•34 | El misterio del amor.
-Hacia un tiempo que no te escuchaba—la mujer del otro lado del teléfono trata de que su voz no se rompa debido a la emoción, fracasando evidentemente un segundo luego. Jimin no menciona nada, pero es capaz de identificar ese sentimiento que hace que su pecho se oprima. Los nudillos de la mano que sostiene el móvil se vuelven blanquecinos por el revoltillos de emociones que le atacan sin compasión—pensé que no volverías a llamar, la última vez no fue muy agradable... La verdad no importa eso ahora, ¿Cómo estás mi bebé? ¿Has comido bien? ¿Dormido?—intenta llenarse de nuevo ánimo.
-HyeSoo—corta en un susurro, cerrando los ojos con cansancio. Su mano libre presiona la barandilla de metal envejecido, tratando de centrarse en la llamada y no en todas aquellas personas que están dentro del restaurante fingiendo que en sus vidas todo está bien. Maldito sea el día que aceptó una segunda cita—no he llamado para hablar de mí, lo hice para saber de ti. ¿Tú cómo estás? ¿Has avanzado en algo? No he podido ponerme al día en cuanto a los correos de tu cuidadora, he estado muy ocupado. Lo siento.
-Hijo... Soy tu madre, por favor no me trates como si fuera una desconocida, la psicóloga dice que necesito encontrar nuevamente mi lugar entre las personas que forman parte de mi vida para seguir avanzando...-
-HyeSoo para...—pero ella sigue hablando de aquella forma acelerada que le dice que está perdiendo los nervios por el rechazo sutil de su propio hijo. No lo pueden culpar, no puede llamarla madre de un día a otro si aquel vínculo que se formó desde su nacimiento fue roto de la peor manera hace tantos años. Bien, HyeSoo está tratando de avanzar, pero no puede ir sin frenos por allí pretendiendo que a Jimin no le duela el pasado—por favor, detente. Cálmate... Escucha—suspira, cuando por fin la mujer hace silencio con algunos breves sollozos del otro lado—no te he llamado para discutir, no lo he hecho con esa intención. ¿Está bien? Yo solo... Joder, me alegra que hayas decido ver por voluntad a un psicólogo. Pero no puedes obligarme a que acepte un papel que dejaste de tener en mí vida.
>> No quiero reprocharte lo que ya sabes hiciste, no quiero revivir esos malditos días en un hospital por tus sobredosis. No quiero. No te he llamado para ser la familia que nunca seremos, esta mierda es un asco, HyeSoo. Lo sabes. Tengo más recuerdos solo, que contigo o papá... Incluso, justo ahora estoy en el balcón de un restaurante esperando que el hombre haga su aparición. ¿Sabes? Me dejó plantado anteayer, y he esperado hoy alrededor de 25 minutos para que llegue. Estoy cansado HyeSoo de renegar de esto... Y si te he llamado en medio de mi espera, es justo por eso, porque estoy agotado de esperar por ustedes.
-H-Hijo...
-Escucha—súplica, tratando de no alzar la voz. No está bien que se sienta así de frustrado repentinamente, pero no puede manejar el sentimiento que lo azota con cada minuto que pasa y su padre no llega—se supone que ustedes debían cuidar de mí y terminé siendo yo quien los cuidaba a ustedes. No tuve una adolescencia normal, no pude enamorarme, no pude ir a fiestas, no pude centrarme en mí porque estaba pendiente de que no te murieras, o recordando a papá que tenía un hijo.
>> No quiero seguir en esto, HyeSoo. Crecí lleno de muchas mierdas, inseguridades, desconfianza hacia todos. Realmente creí que nadie pudiese interesarme en mí, por el simple hecho de nunca interesarles a ustedes. No quiero estar bajo tu sombra o la de papá, tengo 22 años ahora y estoy convencido de que puedo ser un gran tipo. Tardé en entender qué era lo que quería, pero lo hice y en el proceso me di cuenta que básicamente estuve basando mi vida en demostrarles a ustedes que era lo suficientemente fuerte como para poder contra el mundo yo solo.
>> Sin embargo, no soy tan fuerte. A veces quiero que otro me ayude a sostener lo pesado del mundo, y está bien. Joder está bien. No soy menos luchador por recibir ayuda, no soy menos hombre por ser gay, no soy menos humano por tratar de fingir que no lo soy. HyeSoo, no quiero que me afectes más. Renuncio a esto, a ti, a la promesa que me hiciste de que un día vas a salir de las drogas para poder estar conmigo. Han transcurrido más de 10 años, no quiero más promesas, mejor, prometete a ti misma que lo harás... Quizás de esa forma funcione.
-¡E-Está funcionando!—asegura ella rápidamente, temiendo que Jimin le corte la llamada y salga de su vida. No quiere terminar de perderlo, sabe que fue una mierda de madre por nunca priorizar a su hijo, por solo pensar en sí misma como mujer y no pensar en que sus acciones repercutirían directamente en su único hijo. No quiere dañarlo más, obviamente. Pero tampoco desea que se aleje cuando más ha avanzado en su terapia—hijo, por favor. Sé que no tengo derecho alguno de pedirte que te quedes cuando yo misma te he mandado lejos, cuando te he herido y roto. Ahora lo entiendo, la psicóloga me ha hecho entender cosas que ignoraba verdaderamente. Por favor... Por favor no te alejes sin antes perdonarme ser una idiota—implora entre chillido.
-Mamá. Yo no me voy alejar lo suficiente como para perderte de vista, ¿Lo entiendes? Sigue siendo mi madre aunque reniegue de ello, eres la única que tengo—finalmente dice, ya sin ganas de hablar un poco más o terminará llorando en medio de este sitio jodidamente lleno de gente—Yo solo necesito tiempo para pensar, para trabajar en todas aquellas heridas que apenas me doy cuenta que nunca han cerrado. No me presiones. Pongamos manos a la obra, HyeSoo. Tú concéntrate en lo que debas hacer y yo lo mismo. Quizás en algún momento... Tú y yo podremos estar de vuelta en Busan viendo el mar que tanto nos gusta. ¿Recuerdas? Como cuando jugaba en la orilla con las caracolas, la arena... Pensando que era un gran ingeniero por hacer un castillo deforme—menciona, consiguiendo una risita agónica de parte de su madre.
A pesar que ella está llorando, Jimin puede tener seguridad que está más tranquila.
-Lo haré. M-Me centraré en esto para volver a lo que yo realmente quiero, a mi hogar. Y tú eres mi hogar.
...
Una vez vuelve a la mesa después de serenarse, decide dejar que sus ojos vaguen por el lugar para poder ocupar su cabeza en cosas banales. De haber sido otra situación, muy posiblemente ya hubiese mandado todo a la mierda con esa cena.
Realmente él no es muy paciente, pero con sus padres ha podido experimentar una verdaderamente extensa. Si los colocara en una balanza, obviamente la mala vida que ha llevado puede adjudicársela completamente a su madre y aquella adicción. Su padre a pesar de la clara ausencia que ha poseído, al menos se ha preocupado en velar que todo lo que necesite monetariamente nunca le falte, y siempre pregunta por un mensaje cómo va todo con su vida.
A pesar de que detestó mucho el que estuviera lejos pretendiendo estar cerca por medio de la tecnología, y que lo culpó por años de la adicción de su madre, pudo entender que estaba siendo llevado por su parte fragmentada. Esa que intenta victimizarse por todo, que intenta crear lastima en otros solo por ser su familia tan disfuncional como otras tantas. No ama al hombre con locura, porque al igual que con su madre, no pudo crear verdaderos lazos que lo lleven hoy a decir que se siente orgulloso por él, pero tampoco siente que se deba a su completa culpa.
