El lunes, apenas firmó el contrato para el puesto de docente en St. Geneviève, Yeonjun finalmente tramitó su renuncia de la insatisfactoria editorial.

Le hubiese gustado llamar a alguien para celebrar, pero, cuando sacó su celular para hacerlo, se desanimó. Usualmente podía confiar en Mihyun, su mejor amiga desde el colegio, pero como trabajaba en la misma editorial que Yeonjun acababa de abandonar, estaba seguro de que no respondería positivamente ante las noticias. Podía hablar con ella otro día.

Por otro lado, habían pasado meses desde que hablaba con Namjoon y Wonwoo, sus mejores amigos de la universidad, pues la última vez que se vieron terminó sintiéndose terrible por lo mucho que ellos habían alcanzado después de graduarse. Namjoon ya tenía cuatro novelas publicadas, una de las cuales había sido un bestseller, además de una trilogía en proceso. Wonwoo se había inclinado por la no-ficción, publicando en revistas académicas además de editoriales tradicionales, y su nombre ya era reconocido en el mundo de la investigación periodística. En contraste, un simple cambio de carrera hacia un puesto de docente no sonaba nada impresionante, sobre todo porque no era exactamente la vocación de Yeonjun.

Sus padres tampoco eran una opción, porque aunque pagaron por su educación universitaria, no tenían la mejor relación. Su mamá siempre quiso que fuera ingeniero, y su papá siempre quiso que fuera heterosexual y le produjera nietos. Siempre que los visitaba, Yeonjun debía inventarse una mejor vida de la que tenía, pero a pesar de eso, le reprochaban por no tener éxito a su edad, lo que en sus términos significaba tener una carrera bien pagada y una familia tradicional y feliz.

Podía llamar a Beomgyu... pero no estaba seguro de cuán interesado estaría en escuchar sobre su cambio de carrera, y lo último que quería era llevarlo al hartazgo por ser tan aburrido que dejara de invitarlo a su penthouse.

Fuera de opciones, decidió celebrar con pizza y una maratón de una de sus series favoritas.

De allí en adelante, pasó prácticamente todos los días de vacaciones que le quedaban entre crisis emocionales y profundos incrementos de productividad los lunes y martes, después de pasar el fin de semana con Beomgyu. Un lado suyo creía que estaba destinado a fracasar desde el primer día, pero después de unos días con Beomgyu se sentía mucho mejor, como si no hubiese otra opción que no fuese ser un docente maravilloso.

En esos días productivos, se la pasó preparando sus clases de literatura, entre capacitaciones virtuales y desarrollos personales. Sabiendo lo exclusiva que era esa escuela, quería asegurarse de que sus lecciones estuvieran perfectamente bien planificadas, para así demostrar que contratarlo había sido la decisión correcta frente a las autoridades y poder presentarse como un docente democrático digno de respeto frente a los alumnos.

Como ya no tenía que trabajar en la editorial, no hablaba con muchas personas y no salía a la calle salvo para Gaia y sus necesidades básicas. Si no estaba trabajando en sus clases, estaba leyendo para distraer su mente de su condenado destino. Al menos ahora podía leer por placer y no por obligación.

Eventualmente, le contó a Beomgyu sobre su nuevo horario, sin excesivos detalles sobre su trabajo, y se vio positivamente sorprendido por su sugerencia.

ㅡEntonces visítame antes de que pierdas la inspiración. Estoy ocupado algunas mañanas y tardes, pero puedes venir a verme cualquier noche.

Adrede o por pura casualidad, hizo que Yeonjun se sintiera especial. Era lo más cercano que había tenido a un novio que se preocupaba por él desde el final abrupto de su previa relación, y con nadie menos que con un heredero adinerado dispuesto a colmar su libido.

Una de esas noches, cuando ya habían pasado un par de meses desde su primer encuentro, Beomgyu lo recibió con un beso en la puerta, lo que llenó su pecho de una agradable calidez.

ㅡEl clima ya se está calentando un poquito, ¿no? ㅡsaludó, deteniéndose un segundo para echarle una mirada de reojoㅡ. Vamos a mi jacuzzi.

Con los ojitos brillantes de solo escuchar la idea, Yeonjun lo siguió hacia la terraza exterior, donde tuvo tiempo de admirar sus alrededores, con la piscina y el jacuzzi en el centro. Siendo su primera vez en un jacuzzi privado, no pudo evitar derrochar su entusiasmo desde el inicio, sin molestarse en pretender que conocía cómo funcionaba.

Usualmente Beomgyu quería ir directo a la acción, pero esa vez tomó las cosas con calma, dejando que se relajaran un rato en el agua perfectamente cálida. Así, durante los primeros minutos, Yeonjun ni siquiera intentó acercarse a tocar su cuerpo desnudo por debajo del agua, porque estaba demasiado interesado chapoteando y relajándose con los hidromasajes y las vistas claras de la ciudad.

Solo recordó su propósito cuando Beomgyu apagó los masajeadores y nadó a su alcance para acomodarse en frente suyo. Lo tomó de las mejillas, obligándolo a mirarlo a los ojos.

ㅡOh dios, perdón por distraerme ㅡle dijo Yeonjun, deslizando las manos por su cintura para darle atención.

ㅡSi fueses otra persona te hubiese echado de inmediato, pero... ㅡSuspiró, quebrándose en una sonrisaㅡ. No lo sé, te veías tierno.

ㅡ¿Tierno? ㅡrepitió, sonriendo tambiénㅡ. Sí sabes que estoy en mis treintas, ¿no?

ㅡOkay, boomer, pero no por eso dejas de ser tierno. ㅡBeomgyu nadó hacía un lado, para tomar desprevenido a Yeonjun al jalarlo sobre su regazoㅡ. Hmm, a veces incluso me dan ganas de ser el que te folle...

Mientras las manos de Beomgyu bajaban por su espalda, Yeonjun sentía cómo su corazón se aceleraba aún más. Había pasado un buen tiempo desde la última vez que recibía, pero jamás lo odió, al contrario.

Con mucha mayor suavidad de la esperada, Beomgyu le regaló un casto beso sobre los labios, dejándolo ansioso por más al alejarse.

ㅡBueno, ahorita no quiero, pero ven preparado para la próxima ㅡmurmuró, acercándose a su lóbulo para tomarlo entre sus dientes, divertidoㅡ. Siéntete halagado, porque no meto mi polla en cualquiera.

ㅡ¿Pero sí dejas que cualquiera te la meta a ti?

ㅡEl chico de cara de asno fue solo un error, ¿okay? ㅡBufó, cruzándose de brazosㅡ. Estaba mareado, triste y desesperado. ¿Cómo te atreves a usar mi momento de vulnerabilidad en mi contra?

A Yeonjun le fue inevitable reír, terminando por hundirse en el agua del jacuzzi antes de que Beomgyu le salpicara agua encima. Nadó hacia la esquina contraria antes de salir de nuevo, con la intención de tomar una bocanada de aire al sacar la cabeza, pero inmediatamente se vio atacado por una ola manual.

ㅡ¡Hey! ㅡSuspiró, secándose los ojos antes de ver a Beomgyu riendo desde el otro ladoㅡ. Oh, ¿quieres jugar así?

Como venganza, hundió las manos bajo el agua para levantar olas y arrojarlas en la dirección contraria, pero se vio bañado por olas en su dirección también.

ㅡNo me vas a ganar en mi casa.

Beomgyu se hundió por completo en el agua para aventajar y confundir a Yeonjun, tomándolo desprevenido cuando lo alcanzó por detrás, apoyando las manos sobre sus hombros para hundirlo con él.

ㅡRespira hondo.

ㅡ¡Ah, no! ㅡlogró protestar por un segundo antes de bajar completamente.

Debajo del agua, Beomgyu nadó al frente de Yeonjun y acomodó las piernas a los lados de sus caderas, manteniéndolo abajo. Abultó los labios y subió las manos por sus mejillas, para atraerlo por un besito acuático. Yeonjun jamás había probado algo así, pero resultó más suave y bonito de lo que esperaba, y no terminó tragando agua de jacuzzi.

