♡ [Mileven] ♡

Hacía dos meses que Max había decidido volver con su padre a California, la vida para ella sería mejor en un lugar con un ambiente más tranquilo según su padre le decía, sin embargo, habia alguien que no estaba nada feliz con la repentina partida de la pelinaranaja, Eleven, su mejor amiga. Cuando escuchó la noticia salir de Max automáticamente las lágrimas empezaron a salir de sus tiernos ojitos.

— Prometo que escribiré y llamaré siempre que pueda.— decía por octava vez teniendo a El en sus brazos mientras ambas sollozaban.

— ¿Promesa? — soltó la castaña de grandes ojos con una mirada llena de tristeza.

— Promesa. — afirmó Maxine.

Ambas se abrazaron más que fuerte esa noche, El durmió en su casa, no quería soltarla jamás.

Pero finalmente llegó el día. Max se iba.

Todos estaban tristes, Max ya formaba parte de sus vidas y sus corazones.

Eleven lloraba mientras abrazaba a Max quien tenía sus maletas listas.

— Te amo Max. — dijo la chiquilla dando un besito en la mejilla a su amiga.

— Te amo más. — dijo sonriendo y limpiando las lágrimas de El, para luego subir al auto de su padre mientras se despedía con la mano de sus amigos que ahora dejaba atrás.

Como dije, habian pasado dos meses y Eleven aún no estaba acostumbrada a la ausencia de su amiga. Extrañaba verla en la escuela cada día, almorzar con ella e ir de compras al centro comercial los fines de semana. Extrañaba eso. Extrañaba a Max.

Narra Mike

El se encontraba llorando otra vez en su cama boca abajo. Sollozaba con fuerza.

Me acerqué a ella con un sentimiento de preocupación por su estado de ánimo desde que Max se fue a California.

— Hola linda. — susurré acostandome a su lado.

Ella se dió cuenta y se movió quedando frente a mí.

Sus ojitos cafés estaban rojos e hinchados de tanto llorar. La abracé y ella continuó llorando en mi brazo.

— ¿Qué tienes, mi bebé? No llores más ¿sí? — dije y repartí múltiples besos en su cara que estaba mojada por el llanto.

Ella me miró y suspiró.

— Es que no tengo amigas. — dijo en entre sollozos.

Suspiré un poco sorprendido, me preocupaba su tristeza, si ella estaba triste sentía como si todo se derrumbase dentro de mí.

— Pero qué dices. Estamos Lucas, Dustin, Will y yo. — solté torpemente y me miró de golpe.

— No es lo mismo. Quiero a Max. — dijo haciendo un puchero.

Sus ojos se llenaron de lágrimas de nuevo.

— Las niñas de la escuela no quieren hablar conmigo. — dijo llorando. — No se me acercan y me miran muy feo, como con asco. — dijo con la voz quebrada. Sentí una fuerte presión en el pecho y a la vez sentí bastante rabia ¿cómo alguien era capaz de tratar mal a mi ángelito?
— Ellas no quieren almorzar conmigo. — continuó.— dicen que soy rara.

Me miró nuevamente estallada en lágrimas.

¿Es malo que quiera golpear a esas chicas tan malas?

— Tú tranquila. Yo seré tu nueva mejor amiga. — dije y ella me miró confundida.

— No creo que sea posible...— dijo algo confundida.

— ¡Claro que puedo!— dije y ella me miró con ese hermoso brillo en los ojos.

— ¡En serio, harías eso por mí!

— No hay nada en el mundo que no haga para hacerte feliz.— dije mirando su hermosa expresión de felicidad.

Se abalanzó sobre mí y me dió un enorme abrazo.

— Entonces te maquillaré y te arreglaré. Te verás muy lindo.— Dijo emocionada yendo por su maquillaje. Sonreí.

— Niña, ¡estoy en casa! — gritó Hopper entrando en la habitación de la chica sin avisar encontrandose con Mike lleno de maquillaje y unos rulos en su cabeza. Ambos sonrieron.

— ¡Papá! Mike es mi nueva mejor amiga.— dijo saltando se felicidad.

— Ok. No diré nada. Solo no hagan nada raro...—dijo y cerró la puerta de la habitación.

El y yo reímos histéricamente.

— te amo Mike.— dijo besando mi frente.

— te amo más, angelito.

-eu, holi.