Es decir, todavía tiene en su cabeza aquellas palabras de Jungkook en las cuales básicamente le indicó que los padres no nacen con un manual al igual que los hijos. Eso fue hace meses, y aunque en aquel entonces no quería comprender algo como eso, ahora sí que lo hace. Por eso, no puede juzgar tan arduamente a su papá. Él siempre intentó estar presente cuando tenía tiempo, pero el hombre debió comprender también que los hijo no solo están cuando los mayores tengan tiempo, están siempre, a cada momento, en cada instante creyendo no significar nada verdaderamente para ellos. Así como fue él.
Luego de darse un momento para respirar, reconoce que el lugar es realmente lujoso. Es esa clase de sitios que no esperas ocupar nunca en tu vida a pesar de que tienes la lejana esperanza de hacerlo. Paredes de mármol travertino de tono claro, suelo de porcelanato gris, mesas elegante de madera blanquecina con un mantel del mismo color que mantiene un fino diseño en las punta de tono plateado. Seguramente mantendrán la mejor calidad en cuanto a comida, así como la mantienen en aquel muchacho que toca en una diminuta tarima el Steinway & Sons con delicadeza. A pesar de ser un poco relajante fundirse en las notas, los utensilios chocando contra platos, los murmullos, unas cuantas risas que son más elevadas de las permitidas, hacen que se sienta mareado.
Diablos. ¿Cuánto más va a tardar? Fue el mismo hombre quien le pidió formalizar una segunda cita al haber tenido que cancelar la primera por un asunto "Urgente". Vamos, no está acostumbrado a estos lugares por más que tenga para pagarlos. Adicionalmente, este saco se siente extraño junto con todo lo restante, no es que hubiese querido estar un poco más formar para sorprenderlo, pero la verdad es que si lo hizo para eso. Lo menos que desea es que su padre piense que lo que está haciendo es una especie de broma o juego, esto es serio... Por un demonio, si no lo fuera, nunca hubiese aceptado esta cena en primer plano.
-Disculpe, Sr. ¿Ya quisiera ver el menú o preferiría algún trago? Poseemos una larga lista de bebidas que puedan complacer su paladar—el mesero insiste nuevamente, notando que ya lleva más de 45 minutos desde que llegó preguntando por la reservación de la mesa.
¡Es que se le va a reventar la ulcera que no sabe que tiene, si este hombre no llega ya mismo!.
-Esperaré un poco más antes de decidir tomar algo, gracias—sonríe apenado, desligándose una vez más del joven trabajador que solo sigue órdenes. No puede molestarse con él por ser persistente, a fin de cuenta, Taehyung le conversó mucho sobre esta clase de empleos por meses.
Sin embargo e inesperadamente, una voz gruesa detiene al mesero en su transitar haciéndolo volver nuevamente a la mesa sin espera alguna. Jimin finalmente eleva los ojos, encontrándose con ese hombre que posee un parecido asombroso consigo mismo, haciéndolo tragar saliva con incomodidad. La verdad es que no está habituado a poseer momentos de padre-hijo, mucho menos si se vuelven centro de negocios o peticiones que van por ese sendero desconocido donde el dinero es lo primordial.
-Traiga una botella de Château Margaux, por favor. También puede dejar el menú para nosotros—pide el hombre canoso, ocupando el puesto frente Jimin con total cuidado.
Seguidamente de hacerlo, sonríe con dirección a su hijo apenas sus miradas se cruzan, reconociendo aquel vivo color rosado en su cabeza como si fuera un dulce algodón de azúcar. No puede negar que en algún momentos esos tonos le parecían excesivos, pero su descendiente siempre ha sido un hueso duro de roer en cuanto a sus gustos, así que independientemente de aprobarlos o no, los sabe aceptar.
-Perdona el retraso—agrega un momento después, soltando el unico boton de su saco—tuve que dejar la junta a la mitad al distinguir que no acabarían nunca de decidirse. En fin, eso no es significativo. ¿Cómo estás?—pregunta mucho más relajado de lo recordado.
-Bien, estoy bien. Supongo que tú también lo estás, te ves saludable... Mejor que la última vez—y es que la última vez que lo había visto fue en una clínica por haber sufrido de un ictus leve. Eso fue hace... ¿Año y medio? Oh, no puede creer que haya estado evitando a su padre desde hace tanto. Una sensación de culpa lo hace sentir agobiado, por eso mejor toma el menú para ojear qué ofrece el restaurante de apetitoso—¿Todavía estás en terapia o algo? Realmente no parece que hayas estado tan delicado de salud. Espero no hayan quedado secuelas y ahora si estés tomando tu tiempo de descanso.
-Lo hago, lo hago—asegura con aquella muestra de felicidad en su rostro. Vaya, no parece que estuvieran hablando de la misma cosa. ¿Acaso está así de alegre por... Verlo? No, no está permitido fundar ilusiones en nada.
El mesero llega un instante después para servir una copa de vino a cada uno, dejando la botella dentro de la hielera elegante que parece ser de plata pura. Ahora entendería los absurdos costos de la comida. Definitivamente prefiere comprar un ramen y comerlo mientras ve alguna serie en Netflix junto con Taehyung y Thanos.
-Me alegra saber eso, tu salud es importante...-
-En realidad, voy a tomar unas vacaciones muy largas, Jimin. Creo que ya viene siendo hora de que... Me jubile de todo esto—finalmente dice, mirándolo cauteloso mientras lleva la copa a sus labios.
Justo allí, es que cualquier cosa que pudiera tener Jimin en su cabeza, simplemente se pierde; quedando solo un pitido ensordecedor que le hace creer que está implicado en un horroroso accidente y que esto solo es obra de su imaginación, pero la verdad es que no, no está en medio de nada más que ese gran restaurante con su padre en frente insinuando, o diciendo, que se va a retirar de su empresa. Es decir, que bien que lo haga, siempre ha creído que trabaja demasiado... Pero esto solo significa una cosa... Una muy importante que le va cambiar la vida completamente.
-Yo no estoy listo—es lo único que puede farfullar Jimin, dejando caer nervioso el menú sobre la mesa. Está seguro que no puede respirar por más que el proceso automático se está llevando con normalidad, repentinamente se siente fatigado, el dolor de cabeza se agudiza casi teniendo que sostenerse para no caer—no puede hacer esto justo ahora, yo estoy trabajando en mí, en lo que quiero... No...-
-Tranquilo, tranquilo. No quiero que te sientas así, Jimin. Que me jubile no quiere decir que tú debas tomar posesión de la presidencia o algo así—tranquiliza, al notar que su rostro se ha colocado pálido con la sola mención.—mi vicepresidente actuará como mí empoderado, al menos hasta que quieras asumir el cargo. Si eso no llegase a ocurrir... Bueno, realmente no he pensado en esa posibilidad. Pero tienes todo el derecho de asumir cuando sientas que estás listo. Puedes ir, visitar las distintas instalaciones y empaparte de lo que hacemos. Hijo, todo eso es tuyo. ¿Lo sabes?
Bien... Quizás eso de asumir la presidencia inmediatamente sí que era su plan original al decirlo, pero conociéndolo como lo conoce, sabía que nunca obtendría un "Por fin seré el presidente de la empresa, que pasada" En fin. Desde siempre supo que su hijo no quería tener que ver con ello, así que tuvo que hacer ciertos... Ajustes.
-Joder, papá. ¿Pero qué rayos esperas que diga?—pregunta aterrado, con los ojos exorbitados—Estoy en la universidad, ni siquiera he trabajo ni una sola vez en lo que se supone será mi carrera y ya me estás diciendo que tengo una jodida empresa que atender. ¿No puedes esperar para retirarte unos años más? No eres tan viejo, a ti te gusta hacer lo que haces. ¿Por qué no vas y peleas un poco más con Jeon? Ustedes tienen esa cosa extraña de competir...
