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006.

Tres días después del vídeo.

Jimin estaba en el piso llorando. Hacía media hora que el maldito payaso lo había encerrado en aquella habitación sin ventanas y con paredes viejas. Se sentía totalmente aterrado por todo lo que estaba ocurriendo además de preocupado por su hermano, no tenía ni idea si Namjoon había sobrevivido o no.

"Podrá salvarse si es fuerte", recordó las palabras del sadico y sintió ganas de vomitar.

Cuando salió del centro comercial escoltado por aquel maníaco presencio la masacre más espeluznante que ni siquiera las películas de terror eran capaces de retratar. Fácilmente pudieron haber 40 cuerpos esparcidos en medio del patio de comidas, a pesar de que la niebla de las bombas era densa se podía ver claramente la sangre de las victimas bajo sus pies.

Jimin temblaba y el payaso lo remeció.

– Si sigues moviéndote como un chihuahua juro que terminaras igual que todos ellos.

Ante la amenaza se aseguro de controlar los pequeños espasmos que su cuerpo generaba. Sabía que si no hacía lo que ese tipo le pedía iba a terminar muerto y jamás volvería ver a su familia o amigos de nuevo.

Bajaron por las escalera de emergencia casi corriendo. A lo lejos Jimin empezó a escuchar sirenas de policía acercándose y rezaba para que alguien llegara a salvarlo, no quería morir a manos de un psicópata. 

Llegaron al subterráneo entre empujones de parte del payaso para que Jimin caminase más rápido. No pudo evitar mirar a todos lados para buscar a alguna persona que estuviese ahí, si la policía llegaba tendría una oportunidad, pero al parecer el lugar estaba desierto lo que solo hizo que Jimin sollozase más.

– Lloras porque te diste cuenta de que nadie te salvará, ¿no?

La voz del payaso calo hasta sus huesos. Lo odiaba profundamente, aquel sádico era parte de toda esa masacre y Jimin no sabía que tipo de persona era capaz de hacer algo como eso. 

El payaso lo llevo hasta una camioneta negra y con una mano abrió las puertas de atrás para luego subirlo de un empujo que hizo que Jimin se golpease en la cabeza contra el piso de esta. Rápidamente el sujeto subió junto a el y con cinta adhesiva que se encontraba tirada por allí le amarro las manos más los pies, como broche final busco en uno de los asientos una bolsa de tela que colocaría en su cabeza. Antes de cubrir los ojos de Jimin este miro directo a la mascara de aquel horrible payaso deseando saber quien era la persona detrás de toda esa locura.

– No sabes cuanto nos divertiremos –dijo el psicópata para luego bajar de la camioneta y cerrar la puerta.  

Jimin no entendía nada pero ahora se encontraba en aquella habitación. Se preguntaba a si mismo por qué el payaso no lo mato simplemente, ¿acaso lo iban a torturar o algo parecido?, ¿acaso había un motivo detrás de todo? Ademas de la inmensa adrenalina que sentía producto del miedo la incertidumbre no lo dejaba tranquilo

Se levanto del frió piso y se seco sus lagrimas, debía dejar de lamentarse para buscar una forma de salir de ahí. El hecho de que no hubiese ventanas complicaba mucho las cosas, la puerta era su única salida de escape pero estaba cerrada. Solo tenía una posibilidad para el, debía esperar que alguien lo viniese a ver así lo derribaría y saldría corriendo después de eso. Si eso no funcionaba no sabría qué más podría hacer.

Se acercó a la puerta para comenzar a golpearla con fuerza, debía atraer la atención de quien estuviese al otro lado.Después de media hora golpeando y con sus nudillos rojos, casi sangrando, por fin escucho como la cerradura giraba dejando entrar a alguien.

Era el payaso.

– Estas jugando con fuego –le dijo a Jimin– ¿sabes lo que te pasara si no te callas?

Esa era su oportunidad. Jimin empujo al sujeto con toda la fuerza que tenia y lo hizo caer al piso, apenas lo vio noqueado corrió hacia la salida pero el payaso lo tomo del tobillo derecho haciendo que cayera. Jimin lanzo varias patadas sin éxito alguno, el payaso era mucho más fuerte que el y en menos de treinta segundos estaba a ahorcadas sobre su abdomen inmovilizándolo contra el piso.

– ¡Idiota! –grito el psicópata.    

Con fuerza que parecía irreal levanto a Jimin para luego tirarlo hacia la pared haciendo que todos sus huesos crujieran. El chico no podía hacer otra cosa que quejarse por el dolor punzante que sentía en su cuerpo mientras el payaso lo miraba a través de la mascara.

– No vuelvas a hacerme enojar.

Dicho eso el sujeto se arrodillo al lado de Jimin quien le escupió en la cara apenas se acercó.

– Déjame ir –dijo el chico.

– Ahora eres mío, jamás te dejaré ir.

El payaso saco de uno de sus bolsillos un par de esposas, tomo la mano izquierda de Jimin para colocársela allí y luego esposarlo contra un pedazo de hierro que se asomaba en la pared.

– ¿Qué quieres de mi? – pregunto Jimin con las lagrimas corriendo por su rostro nuevamente.

– Te quiero a ti.

Esa frase asusto a Jimin pero no podía esperar menos de un psicópata disfrazado de payaso. No entendía por qué pero el sujeto estaba obsesionado con el y lo peor era que no sabía si lo tendría secuestrado para siempre o si lo mataría.

– ¿Por qué haces esto?

El payaso se río como si fuera la pregunta más divertida del mundo.

– Me gusta jugar y ahora tu serás mi nuevo juguete favorito.

Jimin odio ese tono que usaba al hablar, ¿como es que alguien tenía la mente tan retorcida como para comportarse de esa forma? Esto no era un juego, era una locura asesina.

– ¿Quién eres?

– ¿Acaso no viste mi vídeo? Soy la nueva sensación de Youtube.

– Sé que eres el Sr. Payaso...  –susurro Jimin– Quiero saber quien esta detrás de la máscara.

El payaso se tenso y luego se alejo del lado de Jimin. No, no era el momento aún para revelar la verdad, tenía que esperar un poco más o arruinaría todo el juego.

– Soy el Sr. Payaso, confórmate con eso.

Jimin se sentía adolorido y con miedo. Estaba a la merced de un maldito psicópata y no podía hacer nada, ver a su secuestrador parado en la puerta solo le daban ganas de llorar, estaba seguro de que sería el encargado de hacerlo sufrir con torturas o con sus "juegos". Por un momento recordó cuando vio el vídeo de ese payaso en la televisión, a pesar de que sintió miedo nunca le tomo seriedad a la situación hasta que las olas de asesinatos comenzaron. Ahora estaba ahí e iba experimentar de primera mano lo que era capaz de hacer aquel sádico.

– Si te portas bien voy a traerte comida.

La voz del payaso interrumpe sus pensamientos y enserio le parecía absurdo que le hablara como si fuese una mascota.

 – ¿Entendiste, Jimin?

Escuchar su nombre desde su mascara le producía asco, no quería que lo dijera. Prefería estar solo que seguir en compañía de ese psicópata.

– Vete –contesto Jimin.

No pensó que le haría caso pero el payaso abrió la puerta para salir de ahí no sin antes decir:

– No divertiremos mucho, lo prometo.

Luego cerró la puerta dejando a Jimin aterrado. No sabía de qué era capaz aquel sujeto y no estaba dispuesto a averiguarlo, debía salir de ahí o podía considerarse hombre muerto. Además tenía que saber si Namjoon se había salvado, no podía vivir con aquella duda.

Mientras caía la noche Jimin extraño su casa, extraño a sus padres, extraño a Namjoon, extraño a Jin y también extraño...

A Jeongguk.


{ ♡ }


Nota: Maratón 3/3.

¡Gracias por leer, bebés! Que pasen un lindo Halloween. Besos y nos vemos en la próxima actualización.

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