Fue entonces que ambos decidieron detenerse, encontrándose el uno con el otro apenas sacaron la cabeza del agua, riendo y jadeando para recuperar el aire. Estaban en medio del jacuzzi, con las manos entrelazadas, tan entretenidos que no se habían percatado de que lo que inicialmente comenzó como un jueguito terminó con el suelo de porcelana empapado en las zonas alrededor del jacuzzi.

ㅡHm, tendrás que secar eso ㅡdijo Beomgyu, casual, soltando sus manos para acomodar su cabello hacia atrás, acto que Yeonjun imitóㅡ. La criada no vuelve hasta mañana.

ㅡ¿Y crees que soy tu sirviente de reemplazo? ㅡpreguntó, más risueño que ofendido.

ㅡCreo que eres un hombre decente que no dejará que la casa a la que ha sido graciosamente invitado se inunde por sus fechorías.

Con esa sonrisita arrogante que ya le caracterizaba, Beomgyu terminó por sacudir su cabello en frente suyo. Yeonjun tuvo que cubrir su rostro para evitar el golpe de las gotitas de agua, pero no le molestó.

ㅡSi vas a ser mi hombre, más te vale ser un buen amo de casa.

ㅡTu hombre, ¿huh? ㅡYeonjun sonrió, iluminado por aquel nombre, ciertamente una mejora desde esclavo sexualㅡ. ¿Este es el siguiente paso en nuestra relación?

Con ese comentario, la expresión de Beomgyu se agrió por completo, como si le acabara de decir que tenía un récord criminal por masturbación pública o algo así de atroz. Al parecer, había presionado un botón equivocado.

ㅡUhm, no. ㅡSoltó, fríoㅡ. No seas meloso.

Nadó hacia uno de los bordes del jacuzzi, con el ceño fruncido y los labios abultados. Yeonjun tuvo que bajar la mirada y morder su labio para no revelar su decepción, porque aunque lógicamente sabía que no se había inscrito a una relación romántica, mentiría si dijese que no le dolió su reacción a la posibilidad de algo formal.

ㅡLo siento, pero no quiero nada serio. ㅡBeomgyu fue explícito, apoyando los brazos sobre el bordeㅡ. Si te vas a poner así, mejor dejamos de-

ㅡNo, yo tampoco quiero nada tan serio ㅡse corrigió Yeonjun, en un apuro, sacudiendo las palmas en frente suyoㅡ. Perdón si te parecí muy exagerado, pero no era en serio, me refería a nuestra relación casual de beneficios. Ya sabes, porque probaremos algo nuevo...

El improvisado intento por justificarse no ayudó a Yeonjun en su caso, ya que Beomgyu no parecía totalmente convencido. Entrecerró los ojos y decidió escudriñar al mayor con la mirada por unos segundos, hasta que suspiró.

ㅡAjá, escucha, seré directo ㅡdijoㅡ. Me gusta cómo follas, ya te lo he dicho. Se nota que tienes experiencia y te mueves mejor que un chico de mi edad.

ㅡSobre eso-

ㅡNo he terminado ㅡlo cortó, haciendo una moción para cerrarle la boca con una garraㅡ. Me gusta cómo follas, y es obvio que a ti te gusta venir a follarme también. No me importa si lo haces más por la casa que por mí. ㅡRió, con cierta tensión en las cuerdas vocalesㅡ. Jamás lo entenderás, pero tengo mucho que perder si me permito verte como más que mi esclavo sexual.

Aunque usó el término juguetón con el que a veces lo fastidiaba, esa vez se sintió diferente, como si lo viera como peor escoria que la mugre de sus zapatos. En teoría, Yeonjun sabía que era reemplazable, que si Beomgyu encontraba a alguien mejor, seguro lo olvidaría, sin derramar ni una sola lágrima. Era una de las consecuencias de una relación sin compromisos, y, si quería seguir viéndolo, debía aceptarla.

ㅡAgradezco que no desaparezcas en medio de la madrugada y que te quedes a complacerme en las mañanas, aunque no es necesario ㅡmusitó Beomgyu, más suave, aparentemente capaz de darse cuenta de que su previo comentario le había afectado a Yeonjunㅡ. Es un gesto lindo y todo, pero no me hace cambiar de opinión.

Como Yeonjun no era un tonto que cometería el mismo error dos veces, se quedó callado y trató de mantener una expresión indiferente, esperando a que Beomgyu dijera algo más. Como no continuó, recién decidió hablar, asintiendo.

ㅡEntiendo, solo quieres que sigamos divirtiéndonos.

No mentiría, la superficie de su corazón sintió un punzón después de decir eso, pero Beomgyu pareció satisfecho.

ㅡMhm, exacto, no te pongas melosito o tendré que deshacerme de ti. ㅡSoltó una risilla, mucho más ligero que antesㅡ. Sería una pena deshacerme de un trofeo tan lindo...

Lo jaló a su lado para tenerlo contra la pared del jacuzzi y bajó una mano hacia su entrepierna, sacándole un suspiro al tomarlo de la base para comenzar a bombear todo su largo, sin importarle que estuvieran prácticamente al aire libre.

Yeonjun aún no terminaba de procesar la conversación que acababan de tener, porque, aunque en un inicio estuvo dispuesto a ser solo un juguete para Beomgyu, ahora no estaba muy contento con ese rol. La pasaba bien con él, más allá del sexo. A pesar de su desdén hacia los que percibía como inferiores, su frialdad y su rechazo al compromiso, era definitivamente el chico que mejor lo había tratado en un buen tiempo.

Ah, cuánto deseaba ser más frío, llevar el corazón en una reja para no caer tan fácil y hacerse daño a sí mismo con emociones no correspondidas. Por eso nunca debió traicionar sus principios y acostarse sin compromiso.

Pero, como era un hombre débil con necesidades terrenales, pronto comenzó a relajarse, derritiéndose con el tacto de Beomgyu. Lo tomó de la nuca para besarlo, para meter su lengua entre sus labios y asegurarse de cosquillear justo donde le gustaba. Jamás había tenido sexo bajo el agua, pero estaba dispuesto a probar...

Lástima que, antes de que pudiera llegar más lejos, Beomgyu se alejó de golpe, luciendo como si acabara de ver un fantasma.

ㅡMierda, escóndete ㅡle pidió, saliendo del jacuzzi en un apuro antes de tomar una de las toallas sobre el estante más cercano.

Cuando volteó hacia la casa, Yeonjun pudo notar que se habían encendido las luces, lo que le daba un indicio sobre la preocupación de Beomgyu.

ㅡ¿Cómo esperas que-?

ㅡHúndete y aguanta la respiración, no sé. ㅡComenzó a secarse, con prisa y poco cuidadoㅡ. Mejor morir ahogado que atrapado por mis padres.

ㅡ¿Tus padres? ㅡLos ojos de Yeonjun se abrieron como platos.

ㅡSí, olvidé que hoy llegaban de su viaje de negocios ㅡexplicó Beomgyu, terminando de secar su cuerpo antes de arrojar la toalla mojada a un lado y tomar una bata limpia para cubrirse.

ㅡ¿¡Y recién se te ocurre mencionarlo!?

ㅡ¿Por qué haces tantas preguntas estúpidamente obvias? ㅡcontrarió, con un bufidoㅡ. Me olvidé, wow, gran desliz. Hagas lo que hagas, no te pueden ver, ¿entendiste?

Le echó una última mirada de advertencia antes de salir de la terraza y correr al interior del penthouse, dejando a Yeonjun completamente descolocado, frustrado y confundido.

Por algún motivo, creyó que el departamento era solo de Beomgyu y sus sirvientes. Jamás había visto a otra alma pasar por allí, ni figurar en alguna foto familiar, ni ser mencionada. Si aún vivía con sus padres... ¿Era aún más joven de lo que creía? 

No tuvo tiempo de preocuparse por la legalidad de sus acciones, ya que pronto notó que los señores avanzaban hacia la sala. Prefirió no tomar ningún riesgo, así que se hundió hasta el mentón dentro del jacuzzi, lo que le permitía ver lo que pasaba sin ser visto, pues el nivel de agua había bajado un poco por el jueguito de chapuzones que habían tenido algunos minutos atrás.

Desde allí, pudo apreciar que Beomgyu se asemejaba bastante a su mamá, y absolutamente nada a su papá. Era un señor... ojiverde, rubio y de facciones caucásicas. ¿Realmente era su papá?

No sabía de lo que estaban conversando, pero parecía ser serio. Ninguno sonreía. La señora era la que hablaba, moviendo las manos para gesticular algo grande. El señor solo asentía y ocasionalmente tomaba la palabra, pero parecía generalmente frío y distante. Beomgyu mantenía la cabeza baja y asentía en completo silencio, mucho más dócil que como lo conocía Yeonjun.

Pasaron un par de minutos así, hasta que los señores subieron las escaleras. Tras aguardar unos segundos hasta que desaparecieran en el segundo piso, Beomgyu regresó a la terraza, luciendo una melancolía que Yeonjun no había visto antes en él.

ㅡTe tienes que ir ㅡle avisó, secoㅡ. Debo arreglarme para una cena.

ㅡ¿No quieres que sea tu cita? ㅡYeonjun trató de animarlo con una broma, pero Beomgyu ni siquiera sonrióㅡ. Okay, entiendo, ya me voy.

Salió del jacuzzi y tomó la toalla que Beomgyu había descartado para secarse antes de recoger su ropa. Un lado suyo esperaba escuchar algún comentario ácido sobre sus modales y estándares de limpieza al escoger precisamente esa toalla, pero solo fue recibido por un avasallador silencio.

Apenas terminó de vestirse, carraspeó, forzando una sonrisa cordial de despedida.

ㅡBuenas noches ㅡdijo, formal, sin siquiera atreverse a despedirse con un beso.

Para no poner a Beomgyu en una situación más complicada, se apresuró en salir de allí, con pasos largos y rápidos hasta llegar a la puerta del ascensor. No se había percatado de que Beomgyu lo estaba siguiendo hasta que escuchó su voz, cuando estuvo a punto de marcar el botón.

ㅡEspera, Yeonjun.

Corrió a su alcance y se lanzó encima suyo, aferrándose a su cuerpo con los ojos cerrados. Era la primera vez que escogía abrazarlo con tanta ternura y vulnerabilidad, sin mayor intención que simplemente ser sostenido por el calor humano. Desde allí, Yeonjun podía sentir lo rápido que latía su corazón, lo preocupado que estaba y el caos que desordenaba su cabeza...

Yeonjun era curioso, pero también lo suficientemente sensible como para saber que no era el mejor momento. Así, en vez de hacerle más preguntas invasivas, lo sostuvo con gentileza, acariciando su espalda con una mano y su cabello húmedo con la otra, aguardando a que calmara su ritmo cardiaco.

Después de varios segundos, fue Beomgyu quien se separó, con un prolongado suspiro.

ㅡAhora sí, chau. ㅡCurvó los labios hacia arriba, pero esa sonrisa no llegó hasta sus ojosㅡ. ¿Te veo en Gaia el sábado?

Yeonjun asintió, a pesar de que su lado de autopreservación le gritaba que debía dejar la vida nocturna ahora que estaba próximo a iniciar su nuevo trabajo.

ㅡOkay. Nos vemos.

Sin más, Beomgyu presionó el botón para llamar al elevador y se alejó, caminando lentamente hacia las escaleras que llevaban al segundo piso, con la mirada perdida y la mandíbula tensa.

Apenas el ascensor llegó, Yeonjun entró. Aún allí dentro, fue incapaz de quitarle la mirada de encima a esa versión apagada de Beomgyu, hasta que, con un timbre, se cerró la puerta.

Pregunta: prefieren que use nombres de idols para los extras, o nombres equis? Usualmente uso una mezcla de ambos, y aunque prefiero nombres equis para evitar líos, a veces no me entero de que había un idol con ese nombre y da igual lol.

Tmb me da risa que IRL gyu es suuuuuper feeling pero aquí lo siento re ENTJ, o sea, la frialdad sometimes... en cambio a yeon que es suuuuper extrovertido es suuuuuper introvertido aquí, INFP probablemente.

Gracias por leer 💖