-Estoy cansado, Jimin—interrumpe repentinamente, dejando la copa a un lado sin intenciones de seguir ocultando su verdadera fatiga que va más allá de algo físico. La sonrisa que su padre muestra es vacilante justo ahora—realmente estoy extenuado—repite en un susurro—tengo casi 50 años, he logrado cosas increíbles, he podido ayudar a muchas personas. Eso me ha dado el mérito de gran empresario, la tecnología es importante, nunca cesa, siempre habrá cosas por hacer. Esta empresa era todo lo que me quedó de tu abuelo, por eso, sentía que no podía flaquear, que no podía renunciar por más que hubiese querido en un par de ocasiones. Pero la verdad es que te funde, te hace dar cuenta que no importa qué tanto avances, si tú seguirás siendo un humano que muy posiblemente nunca verá los autos volar por los cielos.
>> Me di cuenta de esto mientras hacía rehabilitación, hijo. Estaba solo. No literalmente, porque tenía a personas alrededor. Pero emocionalmente, estaba desolado. ¿Sabes? Cuando uno es joven no piensa demasiado las cosas, no tiene ese miedo que se va agigantando con el paso de los años. Morir, básicamente nunca había sido un problema para mí, es normal. Pero después del ictus... Yo no volví a ser el mismo. No podría importarme menos la empresa o los convenios por los cuales luche por años. Incluso el idiota de Jeon se relajó demasiado, supongo que se cansó de pelear conmigo. Supe que se divorció y que ahora tiene otra pareja. Tiene una vida. Yo... Ni siquiera sé si mi hijo, realmente me considera su padre. ¿Entiendes? Posiblemente muera, y no sepa qué es ser libre de responsabilidades. Por eso acepté que no quieras tomar la empresa, no quiero que seas igual a mí. No quiero que mires atrás y te arrepientas de tu vida.
-¿T-Te arrepientes de tu vida?—pregunta calmadamente Jimin, no importándole que sus ojos justo ahora estén cristalizados. A fin de cuenta, nunca esperó que su padre viniera completamente con el corazón en la mano a esta absurda cena que se suponía debían hablar de negocios—¿De qué exactamente?
-De no estar para ti, Jimin. De no saber qué te gusta, si prefieres esto—señala el lugar en general—o una hamburguesa en algún puesto cualquiera en medio de la calle. Si prefieres el negro o el blanco. Si te gustan los gatos o perros. De no haber podido acompañarte en las salas de esos hospitales cuando tu madre recaía, y no haber hecho más cuando una citación del juzgado llegó a mi despacho. De haberte traído aquí, incluso sabiendo que amabas a Busan, las playas, las caracolas. Fui un bastardo, uno que no pudo hacer demasiado por ti, y por eso, no pienso reclamarte si me odias. Yo me odiaría si fuera tú. Lo haría...
-Yo no te odio, papá—asegura en un susurro tranquilizador para el hombre mayor—Quizás sentía que lo hacía tiempo atrás. Pero ya no hay algo como eso en mí, no podría seguir avanzando con un sentimiento tan... Hueco. No puedo prometerte que tomaré la presidencia hoy o dentro de un año. Lo único de lo que puedes estar seguro, es que prefiero las hamburguesas antes de las comidas de aquí. ¿Quieres que te lleve a mi lugar favorito para comer? Creo que... Sería un buen sitio para comenzar.
Y el hombre canoso solo pudo sonreír suavemente, mientras asentía a su dirección y pedía la cuenta para salir de allí.
Al colocar un pie fuera del restaurante en espera de que su padre regresara de cancelar la botella de vino, sabe que todo ha finalizado para él. Puede mirar las gotas de lluvia bañar a todos a su alrededor en ese fría noche, a los carros que continúan su movimientos, aquellos jóvenes que corren con alegría bañándose bajo la tormenta sin preocuparse en nada más que el momento, y entonces, puede sentir la alegría recorrer cada ramificación de su sistema, la paz, el saber que puede cerrar los ojos y no deberse nada más.
Está bien.
Está bien de la forma en que percibe el mundo justo ahora. Quizás no tenga alguna mano que sostener, una pareja que cubra la soledad de sus noches o cuide sus sueños.
A veces, se basa la vida esperando a ese alguien que no sabemos si conoceremos alguna vez. No está mal soñar, no es equívoco el pensar que aquí o al otro lado del mundo una persona distinta está sintiendo lo mismo que tú, viviendo lo mismo, soñando lo mismo que sueñas tú; porque es esperanzador el imaginar que al igual que uno mismo, otro espera encontrar un amor gigante, inigualable, de esos que llegan una sola vez y te marcan el alma. Pero mientras aquella persona que compartirá una vida junto con él, hace su aparición, Park Jimin será el único protagonista de su historia.
Una donde lloró, sufrió, amó, perdonó, olvidó, superó, pero donde sobre todo, trascendió. Pudiendo notar, que no se necesita demasiado para estar bien, solo debes cerrar, perdonarte a ti mismo, conciliar con tus emociones y sobre todo, amarte. Amarte de la misma manera que esperas ser amado.
-Es el final. Me perdono, te perdono. Por favor, seamos felices—se dice a sí mismo.
♫ Llévate a ti mismo a casa.
―•♡•―
SeokJin termina de alcanzar hasta la última prenda de su diminuto armario en busca de aquella camisa de botones azul clara que le regaló su abuela con mucho esfuerzo para su graduación universitaria. Graduación que por supuesto, nunca tuvo por haber sido echado de las instalaciones antes de siquiera imaginarse yendo a recoger su título. Ese recuerdo sigue siendo bastante doloroso, sinceramente. Pero el punto de estar hecho un manojo de nervios justo en este instante, no tiene nada que ver con ello.
Lo importante ahora, es que la necesita ya mismo con urgencia. No, no es precisamente porque vaya a colearse nuevamente a una boda para terminar devorando el festín delicioso dispuesto para los invitados. La razón de su buscar como demente esa sencilla, pero bonita prenda, radica en que tendrá una entrevista de trabajo mañana a primera hora, y no es en cualquier lugar, no, no, según el mismo internet esta es una las empresa de tecnología más importantes de corea.
Entonces se preguntarán cómo él pudo conseguir una entrevista allí si posee un teléfono que apenas prende luego de hacerle un rito con el cargador y tiene internet gracias a la bondadosa Sra. Yang que le da la clave del wifi a cambio de pasear a su perro. Sencillo. Jeon Jungkook necesita un asistente, y Kim Taehyung, su lindo amigo que trabajó poco tiempo en el café junto él, le está haciendo este gigantismo favor luego de enterarse de que está desempleado y con vegetales congelados como única comida diaria.
Juntamente por ello, no puede permitirse ir como un mamarracho a la entrevista, que si sale bien, va a darle el alimento del mes tanto a él, como a Yubrarta, su tortuga.
Sin embargo, la camisa no está.
¡No está!
Oh, perderá la cabeza. Se supone que es la única ropa "Decente" Que tiene entre tantas cosas viejas que cuida como si fuera sí mismo, incluso ya limpió los zapatos negros que nunca devolvió al café al ser parte del uniforme. ¡Ja! Que se vayan al diablo, SeokJin no tiene zapatos elegantes y no se quedará sin unos por devolverlos al idiota amargado de YoonGi que tiene presupuesto para comprarse otros nuevos. Deben ser caritativos con sus mayores, y él no está pasando por su mejor época exactamente, si no le creen, pregúntenle a la diminuta marca de estrés en las esquinas de sus ojos. ¡Tiene arrugas! ¡Él, que es tan hermoso y joven!
Luego de sentarse reflexivo en la punta de la cama evitando comer sus uñas de tanto pensar dónde podría estar esa maldita camisa odiosa, su memoria se ilumina con el día que llevó a Lechugon para el veterinario cuando descubrió que no tenía un ojo. En medio de la desesperación, él tomó lo primero que pudo para envolver al animal entre sus brazos. Y si... Esa fue la perra camisa que terminó rato después en el bote de basura de la veterinaria de unas cuadras de allí.
Justo después de eso, comienza a perder la cabeza.
¡Oh, Dios! ¡¿Qué va hacer?!
