Miro cada detalle de su rostro intentando comprender como es posible que su boca me haya confesado tal cosa. Entonces en ese instante comienzo a recordar todos los momentos que he vivido con él.

Lo arrogante y estúpido que ha sido desde el primer momento que le conocí.

La superioridad con la que habla siempre creyéndose que tiene el poder de todo.

La noche que lo vi enfurecido cuando me vio en el local.

Sus enfados.

Sus amenazas.

Luego el percance en el ascensor.

Su beso.

Y la última vez que estuvo en mi casa haciendo memoria de sus palabras:

<<No quiero que se confunda. Solo fue para calmar tu histeria, fue un impulso, pero nada más>>

Y ahora esto. 

¿Está jugando conmigo? Tiene que ser un juego. No me cabe otra explicación, pero la pregunta es ¿por qué lo hace?

Sin demorarme más de la cuenta me aparto de él guardando distancia. Tengo que mantenerla, no quiero más problemas en mi vida ni mucho menos que me use a su antojo si eso es lo que pretende. No voy a permitírselo a pesar de que haya sentido deseo en ese beso que acabamos de darnos.

-No vuelva hacer eso.

Puede notarse incluso la seriedad con la que he pronunciado la frase. Tiene que sonar de esa forma para que no vuelva a ocurrir. No puedo dejar que esto me afecte, yo solo tengo que centrarme en mi abuela porque es mi prioridad, conseguir dinero para sus medicinas. Dicho eso el magnate se queda quieto sosteniéndome la mirada con una expresión como si no se esperase la reacción que he tenido.

Le dirijo una última mirada y bajo mi vista hacia el suelo mientras me echo a andar alejándome de él.

-Bella, ¿todo bien? –la voz de Alex me habla nada más salir del despacho de su hermano.

-Sí, todo bien –me dedico a decir ocultando realmente todo lo que sucede.

-¿Segura?

-Sí, tengo que irme a trabajar Alex, hablamos en otro momento ¿Vale?

Me despido de él encaminándome hacia mi despacho. Al llegar cierro la puerta y me tomo unos minutos para tomar unas cuantas respiraciones profundas. Una vez que me noto algo más aliviada me siento en la silla para seguir con el trabajo correspondiente y con el anhelo de que llegue la hora para poner fin al día de hoy.

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-¡Sorpresa!

-¿Qué hacéis aquí?

Mi cara es de sorpresa total.

-Creemos que necesitas más manos asique aquí estamos –dice Bruno con su radiante sonrisa.

-Y que en estos momentos nos necesitas –la voz de Ana suena un poco apenada -Lydia no ha podido venir ahora, pero dice que más tarde se pasará.

-Muchas gracias por venir chicos.

Siento que estoy empezando a derrumbarme asique me lanzo a abrazarlos de inmediato. Estos días han sido bastantes duros, he tragado mucho yo sola y es que me siento tan agobiada por todo que necesito desahogarme de alguna forma.

-Bella todo va ir bien, estamos contigo –me susurra Ana.

-Todo me está resultando difícil de llevar, no puedo con todo.

-Para eso hemos venido –esta vez habla Bruno.

Le dedico una sonrisa y entramos en mi piso, bueno mejor dicho en mi futuro ex piso. Antes de que me ayuden a empaquetar todas mis cosas, como es bien temprano por la mañana les he preparado rápido un desayuno con lo último que me quedaba en casa, tostadas y café. No es el mejor desayuno del mundo, pero es lo único que tengo. Mientras la tostadora y cafetera hace su función yo me desprendo de todo lo que llevo encima y les cuento absolutamente todo lo que me ha ocurrido estos días atrás.

-¡¿Te has besado con tu jefe?! –los dos gritan a la vez cuando le suelto la noticia y veo como sus caras son un cuadro en estos momentos.

-Estoy flipando –Bruno continúa hablando –ósea mi amiga la que decía que no quiere saber nada de tíos se enrolla con su jefe. Impresionante.

-Solo ha sido un beso, bueno dos –suelto esto último rápido girándome para ver cómo va el desayuno tratando de mirarlos.

-Bella... -la voz de advertencia de Ana la cual conozco y sé que va a decirme.

Entonces vuelvo a girarme para tranquilizarla.

-Le he dejado las cosas claras, no quiero problemas. Ya se lo he hecho saber.

Sus hombros se relajan y da un breve suspiro de alivio. El sonido de la tostadora suena y sin mediar más palabras cojo unos platos para preparar finalmente nuestro desayuno. El tema del magnate ya queda en segundo plano y nos centramos en el estado de salud de mi abuela.

Después de un rato de charla y comer dejo todo en el fregadero y nos disponemos con la mayor tarea: la mudanza.

La mañana y parte de la tarde se basó en guardar todas mis pertenencias en cajas de cartón que compré en un bazar cerca de casa. Lydia se unió a nosotros al medio día para la hora de comer. Ya son casi las siete de la tarde y ellos ya se han marchado a sus respectivas casas. Ha sido bastante agotador y la verdad que sin su ayuda aún estaría todavía liada con la tarea.

Esta será la última noche que pase en este lugar y me da bastante pena porque he pasado aquí todo el tiempo desde que vine a estudiar la carrera en la universidad.

Supongo que todo tiene un final, no todo es permanente en esta vida y siempre hay que dar nuevos comienzos. Espero que todo vaya bien a partir de ahora en el otro piso y con mis compañeros nuevos.

También creo que va siendo hora de dar otro paso a mis problemas. Llevo días pensando y meditando con tranquilidad la decisión que he tomado con respecto al trabajo y viendo que no consigo encontrar nada, creo que la mejor opción es volver a Secret Black. Mañana es domingo asique cuando acabe de dejar todas mis cosas de la mudanza iré a hablar con mi ex jefa con la esperanza de que pueda volver a contratarme.

Puede que sea un error o puede que no pero tengo que intentarlo, todo sea por el dinero para las medicinas.