• Epílogo | Sr. Jeon.
𝘋𝘦𝘥𝘪𝘤𝘢𝘥𝘰 𝘢 𝘵𝘰𝘥𝘰𝘴 𝘭𝘰𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘢𝘮𝘢𝘳𝘰𝘯 𝘭𝘦𝘦𝘳 𝘭𝘢 𝘩𝘪𝘴𝘵𝘰𝘳𝘪𝘢 𝘥𝘦𝘭 𝘫𝘰𝘷𝘦𝘯 𝘲𝘶𝘦 𝘲𝘶𝘦𝘳í𝘢 𝘴𝘦𝘳 𝘢𝘮𝘢𝘥𝘰 𝘺 𝘦𝘭 𝘩𝘰𝘮𝘣𝘳𝘦 𝘲𝘶𝘦 𝘢𝘯𝘩𝘦𝘭𝘢𝘣𝘢 𝘴𝘦𝘳 𝘭𝘪𝘣𝘳𝘦.
-𝘏𝘢𝘯𝘺
Sus cabellos castaños se ondean libremente gracias a la brisa cálida de aquel día veraniego, su piel que ahora mismo parece haber recuperado la vitalidad que en algún momento de su pasado perdió, hace saber a todos aquellos que lo aprecian que ha podido salir victorioso de ese batalla que marcó un antes y un después en su existencia. Su vida realmente se modificó, decayó y volvió a resurgir a pasos demasiados pequeños, pero efectivos.
Ahora, a sus 24 años de edad puede decir que es una persona totalmente rehabilitada, que ya no posee ni siquiera atisbos del horroroso individuo en el que se convirtió. Aquel chico llorón, quejumbroso, que no hallaba sentido alguno por el cual seguir más allá que el de una ilusión que no pudo convertirse en realidad, ha quedado en su memoria como la verdadera distorsión del amor.
Jeon YeonJun, puede decir justo ahora que es totalmente libre. Libre de amar la vida, de amar el transcurrir del tiempo, los cambios, las alegrías, las desdichas. Lo acepta todo, cada una de las pruebas por complicadas que sean, las acepta con el mejor ánimo de poder superarse cada vez más.
-Pensé que no ibas a poder venir...—finalmente dice Jungkook, interrumpiendo los pensamientos del castaño que yace de pie a su lado. Su hijo lo mira con aquella sonrisilla boba en los labios, no pudiendo asimilar todavía que habían pasado casi tres años desde la última vez que tuvieron en el mismo lugar. Está grande, mucho más esbelto y elegante de lo que recordaba, pero sin dejar ir aquellos rasgos de bebé que lo han acompañado de por vida. ¿Quién sabe? Quizás solo son ideas suyas, o es aquella parte paternal que siempre estará presente hasta que muera—esto significa mucho... Dios, gracias.
-No agradezcas, te lo dije... Regresaría a ti cuando todo aquello terminara, y debo decir con total claridad, que eso terminó hace mucho. Yo solo...—se alza de hombros, mirando lo hermoso de aquel atardecer que desde ese balcón perteneciente a esa grandiosa construcción en la montaña, puede ser partícipe—estaba encontrándome. No fue algo sencillo, pero creo que ha valido la pena. Por otra parte, ¿Cómo me iba a perder la boda de mi papá? Vamos, debe ser el día más feliz de tu vida.
-Ahora lo es—asegura bajo, teniendo que controlarse para no dejar correr aquellas gotas saladas que quieren hacer un paseo lento por sus mejillas. Las esquinas de sus ojos se arrugan cuando una gran sonrisa se posa en sus labios, siendo demasiado visible la gigantesca felicidad de tenerlo allí, entre aquellas pocas personas que comparten la alegría de un matrimonio con el chico de las estrellas—n-no sé cómo decirlo... Pero presiento que en cualquier momento realmente voy a explotar. Mi hombrecito... Bienvenido a casa—saliendo espontáneamente, ambos se funde en un abrazo que los hace lagrimear por los próximos minutos.
Lo había extraño. Sinceramente había extrañado los brazos de su papá, el calor de sus extremidades, la protección de su aura. Otra vez se siente como un pequeño niño que hacía cualquier cosa para que lo llevara en sus hombros, para que le leyera algún cuento o besara su frente con ese cariño cegador que siempre lo ha caracterizado como el mejor padre del mundo. El nuevamente azabache que ahora posee una que otra cana por su melena lisa, toma las mejillas de su hijo entre sus palmas y pega sus frentes con afecto.
Los rayos cálidos del atardecer los acarician, la brisa medianamente fría parece querer acunarlos y que aquel necesitado contacto que se había imposibilitado por un tiempo, nunca se rompa. Un beso en la frente por parte de Jungkook termina de hacer llorar al chico, que solo puede buscar el refugio entre su cuello, incluso, si ya está demasiado grande para ello.
La ex esposa del hombre no puede evitar que algunas lágrimas corran su maquillaje perfecto al visualizar la escena desde un par de metros más allá, a su lado, un hermoso Taehyung que mantiene una corona de flores sencilla en sus cabellos nuevamente ondulados y rubios, tiene que tragar el nudo de su garganta para no terminar como la grandiosa mujer que destila elegancia; en caso contrario, sería SeokJin quien lo asesinaría por haber estropeado la delicada obra de arte que hizo con sus ojos al aplicar aquella sombra en tonos claros, delineador e iluminador en algunas zonas. Joder, tardaron como dos horas en maquillarlo, simplemente no puede terminar llorando allí...
Pero es tan difícil. Es que... Vamos, Jungkook es el hombre con el cual se va a casar dentro de quince minutos, ese que ha estado para él en los últimos tres años aguantándose su mal carácter o berrinches de bebé, sus momentos de alegría excesiva o tristeza, sus tropiezos profesionales o éxitos... Simplemente todo. Ese hombre de 41 años, es lo mejor que le pudo haber pasado en su historia, y verlo ahí, llorando de alegría por finalmente poseer a su hijo una vez más de vuelta, le explota el pecho de alegría, de anhelo.
En todo este tiempo el hombre no podía evitar suspirar mientras su vista se perdía en el horizonte al preguntarse en qué lugar estaría su hijo, o que estaba haciendo; porque el chico decidió salir de viaje una vez concluyó su rehabilitación sin deseos de dar explicación alguna de dónde o con quien estaría, solo él y la carretera por delante en busca de poder encontrar aquella parte de su existencia que perdió en algún punto. Y aunque Jungkook lo entendía, lo incierto de su paradero le generaba viva ansiedad.
Pero ya no más, ahora están allí. Padre e hijo compartiendo un reencuentro memorable, de esos que serán recordados durante toda la vida.
-Deberías de ir—menciona el rubio a la mujer, que hace el intento de limpiarse las mejillas con un pañuelo color salmón. Ella lo mira con dudas, no creyendo que sea lo mejor interrumpir un momento entre ambos hombres—vamos, ellos siguen siendo tu familia a pesar de todo. Ve, que dentro de un rato me voy a robar al novio...—bromea, consiguiendo una sonrisa temblorosamente de parte de Ji Woo.
Un par de segundos después, es testigo de que Ji Woo acorta los metros para también participar en el abrazo con su ex pareja e hijo que la reciben gratamente. Taehyung ahora si no puede contener las ganas de llorar que lo inundan. Puede ser absurdamente tonto, pero desde que conoció a la familia Jeon supo que los unía mucho más que un matrimonio o un descendiente. Era la vibra de ser un hogar, uno de verdad, más allá de que existiesen problemas o diferencias, cosas no dichas o arrepentimientos. Ellos se querían, se quieren, sinceramente.
Y aunque en algún momento se sintió culpable por haberse robado al Sr. Jeon, ahora sabe que su llegada trajo cosas triste, pero también extensa felicidad para la vida de cada uno de ellos que pudieron encontrar quienes eran realmente.
Una última mirada a las tres personas, y decide retirarse entre pasos suaves para darle su momento de privacidad. Una vez vuelve dentro de la casa, puede notar todas aquellas peonías que decoran el diminuto patio en el cual se llevará a cabo la ceremonia. Su padre está junto a JunHa hablándole de quién sabe qué mientras ven el paisaje. El niño de su mejor amiga está realmente grande y hermoso, todo un caballerito atento que le da demasiada ilusión de convertirse en padre.
Al otro lado, Hannel conversa plácidamente con Jimin, quien será su padrino, y el padre del mismo, que sorprendentemente decidió venir a felicitar personalmente a su enemigo número uno en el mundo. SeokJin devora los abrebocas junto con un enamorado NamJoon que le sigue los talones con un plato repleto de comida para su mayor comodidad. HyoJung, quien será la madrina elegida por Jungkook, Hoseok y otros colegas de su trabajo esperan pacientes con que la ceremonia comience.
Y él... Solo puede sentir el temblor de sus manos debido a la anticipación, el nerviosismo que se arremolina en su estómago y aquellas ansias casi animales de poder decir "Esposo". Vaya, ¿Realmente va a ser su esposo? Aquel hombre perfecto que pasa horas perdido en el cielo y asemejando cada belleza exterior con su propia sonrisa cuadrada, ¿Realmente será su esposo? Siente que su corazón va explotar, que sus ojos dejaran ir todas y cada una de las lágrimas que juró no dejaría que dañara su linda cara.
Pero nuevamente, es tan difícil.
¿Quién podría decir que esa corta conversación en aquel despacho terminaría en una boda varios años después? Incluso ahora, no puede terminar de asimilar que se ha graduado de ingeniería civil, que está cursando actualmente letras y que se va a casar. Que ese hombre maravilloso que lo hace sentir más allá del cielo, será el padre de su hijo... Ese que planean tener en un futuro no tan lejano del ahora. Es que de solo repasarlo, puede sentir su piel erizarse, su alma desearlo.
Dios, es tan feliz ahora.
-Mi pequeño bebé—Jungkook lo abraza desde la espalda repentinamente, sorprendiéndolo. Sin embargo, Taehyung se relaja casi al momento entre su contacto. Sus deliciosos olores se entrelazan mágicamente, consiguiendo que ambos quieran fundirse en el otro por algunas horas—¿Qué tanto piensas? No me digas que estás imaginando la mejor manera de huir de la boda...
-¿Qué dice, Sr. Jeon? No se librará de mí tan fácilmente—bromea en cambio, vislumbrando a YeonJun llegar al patio justo con su mamá que todavía se mira muy afectada. Casi de inmediato, un joven bastante alto que cree haber visto en algún momento en la universidad, se acerca a ellos para poder quitar con sus propios dedos el rastro de llanto del ahora castaño de facciones dulces. Ese es el YeonJun que Taehyung recuerda—uh... ¿Es el nuevo novio de Yeon? Por favor, no lo mires demasiado—riñe, logrando unas diminutas cosquillas por parte del mayor—ya, ya... Es broma.
-Creo que ambos hemos quedados un poco tocados con eso de los padres y los novios de los hijos—prefiere decir, sobando cariñosamente su mejilla de la contraria—no me dijeron su nombre, pero según su madre están saliendo... O algo así. Y aunque parezca sorprendente, el día que te iba a conocer a ti, recuerdo que le pregunté a YeonJun si eras un hombre de tres metros, con tatuajes y con un historial de ex –convicto, y resulta, que este chico sí que tiene todo eso en ese perfecto orden, ¿No es increíble?
-Oh... Espera, ¿Creías que era todo eso?—curiosea, mientras se da la vuelta y lo abraza por el cuello con cuidado. Es en ese momento, que Jungkook termina de perder el habla al reconocer aquella belleza etérea que jamás mientras tenga vida dejará de apreciar. Su chico, su novio y ahora futuro esposo, definitivamente es el hombre más hermoso del mundo... No, no solo hombre, es el ser humano más hermoso que ha existido—¿Qué tal fue la sorpresa cuando me viste? Rayos, amor. Nunca hemos hablado de esto ¿O si?
-Umm no, creo que no. Pero... intuyo que deberíamos dejarlo para otro momento porque la organizadora de la ceremonia nos está mirando fijamente mientras revisa la hora de su reloj de muñeca con insistencia—farfulla de manera cómplice—¿Y si deseo robarme al novio antes de que se case? ¿Me lo perdonará algún día?
-Oh, no, claro que no. Podrás hacer eso después de que pongas ese anillo en mi dedo—confirma, robando un besito de sus labios antes de ser solicitada la presencia de cada uno en el arco de flores que los espera en la mitad del adornado lugar. Ambos se toman un segundo para sumergirse en los ojos contrarios, hallando la más hermosa verdad en cada uno de ellos. Un amor real, de ese que no muchos conocen en vida—te amo, Jungkook.
-Te amo, Taehyung. En serio te amo... Te amo—vuelve a rozar sus labios completamente inundado de sentimientos que lo rebozan hasta la coronilla—¿Vamos?
-S-Sí.
Los invitados que previamente ocuparon sus respectivas sillas de madera blanca, aprecian risueños la manera en que la pareja sale de la casa tomados de la mano entre pasos lentos. Ambos visten de blanco, son prendas sueltas que reflejan la comodidad de estar rodeados de sus más cercanos familiares y amigos; no queriendo hacer de este momento algo realmente ajetreado para ellos, al contrario, desde siempre desearon una experiencia serena e íntima.
♫ Si pudiera ser honesto en este momento, he estado muy nervioso de pararme aquí contigo. Todos están presentes por nosotros, siento sus auras, pero por un momento voy a fingir que solo estás tú.
La persona encargada de llevar a cabo la unión comienza con algunas palabras en las cuales ratifica que el amor siempre será bendecido por la vida, independientemente de la forma en la que se presente, ya sea en sexos igual, diferentes, culturas o religiones opuestas. Que se siente honrado de poder unir legalmente vidas que deciden permanecer juntas, y que les desea excesiva felicidad.
Un poco después de cumplirse ciertos protocolos, los votos son pronunciados entre voces entrecortadas y sentimentalismo que arrancan lágrimas de más de un invitado presente, Jimin particularmente cubre su cara un par de veces para que no sea visible que llora de alegría por presenciar la unión de su mejor amigo con el hombre que ha elegido para amar. JunHa es el encargado de llevar las argollas de oro sobre un cojín blanco en forma de corazón que es adornado por encaje floreado, hasta ambos hombres que se encargan de colocar el respectivo en el dedo contrario.
♫ He besado esos labios miles de veces antes de esto.
Entonces, el momento de besar al compañero de vida llega, y ellos solo pueden observarse con aquella sonrisa tonta que podría hacer reventar de amor a cualquier otra persona fuera de sí mismos. Se acercan de a poco, y cubren sus labios con los contrarios en un roce demasiado sutil, lleno de sentimientos dulces, de ese amor suave que los mece entre su propia melodía conseguida por el latir de sus corazones.
-E-Esposo... Mi pequeño bebé, eres mi esposo—balbucea Jungkook, dejando que la alegría sea acumulada en gotas hacia las esquinas de sus ojos.
-S-Sí... Mi querido, Sr. Jeon. Soy su esposo.
♫ Mañana abriré mis ojos, y le susurraré a mi esposo "Te pertenezco" y esperaré oírle decir mientras una lágrima cae por su mejilla, "Te pertenezco"
-End-
Gracias por acompañarme en esta historia, quiero decir mil cosas, pero me limitaré a expresar que si esta lectura te sirvió para ver el mundo de una forma diferente o tan siquiera, cuestionarte algo. Entonces he cumplido mi cometido con esta historia que posee mis quejas a hacia una sociedad de padres que se han dejado ir por el simple hecho de criar un hijo.
En mi perfil de Twitter tengo un hilo sobre lo que me inspiró a escribir esta historia, quien desee leerlo puede buscarme, estoy como hanygarcia2.
¡Gracias por quedarte hasta el final!
¡Nos leemos en mi trilogía Aprender a amar!
-AlHanyG
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