Es que no tiene algo más presentable que vestir, realmente nunca le interesó tener algunas otras prendas adecuados en caso de que las necesitara, a las bodas siempre iba con la misma camisa y aquel saco negro que ha tenido que remendar varias veces. ¿Se vería muy ridículo si coloca esa camisa rosada que tiene una banana con carita? ¡No, no! ¿En qué piensa? Umm... ¿Y si le pide a la Sra. Yang que le permita una ropa de su difunto esposo? Uh, un escalofrío le hace temblar momentáneamente. No, definitivamente no quiere utilizar algo de un fallecido.
A demás, la Sra. Yang ya hace demasiado por él, más bien tiene que hacerle un mini mercado cuando le paguen su primer sueldo por todas aquellas comidas que le ha invitado mientras miran alguna novela vieja.
Diablos, es tan triste hacer una lista mental de todo lo que quiere comprar con un dinero que ni siquiera sabe si va a tener. Quizás debería vender en la calle comida como lo hace su abuela, por lo menos cocina rico y no se morirá de hambre en caso de que esto salga mal. Va a salir mal.
-No, no, no. Cero pesimismo Kim SeokJin, eres poderosísimo, eres un luchador que ha podido salir adelante sin tener nada. ¡Soy nieto de mi abuela, una mujer que nunca se rindió y apoyó mi sueño de estudiar a pesar de que ninguno de mi familia lo haya hecho! No es momento de rendirse, no lo es. Necesito ese trabajo, necesito dinero para poder comenzar otra carrera y llevarle el título a mi abuela—se alienta, recordando que cuando vino de su pueblo a probar suerte aquí, tuvo que dejar de comer varios días para poder pagar una habitación y así evitar dormir en la calle. Respira profunda veces tratando de alejar aquella sensación de frustración que lo hará llorar si lo sigue pensando. No es el momento, no lo es—Yubra, tu dueño está pasando por un momento de debilidad emocional y tú lo único que haces es quedarte ahí mirando. ¿No es eso insensato de tu parte? Deberías motivarme, desgraciada—reprocha.
Debe hacer algo muy rápido si quiere ese trabajo. Bien pudiera pedirle ayuda a Taehyung que posee un corazón gigante, pero no quiere fastidiarlo de más, mucho ha hecho consiguiendo esta entrevista bastante importante para su futuro.
¡OH!
Como si hubiese tenido un chispazo celestial, salta de la cama yendo por su remendado teléfono que tiene un pedazo de tirro sosteniendo la tapa que cubre la pila, para buscar aquel número telefónico que fue dado con un "Puedes llamarme cuando quieras, si necesitas algo o simplemente estás aburrido"
-¡Él de seguro puede ayúdame!
...
Cuando la puerta del apartamento se abre, los ojos del castaño vislumbran con curiosidad al menor con cara somnolienta que le avisa llamó en medio de su sueño. Podría disculparse por ser inoportuno, pero definitivamente aquello no le devolverá el sueño que se ve le arrebató. ¿Es que acaso es muy temprano? Está seguro que eran más de las 11 de la mañana cuando salió de su casa con rumbo a la dirección proporcionada por el chico.
NamJoon le invita a pasar con un movimiento de cabeza, apenas controlando un bostezo travieso que quiere evidenciar sus pocas horas de descanso.
-Lamento haberte llamado así como así, NamJoon—comienza a decir, quedando asombrado una vez ingresa por aquel pedazo de apartamento. ¿Pero qué mierda? Sabía que el padre del chico era rector de una universidad, pero no esperaba que fueran tan asquerosamente adinerados. Bueno, eso lo debió de descubrir cuando vio la zona en la que estaba residenciado. No obstante, las fachadas de los edificios son bastante modestas en comparación con el interior de este lugar. ¿Puede largarse a llorar ahora? Es tan... Tan...—Uh, ¿Eso es una barra de bebidas?—cuestiona confuso, observando el elegante sitio de mármol blanco con detalles en madera café en los filos.
Sin comprender, voltea a verlo con dudas en sus lindos ojos. ¿No se supone que él es una persona rehabilitada?
-En mi defensa, este apartamento es de cuando estaba en mis andadas de vicio. Yo mismo diseñe esta barra para mi propia comodidad, pero ahora...—deja las palabras en el aire con una pequeña sonrisa, yendo hasta el sitio para mostrar una coctelera tornasol que de seguro debe costar más de lo que podría ganar alguna vez, junto con una copa Martinera perfectamente reluciente.
SeokJin lo sigue de cerca, presenciando que aplica algunos hielos que sabrá dios de dónde sacó dentro de la coctelera, para seguido echar lo que cree es chocolate líquido junto con otra mezcla blanca que parece helado derretido. Lo siguiente es batir, lo hace por escasos minutos de forma experta hasta aplicar el contenido grueso de tono claro dentro de la copa con cuidado de no derramar, dejando caer un instante después chispas de colores y una sorbete bastante grande para que pueda succionar sin problema.
-Frappe de chocolate con yogurt natural, el especial de la casa en este día domingo. Por favor—invita a tomar cortésmente.
El castaño que apenas se había movido un poco, se acerca dubitativo hasta la barra para proceder a tomar entre sus dedos la copa y llevar el sorbete hasta sus labios consiguiendo succionar un instante después. ¡Oh, que cosa más divina! Su interior se alegra evidentemente por la falta de azúcar que había tenido al no poseer dinero para darse su antojito de vez en cuando, así que sin queja y sin importarle soltar gemidos felices que podrían ser malinterpretados de alguna forma pervertida, succiona el contenido sin pensar o cuestionar que aquella forma de hacer frappe es bastante rara, a decir verdad.
-Sé lo que estás pensando, estas cosas no son para hacer frappe obviamente. Pero... Debo darle una utilidad ¿No crees? De igual forma, todavía fantaseo con que hago bebidas algunas veces; es una buena distracción—se excusa sonrojándose, guiándolo hasta unos sillones de Andreu World de colores simples que están a unos pocos metros de la barra.—ponte cómodo, por favor. Puedes dejar tu bolso en cualquier lado, no hay problema alguno—dice, sentándose y cruzando sus piernas con cuidado.
Definitivamente el lugar es exquisito; porque de alguna manera sorprendente, refleja a NamJoon. Esto es súper loco, no lo conoce lo suficiente como para pensar esas cosas, pero de igual forma no puede evitar mantenerlas al margen.
SeokJin apenas nota que el joven todavía está en pijamas, una de dos piezas en tono vino que se ve suave y cómoda... Aunque nada comparado con su propia camiseta de hace mil años que es ultra suavecita. Sin dejar de jactarse del sabor del chocolate entrelazado con el Yogurt, hace lo propio que el contrario, sentándose a un lado con excesivo cuidado pretendiendo no molestar con algún movimiento brusco o salpicando algunas gotas de lo ofrecido.
Ambos se envuelven en un silencio plácido mientras el dueño del apartamento organiza algunas cosas importantes en la Tablet que estaba a un lado del sillón; permitiendo que los ojos del castaño noten que NamJoon es realmente es esa clase de personas que tienen dinero, pero aparentan no tenerlo, y no porque vaya precisamente como un descuidado por allí o intente ocultarlo... Sino porque parece que tiene más para dar que una simple fachada de niño forrado en los billetes de su papá.
Es... Inquietante, mirarlo, reconocer en sus ojos aquella chispa que parece casi extinta, es como si estuviera muy cansado, muy harto de todo.
SeokJin se ha visto a sí mismo de esa forma muchas veces, más allá de todo lo que diga, ha pensado en dejar de luchar en un par de ocasiones. A veces, ni siquiera recibe demasiado consuelo del querer superarse, del desear que su familia deje de trabajar tanto en el campo y se preocupen más en conseguir sus propios sueños. Su abuela por ejemplo, ella siempre quiso tener la dicha de inaugurar su propio restaurante, algo pequeño, bonito, propio. Pero en cambio, sólo pudo conseguir un carrito de supermercado para poder gritar por las calles las diversas delicias que hacía en casa en pequeñas cantidades.
