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Capítulo 12

Llevo desde las 6 de la mañana despierta con un estrés y cansancio encima intentando que todo esté listo y que no se me olvide nada en el piso. Mis compañeros se han ofrecido a venir a ayudarme con las cosas y la verdad que es un gesto que agradezco y además es bonito de su parte. También otro punto a favor ha sido que ambos tengan coche porque de esa manera me he ahorrado tener que alquilar el transporte de desplazamiento de la mudanza.

El pisoteo de nuestras zapatillas de deporte es lo único que se ha escuchado en todo el edificio esta mañana, entre subiendo y luego bajando las cajas.

Ya por fin está todo listo. Todo listo para marcharme.

Ahora la casa está recogida, se encuentra vacía como la primera vez que la vi. Observo por última vez cada rincón de ella echando el vistazo final y me está dando mucha tristeza.

-Bella, ¿ya está todo? –el eco de la voz de Logan, uno de mis compañeros, se escucha desde afuera.

-Sí –afirmo mientras se me escapa una lágrima.

-Eyy, ¿estás bien?

Asiento mientras que los recuerdos de estos años aquí se me van pasando por la mente.

-Estoy bien solo que me da pena después de todo este tiempo...

Veo como el chico da pasos hacia mí. Logan es bastante alto y cuando queda a centímetros de mí a su lado parezco algo diminuta. Sus ojos son azulados y su cabello castaño se encuentra algo revuelto. Supongo que ha sido una de las consecuencias de tener que levantarse tan temprano para ayudar a una semidesconocida. Pero aun así se ve lindo.

-Es normal no te preocupes –dice mientras que una sonrisa se desliza por su boca –a ver sé que no va a ser lo mismo a partir de ahora, pero te prometo que no somos malos tíos.

Esta vez una sonrisa se me marca a mí.

-Eso espero.

Decido que ya va siendo hora de irme definitivamente y lo hago junto a Logan. Cierro la puerta dando por finalizada esta etapa.

Recorremos unos cuantos kilómetros en coche hasta llegar al nuevo barrio. Son solo unos 15 minutos de diferencia con respecto a donde vivía antes. Aparcamos en uno de los huecos que hay libres en el parking de nuestro edificio y volvemos de vuelta al trabajo. Subir todas mis pertenencias.

-Chicos, muchas gracias por todo. Enserio –les digo cuando soltamos al suelo las últimas cajas que quedaban por subir. Me sabe mal por ellos.

-No es nada Bella –Aaron me responde. Este se ve más tímido que en comparación con Logan que es más extrovertido. Los dos estudian juntos en la misma carrera por lo que me han contado -Por cierto, nosotros tenemos que irnos ahora que tenemos partido. ¿Necesitas alguna cosa?

-No, no tranquilos podéis iros. Tan solo es ordenar todo y ya está.

Me paso casi toda la mañana recorriendo de un lado a otro colocando y decorando mi nueva habitación a mi gusto. Algo bueno es que es amplia, no tan grande como la que tenía antes, pero está bastante bien. Lo suficiente para que coja una cama grande, una mesita de noche, el escritorio y un buen armario para toda mi ropa. Después de unas horas el cansancio puede conmigo por completo y me rindo a tomar un largo descanso. Creo que estos días continuaré poco a poco porque ya hoy no puedo más. Termino por sentarme en el sofá del salón principal y enciendo la televisión para entretenerme un rato cuando el sonido de un mensaje en mi móvil se escucha.

Bella, comeremos con los del equipo. No nos esperes. Luego nos vemos.

De acuerdo, pasáoslo bien.

Tras recibir el mensaje miro el reloj y es casi ya medio día asique me dirijo hacia la cocina para ver que tienen los chicos y poder planear lo que hacerme de comer. No he ido a comprar nada con todo el jaleo de la mudanza. Ni siquiera lo había pensado y por si fuera poco es domingo. No hay nada abierto hoy.

Espero que, aunque sea tengan para hacer un simple sándwich. Con eso me conformo. Abro cada puerta de los armarios en busca del pan y cuando lo encuentro abro el frigorífico para sacar los demás ingredientes. Vuelvo al sofá de nuevo sentándome con las piernas cruzadas y disfruto mi comida mientras veo una de mis series favoritas.

No soy consciente del momento exacto en que me deje sumir por el sueño ni de como he llegado a mi cama. Recuerdo haber seguido viendo la serie y supongo que de un momento a otro caí rendida en los brazos de Morfeo. Me levanto algo aturdida e intento dar unos cuantos pestañeos para espabilarme. Luego salgo de la habitación y al llegar al salón veo como Aaron y Logan se encuentran sentados echándose unas partidas en la videoconsola.

Logan echa una mirada hacia atrás y se percata de mi presencia.

-Despertó la Bella Durmiente.

Al decir esto, Aaron enseguida dirige también su mirada hacia mí.

