Luego de que se estabilizará el caos que crearon los caídos, la tierra no volvió a ser la misma, las personas se volvieron ambiciosas, el hombre uso la muerte como alternativa, nadie se preocupaba lo suficiente por mirar a su alrededor y los vigilantes empezaron a formar un ejército de demonios y criaturas diabólicas entre ellas: Perros del inframundo de tres cabezas, Sirenas que seducían a los hombres con su canto y su belleza.

También se convirtieron en el socorro de desesperación de muchos hombres y mujeres, ofreciéndole la solución a sus problemas a cambio de servir al líder de todos por el resto de la eternidad.

Cuando el creador me envió a la Tierra en mis planes nunca estuvo ver como cada siglo alguien mataba a esa chica, siempre me ocultaba lo suficiente para que no tuviera ningún contacto conmigo, hasta que un día se me olvidó ocultarme.

Ella tan pura y con una belleza única, pero yo ya no sabía si dentro de mi todavía había algo de pureza, ella tenia un espíritu tan blanco y el mío ya era un gris tan oscuro que no lograba descifrar cual era el color exacto.

No me arrepiento de no haberme ocultado, de lo que me arrepiento es de que no pude haberla protegido esa noche, si tan solo hubiese llegado antes ella no estaría naciendo de nuevo y todo esto es por mi culpa, pero ya ha sucedido tantas veces que no dejaré que se repita no me importa perder mi vida para protegerla.

Ya he fallado lo suficiente es hora de empezar hacer las cosas bien, aunque sea una ocasión más en mi eterna vida.

Aunque esto no sea lo correcto para muchos, no importa; por que es lo correcto para mi.

La vida en la tierra me dio limones, ¿pero saben lo que hice? Se los lancé con más fuerza y le grité : yo quería manzanas no limones y cada vez que me daba los limones se los lanzaba con más fuerza hasta que al final me dio manzanas. Un ser como yo no podría tener ningún problema ¿cierto? Pero todo es tan incierto, y de ello aprendí que la clave está en no rendirse.

Tengo una eternidad en la tierra pero nadie sabe de mi existencia acá. Ya llegó la hora de mostrarme ante el mundo.