver algo y luego pasear, él vendría a recogerme. Tenía tiempo, cinco horas para alistarme, pero mis nervios me ponían estúpidamente lento.
— ¡AHHH! — grité tirándome a mi cama, estaba muy nervioso
A las siete Hoseok pasó por mí como habíamos acordado.
— Hola — dije abriendo la puerta
— Hola — dijo sonriendo
— ¡Ya vengo papá Jin y papá Nam! — exclamé para cerrar la puerta rápidamente, sabía que pronto saldrían para saber de quien se trataba, no quería que me avergüencen — vamos — dije subiendo al auto que me señaló
Fuimos a ver una película de terror, me asusté mucho, no paraba de gritar, quería salir de la sala, pero sentir la mano de Hoseok encima de la mía hizo que me tranquilizara. La noche fue muy hermosa, nos la pasamos riendo, jugando, comiendo. En serio pensé que sería difícil, pensé que mis nervios no me dejarían poder pasar un buen rato con él, pero fue todo lo contrario, no quería irme, él también quería seguir ahí, era tarde, pero ninguno quería dejar de reír.
— Eres gracioso, me gusta estar contigo — dijo regalándome un peluche de ardilla
— Tú también, a-a mí también me gusta estar contigo — dije viendo el peluche en mis manos, sintiendo mis mejillas quemar, pensé que con todo el rato que llevamos juntos eso ya no pasaría
— Me gustas — dijo acercándose a mí, dándome un beso
○●○●⊙●○●○
Estaba viendo todo a lo lejos, viendo como ese idiota me lo estaba quitando, no iba a permitirlo, no lo iba a dejar.
Estuve todo el tiempo siguiéndolos, viendo todo lo que hacían, sintiendo como la sangre me hervía al verlos, quería hacer de una vez lo planeado. Luego de ver ese doloroso beso que se dieron los vi irse, ambos agarrados de las manos, quería cortar los dedos de Hoseok, uno por uno.
Vi como lo dejó en su casa, era tarde, las once y cincuenta, los seguí en cada movimiento, hasta ver como lo dejó en su casa. De nuevo lo vi dirigirse a la avenida para tomar su auto, yo lo seguí disimuladamente, no podía permitir que alguien sospeche. Este era un vecindario tranquilo, mucho, la gente paraba mayormente en sus casas, no hacían mucho ruido. No había chismosos cerca.
— A-ayuda — dije tirándome al piso, estaba cerca a él, no había nadie cerca, todo estaba oscuro
— ¿En qué puedo ayudarlo? — preguntó acercándose, poniéndose a mi altura
Rápidamente lo agarré del brazo, alzando ligeramente mi mirada, debía llevarlo a un lugar.
— Ne... necesito a mi-mi casa, me duele el pe-pecho, no pu-puedo respirar, necesito mis pastillas — dije fingiendo que me ahogaba
— Pero... —
— A-ayúdame —
— Lo haré —
— Mi-mi celular está en ese pasadizo — dije señalando el rincón oscuro
Me ayudó a ponerme de pie y entramos, justo en ese momento lo empujé.
— O-oye, ¿Qué pasa?, ¿Me quieres robar acaso? — preguntó viéndome fijamente — amigo, ¿Me quieres robar? —
— No quiero robarte, no me interesa tu dinero, y no somos amigos... — dije acercándome a él lentamente, viéndolo fijamente
— ¿Entonces qué quieres? —
— Matarte — dije para rápidamente agarrar el palo que había dejado ahí en la tarde y tirárselo en la cabeza
— Nhg — dijo cayendo al suelo de inmediato
— No debiste meteter con Jungkook — dije agarrando el palo fuerte entre mis manos — él es mío y tú lo has tocado, has tocado a mí Jungkook, y es por eso que te voy a... matar — dije sonriendo, tirándole el palo en la cabeza de nuevo
Podía ver sus intentos por querer hablar, eso solo me daba más risa, era su fin. Podía ver algo de sangre, mucha.
— Mierda, duró muy poco... — me quejé al darme cuenta de lo muerto que estaba luego de unos golpes más
Debía de ocultarlo, me agaché y busqué sus llaves, rápidamente pensé que sería mejor ponerlo en una bolsa en la cabeza, luego subí con el cuerpo, limpié todo en ese oscuro callejón, eché muchos productos, incluso gasolina, debía de borrar todas las huellas o manchas del lugar.
Subí al auto, manejé durante un buen rato, fui hasta un muelle y vi todo a mi alrededor, había gente, pero no mucha, además estaban muy lejos, todo muy perfecto para mí. Puse el cuerpo en el bolante, su cabeza toda cercenada era una obra de arte, encendí el auto, puse a Hoseok en el volante y bajé, lo vi irse de frente, hasta el muelle, cayendo al agua. Rápidamente me puse la capucha y salí corriendo.
— Uno menos. Adiós, Hoseok — dije sintiéndome inmensamente feliz
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