-¿Me habéis llevado a la cama? –pregunto para confirmar lo que sospecho. No puede haber sido nadie más aparte de ellos.

-Pensamos que estarías más cómoda –responde Aaron.

-Gracias –digo apartando un poco la mirada porque me siento algo avergonzada.

-¿Quieres jugar? –vuelve hablar Aaron alzando su mano para ofrecerme su mando.

-Eh, no, no gracias. Tengo que irme ahora, seguid jugando –contesto y de inmediato vuelvo de nuevo a mi habitación para cambiarme de ropa y arreglarme.

Me miro al espejo viendo cómo voy vestida. He elegido un vestido negro básico muy ajustado con un maquillaje algo sencillo pero que se note que por lo menos algo me he hecho, junto con unos tacones del mismo color. Hacía tiempo que no me arreglaba de esta manera desde la última vez que trabajé en Secret Black. También voy a ponerme una chaqueta para taparme del frío de la noche.

Vuelvo a mirarme una vez más y cuando me doy el visto bueno salgo por la puerta.

-Guau... -me topo con Logan en el pasillo - ¿A dónde vas? Te ves muy bien.

-He quedado con una amiga –miento.

-¿Quieres que te acompañe hasta donde hayas quedado?

-No tranquilo, pero gracias por ofrecerte.

-Vale, bueno pues entonces que lo pases muy bien.

Nos despedimos y cuando desaparece a su habitación cerrando la puerta veo como Aaron nos estaba observando mientras hablábamos. Al pasar por su lado siento el roce en mi piel de la mano provocándome un pequeño escalofrío.

-¿Segura que no quieres que te acompañen?

-Segura –sonrío para evitar que note que oculto la verdad.

Se me queda mirando a los ojos unos segundos de una forma un poco intimidante como si buscará eso, que estoy mintiendo, pero luego vuelve hablarme para decirme que disfrute de la salida. Cuando por fin salgo de casa siento un ligero alivio. No me gusta tener que mentir a las personas, pero no puedo decirles realmente a donde me dirijo.

No sé qué haré cuando tenga que ir a trabajar de noche.

¿Qué les voy a decir? ¿Se darán cuenta?

Puff... ya pensaré en algo.

Deambulo por las calles andando un buen rato de tiempo hasta que por fin llego a mi destino. Las luces rojas del cartel brillan dentro de la oscuridad de la noche. Cuando entro, todo está igual a como lo recordaba. Hay poco ambiente ahora porque aún es temprano todavía, pero algunos clientes parecen que ya están dando comienzo con su fiesta. Camino hacia donde se encuentra el despacho de Lara cuando su voz se alza detrás de mía.

-¿Bella? ¿Qué haces aquí? –no sé si es mi impresión, pero parece bastante desconcertada, alarmada por verme.

-Venía hablar contigo.

-No puedes estar aquí –su voz es dura.

-¿Qué? ¿Por qué? Lara necesito volver –empiezo a suplicarle.

-Este sitio ya no es para ti –dice directa y clara.

-Lara por favor, necesito el dinero –vuelvo a insistirle. Esta me mira dubitativa por un momento, pero luego vuelve a negar.

-Lo siento Bella, tengo que pedirte que te marches.

¿Qué? No. No pienso irme, tengo que convencerla de alguna manera.

-Vale, siento lo que pasó aquel día de verdad....

-No estoy enfadada contigo.

-¿Entonces?

No comprendo porque me rechaza si no está enfadada por lo que pasó.

-No, no puedo...

-¿Por qué? –me acerco más a ella para que me explique.

-¿Él sabe que estas aquí?

-Saberlo, ¿quién? –no entiendo para nada que quiere decirme, a qué se refiere ¿Él? ¿Pero de quien habla?

-Olvídalo –responde.

Veo como quiere largarse de mi vista, pero la retengo.

–Necesito dinero para las medicinas de mi abuela. Es importante.

Mi mirada suplicante y de desesperación intenta que haga efecto en ella. Finalmente rendida por mi pesadez me dice:

-Mira no puedo darte trabajo aquí, pero si de verdad necesitas el dinero toma –me entrega una tarjeta que saca de su bolsillo con una dirección junto con un número de teléfono y en la esquina el nombre que supongo que será de un local. Fox Night pone –allí conseguirás trabajo, pero antes debes prometerme una cosa –la miro poniendo atención a lo que va a decirme - No puedes decirle a nadie que he sido yo quien te ha dado esto ni quien te ha mandado allí, ¿de acuerdo?

Hay algo que me oculta eso está más claro que el agua, pero no quiero ser más pesada ni insistir en que me lo diga porque no creo que obtenga respuesta por su parte. Yo solo necesito el trabajo y me está ofreciendo una posibilidad asique tan solo acepto su promesa.

-Te lo prometo. 

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