59. Jaeden Wesley
-¡Wesley, ven acá de inmediato!-se escuchó la voz de Tn por toda la habitación.
-¡Atrápame!-corrí en círculos mientras Tn me seguía molesta.
Volteé a verla una vez más y al dar la vuelta de nuevo pude sentir la dureza de la pared de la sala y las risas burlonas de mi novia.
-¡Já!-dijo mientras yo pasaba mi mano por mi frente sobandola.-Eso te pasa por quitarme mi libro, puto.
Reí.-Aún tengo tu libro, ¿Sabes? La ventana está peligrosamente cerca.-Tn extendió su brazo.-N-no te atreverías...-dijo atónita.
Arqueé las cejas de arriba hacia abajo mientras me rogaba que no lo tirara.
-Bien, tu ganas.-dije para que ella avanzara unos pasos con la intención de tomar su libro de vuelta.-Ah, ah, con una condición.-dije mirandola ingenioso.-Nada en esta vida es gratis.
-¿Sabes que más no es gratis? La putiza que te voy a dar si no me duelves a mi bebé.-gritó.
-Oye no seas violenta, bueno, dile adiós a tu precioso.-dije acercandome cada vez más a la ventana.
-¡No! ¡No!, bien. Está bien ¿Qué camarones quieres ahora?
-Beso.-dije inclinandome un poco para espera su beso.
Tn sonrió de lado.
Se acercó a mí y tomó mi hombros para besarme, o eso creía, hasta que me tiró al suelo de manera brusca llevandome por sorpresa.
Estando en el suelo tomó mis brazos y los apretó.
-¿Vas a devolverme mi libro ahora?-dijo retadoramente.
Tomé su cintura y la tiré al suelo, dandole la vuelta a la situación.
-¿Cuándo te volviste tan fuerte?-dijo sin aliento.
-Hago un poco de ejercicio, tú sabes.
-Que modesto, Jaeden, me encanta.-dijo sonriendo.
-Tú me debes algo.-dije acercandome, claramente tratando de no aplastarla.
-Tienes peso pluma.-dijo tomando mi cintura y acercandonos por completo.
Nos separamos, ya no teniamos aliento.
-¿Tan poco peso?
-En realidad, no pesas nada.-dijo para luego reir de esa manera encantadora y mágica que hacía que me transportara a otro mundo. Como sus ojitos se cerraban y su sonrisa resplandeciente se dejaba ver, era sin duda la imagen más preciosa vista jamás por el ser humano, o al menos para mí lo era.
Había reido tanto que su cara se tornó rojita.
Mientras la veía atento tal cual una obra de arte, tomó mi rostro con sus manos.
-Eres tan lindo.-dijo haciendome sonrojar.
No sabía por qué, pero aunque llevase un año de novio con la chica aún me hacía sentir igual de nervioso y mi timidez salía a flote cuando ella decía algo como eso.
-Eres tan linda.-dije besando su frente.
-Eres tan guapo.-dijo besando mis labios cortamente.
-Eres tan hermosa.-dije undiendo mi cabeza en su cuello.
-Eres...tan Jaeden.-dijo en mi oido.
Reí.-¿Eso qué significa?
-Ya sabes, eres...perfecto.
Ya había pasado una hora, lógicamente ya no estaba encima sino al lado de mi novia, si moría de asfixia iría a la cárcel. No queremos eso, ¿cierto?
Estabamos a la par mirando al techo, jugando con las manos del otro.
-Tn...
-¿Si?
-Eres lo mejor que me ha pasado.
Se dió la vuelta poniendose de lado viendome a los ojos.
-¿Sabe qué es lo mejor que me ha pasado?
Mi libro.-dijo tomando su libro que hace rato le había quitado.
La miré serio.
-Me largo.-dije levantandome.
-¡No! Era broma, ven acá.-dijo tomando mi cintura apegandose a mí. Uniendonos en un tierno y cálido abrazo.
-También eres lo mejor que me ha pasado.-dijo sonriendome.-Pero, ¿Sabes por qué amo este libro?
-¿Por qué, linda?
-Me recuerda mucho a nosotros...amandose el uno al otro, quiero ser así junto a tí, y cuando estás lejos, lo leo para no extrañarte tanto.-dijo abranzandome más fuerte.
Sentí un nudo en mi garganta. No esperé esas palabras de la chica.
-Te amo demasiado, Tn.
-Yo más.-respondió con su cabeza en mi cuello.
-Yo más.-dije empezando una guerra de quién amaba más a quién, aunque ambos supieramos que los dos nos amabamos con cada pedacito de nuestro ser. Y obviamente, le pediría prestado ese libro a Tn, pasaré una larga noche leyendo.
-Espero te haya gustado♡
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