"Yo me moriré y no podré tenerlo, pero tú... Tú eres joven y soñador, no vuelvas aquí sin ese título, muchacho. Yo no me moriré hasta entonces" Fue lo que dijo cuándo SeokJin le explicó que quería dejar el campo atrás para ir por algo mucho más grande. Algo así como este lugar, un apartamento ostentoso y lindo donde pudiera tener muchas mascotas, donde pudiera traer a su abuelita, padres, primos, tíos. Pero luego de estar allí por minutos, ha podido descubrir que se siente frío, vacío. ¿Así se sentirá NamJoon? De solo pensarlo, su piel se eriza.
Definitivamente prefiere su diminuto apartamento de una plaza que ha cuidado con esmero, que algo tan grande que solo le haga sentir diminuto.
-¿Dónde está el cachorro?—pregunta suave, buscándolo con la mirada.—no me digas que lo tienes amarrado o peor, encerrado en alguna habitación—indaga horrorizado de aquella posibilidad, abandonando la copa vacía en uno de los portavasos que tienen mensajes en inglés. Al menos espera que sean motivacionales y no insultos.
Solo allí, es que la expresión del hombre cambia a una más alegre al dejar de lado la repetitiva idea de mandar a tumbar la barra para no seguir pensando que en algún momento podrá beber algo sin volverse un alcohólico. Recordar al "Cachorro" Bueno, sí que era un cachorro, pero uno bastante grande, le hace feliz.
-¿Qué? No, no—niega enseguida— Él está durmiendo en mi habitación, más específicamente sobre mi cama—cuenta con una sonrisa, mirando hacia la dirección de una puerta que está entreabierta para que pueda salir cuando decida hacerlo.—justo hoy debía llevarlo al veterinario para colocarlo en control pero me he quedado dormido... Soy el peor, lo sé.
Su nueva mascota, que fue adoptada en un refugio de animales abandonados gracias a la persuasión de SeokJin, se llama Rapmo y es un Samoyedo hermoso de pelaje blanco, un poco descuidado todavía, pero el chico espera que con el tiempo y las atenciones que le ha comenzado a dar, sea tan hermoso como los de las fotografías que vio en internet. Según la persona del refugio es un cachorro saludable de apenas 11 meses, muy travieso y lleno de energías. Y sí, las pantuflas rotas de NamJoon pueden confirmar la parte de travieso...
-Um... Todavía es buena hora para llevarlo—dice SeokJin, mirando la hora desde su reloj de muñeca—¿Por qué no lo haces ahora? Puedo acompañarte si quieres, no es que tenga mucho por hacer... ¡Oh, espera! Se supone que he venido para lo que te pedí por teléfono, alguna camisa bonita que me sirva para una entrevista de trabajo—recuerda, antes de inventar nuevos destinos fuera del lugar.
NamJoon chasquea los dedos recordando que efectivamente ese ha sido el motivo que llevó a invitar a su mayor al apartamento en primer plano. Con diversas palabras para sí mismo sobre las mejores opciones que posee en su armario, se pierde por la puerta de su habitación para rebuscar entre las que tiene. Al hacerlo, se oyen pequeños ladridos, seguido de pezuñas contra el pulcro piso con dirección al invitado que se alegra de verlo una vez más.
El perro mueve la cola para él en medio de lamidas que hacen al mayor darle cariño todo aquel tiempo que tarda NamJoon en salir de la habitación con al menos diez camisas entre sus manos. Apenas SeokJin las distingue, queda encantado. ¡Son bellísimas! Pueden ser como cualquier otras, de mangas largas y botones, pero estas en particular tienen telas delicadas, suaves, hermosas. Ni hablar de los tonos o algunos estampados sencillos. ¡Esa azul marino se ve tan elegante! Quizás si hubiese usado algo como eso en la última boda no lo hubiesen sacado por desencajar tanto.
Uh, esos malditos. Él solo quería un poco de comida gratis.
-Esto es lo que tengo inmediatamente, tengo muchas más en casa de mis padres... Si no es que ya las regalaron, obviamente—bromea un poco, quedando maravillado un instante después por aquellos resplandecientes ojos que mirada cada una de las camisas con ilusión. ¿Acaso SeokJin no es demasiado guapo? No cree justo que los demás mortales no hayan sido bendecidos con un rostro como el suyo. Carraspea—pienso que deberías de quedarte con estas, yo no las utilizo desde hace demasiado y creo que tú podrías necesitarlas más—pronuncia cuidadosamente, no queriendo ofender de ninguna manera.
-¿Qué? ¿E-En serio? Es decir, yo realmente no quisiera ser un descarado contigo, pero la verdad es que si lo soy un poco... Q-Quizás dos estén bien—farfulla tímido, rehuyendo de su mirada. Él sabe que NamJoon no lo hace con intenciones de hacerlo sentir pobre, aunque literalmente lo es, pero como los seres humanos son idiotas, no puede evitar que un poco de rechazo le azote—puedo pagártelas después—ofrece como salida.
-No tienes que pagarme nada, yo no las utilizo y si quedas en el trabajo, serás tú quien más las necesite ¿No es así?—insiste tranquilo, volviendo a ocupar asiento a su lado. Sus manos buscan las contrarias sin darse cuenta de lo que hace, mientras aprieta sus dedos con cuidado. El calor de ambos juntos llena de color las mejillas de SeokJin—quiero ayudarte, así como tú me ayudaste a elegir a este fiel compañero de vida—refiriéndose a Rapmo, que justo ahora está comiendo desastrosamente de la taza que contiene su comida.
-M-Me sentiría mejor pagándotelas apenas tenga oportunidad—de igual forma insiste, no pudiendo despegar su visión de la oscura contraria. NamJoon es aún más apuesto de lo que había notado, esa piel un poco tostada y rasgos marcados lo hacen ver realmente imponente. Ni siquiera puede encontrar verdaderas palabras para poder describir sus dientes perfectos... Es tan... Absurdamente hermoso a su manera; se asemeja a esos hombres que aparecen en los dramas, a pesar de que no tenga necesidad de aplicar ni una pizca de maquillaje—si no quieres dinero, puedo limpiar tu casa o algo. No lo sé, no importa mucho como pueda pagarlo. Mi abuela siempre ha dicho que no hay trabajos vergonzosos, sino trabajadores poco humildes.
-Umm déjame decirte que posees una abuela muy sabia—concede con sinceridad, sopesando en las posibilidades de evitar que le pague. Pero algo le dice que este hombre además de ser bello, comelón y con un gran corazón, es también testarudo... Así que si quiere que acepte las camisas, tendrá que ingeniar un plan bastante bueno—¿Y si cocinas para mí?—dice repentinamente, recordando que SeokJin le había mencionado que estuvo dispuesto a cocinarle al veterinario que atendió a su fallecido gato, además, él no es bueno ni picando cebollas y ya está bastante harto de pedir a domicilio—no lo sé, quizás una semana o dos. ¿Qué dices? ¿Te parece? Yo compraría todo lo que pudieses necesitar.
-¿En serio quieres solo eso? P-Puedo limpiar tu casa también, estas camisas se ven realmente costosas—propone, no importándole realmente hacer algo como eso.
-No, no—niega inmediatamente con una sonrisa suave.
-Pero...-
-No quiero nada más—asegura, cortando el contacto entre sus manos que apenas es evidente para él que tenía. Con la garganta congestionada de saliva debido a la vergüenza, se coloca de pie para ir de vuelta a su habitación en busca de ducharse y así poder cumplir con colocar al nuevo integrante de su familia en control.
No obstante, ese pinchazo de duda que lo ha dejado sin dormir por varias noches se intensifica cuando va a retirarse sin pedir lo que había querido pedir desde que SeokJin llegó allí. Llenándose de valentía, gira sobre sus talones para poder clavar sus ojos en los cafés del mayor que parecen no querer dejarlo de mirar.
-¿Quieres almorzar conmigo después de llevar al veterinario a Rapmo? Comer... Como en una cita...
♫ Bendito sea el misterio del amor.
―•♡•―
La piel utilizada de su cuerpo fue besada, acariciada y apreciada como una linda joya que no cualquiera debería tenerla a su disposición. A pesar de que Taehyung ya había tenido alrededor de tres novios con los cuales había intimado en más de una oportunidad intentando conseguir ser amado desesperadamente, esta persona que rápidamente se había convertido en el primero en muchos sentidos, adulaba la curva perfecta de su cadera con la almohadilla de sus dedos mientras le decía palabras bonitas. Su espalda que en ese momento no poseía tinta, se puede apreciar húmeda debido al previo encuentro sexual que había mantenido con el chico que le había asegurado mantendrían un futuro una vez ambos terminaran la universidad.
Ese lugar en el cual reposan inmediatamente, no es más que un motel de esos que no quisieras visitar muy seguido por no estar en las mejores condiciones, pero incluso siendo feo o sus camas duras, Taehyung se conformaba con tener entre sus brazos a un chico que le adoraba. Porque eso creía ciegamente sobre BoGum, que le quería tanto como él profesaba hacerlo.
-Si el cielo fuera palpable, y te concedieran la oportunidad de tocarlo a cambio de tu vida, ¿Lo harías?—oye que el chico pronuncia repentinamente en medio de la caricia que ha subido hasta su espalda. El castaño se relaja mucho más de lo que ya estaba, cerrando sus párpados por algunos segundos antes de responder. ¿Quién podría ser un tonto para perder su vida de ese modo? Pensó primeramente, pero luego de varios segundos más, creyó que esa sería una buena forma de irse del mundo... Acariciando algo que todos veían a la lejanía.
-Lo haría—farfulla apenas, jugueteando con la partición del pecho de su...—¿Tú lo harías?—pregunta en cambio, no queriendo romper el momento con sus dudas que podrían esperar para luego.
¿BoGum era su novio? En realidad, nunca le han puesto etiqueta a estos momentos que comparten juntos, solo pasan y ya, así como... Si no fueran nada. A veces está aburrido lo llama y quedan, otras tantas se consiguen juguetean un poco con las miradas y terminan escurriéndose algún lugar para calmar la tensión entre ellos. No es nada de lo que antes se hubiese preocupado. ¿Debería indagar sobre ello?
-Creo que no soy capaz de renunciar a esto—lleva sus dedos hasta el cabello del otro, jalando solo lo suficiente para encontrar sus ojos cafés entre la poca luz—lo que me haces sentir, creo que no lo puede superar ni siquiera el mismísimo cielo—confiesa repentinamente, viéndose tan sincero, que TaeHyung no pudo evitar sonrojarse y que una sonrisa de labios se posara en su boca cereza.
-Debo admitir que en algo más coincidimos, BoGum. Yo justamente iba a decir algo parecido... Algo como que la lejanía que se posee con el cielo, no es ni la cuarta parte de lo arriba que me hace sentir estar entre tus brazos. Yo moriría por esta sensación, por tenerte siempre aquí queriéndome lentamente. Con cuidado.
-Eres increíble, Tae. Dime... ¿Pensaste lo que te propuse hace días?—pregunta cautelosamente, acercándose para rozar los labios contrarios con su lengua—lo de grabarnos... ¿Quieres hacerlo?
Y después de ese día, la caída fue inminente.
Taehyung se levanta bruscamente entre las desordenadas sábanas de su cama, percibiendo una capa delgada de sudor sobre su frente, siendo acompañada por su respiración acelerada que le hace doler el pecho por momento. Aquellos espontáneos recuerdos de él mismo viéndose ser follado de una forma ruda a través de diversas páginas de internet, en grupos de chat o redes sociales, hace que se sienta entumecido inexplicablemente.
Aquel día hace más de dos años cuando la primicia de sus gemidos era el tema de conversación de todo el mundo, sintió lo que era tener un ataque de ansiedad por ser ridiculizado hasta el punto de ser acosado.
Sin contar, que tardaron más de 30 horas en poder retirar dicho vídeo de las páginas de pornografía. Sin embargo, ya el daño estaba hecho. Ya muchos habían podido descargar el contenido miles de veces, ya su cuerpo estaba siendo material de morbo, ya su vida había sido desintegrada por la decisión de compartir unos minutos frente la cámara de BoGum.
El hombre tuvo el valor de decir que su teléfono había sido robado un día antes, y teniendo la coartada de sus amigos que también participaron en todo aquel complot, no resultó siendo culpable directo de nada. Más Taehyung sabía que eso no era verdad, que BoGum si tuvo que ver con ello, sus ojos... Esos que lo vieron con cariño muchas veces, se mostraban arrepentidos cuando cruzaron miradas.
Pero... ¿Qué había hecho para merecer algo como eso? ¿Qué estaba pagando? ¿Ese había sido el precio de su ingenuidad? ¿La burla, el asco, el desprecio de mucho? Se culpó de haber sido un tonto hasta no hace mucho, se permitió sentir asco de sí mismo debido a los prejuicios de los demás. Se perdió, se volvió la persona que todos ellos decían que era.
Y ahora, en su presente, no entiende por qué aquellos momentos tienen que seguir atormentando tan vivamente. Se supone que ya ha superado eso, que ha crecido. No obstante, aquel chico quebrado de hace años sigue dentro de sí en alguna parte esperando las respuesta que nunca recibió. El por qué, de haber sido escogido para una apuesta tan retorcida y asquerosa.
Porque no hay palabras más acertadas que esas, el jugar con la dignidad de las personas es algo tan bajo y sucio, que por mucho tiempo creyó nunca podría perdonarlo.
Sin embargo, Taehyung ahora no cree eso. Las personas tienen libre albedrío de hacer o deshacer, romper, pegar, crecer o aminorarse, y él gracias a las experiencias que ha tenido que afrontar en sus apenas 21 años, ha podido nutrirse de diferentes maneras. Ha podido entender que las personas son seres humanos llenos de errores, de maldad, de miedos. Pero también de bondad, amor y fortalezas. Todos poseen lo mismo dentro, algunos rasgos más marcados que otros, pero todos seguimos siendo parte de la existencia que mueve el mundo. El malo puede volverse bueno, el bueno puede volverse malo. Solo depende de qué manera quieres apreciar un nuevo día. Cada quien tiene el poder sobre sí mismo independiente de lo que se crea.
Luego de salir de las sábanas mal hechas de su cama, retira la camiseta que robó del apartamento de Jungkook para ir hacia el baño y darse una ducha rápida antes de salir con dirección a la empresa donde trabajo su novio.
Todavía se siente un poco perturbado por aquel sueño. Sin embargo, cuando se detiene frente el espejo a ver su cuerpo cubierto solo por un diminuto bóxer, su mirada se clava instintivamente en el "My time" Que yace hermosamente tatuado en su cadera. Sin poder evitarlo, una pequeña sonrisa se forma rápidamente en él, ante la innegable promesa que ello lleva sobre la vida de ambas personas .
Es hermoso el poder saber que Jeon Jungkook está tan enamorado como sí mismo. Es un sentimiento que traen a miles de otros, la confianza, la honestidad, el querer cuidar, brindar alegría, compartir sueños distintos pero que al mismo tiempo se vuelven como propios solo por el simple hecho de ser de la otra persona.
Es un querer tan auténtico, que a veces le da miedo que otras personas puedan dañarlos de alguna manera por el simple hecho de aborrecer su felicidad. No quiere tener esa clase de pensamiento, por supuesto, pero una porción de él solo puede susurrarle que esté alerta, que no baje la guardia ante absolutamente nada. No es un secreto que la envidia puede hacer sus estragos, puede perjudicar, herir. Pero él no quiere estar alerta, no quiere tener una psicosis por una situación que puede o no existir inmediatamente.
Con ello en mente, decide que es tiempo de arreglarse para salir con dirección a la empresa.
Una vez duchado y vestido con una ropa bastante sencilla para lo que normalmente utiliza, peina lo mejor que puede sus mechones rubios que amanecieron más enroscados que de costumbre, obligándolo a tener que colocarse una boina negra gamuzada para poder controlarlos medianamente.
No aplica maquillaje, solo un poco de bálsamo para sus labios, crema hidratante en sus manos y un poco de aquel perfume de manzana que Jimin le regaló al no gustarle ni un poco. Toma su bolso de tirantes que está repleto de cosas importantes, colocándolo de medio lado en su cuerpo para un momento después ir con dirección a la cocina en busca del termo con té de valeriana que preparó Jimin antes de irse -sí, su amigo se está bebiendo el té de Jungkook- y se despide de albondiguita que está sobre su colchoncito de perrito sin ganas de prestarle atención como siempre.
-Gato odioso—se queja él, tomando las llaves de la mesita donde las deja regularmente.
Al salir, nota que está siendo un excelente clima. Si, a pesar de ese pesado sueño que le hizo sobresaltarse al despertar, siente que este día será bastante bueno. Primero debe ir con Jungkook para dejar el té y así conversar sobre aquellos nervios que el hombre le comentó la noche anterior por acercarse cada vez más el día en el cual inicia la universidad. Tres días exactamente para que eso ocurra.
Un poco más tarde de ello, tendrá un encuentro con algunas personas que están interesadas en el proyecto "Renacer" -así fue bautizado por Hoseok- para replantear un par de puntos nuevos que han surgido. Entre esas personas, estará el mismísimo padre de Jimin que ha asegurado será un donador de varios millones junto con la empresa en la que trabaja Jungkook. Su mejor amigo mencionó algo así como "El último round entre ambos" Cosa que lamentó inexplicablemente Jungkook, luego de enterarse de que el Park mayor se va a retirar al inicio del próximo año.
No sabe qué clase de relación amor-odio poseen, pero queda claro que nadie los comprende. Incluso, pudo ver a su novio decaído un poco por ello, lamentando que no podrá hacer rabiar al hombre o ganarle en los futuros contratos...
Raros.
De seguro podrían ser muy amigos si no estuvieran tan metidos en ese "Desagrado" Que se juran.
...
Una vez llega al piso correspondiente donde hace vida la vicepresidencia, nota que SeokJin está con la espalda recta en su lugar de trabajo, mientras organiza lo que parece ser un par de papeles entre algunas carpetas de colores.
Taehyung sonríe feliz de haber podido ayudar a su amigo en una situación tan desesperante como la de estar desempleado en una ciudad que no es tuya, además, confía fielmente en que podrá ayudar a Jungkook en todo lo que necesite en el ámbito laboral debido a aquella particularidad de no poseer verdadero problema en desenvolverse en diversos medios, sin importar que sea algo nuevo.
SeokJin siempre ha sido muy abierto en cuanto a los trabajo, pasó de recoger basura, cuidar perros, hasta atender en un café. Ahora, viste una camisa de manga larga bastante bonita que cree haber visto antes en alguien conocido...
-¡Taehyung!—lo nota primero, regalando una linda sonrisa emocionada de al fin mirar a alguien conocido—pensé que nunca ibas aparecer, el Sr. Jeon me ha preguntado al menos tres veces sobre tu llegada. ¿Cómo te va?—pregunta tranquilo, dándose unos minutos de descanso de aquellos papeles que van para el archivo.
El rubio deja el té de valeriana en la punta del escrito con cuidado, contando que había retraso en el metro de algunos minutos y por eso había tardado de más en llegar, al no haber alcanzado el autobús.
SeokJin le explica un momento después que a la oficina del Sr. Jeon acaban de entrar la Srta. HyoJung acompañada de otro trabajador que aún no recuerda el nombre. Vamos, esta es apenas la primera semana allí, y aunque podría decir que nunca había creído que existiese un trabajo tan cómodo, todavía le resulta angustioso el aprenderse los nombres de todos los que vienen buscando a su jefe al mismo tiempo prácticamente.
Le cuenta también que esta camisa como las otras, fue un intercambio de conveniencia que tuvo con NamJoon la semana pasada debido a que no tenía nada presentable para venir aquí a su entrevista. Incluso pude decirle que han tenido dos citas en estos últimos días en las cuales la última casi termina en beso... Taehyung quiere seguir prestando atención a lo que dice su mayor, pero entonces la puerta de la oficina de Jungkook se abre y sus ojos se encuentran inmediatamente con un par que no esperó jamás pudieran coincidir en un sitio así.
Sin siquiera proponerse a que sucediera de esa forma, todo pierde sonido inexplicablemente y solo puede sentir una tensión dolorosa subir por su columna.
Es así como cuando estás entre un montón de gente desconocida que te hace perder de vista a tu mamá y solo sientes pánico, así es este momento. Jungkook está allí, SeokJin, HyoJung. Pero las perlas castañas de Taehyung solo están sobre los oscuros de aquel hombre que hace dos años le dejó en el suelo completamente roto sin importar que pudiese suceder con él.
BoGum le devuelve el gesto completamente conmocionado de tener frente él, al chico que pensó nunca más vería en su vida luego de salir de la universidad. Incluso su cobardía le llevó a comprar un apartamento al otro lado de la ciudad solo evitando algún encuentro escabroso entre los dos. Quiere preguntar cómo fue que consiguió información de que trabaja allí, pero su respuesta es dada cuando Jeon Jungkook pasa de ellos para direccionarse sin duda alguna hacia Taehyung.
-Amor, llegaste un poco retrasado... Ya me hacía a la idea de que te había surgido algo importante—es lo que dice, antes rozar cuidadosamente sus labios que le corresponde al salir de su repentino bloqueo. Jungkook entrelaza los dedos con el chico con demasiada familiaridad, casi arrancándole un jadeo a BoGum que no puede mantener su asombro para sí mismo.
-¿Estás bien?—pregunta esta vez HyoJung, reconociendo la palidez de su rostro. ¿Cómo no? Si toda su carrera estuvo basada en que entrar a esta empresa era lo que quería para su vida, y ahora podría ser echado sin derecho a réplica debido a que jodió de diversas formas al que ahora es novio de uno de sus jefes directos. Menuda mierda.
-Y-Yo estoy bien—farfulla apenas, comprimiéndose sus pulmones dolorosamente cuando el Sr. Jeon se gira hacia él para darle una que otra orden antes de llevarse a TaeHyung hacia su oficina; cosa que acojona a un más a BoGum debido a que ese es el momento perfecto que tendrá el rubio para decirle al otro que lo eche de aquí como un maldito perro. ¡Lo es, lo fue! Fue un hijo de puta que no le importó demasiado haber jugado con él en un principio, pero luego... Luego realmente se enganchó a su dulzura—Ey...—dice en voz alta, interrumpiendo el camino de su jefe junto con su novio. Jungkook lo mira curioso, pero es el temblor en Taehyung es quien lo hace fruncir el ceño—¿Podemos hablar? P-Por favor—pide con dirección al más joven.
Repentinamente todo se queda en silencio. SeokJin que había continuado con las carpetas, deja de hacer lo que hacía mirando curioso lo que se desarrolla apenas un metro más allá. HyoJung parece desconcertada por aquella forma de hablar que utiliza BoGum en alguien que se supone no trata, pero ella no es tonta, es obvio que ellos se conocen de algo, de lo contrario, esa cara llena de pánico del pretencioso Park no existiera en este plano terrenal.
No obstante, la frialdad con la que ahora el más joven de todos le devuelve la mirada al asesor del presidente, es pasmosa. Sorprendente que ese chico dulce pudiera mirar tan feo a otro ser.
-¿Se conocen?—pregunta esta vez Jungkook, percibiendo en su propia piel aquella súbita tensión que corta en aire. Sus ojos viajan hacia ambos chicos rápidamente, entendiendo inmediatamente que hay más de lo que quizás quisiera saber. ¿Por qué esto le da un mal presentimiento?—¿Tae?—pronuncia a su dirección con sigilo.
-Si realmente quieres decir algo, espera ahí.
Es lo único que pronuncia hacia Park, llevándose consigo a Jungkook dentro de la oficina. Apenas la puerta se cierra tras su espalda, es demasiado evidente que algo está perturbando a Taehyung hasta el punto de hacerlo caminar de un lado a otro. Aunque quiere pedirle que le diga qué es lo que pasa exactamente, prefiere guardar silencio y esperar. Por eso es que se queda de pie a un lado viendo la manera en que su pequeño pierde los nervios, junto con los propios.
-Maldición, pensé que sería un buen día. ¿Qué debería de hacer ahora? Todo esto es un... ¡Ah!
-Creo que podrías pensar si te tranquilizas primero—comenta el hombre calmoso, casi yendo hasta donde él para detener aquellos pasos que lo ponen los vellos de punta. Junto allí, es que Taehyung devuelve sus ojos hacia Jungkook, llenándose de una inexplicable sosiego que le hace serenarse un poco—respira pausadamente, deja fluir esa tensión de tu cuerpo. Ven... Toma asiento—pide, tomando su mano para arrastrarlo hasta una de las elegantes sillas—tomate tu tiempo, ¿Está bien? No debes presionarte por lo que sea está ocurriendo.
Tiene razón. Primero que todo, debe calmarse. Segundo, necesita sacar a la luz este repentino descubrimiento o podría asfixiarse con su propio aire. Dios. Esto es ridículo. ¿Cómo es posible que justo esa persona trabaje directamente con su novio? Es que... ¡No puede creerlo que siempre haya estado tan cerca! Tercero... Calmarse nuevamente. ¿Las ganas de llorar son por qué exactamente? Ah, sí. Por todos aquellos sentimientos pocos sanos que creyó haber olvidado, y que ahora han vuelto de forma repentina, solo queriéndolo empujar a tomar un lapicero para clavarselo en la yugular al muy maldito.
-¿Quieres un poco de agua? ¿Té?—pregunta el hombre unos minutos después, sin dejar de acariciar su espalda que comienza a saltar repentinamente. Esto sí que le hace preocuparse de verdad, yendo de inmediato al frente para poder colocarse a su altura y descubrir que efectivamente está llorando solo un poco mientras muerde sus labios con excesiva fuerza—pequeño... ¿Por qué lloras? ¿Qué sucede? ¿Quieres irte de aquí?
-Es él—dice entre un pequeño sollozo que no puede controlar debido a la rabia. En este momento no llora de tristeza evidentemente, lo hace de frustración, de cólera. Quiere salir de esa oficina y gritarle al idiota que BoGum que la publicación de ese vídeo le destruyó una parte de su vida, esa que debía ser linda debido a que por primera vez estaba comenzando a ser libre. Pero no, fue preso de algo realmente ininteligible, tenebroso. El perderse completamente, el odiarse. El no importarse a sí mismo—quien publicó el v-vídeo, quién me utilizó... E-Es él, Jungkook. P-Park BoGum.
Jungkook queda petrificado un momento, quizás un par de segundos mientras su cabeza trabaja en comprender aquellas palabras. ¿Fue él? El tipo que hizo que el amor de su vida estuviera tan fragmentado, tan desconfiando, tan perdido debido a un acto sexual que no debía salir de la privacidad de la pareja... ¿Es el mismo que ve todos los días desde hace más de un año? ¿Ese que felicitó en un par de ocasiones e invito una copa en diversas oportunidades? Taehyung cree que la madurez del hombre ha hecho que lo manejara de la mejor manera, pero luego, es el mismo Taehyung quien tiene que retenerlo con todas sus fuerza para que no abandonara la oficina en medio de un ataque lleno de furia que reconoció luego de un "Lo voy a matar" Que apenas gruñó.
-J-Jungkook... No, no...—pide bajo, envolviendo sus brazos por el torso del hombre desde su espalda. Desde allí puede reconocer el zumbar violento de su corazón, la tensión de sus músculos, el chirriar de sus dientes. Realmente está hecho una furia, y ni siquiera el peso de TaeHyung es suficiente para evitar que siga caminando con dirección a la puerta—no hagas una estupidez, no lo hagas. D-Déjame a mí encargarme de esto, no te he contado para hacer de esto una maldita escena... Jungkook, ¡Jungkook joder! ¡Confía en mí!—grita, rompiendo el contacto.
Solo allí, es que la figura del azabache se detiene abruptamente tratando de conectar con su cerebro. Tarda algunos momentos en girarse y hallar aquellos ojos chocolates bañados de miedo, no miedo de él, miedo por él. Lo menos que desea Taehyung es que su hombre se meta en problemas legales, escándalos. Quizás una pelea de un par de jóvenes no tenga demasiada importancia, pero Jungkook es una figura importante en los medios, BoGum podría demandar o peor. Joder, no quiere eso justo ahora que toda va tan bien en demasiados aspectos.
-Confió en ti—dice en voz ronca el hombre, manteniendo sus puños en blanco a los costados de su cuerpo como muestra de la frustración del momento—pero él merece al menos un golpe de mi parte por todo lo que sufriste. Eres mi pareja, eres el amor de mi vida, Taehyung. No puedes pretender que no sienta ira direcciona hacia esa persona.
-Yo puedo golpearlo. Y-Yo puedo hacerlo, lo juro. Pero no quiero que hagas tonterías por mí, por favor cálmate—pide, acercándose a él para poder acariciar su rostro con sus dedos largos. Puede sentirlo, la rigidez del mayor va cediendo poco a poco hasta desaparecer completamente. Una vez ocurre, se acerca mucho más para poder besar sus labios lentamente. Las manos de Jungkook toman posesivamente su cadera arrastrándolo más hacia su cuerpo—debo hablar con él, amor. Por favor espera aquí tranquilo, traje té para ti... Tómalo mientras tanto—pide.
-Si te dice algo... Si insinúa algo...—deja las palabras en el aire, no siendo capaz de expresar todos los golpes que le daría. Pero no, no es el momento para angustiar más a Taehyung, debe confiar en que él podrá manejarlo a su manera—Dios, pequeño. Lo siento. Lamento actuar así repentinamente, sé que puedes hacer esto tú solo... Es solo...—vuelve a frustrarse, queriendo gritar.
-Sh... Shh...—arrulla el rubio, dejando un besito en la punta de la nariz contraria y luego otro en la boca—verte así de molesto solo me hizo darme cuenta que no estaba tan enfadado. Esto es parte del pasado, iré allá a tratar... T-Tratar de perdonarlo, solo eso. No quiero que pasen los años y que todo aquello que no dije siga haciéndome daño. Escúchame—acuna el rostro distorsionado en molestia del azabache, perdiéndose en la laguna profunda de su mirada—confía en mí.
-confío en ti, pequeño. Confío—asegura, dejándose vencer por sus buenos métodos de convencimiento que son sus labios. El beso es profundo, pero lento, con la intensidad necesaria para dejar fascinado a cualquier mortal enamorado de sus huesos—te amo. Por favor, no te dejes afectar. Se fuerte o juro que iré a partirle hasta el escritorio.
Aquello quizás no debía haberlo divertido solo un poco, ya que realmente Jungkook molesto es un tema que no quisiera tocar demasiado. Pero con aquella confianza sincera, deja momentáneamente al hombre dentro de la oficina, para ir hasta donde BoGum que espera pálido a unos metro de SeokJin. Ambos vuelven a cruzar miradas.
-Hablemos, Park. Acabemos con esto de una buena vez.
♫ No te odio. No, incluso si quisiera. Solo odio todo el daño que me hiciste, y me culpo por dejarte hacerlo.
► Troye Sivan - Take Yourself Home.
► Sufjan Stevens— Mystery of love.
► Hailee Steinfeld—Wrong direction.
AlHanyG
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro