2. NadiaSofia2928 espero te guste.♡

Y cuando mis pulmones estaban a punto de reventar, mis piernas mi punto de ceder y todo a punto de acabarse, mi único pensamiento era huir.

Esa sensación de en que cualquier momento todo por lo que trabajaste podría venirse abajo recorría todo mi cuerpo, llenaba mi alma y me hacía reconocer la realidad.

Mientras mis pies tocaban el suelo frío, y me atrevería a decir que el día anterior había caido una tormenta demensial, el momento exacto en el que un disparo quedaría entre mis dientes no estaba muy lejos.

Y mientras las armas me apuntaban a la orden de aquel hombre de traje negro, mi nariz sangrante se coordinaba con mi cerebro para que lo que ese maldito hijo de puta, al cual si pudiese habría matado, me había enseñado. Controlar la gravedad, materia, masa y todo lo físico estaba con solo pensarlo, podía leer pensamientos, podría partir un país en dos partes iguales o bien, evitar que me matasen.

No tengo la menor idea de cuanto corrí ese día, pero estoy segura de que fue la mejor elección que he podido tomar.

Corrí por el frío bosque hasta llegar a un local rodeado de personas, aparentemente era la parte de atrás del lugar. Decidí entrar por la ventana, fijandome en que nadie me viese, o todo se iría a la mierda.

Me deslicé por la pared y por fin luego de unos largos once años podía respirar en paz sin el miedo de que me golpearan o insultaran.

Sentía tanto miedo que creía que podía morir, un ruido se adentró en el lugar haciendo que casi en un impulso me metiera a un pequeño cuarto. Escuché unas voces algo chillonas pero algo graves, como...de ¿chicos? O eso pensaba, había tenido un hermano llamado siete el cual amaba mucho. Un día hombres grandes entraron por él, y jamás pude verlo.

Sentí de repente como las paredes se cerraban, mi garganta se convirtió en una inútil al dejar de circular el aire.
Empujé la puerta con fuerza dejando ver a cuatro chicos algo confundidos.

Me lancé al suelo casi arrastrandome poniendo mi mano en mi cuello.

Uno de ellos se agachó rápidamente hacia mí y me miró con preocupación.

-¿E-estás bien?-titubió un lindo chico ruloso algo alto.

Quería articular las pocas palabras que sabía pero mi cuerpo me lo impedía, tomé los brazos del chico y los comprimí con fuerza soltando un grito de dolor. No podía respirar y todo a mi alrededor se volvió negro.

Cuando por fín desperté, estaba en la cama de alguien más, nada bueno si lo piensas. Me exalté y abrí los ojos como platos, a unos escasos centímentros se encontraban cuatro chicos discutiendo.

-¡Vamos a decirle a tu mamá!-gritó un chico moreno algo molesto.

-¡Pero no podemos!-gritó el más alto de todos.

-¿Por qué no?-articuló el más bajito.

-¡P-p-porque no!-gritó y me miró de reojo reaccionando a que ya me había despertado.

Se acercó a mí precipitadamente y se sentó a mi lado en la cama. Puso su mano en mi frente.

Me miraba sumamente preocupado y con el seño fruncido.

-Aún tienes fiebre.-estaba tan confundida tanto por sus acciones como por sus palabras. Pero no podía moverme más de lo necesario. De alguna u otra manera me sentía tranquila.

-Bueno yo se lo diré.-dijo un chico de rulos muy tierno.-Es por nuestro bien, Mike.

-Mike...-solté una palabra y los chicos se coordinaron para verme como toda una loca.

Dos de los chicos uno moreno y el otro de rulos, se dirigieron hasta la puerta. Sabía que si ellos iban con alguien para que me "ayudara" todo acabaría muchisímo peor. Así que con un impulso levanté a ambos chicos en el aire.

Ambos gritaban y me miraban asustados al igual que el resto de chicos.

-No.-dije con miedo.-N-no pueden.-dije al punto del sollozo.

Los cuatro me miraban petrificados.

-Cool, ¿cómo hiciste eso?-dijo el chico tierno.

-¿Por qué?-interrumpió el pequeño con peinado raro.

-Van a encontrarme.-dije llorando.

-N-no llores.-dijo el moreno. Se veían preocupados.

-¿Tienes problemas?-dijo el lindo chico alto. (Xd)

Solo asentí.-Me presiguen.-dije.

Se miraron entre ellos algo asustados.

-¿Cuál es tu nombre?-dijo el chico más alto.

Extendí mi brazo levantando mi manga y mostrandoles el número "10" marcado en mi brazo.

-¿Ese es tu nombre?-asentí.

-¿Quieres que te llamemos así, o tienes algo en mente?

Recordé entonces el nombre tan bonito que mi hermano Siete me puso.

-Nadia.-dije seguido de una media sonrisa.

-Bueno, Hola Nadia.-dije el chico pasando su mano por mi rostro, y aunque me pareció extraño, también me pareció lindo.-Soy Mike, el corto de Michael.-sonrió.

-Will, Will Byers.-dijo saludando con una sonrisa.

-Lucas.-sonrió

-Hola, soy Dustin.-dijo el tierno chico sonriendo.

No lo sabía nada en ese entonces pero esos chicos serían importantes para mí.

Tres años después

El tiempo había pasado, las cosas habían cambiado, nuevas personas habían llegado. Incluyendo a un chica ciertamente curiosa, su nombre, Eleven, la cual se encontraba demasiado enojada en este momento.

Levantó su mano y empezó a tirarme cosas al rostro.

-¡Basta!-grité molesta. Sabía bastante bien las razones de su estado. Michael Wheeler.

La situación se hacía cada vez peor mientras yo solo le gritaba que debía parar, me golpeó en el rostro con una pelota de fútbol despertando en mi los viejos instintos de defensa. Apreté mi mano con fuerza reteniendo sus poderes, y por más fuerza que hiciera, una de las cosas que yo podía hacer era controlar el cerebro humano.

-Vamos a hablar.-dije tomando su muñeca, mientras hacía fuerza para evitarlo.-¡Joder, que te muevas!-grité a lo que ella obedeció. No me gustaba nada gritarle pero lo estaba haciendo necesario.

-¿Qué es lo que te pasa?-dije sentandonos en el sillón de Mike.

La chica miró a otra dirección para luego verme apenada.

-Puedes confiar en mí.-dije sonriendole.

-Es que...eres novia de Mike y eso me molesta.-dijo cerrando los ojos esperando probablemente una golpiza de mi parte. Pero no fue así.

-Es mi novio, tienes razón.-me miró.-Pero ¿por qué te molesta? ¿te gusta Michael?-dije para que ella mi mirara confundida.

-Bueno...no lo sé...supongo que es la primera persona en el mundo que confía en mí y no me trata como si fuera un animal.

-Creo que lo que sientes es admiración.-dije para que su cara de confusión apareciera de nuevo.

-¿A...admiración?

-Sí, te gusta y admiras la manera en la que te trata esa persona, pero no te gusta esa persona.

Ella asintió.

-Ya veo...-dijo para luego sonreír.-¿entonces puede gustarme un chico nuevo en la escuela? Su nombre es Richie.

-Puede gustarte quien tú quieras.-dije apretando sus mejillas, ella rió.

Eleven se fue a su casa y unos minutos después llegaron los chicos.

-¡Volvimos!-gritó Will desde la sala.

Bajé para ver qué hacían

-Holaaa.-dijo Mike abrazandome con fuerza.-Te extrañe.-dijo con ternura.

-Te fuiste tres horas, Mike.-dije en medio del abrazo.

-Es que te amo, linda.-dijo besando mi frente.

-¿Desde cuándo eso es lindo?-dijo Lucas burlandose mientras comía una manzana. Hice que esta se desvaneciera en sus manos.

-¡Oye!-reímos.

Mike interrumpió mis risas juntando nuestros labios en un tierno beso.

-Perdón por la tardanza, espero te haya gustado.♡

P

erdón si hay algún error, pero no me he sentido bien.