Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 19

La agonía y el ahogo que me invade en este preciso instante es tan aterrador que tengo por seguro que la solución y la única buena opción es salir corriendo de este sitio, aunque suponga el no cobrar la oferta. Me da igual ahora mismo la estúpida propuesta que hice. Prefiero irme a casa con tal de no pasar por esta situación que me crea estas sensaciones tan angustiosas que hasta incluso puede llegan a ser peores.

-¿Bella ocurre algo? Te has puesto pálida.

Quiero decirle que estoy bien, pero mi voz ha sonado tan inconvincente y aterrada haciendo que no se lo trague al volver a decirme que le diga que es lo que me preocupa.

-No pasa nada solo que no esperaba tanta gente, solo es eso.

Digo de una vez. ¿Debería irme? Sí, pero mi cuerpo no lo hace. Robert trata de apaciguarme mientras caminamos juntos hacia el trayecto de la entrada. Sus palabras diciéndome que esté tranquila que todo va a ir bien no hacen ningún efecto en mí. Solo hace que la angustia se intensifique más y mi cabeza solo reza para que la pesadilla no llegue hacerse realidad.

No necesito ni quiero más problemas en estos momentos.

Mis ojos se han convertido en una especie de detectores cuando entro. Escanean a cada persona que está presente y después de un rato un ligero desahogo siento al no encontrar ninguna cara conocida.

Mientras los minutos pasan y nos adentramos más en el ambiente cada vez me siento más aliviada y tranquila.

-Ves te dije que no pasaba nada -la voz de Robert me habla.

Parece que ha notado que me ando algo más tranquila.

-Hombre Robert que bueno verte por aquí.

Un hombre que ronda la misma edad que Robert aparece detrás nuestra para saludar. Acto seguido el hombre pone su atención en mí y me resulta extraño la expresión de sorpresa que muestra al verme.

-Vaya, ¿y esta preciosura de chica quién es? No suelo verte acompañado nunca Robert.

Mi vista viaja hacia mi acompañante el cual le mira fulminante ante su comentario. Este último que ha dicho ha sido para fastidiarlo creo.

-Se llama Bella y es mi acompañante. Que no me veas acompañado no significa que no lo esté.

La tensión que hay entre estos dos no me huele nada bien.

-Bueno si nos disculpas, tenemos que seguir saludando –vuelve hablar Robert posicionando una mano sobre mis espaldas para indicarme que continuemos.

-Un placer Bella, ya nos veremos.

Es lo último que dice.

-¿Ya nos veremos? –le susurro a Robert.

-No te preocupes, no volverás a verlo –afirma.

-¿Por qué he notado esa tensión entre vosotros?

-Hemos tenido nuestras diferencias, nada importante.

Tan solo me contestas eso por lo que no le hago más preguntas sobre el tema. Supongo que no querrá contármelo y bueno tampoco es que me importe mucho ya que solo estoy aquí para conseguir dinero no para meterme en sus vidas.

El tiempo pasa en este lugar saludando a un montón de gente. Amigos, compañeros de su empresa juntos a sus mujeres o novias, gente de otras empresas... y siendo sincera esto es un poco aburrido. Las personas solo se dedican hablar entre ella de sus empresas o de su vida que como he dicho antes me importa bien poco, pero tengo que parecer interesada en lo que me cuentan mientras me dedico a sonreír.

En uno de los momentos que una mujer de nombre Marie está conversando conmigo junto con la esposa de otro de los hombres amigos de Robert me disculpo con ellas para ir al aseo. Robert se da cuenta de ello e inmediatamente se dirige a mí.

-¿Estas bien?

-Solo necesito ir al baño. Ahora vengo –le contesto y sigo mi camino alejándome de todos ellos.

Conformo voy avanzando entre la gente un camarero se interpone en mi camino y eso es algo que agradezco para poder preguntarle en donde se ubican los baños. El chico amablemente me da unas direcciones hacia donde tengo que ir y sigo sus indicaciones hasta que por fin veo el letrero que simboliza que esos son los aseos.

Veo que hay unas cuantas personas por ese pasillo y cerca de la puerta y ahora lo que menos necesito es eso. Francamente me he excusado para alejarme de este ambiente ya que no podía aguantar más. Necesito un descanso para estar sola.

Por ello giro a la izquierda por otro pasillo y luego más adelante vuelvo a girar hasta que al fin me encuentro sola, no pasa nadie por aquí nadie, entonces me detengo.

Apoyo mis manos en la pared soltando un suspiro. No sé si puedo soportar estar más en este lugar. Que ganas de que termine ya esta noche.

Quiero irme a casa...

En tanto que estoy sumida en estos pensamientos una voz llega a mis oídos.

-¿Se lo está pasando bien señorita Harvins?

No.

No.

Y no.

No puede estar pasándome esto.

Esa voz no.

No puede ser cierto.

Giro mi cabeza lentamente con la esperanza de que lo que acabo de oír solo sea una alucinación. Alzo mi vista hacia arriba y en ese instante siento que mi mundo se paraliza al toparme con esos ojos verdes. El corazón se me detiene, no lo siento latir. Un pánico se apodera de mí cuerpo por completo.

La pesadilla se ha hecho realidad.

-¿No te alegras de verme?

Es lo segundo que me pregunta. El magnate no deja de observarme. Su mirada es tan penetrante que no soy capaz de articular ni una palabra.

Ahora sí que si quiero salir corriendo de este lugar.

-Ya veo que no –habla y a continuación vuelve a formular otra pregunta pero esta vez cambia la voz a una mucho más dura y firme que hace estremecer mi cuerpo -¿Qué haces aquí Bella?

No pasan ni tres segundos de formular la pregunta cuando una tercera voz interviene que proviene de atrás del magnate.

-¿Qué está pasando aquí?

Es Robert que avanza hasta quedar cara a cara con él. Cuando ve su rostro este cambia su expresión.

-Vaya Liam que gusto verte –le dice Robert.

-Para mí no tanto –responde enseguida el magnate.

Robert da unas carcajadas.

-Siempre tan simpático.

Después de eso Robert dirige sus ojos hacia donde estoy y en cuanto ve mi estado dice:

-¿Te está molestando Bella?

Tras oír pronunciar mi nombre en su boca el magnate de inmediato clava su vista en mí. Su mirada es furiosa.

-No, no me está molestando –consigo responder.

-Bueno entonces volvamos a la fiesta.

Quiero dar un paso para marcharme, pero el magnate se interpone en mi camino.

-Ella no va a ir contigo a ningún lado –le dice tajante a Robert posicionándose delante de él.

Oh no. Esto tiene muy mala pinta.

-Ella ha venido conmigo asique quítate del medio Liam. Ella es mía.

Esta vez es el magnate quién suelta una carcajada.

-¿Tuya? Creo que estas un poco confundido.

-¿Ah sí? ¿Y por qué iba a estarlo? ¿Acaso estás celoso Liam?

El duelo de miradas desafiantes que hay entre los dos es de lo más tenso. A ninguno le cae bien el otro eso está más que claro y que yo este con un hombre de una empresa rival a la del magnate no es de bien gusto y más cuando yo trabajo también en esa empresa.

¿Por qué no me habré informado antes acerca de todo lo que tenía que ver con este evento?

-Bella porque no le dices quien soy yo para ti.

¡Maldita sea!

En ese momento Robert se queda sorprendido antes esas palabras. Parece no entender nada y normal que no lo entienda porque la verdad va a salir a luz.

-¿Cómo? ¿Ustedes dos se conocen? Bella que está pasando –me reclama.

-¿Qué qué está pasando? Te lo diré yo. Yo soy su jefe.

La cara de Robert se descompone.

-¿Eso es cierto Bella?

Ya no puedo mentir.

-Es cierto –afirmo agitada de nervios.

La curvatura de la sonrisa victoriosa del magante se aprecia marcada en su rostro. Robert se queda parado pensando por unos segundos procesando toda esta situación.

-Hablaré con ella a solas –suelta de repente –Bella vamos –ordena.

-Ni se te ocurra –me advierte cuando quiero dar el primer paso –Te lo vuelvo a repetir por si no te ha quedado claro, ella no se va contigo.

-No eres tú quien lo decide Liam, ella es libre para decidir.

Me quedo paralizada ante todo lo que estoy viviendo. Lo único que hago es observar como una espectadora ya que no sé ni que hacer. Como me vea obligada a elegir... ¿qué se supone que es lo correcto? ¿Irme con mi jefe o irme con el hombre quien me ha contratado?

-En eso tienes razón –responde el magnate -Ella es libre para decidir lo que quiera en su vida.

Hace una breve pausa para fulminarlo con los ojos y decir:

-Pero en esta ocasión decido yo. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro