Capítulo 4
Un ligero dolor siento en mi mejilla. El puñetazo de ayer me ha dejado marca. Un hematoma de color morado que ni con maquillaje se logra tapar del todo ¿Cómo voy a ir así a las prácticas? No he ido a la universidad esta mañana. No quería que nadie me viera así ni tampoco quería responder cuando me preguntarán qué me había pasado. ¿Pero qué hago cuando me pregunte alguien en la empresa? Todos se me van a quedar mirando y sentirme observada es lo que menos me gusta.
¡Mierda! Todo me sale mal. Tampoco me siento bien. Anoche la pase horrible. Aún sigo un poco traumada que hasta me da miedo salir a la calle ahora mismo ¿Y si vuelve aparecer ese tío? ¿Y si intenta otra vez...? Mis ojos se llenan de lágrimas.
No debería ir. No tengo fuerzas. Solo quiero quedarme aquí y llorar entre mis sábanas, pero no puedo hacerlo, tengo que irme ya o llegaré tarde. Me puse más maquillaje encima y aunque se note algo, es muy disimulado por lo que espero que nadie se dé cuenta. Me pondré el pelo hacia adelante y listo, es la única solución que puedo dar.
Como otra tarde más llegué y por lo menos tuve la suerte de que el magnate no me hizo llamar a su despacho y nadie se dio cuenta cuando entré, bueno a decir verdad no se si alguien me miró porque iba con la cabeza agachada todo el tiempo mirando al suelo. Miré el correo, vi su mensaje de todas las tareas y me puse a trabajar en ello. No salí en ningún momento de mi despacho para no ver a la gente y evitar que alguien pudiera ver la herida en mi cara. La tarde se pasó rápido y cuando ya creía que todo iba a ir bien, la suerte no fue a mi favor ya que recibí una llamada al teléfono fijo que hay encima de mi mesa porque el poderoso señor quería verme.
Antes de entrar me observé en la pantalla de mi móvil como estaba mi rostro y bueno a decir verdad si se nota algo, pero no puedo hacer nada asique entré tapándome con el pelo lo más que pude. El magante se encontraba sentando en el filo de su mesa a espaldas mía. Estaba observando su teléfono y cuando escuchó el sonido de la puerta cerrarse se giró hacia mí. Al verme la expresión de su cara cambió. Sus cejas se alzaron en sorpresa como desconcertado, se quedó un poco estático y note como su cuerpo se tensó un poco. ¡Mierda se ha dado cuenta! ¿Qué hago ahora? Fijé mi vista hacia el suelo inmediatamente para evitar seguir con el contacto visual.
-¿Qué le ha ocurrido? -la pregunta que no quería que me hiciera.
-Eh... nada, me di un golpe con la puerta –es lo primero que se me viene a la mente –Soy un poco torpe... -¿por qué he dicho esto último?
-Pues intente no ser tan torpe –vaya ni un mínimo de compasión tiene –Si alguien la ve así... -deja la frase en el aire y como ha sonado me da la impresión de que va a molestarme.
-¿Si alguien me ve así qué pasa? – quiero que me lo diga.
-Pueden pensar cosas -¿Cosas? ¿Qué cosas? ¿Nadie se ha dado un golpe? –Además causas mala imagen a la empresa –¿Perdona? ¿Este tío es imbécil? Si, definitivamente lo es. Mala imagen dice. Parece que lo único que le importa es su dichosa empresa. Encima no tiene ni la menor idea de la pura realidad. Siento que mis ojos quieren llorar de la impotencia, pero debo contenerme.
<<Se fuerte Bella>> me digo a mi misma.
-Márchese a casa mejor –vuelve hablarme. Genial... que me marche... y usted váyase a la mierda. Ya no tengo ni energía para nada. No digo ni una palabra. Asiento y salgo huyendo lo más deprisa que puedo. Siento que no puedo más, ya no con mi vida, sino que tampoco con esta clase de persona.
---
Al día siguiente ya era último día de diario, me desperté con el rostro mucho mejor, ya el color era más suave asique pude tapármelo sin que se notara tanto como ayer. Los viernes nunca tengo clase en la universidad por lo que pude dormir más de la cuenta. Cuando estaba terminándome de arreglar, el sonido de mi móvil se escucha. Es un número desconocido. Sin pensarlo pulso al botón de aceptar.
-¿Quién es?
-Señorita Harvins –su voz ya me es conocida –la llamo para comunicarle que hoy puede tomarse el día libre. Mejórese.
-Señor Rogers, estoy mejor. No se preocupe por la mala imagen, ya no se ve puedo taparlo –le respondo. Pasan segundos y no oigo respuesta por su parte -¿Señor Rogers?
-Tómese el día libre –y sin que pueda decirle nada más cuelga la llamada.
Pues nada... eso voy hacer, me tomaré la tarde libre y descansaré hasta que llegue la hora de ir a trabajar.
---
-¿Cielo que te ha pasado en la cara? –la voz de mi jefa me pregunta nada más verme.
-Esperaba que no se notará... -digo en voz baja -El otro día al salir de aquí... el hombre que... -no me salen ni las palabras.
-¡¿QUÉ?! –grita impactada Lara. No ha hecho falta ni terminar de decírselo –¿No habrá sido capaz de...?
-No, no por suerte un taxista apareció.
-Si vuelve a este lugar le daré su merecido.
Después de la conversación con ella, me puse a trabajar toda la noche. Fue un poco estresante, solo querían beber y beber, y yo no paraba de servir a cada uno sus tragos y copas. Cuando estaba recogiendo mis cosas para marcharme, una de las chicas me interrumpió en los vestuarios.
-Bella, un hombre desea verte.
-¿Qué? –mis ojos se abren en sorpresa –Ya sabes que yo no...
-Bella la jefa ha aceptado. Te espera en la sala 12 –no no puede ser. Esto no puede estar pasándome. ¿Cómo que ha aceptado? ¿Qué ha aceptado? Esto tiene que ser un malentendido. Tiene que ser eso. Yo no... no... ni de coña. Pánico recorre mi cuerpo. Mis piernas tiemblan cuando doy pasos hacia la sala. Voy a ir a solucionar esto. Rechazaré lo que sea que haya aceptado y si tengo que ser despedida que lo haga, pero no pienso hacer nada de esto.
Estoy parada en la puerta, mis manos tiemblan. Cuando estas tocan el pomo lo giro lentamente, la puerta se va abriendo, pero antes de abrirla por completo alguien me agarra con fuerza y me introduce con rapidez.
-¡QUÉ DEMONIOS HACE USTED AQUÍ! –esa voz, esa ronca voz que me grita me hace estremecer mi cuerpo, hace que mi corazón lata a un ritmo descontrolado y hace que mi cuerpo tiemble de pies a cabeza porque no me puedo creer quien está delante de mí. Mi jefe, el frio y arrogante magnate esta delante de mis ojos.
-¿Qué hace aquí? –pregunto casi en susurro debido a que no me sale la voz de los nervios. El magnate me mira con furia como si quisiera soltar maldiciones por la boca.
-¡CONTÉSTEME MALDITA SEA! –grita de nuevo y da un golpe a la pared haciéndome sobresaltar del susto y miedo.
-Tra.. Trabajo aquí –digo con mucho temor. En un rápido movimiento este me agarra del cuello. Mis ojos y los suyos conectan a escasos centímetros.
-DIME QUE ES UNA PUTA BROMA. DIME QUE NO ES VERDAD.
-Trabajo aquí –otro golpe da a la pared.
-Eres... eres una...
-¡NO! –esta vez grito yo antes de que diga la palabra que creo que va a decir –¡Ni se te ocurra llamarme así ni pensar eso! ¡Solo trabajo de camarera, solo sirvo copas! ¡Nada más! –veo como la expresión de su cara se relaja algo ante mis palabras. Un suspiro sale de él mientras cierra por unos segundos sus ojos.
-Dime que nunca.... –esta vez su voz es más relajada. Vuelve abrir sus ojos continuando con su agarre en mi cuello.
-Nunca –afirmo mirándole a los ojos para que sepa que es verdad lo que le digo.
-¿Y por qué había allí fuera un tío que quería pagar por ti?
-No puede ser, tiene que ser una equivocación. Mi jefa nunca lo permitiría, no puede ser capaz... –intento negar. No quiero creer lo que dice, aunque la chica también me lo ha dicho antes.
-¿Ah no? ¿Y entonces por que he tenido que pagar para impedir eso? ¿Eh? ¿Sabes cuánto dinero he tenido que pagar por ti? –su mirada es intensa llena de furia.
-¿Qué...? –digo atónita por lo que me está contando –No no puede ser, ella nunca... –estoy bastante impactada por todo lo que está pasando.
-Lo estaba haciendo –afirma su voz seria y siento un nudo en el estómago haciendo que la ansiedad comience apoderarse de mí.
-No... no... no –empiezo a decir una y otra vez mientras lágrimas corren por mis ojos.
-No llores –escucho que me dice. No dejo de llorar. Con sus dedos limpia algunas de mis lágrimas que caen por mi mejilla y mis ojos vuelven a conectar con los suyos para luego decirme:
–Nos vamos de aquí.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro