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•32 | Necesitaba... Dejarlo ir.



-YeonJun quiere verte.

Entonces, aquel oxígeno que pretendía ser tan perfecto en este cálido lugar que parecía una parte más de aquel hogar que ambos formarían, comienza a faltar dentro de él al distinguir en la mirada de Jungkook la contrariedad de lo pronunciado. Miedo y entendimiento; miedo por volver a colocar a su novio junto con su hijo en una misma habitación después de lo sucedido. Y entendimiento, porque es lo suficientemente maduro en comprender que se deben aquella conversación después de todo el tormento que tuvieron que vivir.

Auténticamente todo fue una larga pesadilla de meses, un mal sueño que no quiere revivir de nuevo de ser posible. Pero es su deber hacerlo aunque no quiera, deben concluir de una manera sana las cosas, sigue siendo el hijo del que es su novio, y mucho más por ello, debe superar esa parte de su vida que ahora conforma su pasado. Aunque una gran fracción de temor lo azote, debe tomar la valentía entre sus manos.

-¿Quieres que lo vea?—pregunta suave, con evidente ansiedad respecto al tema. Pese a que ha pasado ya un tiempo prudente desde aquella noche, todavía recuerda vivamente todo lo sucedido; lo aterrorizado que estaba, el sabor de su sangre, los gritos de NamJoon y Jimin, la pelea con Jungkook, las verdades crudas que salieron. Él de verdad creyó que todo acabaría allí. Todavía se siente susceptible respecto a ello—¿No crees que es pronto?

-No se trata de mí, Tae. Es de ti... ¿Tú quieres verlo? No deseo presionar. No obstante, opino que ambos deberían hablar, aclarar, cerrar ciclos de manera correcta. Ambos se merecen un final, uno de verdad, uno donde sean palabras las expresadas y no maltratos, agresión—eso último lo dice en un susurro. Revivir esa experiencia en particular le hace sentir avergonzado, ya que apenas recuerda que no actuó como se supone debía frente el magullado rostro de su pequeño. Carraspea—más todo depende de tu disposición, si no es ahora... Seguro será después. Pero ten por seguro que ocurrirá algún día.

-¿Él estará bien? Al verme, quiero decir—quita con cuidado la toalla húmeda de su cabeza, dejándola sobre sus muslos que también están un poco mojados. Su pierna derecha comienza un movimiento ansioso—¿Crees que podrá controlarse? No quiero que haya más problemas ligados con nosotros. No quiero que sea imposible mantenernos en una misma habitación... Por el bien de esta relación, eso es lo menos que necesito.

-Pequeño—tranquiliza con una mirada cálida, arrastrando sus manos por sobre el vidrio de su escritorio para conseguir las contrarias con rapidez. Taehyung mira fijamente sus ojos oscuros que parecen poseer estrellas, percibiendo el sosiego recorrerlo con tan simple acción. Todavía le resulta desconcertante que algo así suceda consigo—estaremos bien, sé que podremos superar cada una de las dificultades. ¿Acaso no lo hemos hecho hasta ahora? Cada día crecemos más como personas, aprendemos, aceptamos. Sé que esto será complicado de hacer, las heridas seguirán ahí si no nos preocupamos lo suficiente por sanarlas; pero confío en ti. En tu capacidad para manejar esto y muchas otras situaciones más difíciles. ¿No eres tú quien llegó a tener tres trabajos y nunca bajar su nota en la universidad?—pregunta con evidente orgullo en su voz—Ánimo, aquí estoy yo para alentarte en todo lo que sea necesario. No temas apoyarte en mí.

Taehyung solo puede sonreír un poco, sintiendo sus mejillas sonrojarse por aquellas plenas palabras que escarban en su corazoncito con una calidez sorprendente. 

Es tan absurdamente lindo lo que siente, que lamenta que muchos en el mundo no puedan percibir lo mismo por alguien más; pero incluso si miles de individuos alrededor de la tierra están sufriendo por tener que cargar con un corazón roto, sabe que en algún momento podrán sonreír y decir que han encontrado el amor... Ya sea en un sexo igual o diferente, no importa verdaderamente, lo que tendría que ser prioridad en este punto, son aquellas auténticas ganas de vivir por sentirse plenamente libres al decidir sin miedo a quien querer.

-Yo también quisiera verlo, Jungkook—acepta finalmente, dejando salir un gran suspiro. Presiona más las manos del hombre—por ambos, quiero concluir de una buena vez con esto. Seré fuerte... C-Confió en mí.

-¿Es normal que me sienta muy orgullo? Has enriquecido tu alma, pequeño. Lo has hecho entre pequeños pasos, pero has logrado un avance gigante. Ven aquí—pide con cuidado, invitándole a ocupar el espacio sobre sus piernas. El rubio no tarda demasiado en hacer caso a su petición, sentándose lateralmente y llevando uno de sus brazos por sobre los hombros contrarios. Jungkook besa su mejilla que aún está fría pese a la calefacción—podríamos acordar más tarde sobre tu disposición en cuanto a tiempo respecto a este tema. Por el momento, quisiera hablar de una cosa más... ¿Cómo va el asunto del consultorio? ¿Pudiste hablar con el profesor que mencionaste?

Taehyung se pega más hacia el azabache, fundiéndose contra su cuerpo necesitado. Tiene frío, y vaya que el pecho de Jungkook le brinda ese calor necesario que lo deja como un gatito ronroneando. Jodido diablo, huele delicioso. ¿Cómo maneja el impulso de pegarse a su cuello para olfatear como si fuera un perro? Uh, esto es culpa de Jimin y todas esas novelas Omegaverse que le prestó mientras estaba en el proceso de "Duelo" Por haber sido un tonto.

-P-Pude hablar con él, no colocó tantas trabas como supuse sería—comienza a contar, percibiendo claramente aquella mano juguetona que se desliza de su diminuta cintura hasta su cadera en una adulación de completo cariño. Muerde su labio inferior tratando de controlarse. ¡Están en una oficina, no pueden besuquearse allí por más que quisiera!—Eh...M-Me direccionó con uno de sus colegas que está trabajando con el gobierno directamente, asegurando que podría facilitar el papeleo; ya que esa construcción es una de las pocas propiedad del sector salud que todavía son públicas. Es decir, que se deben autosustentar para el buen funcionamiento o cerrar... Cosa que claramente no es de ese modo, ya que está a nada de caerse sobre uno de mis amigos.

-Tranquilo, pequeño. Podremos hacer mucho por ello, de eso debes estar seguro. Te ayudaré, no te dejaré solo en esto—arrulla, dejando otro besito en su mejilla sonrojada. Los labios del chico se vuelven un puchero grande debido a lo consentido que lo ha tenido Jungkook en este último tiempo. Es que ni siquiera se puede controlar del todo, le gusta mucho que lo trate como un osito bebé que debe ser atendido con mucho amor de su parte—oh, no hagas pucheros o no voy a poder evitar besar cada uno de ellos...

-No lo evites, Hyung—farfulla con el puchero más grande provocando evidentemente. Jungkook solo puede sonreír antes de tomar su palabra un instante luego, y besar suavemente sobre su puchero algunos segundos que se vuelven fácilmente minutos.

El cuerpo del rubio se relaja dramáticamente, dejando que la lengua del hombre acaricie sus labios antes de adueñarse del interior de su boca con paciencia. Choques lentos, profundos, sus salivas se mezclan deliciosamente creando chasquidos de placer cuando se dejan llevar por las sensaciones que solo un beso puede conseguir. Las manos de Jungkook presionan deseosamente sobre la cadera del chico, casi moviéndolo de posición sobre sus muslos para poder tener más amplitud en los toques de su parte.

Sin embargo y gracias al mundo, la bocina de su teléfono empresarial suena con aquella voz de su asesora anunciando que el Sr. Park debía dejarle unos papeles urgentes que venían direccionados de presidencia para su pronta firma. Jungkook sonríe leve, dejando un último beso sobre aquellos labios rosados que yacen separados en busca de aliento, notando sus ojitos vidriosos por las adictivas ganas de seguir fundiéndose uno con el otro. Y no lo culpa, estos días que no han podido estar juntos por diversas actividades por separado, están haciendo que las ganas de intimar, no solo de manera sexual, crezcan entre ellos.

-Debería ir por esos papeles—farfulla el hombre.—siéntate aquí, yo los buscaré—pide, dejando otro roce robado de labios que concluyen en su belfo inferior siendo jalado.

Taehyung quiere hacer pucheros, quejarse y aferrarse a su cuello como un mono bebé para que no lo levante de sus cómodos muslos. Pero ese lado adulto que entiende que están en una oficina en la cual hacen una importante labor, decide alejarse lentamente para que pueda trabajar un poco más, antes de partir hacia las tiendas en donde deben comprar algunas cosas para la cena de mañana.

-Hyung malo—se queja el rubio como un chiquillo, ocupando la silla que previamente utilizaba su novio tras el escritorio. 

Diablos, sí que es cómoda. A primera vista pensó que era demasiado simple para Jungkook, pero ocupándola ahora mismo, entiende que es mucho más cómoda que la mismísima cama de su apartamento en la cual había dormido hasta mudarse con Jimin.

Justo en ese instante, Jungkook abandona el lugar un momento para ir por aquellos papeles que debe firmar antes de continuar con lo propio dentro de la privacidad de la oficina. Taehyung gira un poco en la silla como si fuera un trompo recién lanzado, dejando sus ojos fijos en un estante de libros que notó apenas entró, pero que no se había atrevido a observar demasiado para no quedar enganchado con solo ello, ya que hay tantas cosas allí que podría pasar horas fijándose en los pequeños detalles que la convierten en una oficina magistral. 

Jungkook tiene un gusto exquisito, sencillo.

Con evidente curiosidad, cruza el recinto entre pasos vacilantes, hasta lograr detenerse frente el estante de roble rojizo que posee vidrios recubriendo las obras del polvo o dedos curiosos que no puedan evitar tocar, así como los suyos. 

Su mano verdaderamente pican por apartar el delgado protector y acariciar el lomo de los libros con cuidado. Le encanta percibir la dureza o suavidad de cada uno, memorizando los diversos materiales con los cuales fueron creadas sus cubiertas... Es como un ritual que debe cumplir antes de leer cualquier cosa, primero debe acariciar la parte externa para seguidamente percibir la diferencia de las hojas dependiendo de la editorial en el cual fue impreso. Muchos pensaran que no hay gran diferencia de uno con los otros, pero sí que la hay.

Sus ojitos curiosean a la distancia los muchos colores y texturas que tienen, como único parecido entre todos, aquellas hojas amarillentas que confirman la antigüedad de cada uno de ellos. Según lo que puede registrar con rapidez, hay libros de hace más de 50 años, como algunos de hace 10. Una pequeña sección al final del lado derecho, guardan otros tantos de astrología, astronomía, música, matemática, arte antigua. Sin duda, unos que le terminan de llamar la atención son aquellos que están en lenguas que no entiende, quizás hebreo, uno que reconoce como latín y otros en lenguas árabes... Uh, incluso hay uno de sánscrito.

Dios, es como un mundo entero en un solo estante, un universo... Miles de cosas que no sabe a la distancia de solo unos centímetros y un vidrio odioso que le dificulta el poder tocar, acariciar la antigüedad, sentir que no hay demasiados años que le priven del pasado. Pero al final de todos aquellos, hay uno que casi le hace gritar con tan solo verlo. No, no, no... Es imposible que Jungkook tengo uno de esos allí... Pero...

-Puedes tomar el que desees—informa el hombre tras su espalda, susurrando apenas sobre su oído. El rubio brinca, derritiéndose por aquellas dos manos que toman su cintura desde atrás para pegarlo mucho más contra él. El calor de Jungkook debería ser un pecado—siempre es bienvenido aquellos que quieren conocer un poco más del mundo, a tomar uno de mis libros... Esta colección es bastante especial para mí, así que pido verdadera precaución.

-Creo q-que puedo saber el motivo. Uh... ¿Está bien que tome alguno?—sus manos pican por hacerlo, anhela tomar ese grueso de pasta negra con letras doradas de astronomía que parece brillar con ansias de ser abierto; dicho libro ya lo había visto anteriormente en una biblioteca tras un cristal que le protegía, ya que es uno de esos limitados que quedan como reliquias en el mundo, y que solo muy pocos pudieron darse el lujo de poder conocer lo que sus letras esconden—¿C-Cuál sea?—titubea excitado, tanto por el libro como por el camino de arrastrados besos que Jungkook deja por la unión de su cuello. Jadea brevemente.

-Por supuesto, bebé. Puedes tomar el que desees...—vuelve a ronronear.

Con temor de hacer un desastre por aquellos besos que le hacen erizar, desliza el vidrio hacia un lado dejando que su dedo índice toque la no tan suave pasta negra de la obra, hasta llegar a la parte superior y conseguir sacarlo con suavidad de su reposo estacional. Sus ojos brillan como si poseyera fuego en sus pupilas, ante los dedos de Jungkook colándose dentro de su camisa. 

A pesar de estar a nada de dejar su observación a un lado para tomar al hombre por los labios y concluir aquella tensión de alguna manera satisfactoria, se controla. Vuelve a la portada con fascinación, la misma tiene un sol hecho de un material brillante que hace que su propio reflejo se vea con claridad en conjunto con la lengua de Jungkook que se desliza por lo largo de su cuello. Joder. Bajo de aquel dibujo, unas letras de la misma textura dejan leer "El mundo perdido de la astronomía".

Nunca ha sido utilizado como libro de estudio ya que dicha obra no puede ser adquirida por cualquier persona, según lo que había leído de ella, un total de 100 ejemplares fueron impresos y sólo 28 de ellos están presentes en la actualidad, los cuales en su gran mayoría yacen en bibliotecas donde se aprecian como reliquias. No está en internet, aunque dicen que pueden encontrarlo digitalizado en esa parte oscura de la red que es ilegal, cosa que por obvias razones no ha intentado hacer por más que quisiera leerlo.

Jeon detiene los besos, mirando curioso el que ha tomado. Sin duda ese sería uno de los más importantes para él.

-¿Cómo... Lo conseguiste?—pregunto Taehyung con miedo de abrirlo. Más lo dedos juguetones del azabache se aventuran hacerlo por él—Dios... Es... Hermoso.

Para cualquiera sería solo un libro del montón, pero es mucho más que eso, algo mucho más perfecto. Las hojas que lo conforman no son simple hojas de papel, son especiales, creados específicamente para el. Tienen un brillo dorado al verlas contra la luz, y de textura menos lisa que cualquier otra. Aparte que si se detalla bien, se podría apreciar cada una de las estrellas en marca de agua casi invisible en ella, una estrella distinta en cada una de las 365 hojas que comprende el libro. La tinta utilizada es negra, pero que al igual que las hojas, tienen un pequeño brillo que asemejaba al oro. La tipografía es andalus, dando la sensación perfecta que encajaba en armonía con todo lo demás. 

En definitiva, valía la pena tenerlo en una vitrina solo para apreciar su hermosura a lo lejos.

-Lo obtuve en una subasta—responde con simpleza, tomando ambos pezones del joven entre sus dedos. Taehyung gime entrecortadamente, fundiéndose contra la entrepierna dura del hombre con necesidad—supongo que a veces es bueno gastar un poco de dinero en algo que de verdad quieres.

-S-Seguro lloraré si pregunto el precio—responde falto de aire, permitiendo que sus venas se desgarren por lo caliente que se va poniendo debido aquellos dedos que está jugando con sus botones—n-no puedo creerlo todavía... En corea solo había un ejemplar, lo pude apreciar cuando fui a la biblioteca central, pero ahora...—jadea, retorciéndose—e-en este momento tengo uno en mis manos que estaba como si nada en el estante de tu trabajo...-

-Solo es un libro, estoy seguro que las personas aprecian más la apariencia del mismo que su escrito, es decir... ¿No te recuerda eso a los mismos individuos que compran arte solo para colgarlo en una gran sala sin preocuparse en entender lo que el artistas intenta expresar?—inquiere con cuidado, descendiendo una de sus manos a través del pantalón recién desabrochado del rubio que comienza a temblar por su atrevimiento. Su palma toma la erección del chico comenzando a sobar.

>> Está bien alabar la forma hermosa de la presentación, pero es mejor desbordarse de emociones debido a la manera majestuosa de explicar y detallar esas pequeñas cosas que en el mundo astronómico ignoraba hace demasiados años... No obstante, supongo que ambas cosas en la misma medida, lo convierten en algo magistral, algo así como... Un libro escrito por los ángeles que solo pocos mortales están permitidos leer ¿No? Así como tú.

-J-Jungkook...—gime bajo, sintiendo sus piernas temblar. 

Sin esperanza de leerlo, coloca el libro en el estante o terminaría en el suelo debido aquella buena caricia que el mayor está dando a su glande, el prepucio sube y baja haciendo que más gotas cristalinas emerjan de su meato de forma continua. Su pezón no deja de ser manoseado.

-¿No tomarás el libro?

-P-Prefiero tomarlo a usted, Sr. J-Jeon—termina de caer el joven, girando lo suficiente su rostro para comer la boca del hombre en un beso desordenado. Lengua diente, gruñidos disconformes por haber demasiado ropa de por medio, pero sabiendo que este no es el lugar acertado para tener relaciones. Incluso con eso claro, se le hace difícil mandar esas ganas lejos, han sido días difíciles, necesitan un pequeño... Diminutos desahogo ahora mismo—H-Hyung... Vayamos a esa habitación, desnúdame y follame, por favor. Hazlo...

-No haré algo como eso aquí, no sabes controlar tus chillidos cuando estoy dentro de ti... No podría mirar a HyoJung a la cara si nos llegase a escuchar—confiesa, haciendo al chico sonrojar mucho más. 

Es verdad, cuando lo hacen juntos no le importa gemir fuerte todo el placer que este hombre le hace sentir. Joder, ¿Acaso no se ve? Es tan caliente que podría venirse incluso con sus dedos solamente. El trasero del joven se restriega a su entrepiernas descaradamente.

-Hyung~

-Travieso—muerde el lóbulo de su oreja brevemente extasiado. Taehyung lo vuelve primitivo—de rodillas pequeño... Demuéstrame que tantome deseas, chupa a Hyung como si fuera una paleta—pide, teniendo que morderse la lengua cuando el rubio no tardó ni dos segundos en dejarse caer frente él. Dios. Igual que la vez en la carretera, el chico es tan... Tan obediente, sumiso. Quita la correa de su pantalón y el botón—abre la boca... Saca la lengua—pide.

El rubio obedece nuevamente, colocando la mirada en los ojos oscuros de Jungkook, y de esa forma, la gruesa polla completamente erecta sale a relucir frente su rostro de un lindo pálido. El hombre desliza la punta de su miembro por la lengua del pequeño para que tenga una clara apreciación de su sabor. Pudiendo percibir cómo la mirada de su bebé se empañan después de eso, junto con ese temblor y gemido que no trata de ocultar al estar idiotamente hipnotizado. Con agilidad, lo hunde dentro de la cavidad, jactándose de la calidez junto con la saliva que comienza a mojarlo.

Taehyung succiona un par de veces haciendo sonidos morbosos en el proceso, mientras sus manos se deshacen del molesto pantalón del azabache para poder acariciar sus piernas y músculos fugazmente. Un momento después, le permite a sus dedos subir por su cuerpo para sentir lo duro de su abdomen. El menor gime ante eso. No lo puede creer, no importa que tanto lo vea y toque, el morbo de saber que ese hombre es el mismo que le dice cosas bonitas, es tanto, que no puede evitar aumentar la velocidad de su mamada incluso por sobre el dolor de su mandíbula.

Quiere semen. No hay otra cosa más en el mundo que desee más que ser inundado de su esencia grotescamente, que llene su garganta y si desea, su rostro. No importa verdaderamente, quiere aquellas tiras blanquecinas por todos lados marcándolo como suyo. Por ello, deja de chupar su falo y se desvía hasta sus testículos que están contraídos, duros.

Al ser hombre sabe que esa zona es totalmente sensible en dichos escenarios, así que sin dejar de masturbar toma en su boca esas pequeñas pelotas para hacerlo gemir más fuerte. Solo es necesario que succione esa región unas cuantas veces para que el cambio tenso de su cuerpo, le de aviso de lo próximo a suceder. De manera casi automática, Taehyung mete el glande a la boca y recibe lascivo la recompensa del juego sucio que ha tenido con él en la oficina.

Jungkook sin poder contener las ganas, enreda sus dedos en el cabello rubio del pequeño y lo obliga recibir su orgasmo en la garganta, al empujar sin medir, todo su pene dentro de su boca de manera acelerada. Embiste una cuantas veces en busca de mayor profundidad, hasta sentir que todo su líquido es depositado allí.

Permite la liberación del otro un momento luego, Taehyung se queda jadeando entre sus piernas con ojitos cafés llenos de lágrimas, alguna gotas de semen se resbalan por las comisuras de su boca, siendo llevadas con torpeza de vuelta a su lengua con uno de sus dedos.

-Buen chico—adula su carita con cariño. Al distinguir que la entrepierna del rubio todavía está entre sus pantalones, lo ayuda a colocarse de pie hasta llevarlo al sillón más cercano. ¿Es normal que Taehyung se vea así de bien luego de haber chupado una polla? De seguro que es la lujuria representada en persona, no es normal que todavía tenga ganas de llevarlo a ese cuarto y joderlo. No, no—quiero que pongas tus dedos dentro y te des placer, no tocaras tu miembro. Solo meterás tus dedos...

-¿Q-Qué?

-Te veré mientras lo haces, y si noto que verdaderamente lo estás disfrutando... Podría ayudarte a empujar con un par mío.



―•♡•―



Esta tarde está despejada a diferencia de los días anteriores en los que el cielo se ha roto entre pequeñas gotas sobre ellos. Al parecer, quiere regalar un buen momento para todos aquellos individuos que aprovechan el clima para compartir con sus más allegados familiares o mascotas que entre paseos que dejan risas, chistes y una buena energía que golpea a los que han sido apaleados por la vida en diversos momentos. Así como él.

Justo hoy Jimin está cumpliendo 22 años. Parecerá poco, pero ha sido suficiente para conocer muchas cosas de la vida, amor, desamor, dolor, felicidad. El chico es como una radiante luz, siempre lo ha sido desde que lo conoce, tan fuerte, tan temeroso a lo que realmente quiere. 

Si NamJoon hubiese sido menos estúpido, quizás tuviera la oportunidad de pasar este día especial junto a él. Pero no es de ese modo, no puede pretender que no duele el que le haya dejado claro que un "Nosotros" Nunca existirá, y está bien, al menos agradece inmensamente que haya sido sincero antes de continuar con sus propias ilusiones hacia un futuro de cristal.

No puede negar que posee sentimientos encontrados, ese lado que aprecia al pequeño como un amigo le pide que levante el culo de donde está y vaya a su encuentro, que le diga que a pesar de todo, siempre estará allí para él. Pero la otra parte, esa que todavía lo quiere como un adolescente enamorado, le prohíbe ser así de egoísta consigo mismo. Gracias a las experiencias, ha podido aprender a reconciliarse con su yo interno en más de una oportunidad, se ha perdonado y amado. Ha aceptado, sanado. Pero todavía quedan cosas que no puede controlar dentro.

Así es que terminó un sábado por la tarde allí, sentado en un columpio que parece estar abandonado por alguna razón desconocida, junto a un hombre que es mayor, de gran belleza y bastante hablador. Sin comentar que parece comer cinco veces lo que come él mismo, y ya de por sí, eso es bastante.

-¿De qué querías hablar?—pregunta SeokJin finalmente, llevando hacia su boca un puñado de palomitas de maíz que contiene chocolate derretido, ese último detalle se lo aplicó él al derretir un chocolate en barra con ayuda del encendedor que robó a YoonGi antes de renunciar días atrás a su empleo en la cafetería. La persona que está a su lado se alza de hombros sin saber qué decir exactamente, solo actuó por impulso—¿No lo sabes? Uh, eso me hace dudar si fue buena idea dejar de ver mí maratón de Harry Potter por bajar aquí contigo.

-Lo siento, solo... No quería estar en mi apartamento y no pensé demasiado cuando te pedí tu dirección. A veces soy un poco impulsivo ¿Sabes?—se excusa Namjoon, fijándose como la otra persona devora sin mucho miramiento lo que trajo de su apartamento. Al menos se ve que disfruta comer mucho, eso es lo importante—¿Está rico?—pregunta suave, con una ligera sonrisa divertida. Sabe que no le dará a probar ni aunque le pida.

-Umm delicioso, creo que si estos inútiles vendieran las palomitas de maíz con chocolate o cualquier otro dulce derretido harían abundante dinero, ¿Qué decir? La gente que tiene oportunidades de montar negocios son idiotas—responde con un gran bocado en una de sus mejillas. La pierna derecha de SeokJin le impulsa, comenzando a mecerse con cuidado y logrando que el columpio rechine ruidosamente por lo oxidado de sus cadenas—lamento no invitarte a pasar, pero no traigo a chicos a casa antes de la quinta cita... Ya sabes, tienen que esforzarse antes de hacer cosas sucias en la cama, y joder bebé, realmente soy bueno... No es por nada, eh—se halaga con naturalidad sin perder la sonrisa.

NamJoon solo puede negar por aquella aclaración que a pesar de no haber pedido, le resulta bastante interesante de escuchar. No es como si pudiera negar que el castaño es realmente hermoso, porque por los mil demonios que lo es, delgado, con una cinturilla de espanto, hombros anchos... Rostro de ángel, personalidad cálida, ocurrente, loca. Esa noche que fueron por un helado descubrió que no había pensado ni una solo vez en Jimin debido a que SeokJin opacaba todo a su alrededor con algún chiste verdaderamente malo o su risa escandalosa. Es completamente único. De alguna manera está muy agradecido de haberlo conocido.

-Bueno, supongo que debo esforzarme más... Quizás ir a un lugar más... Adulto—sigue el juego NamJoon, ganándose otra sonrisita tímida de SeokJin.

Bueno, eso de las citas no es tan verdad; ya que ha tenido más de un revolcón con un desconocido en su vida, pero por ese particular motivo, no quiere seguir en lo mismo. No quiere estar solo. Cree ciegamente que ver Harry Potter acompañado es mucho mejor que hacer comentarios hacia su tortuga que ni siquiera lo mira.

-Con tal y no sea en donde estemos rodeados de niños gritones que hacen berrinches a sus madres nerviosas que no saben cómo hacer para calmarlos, está bien. Aunque...Estos seres diminutos me recuerdan al que era mi gato... Lechugon—recuerda con un tono bajo de voz, lleno de alegría entrelazado con tristeza—él siempre se peleaba por allí con lo que consiguiera, era terco, testarudo... Malote, en serio. Creo que era el líder alguna banda gatuna, hasta tenía un parche en el ojos izquierdo—cuenta espontáneamente.

-¿Un parche en el ojos?—repite sin creerse aquello. El castaño gira a su dirección mientras asiente lleno de convicción sin dejar de comer en algún momento. ¿Por qué es que se ve tan lindo siendo tan... Raro? ¡Céntrate NamJoon!—¿Quién le pone un parche en el ojo a un gato? Vamos, no inventes.

-Kim SeokJin nunca miente, niño. En serio Lechugon tenía un parche... Joder, déjame enseñarte—gruñe, rebuscando cómo puede el teléfono en su bolsillo izquierdo como la mano derecha, ya que la zurda la tiene ocupada con el recipiente de las palomitas. Una vez tiene el aparato, rebusca a su gato en una carpeta que tiene más de 12 mil fotografías de hace varios años—mira...—le muestra con orgullo a un minino con cara de pocos amigos que efectivamente tiene un parche en su ojos izquierdo, el mismo es de un tono gris oscuros con manchas alargadas de tono negro. Su único ojito es amarillo—a pesar de todo, era un buen gato. Cuidaba a las gallinas de otros gatos que quisieran comérselas, por eso estaba tan dañado físicamente—explica bajo, sin dejar de mecer el columpio con suavidad.

NamJoon pasa imagen por imagen con permiso del mayor, notando que en diversas SeokJin aparecía con el gato completamente sano entre sus brazos, cama o sofá, al parecer a ambos les gustaba capturar sus momentos juntos con un visual para alabar. 

No puede evitar sonreír por aquellos filtros ridículos que en más de una imagen hacen aparición, como esos de perrito y osito. Luego de algunas más, Lechugon es fotografiado con un solo ojo bueno y con el otro completamente ausente, solo pudiéndose notar que la cuenca está vacía. Otras tantas como las primeras, aparecía una tortuga o pollitos pequeños que fueron creciendo hasta convertirse en adultos. 

 Según el mayor, los pollos se llamaban Benita y Rigoberto.

Pero de todas la que pudo ver, quizás la que más le gustó a NamJoon fue una donde salían todos, el gato con un parche en su ojo junto con dos pollos grandes y una tortuga en una de las palmas del castaño. A pesar de que los animales no prestaban atención al momento de tomar la selfie, SeokJin se notaba realmente radiante de poder conservar un recuerdo con todas aquellas mascotas. ¿Es normal que le den ganas de llorar por nunca haber tenido la oportunidad de tener ni siquiera un perro?

-Te veías realmente alegre aquí—comenta NamJoon, devolviéndole el aparato al otro que está bastante callado para lo que normalmente habla, y eso que solo se han visto dos veces en la vida. Pero basta echarle una mirada de medio lado para descubrir que sus ojitos cafés están medio cristalizados, y sus labios presionados en una fina línea—Ey... ¿Qué sucede? ¿Estás bien?

-Es que... Era muy feliz en estos días, ¿Sabes?—reconoce luego de una exhalación, desinflando su buen ánimo repentinamente—estaba en la universidad estudiando algo que me gustaba, tenía un diminuto apartamento el cual sostenía con un empleo de medio tiempo y mis pequeños... Dios, Lechugon lo recogí de la calle luego de verle desnutrido mientras comía una lechuga podrida. ¿Sabes el hambre que debía de tener para comer eso? Supongo que era rebelde porque venía de las calles... Dicen que cuando vives así, es muy difícil de rehabilitarte—se alza de hombros, restregando sus ojos al no querer llorar otra vez—luego llegaron Benita y Rigoberto a mi pequeña familia. Ellos eran los pollitos de una gallina que se la comió una Zarigüeya en la casa de mi abuela, los iban a pintar de un color horrible para que los niños los compraran... Pero yo los robe antes—confiesa, ganado una mirada sorprendida del menor. ¿En serio se robó unas gallinas?—n-no me mires así, no tenía ni para un chicle, no podía comprarlos.

>> Entonces los tuve que robar y huir. Fue muy gracioso ahora que lo pienso—ríe brevemente, dejando correr una lágrima solitaria por su mejilla perfecta que no ha podido controlar—fue una lucha diaria para que Lechugon no se los comiera ¿Sabes? Pero finalmente un día llegué molido de la universidad y pude encontrar a Lechu durmiendo con los pollitos alrededor como si quisiera darles calor. Juro que lloré. Luego, cuando perdió un ojo... Pensé que iba a morirse... Es que no sé cómo pasó, solo sé que cuando volvió a casa ya no lo tenía... Estaba muy mal, tenía gusanos. Yo no tenía para ir al veterinario, apenas podía comer ramen a diario... Así que supliqué al veterinario que lo ayudase y a cambio yo le limpiaría la casa o haría el almuerzo. Al final, pude solicitar donaciones en la universidad para poder pagar al hombre ya que no necesitaba a alguien más que le ayudara con su casa.

-Wo... Eso parece sacado de una película, SeokJin. Realmente eres un héroe sin capa, mira que luchar de esa forma por tus mascotas es algo que no muchos hacen—halaga, adulando su hombro, haciendo que el otro empiece a llorar peor. NamJoon perdería los nervios, él no sabe qué hacer cuando alguien llora—oye no... N-No sigas así... Fuiste un buen dueño.

-Es que esta e-esta fue la última foto de Lechugon con vida—farfulla apenas, sin dejar de mirar el aparato. Las palomitas con chocolate han dejado de tener importancia ahora que se está dando el tiempo de recordar a sus amadas mascotas—fue envenenado días después por la hija de una vecina... Ella siempre decía que el gato entraba a su apartamento a molestar, a chillar o robar cualquier cosa de comida que encontraba. ¡Juro que le daba una buena comida, pero el desgraciado realmente era rebelde! Esa tipa era compañera de universidad, y yo... Yo estaba tan desconcertado por la burla que me hizo cuando se enteró que Lechugon había fallecido, que no pude controlarme y lancé a su dirección una bandeja de comida que resultó reventarle la cabeza. Me botaron de la universidad después de eso, incluso pusieron una orden de alejamiento en mi contra.

-Mierda...

-Lo sé, fui un poco intenso... Pero es que ellos era todo lo que me quedaba aquí, yo soy de un pueblo, Joon. Vine aquí en contra de toda mi familia para seguir mi sueño de estudiar... Pero terminé fracasando y trabajando en ese café con un ex compañero de universidad que es un maldito inseguro que no termina de aceptar lo que quiere—se alza de hombros quitando importancia, llenando su boca de más palomitas—ahora estoy desempleado y triste. Oh, esto es una mierda. Perdón, no quise contarte mi desdichada vida. Es solo que a veces no tengo con quien hablar.

-N-No es nada, de verdad. Creo que... Eres alguien increíble, SeokJin. He leído por allí que las personas que aman a los animales son las más puras de todos, y tú que incluso tuviste un par de pollos que es bastante raro...—carraspea—creo que eres fascinante. Yo por mi parte, nunca pude tener algún animal en mi familia... Mi papá no me dejaba.

-¿Sigue viviendo con tu papá?

-¿Uh? No, no, claro que no.

-¿Y entonces? ¿Qué te impide tener una mascota ahora?—pregunta con total seriedad. NamJoon titubea—ven, ven—el mayor se coloca de pie, estirando la mano que no está llena de chocolate—ahora mismo iremos a una agencia de adopción, Kim NamJoon... Tendrás tu primer hijo perruno el día de hoy.


―•♡•―



El día que Taehyung descubrió a YeonJun en aquella cafetería perteneciente a la universidad, nunca hubiese pensado que una persona que parecía ser tan lejana a sí mismo, pudiera significar tanto en su vida futura. Quizás la desesperación de verse en la soledad sentimental lo llevó a un callejón sin verdadera salida, tomando lo que ese dulce chico le ofrecía sin ninguna mala intención. 

Primeramente fue una amistad, una estrecha y de aquella que te hace sentir especial por el simple hecho de que el otro individuo te escuche tan atentamente, que no necesites de explicar demasiado de la misma cosa para ser entendido.

No es que Jimin no lo hiciera, era solo que ambos sabían que estaban en esa brecha de conocerse para poder distinguir si un "Nosotros" Pudiese existir en un futuro. Fue como un sueño poder pasar horas hablando con él sin necesidad de preocuparse de alguna cosa. YeonJun lo hacía sentir especial, alguien lindo, como... Un humano, y no solo como la zorra que se colocaba de rodillas para recibir una corrida en lo profundo de su garganta. 

Él fue el primero que hizo latir su corazón con solo palabras, sin necesidad de tocar su piel, sin intenciones de coquetear o poseer una tensión sexual primitiva.

YeonJun era esa clase de persona que te enamora con detalles pequeños, con globos, flores, con canciones suaves, chocolates o salidas a sitios fantásticos donde se puede apreciar cosas pequeñas, pero significativas que quedaran marcadas en tu corazón como uno de los momentos más especiales de tu vida.

Taehyung realmente lo amaba... Lo sigue amando en realidad. Lo ama por ser alguien importante en su existencia, lo ama por haber creído en él, lo ama por haber estado a su lado sin importar que tantas cosas pudieran inventar para afectarlos. Lo ama, por haberle enseñado que si podía enamorar y amar a alguien; pero sobre todo y aunque sea inaudito, lo ama por haberle llevado directo hacia Jeon Jungkook. Su hombre, su auténtica alma gemela. 

En este punto, Taehyung ha entendido que existen miles formas de amar a alguien, no necesariamente se debe referir a un contacto físico sexual o demostración estrecha de afecto. A veces, alguien puede amar a otro a la distancia, deseando, anhelando lo que se cree imposible. Y a pesar de que fue un verdadero infierno lo vivido con YeonJun después que sus caminos como novios se separaron... Lo sigue queriendo como esa persona que ha dejado una marca en su corazón. Nunca podría desearle el mal, nunca podría juzgarlo tan duramente por su actuar... Si él mismo sabe lo que es estar muerto en vida.

Es como... Un zombie queriendo morir, cuando realmente ya está muerto.

Luego de un par de minutos mirando el alrededor del museo que está casi tan igual a como hace meses, se dirige hacia una de las entradas que da directamente con el extenso pedazo de tierra que conforma el parque que tantas veces ha visitado junto con Jimin. 

Le parece sorprendente que después de años viviendo allí, visitando el mismo lugar, nunca se hubiese preocupado a entrar a este museo de animales disecados, pequeño, pero lo suficientemente interesante como para perder la noción del tiempo. YeonJun lo trajo aquí en su primera "Cita", luego de pensarlo bien, a ambos le resultó algo verdaderamente extraño que tuviera su primera cita en un lugar como ese. Sin embargo, a Taehyung le encantó.

Fue bastante único ese momento.

Luego de mirar su reloj repetidas veces en el cual se percata que todavía faltan unos pocos minutos para la hora acordada, da vuelta sobre sus talones con la idea de caminar un poco más por los alrededores. Sin embargo, sus ojos se cruzan con un par que desde hace bastante tiempo había estado evitando encontrar. Lo primero que por inercia desea hacer Taehyung, es desviar su atención a cualquier otro lugar existente del sitio. Pero contrario a ese vivo deseo que se retuerce en sus entrañas por ser cumplido, solo se queda allí, contemplando la sombra lejana de aquel chico dulce que alguna vez hace demasiado tiempo le pidió adoptar un gato. 

Un gato.

¿Qué hubiese sido de aquella historia si no los hubiese recogido de aquel basurero? ¿Qué hubiese sido de aquellos animales si él no se hubiese ofrecido a tirar la basura ese día? ¿Lo acontecido sería distinto? ¿No conocería a Jungkook? ¿No se habría enamorado de él? Una simple acción como el levantarse tarde, el haber tardado de más en desayunar o haber perdido el autobús, hubiese sido capaz de cambiar este presente destino.

Y aunque podría decir mil veces un "Lo siento" Por haber mirado a su padre de la forma en que lo hizo, sabe que esas palabras realmente no generarán ningún tipo de cambio en este chico que se ve tan roto por el mundo, por él, por sus decisiones que lo afectaron tan gigantemente. Sus ojitos cafés se van nublando con el paso de los segundos al ninguno de los dos poder apartar su atención del otro de manera tan intensa.

Las personas a su alrededor siguen sus caminos sin saber la historia que los dos individuos a tres metros de distancia comparten; los días que fueron felices, los momentos en que el calor del otro era tan agradable como para no necesitar mirar hacia ningún otro lado, los hobbys compartidos, las risas, los juegos, sus momentos de estudio que concluyeron en largas charlas que podrían ser consideradas aburridas o absurdas, pero que en ellos dos era tan natural el que salieran a flote como el proceso respiratorio de sus pulmones.

¿Es natural que se sienta despedazado repentinamente?

YeonJun es el primero en reaccionar al descongelar su cuerpo con alguna dificultad debido a los calambres que apenas se están atenuando con el paso de las semanas. Sus manos que están sudando a los lados de su cuerpo, se limpian con insistencia de la tela del pantalón al sentirse realmente incómodo justo ahora. Quisiera hacer entrar en razón a su sistema, decirle que no necesita de ninguna droga para estar bien, que solo tiene que entender que esas sensaciones de elevarse a causa de un par de pastillas solo terminaran por matarlo al no poder controlarse. 

No obstante, si así de sencillo fuera, no habría tantas personas en grupos de apoyos intentado dejar algo que muy posiblemente no dejarían jamás. Teme que no pueda abandonarlo, todavía llora por las noches con desesperación debido a la ansiedad de estar en sus sentidos. Por momento, no quiere estar consciente.

Controlando las ganas de salir huyendo para ir con algunos de los proveedores de JongIn, tambalea algunos pasos hacia la personas de cabello dorado que está justo al frente con rostro triste de tener que verle así. Extrañamente para él, Taehyung ni siquiera puede lograr distraerlo completamente de esa parte que intenta no mostrar a los hermanos Wang para no general mayor preocupación en ellos. 

No puede ser tan desagradecido, ellos han hecho demasiado por él como para mortificarlos con un impulso que ni siquiera sabe de dónde viene o cómo controlarlo. Cruza sus brazos por sobre el pecho, intentando que no sea visible que ha comenzado a temblar.

-Llegaste a-antes—farfulla el de cabello negro con puntas azules, humedeciendo repetidas veces sus labios agrietados con la punta de su lengua. Taehyung abre la boca para responder, mas la vuelve a cerrar inmediatamente al no encontrar alguna respuesta acorde con lo que el chico acaba de mencionar, a pesar de no ser algo demasiado complicado de explicar. ¿Qué dice? Oh, llegué antes porque no sería capaz de hacerte esperar después de que has vivido un infierno por no poder superar las cosas. Por supuesto que no diría eso—Jackson me ha traído, está afuera esperándome hasta que acabemos de hablar—cuenta sin motivo aparente, solo llenando el silencio entre ambos.

-E-Estás enganchado, muy enganchado—susurra, notando los temblores que apenas son perceptibles, lo roto de sus labios y sus pupilas saltarinas que parecen no poder acoplarse al ambiente iluminado. 

Lo ha visto antes, en todas esas fiestas que ocupaba cuando lo único que sabía era follar, tomar y usar drogas, podía ver a tipos completamente adictos arrodillarse en súplicas frente a otros en busca de poder obtener un poco de paz para su creciente ansiedad que les partía por dentro con demasiada facilidad. Su corazón se contrae en su pecho, cuando un jadeo horrorizado quiere brotar. ¿Cómo llegó a eso?

-M-Me voy a internar—menciona antes de que le repita lo mismo que su madre. 

Sabe perfectamente que está empeorando con el paso de los días, al principio no fue así de duro, supuso que los estragos de haber casi muerto por la sobredosis le hicieron calmar, pero ahora que está recuperado y con tantas cosas en la cabeza, sabe que la creciente ansiedad que le arrulla con la desesperación como canción de cuna, es el principio para alguna crisis que podría terminar con él matándose. Quiere llorar, quiere arrancarse los cabellos desde la raíz por verse incapaz de poder salir por cuenta propia

-Sé que está mal... Pero justo ahora solo deseo un poco, un poco de cualquier cosa sería suficiente para controlarlo. ¿No es eso patético? Sé que doy lastima—pregunta lastimeramente, mostrándose vulnerable.

-No, no es así—farfulla Taehyung, acercándose con miedo hacia el cuerpo contrario hasta enmarcar suavemente su rostro demacrado con ambas manos. YeonJun quiere apartarse de su toque, más no lo hace al no hallar fuerza en su interior para algo como eso; así que deja que las caricias otorgadas le distraigan momentáneamente del torbellino interno de sentimientos que le hacen querer llorar—shhh... Todo estará bien, todo estará bien. Eres fuerte, podrás con esto... Ambos sabemos que podrás hacerlo—sosiega, moviéndose lentamente hasta poder pasar uno de sus brazos por la espalda de chico y guiarlo hacia el parque que está a unos metros de distancia.

Lo menos que quisiera Taehyung justo ahora, es que las personas a su alrededor sientan interés hacia el mal estado físico que es obvio posee el chico. YeonJun no necesita que lo abrumen con atención, con miradas indiscretas que lo hagan sentir desencajado, erróneo. No le ayudaría conseguir gestos de asco o reproches. Lo que le convendría es apoyo, aliento, ayuda de sus familiares y atención profesional especializada en esta clase de situaciones que muchas veces se escapan de las manos de la peor manera.

Ahora que el rubio le puede ver de reojo, entiendo el motivo que llevó a Jimin a estar tan silencioso luego de confesarle que fue a ver a YeonJun. Se ve mal, muy mal. Aunque sabe que la madre de su amigo estuvo realmente peor en diversos momentos de su vida por las tan aborrecidas sobredosis, este tipo de situaciones le siguen afectando contundentemente a su ánimo por los odiosos recuerdos de su adolescencia.

Una vez en el exterior, siguen el camino de piedra hacia una de las zonas menos habitadas para encontrar comodidad, ya que a la lejanía se puede notar la diversidad de personas haciendo actividades físicas al aire libre, niños jugando entre carreras descuidadas que seguramente terminarán en algún raspón, cochecitos de bebé siendo empujados, perros trotando junto con personas que están hundidos en su propio mundo gracias a la música. El calor de la mañana, el canto de los pájaros, el movimiento de las masas... Todo hace que Taehyung se sienta abrumado por momento, solo pudiendo suponer que esta clase de lugar le está reventando los nervios a la otra persona de manera nada grata.

Es que todavía no entiende por qué lo ha citado aquí, si bien pudo ir hacia la casa de Jackson para estar en un ambiente mucho más relajado.

Sin dar demasiadas vueltas al asunto, guía a YeonJun hasta uno de los bancos de piedra blanca que yace cercano a una pared con cortinas de agua que cambian de color mediantes los minutos transcurren, dejando un anhelo profundo de querer observar dicho espectáculo en las horas nocturnas para su mayor embellecimiento. No obstante, no cree que ambos se queden allí hasta el atardecer.

Quizás Taehyung lo menos que esperaba era algo como esto, tocarlo y tratar de consolarlo. Es más, desde que Jungkook le sugirió que YeonJun quería verle, pensó que el momento sería lleno de tensión, odio profesado desde sus ojos, palabras hirientes debido a la relación con su padre, o qué sabe él. 

La verdad es que nunca esperó verlo así. Sin duda, su estado ha despertado en su interior aquella afinidad de querer protegerlo, de apaciguar su tormento, de alentarlo. Podría decir que es mera empatía como la tendría con un desconocido cualquiera, más su preocupación va mucho más allá de eso. YeonJun sigue siendo importante para él, no como una pareja, claro está. Pero sí como un individuo que desea seguir manteniendo en su vida con el pasar de los años.

-¿Quieres un poco de agua?—pregunta suave, luego de un par de segundos que ocupan el banco. Su mano todavía acaricia sobre su columna que se sienten demasiado contra su palma abierta. Joder, está seguro que está desnutrido o está llegando a ello. Si Jungkook lo ve así... Si lo ve de esta forma sufrirá mucho, lo sabe, es consciente que el hombre realmente ama a su hijo, y si pudiera darle su propia energía vital para componerlo, es que ni siquiera lo pensaría, le daría todo lo que pudiera para tenerlo bien—iré por un té ¿Está bien?—anuncia poco después, recordando que a Jungkook le tranquiliza la valeriana, quizás algún té de algún componente parecido también pueda ser de ayuda en YeonJun. Sin embargo, el chico no lo permite al tomar la parte trasera de su camisa en un movimiento veloz—¿Q-Qué ocurre?

-N-No me dejes solo—súplica, sabiendo que aprovecharía el momento para escaparse y encontrar finalmente paz a esa necesidad absurda de anestesiarse. YeonJun realmente se está controlando para no romper en llanto. ¿Por qué Taehyung lo hace sentir tan vulnerable? Odia el sentir. Odia el ser dependiente a algo que solo le hace daño—por favor... No lo hagas.

El rubio tarda en comprender un par de segundos aquel miedo ligado con la aclaración previa de que Jackson está esperando en el auto por él, cuando los cabos mentales se unen. Con mucha más tristeza que antes, se sienta nuevamente a su lado con intenciones de poder calmar el nudo en su garganta antes de proceder hablar. Pero es que las ganas de sollozar no renunciar a él. Joder... Esta parte está siendo más complicada de lo imaginado, mucho peor.

-L-Lo lamento, Tae—farfulla el chico finalmente, abrazando sus piernas contra el pecho en un movimiento que le hace parecer que en cualquier momento podría romper alguno de sus delicados huesos. Taehyung lo mira suave, alzando rápidamente su mano que estaba en la espalda del chico, hasta hundirla entre el cabello de su nuca en busca de apaciguar, volviéndolo mucho más pequeño ante el tacto. Sus miradas se encuentran—realmente no recuerdo demasiado de esa noche en la que te golpee... Lo siento, si no hubiese estado tan drogado... No lo hubiese hecho, pero lo hice, te dañe mucho. Estoy arrepentido, por favor discúlpame.

-Yo también te hice daño, Yeon. Lo siento mucho más. Todo esto surgió por...—el de puntas azules niega, impidiéndole que lo diga. No quiere escucharlo de sus labios en este momento—lamento no haber pensado en lo tú podrías sentir—finalmente dice.

-Ya pasó—susurra, viendo fijamente la cascada frente él cambiar de color cada dos minutos exactamente. Sus párpados se quieren cerrar debido a la relajación que el toque de Taehyung le brinda, más no cede ante el cansancio de sus músculos inmediatamente, antes quiere terminar de hablar—sé que se aman, Taehyung. Sé que haces feliz a mi padre y que él te hace feliz a ti. Realmente no quise verte para hablar de ello... Estoy cansado ¿Sabes? Durante días, noches... Lo pensé, lo analicé. Llegando a la conclusión de que no vale la pena desgastarse si nada se logrará. 

>> Ustedes seguirán juntos el tiempo que se supone la vida diga, y yo seguiré siendo su hijo. Ese tipo de lazos son pesados, muy pesados. Aunque intente desligarme de ellos, seguirán doliendo como el primer día. Quise odiar a papá—confiesa—pero no pude encontrar algo que me molestara más allá de quedarse contigo... Es un excelente padre, persona. Lo amo, lo admiro. Cuídalo por favor... C-Cuida de mi padre, él merece ser tan feliz... T-Tanto—pide en voz rota, ocultando totalmente su rostro entre sus rodillas para no verse tan malditamente patético frente a este individuo.

Es que no lo puede creer. No puede creer que haya decidido pedir ver a Taehyung solo para pedirle eso, una solicitud que bien pudo hacer por un mensaje de texto o una llamada. Pero más allá de ello, comprendía que tenía que ver su rostro una vez más antes de marcharse, antes de irse lejos de todos aquellos que formaron un bien o mal en su vida consiguiendo ser quien ahora es. Necesitaba cerrar aquellas puertas que aún estaban abiertas, necesitaba... Dejarlo ir.

-Lo cuidaré, juro por mi vida que lo cuidaré... Ey, mírame—pide suave, obligando a que salga de su escondite entre sus rodillas. Con demasiado cariño, quita esas gotas de sus mejillas demacradas junto con algunos mechones que están siendo pegados de su frente debido al sudor que va aflorando en su piel. Está caliente, ¿Tiene fiebre?—saldrás de esto. No sé qué se siente estar enganchado en algo así, pero puedo saber que no quieres esto para ti...-

-No quiero, n-no quiero drogarme más... No quiero—asegura desesperado, jadeando ante la presión en su pecho que va creciendo—pero siento que lo necesito... E-Es peor que el sentir que tenía hacia ti, Tae. Y-Yo realmente pensé que podría morirme sin ti, pero después de probar estas cosas, supe que la adicción a ti no era nada comparado con esto. Tú solo me hacías sentir triste, frustrado... Y esto me hacía volar, caer, volver a subir, gritar, llorar, retorcerme. Me hacía alguien completamente diferente. Creí que no te necesitaba ya, porque el dolor que percibía por haberte perdido, el polvo de ángel lo alejaba satisfactoriamente... Por eso lo hacía tan seguido. Fui un idiota ¿N-No es así? J-Joder... No quiero esto...

-Ya está, ya...—pide nuevamente el rubio, trayendo contra sí para poder abrazarlo con fuerza y que aquellos jadeos no sean demasiado audibles para la gente escasa a su alrededor. Luego de un par de minutos que tarda en alejar su llanto, Taehyung permite que YeonJun descanse su cabeza sobre sus muslos para así poder seguir con las caricias entre sus cabellos resecos. Ya el azul casi no está, solo en las puntas de sus hebras permanece el tono descuidado que le hace ver más daño del que debería tener—cuando salgas de ese lugar, podemos ir por algo de comer... ¿Recuerdas ese sitio que nunca visitamos, el de comida internacional? Sería un buen sitio para comenzar—menciona.

-Salir a comer con mi padrastro suena cool—farfulla el chico con un tono rozando lo divertido, logrando que las caricias de Taehyung se detenga por no haber pensado en ese gigante detalle que lo hace sonrojar hasta el centro. YeonJun cierra sus ojos con calma, permitiendo que sus sentidos se vayan calmando por haber alejado la tensión de volver a verlo. Ya no conserva esa sensación que lo tira hacia Taehyung, ahora solo... Puede percibir tranquilidad por descubrir que no lo odia como pensó haría luego de golpearlo frente todos—creo que sería raro comer juntos, pero intentaré que no sea incómodo. Estoy seguro que papá sería feliz al saber que podemos relacionarnos con normalidad.

-Creo lo mismo que tú. ¿Sabes? Él está ansioso de que realmente puedan ayudarte con esto, Yeon. Eres importante para todos nosotros. Fuimos egoístas, pero ambos trabajaremos muy duro para ti... Si me lo permites. No quiero que me veas como un... P-Padrastro—farfulla suave, completamente abochornado.—sé que será difícil el camino. Igualmente, espero que algún día dentro de algunos años, podamos compartir como amigos—confiesa finalmente.

YeonJun ni siquiera tiene que abrir los ojos para saber que está sonrojado y con un puchero, en su cabeza está claro que es así. Todavía sigue siendo un poco perturbador que pueda conocer a Taehyung de esa manera. Dios. Sigue siendo mortificante.

Amigos... Solo esa palabra basta para buscar lejanamente a Jimin entre sus recuerdos. ¿Cómo estará? ¿Seguirá igual de molesto con él? ¿De verdad no querrá volver a verlo ni siquiera si sale de esto? Le duele mucho que lo haya perdido a pesar de que sabe tuvo completa culpa. No tenía ningún derecho en buscar lastimar a Taehyung con aquella noche que ambas personas compartieron juntos; aunque estaban drogados hasta los dientes, su piel todavía recuerda la sensación de tenerlo. Todavía puede erizarse con solo cerrar los ojos. 

Jimin es especial, y tuvo que perderlo para entender que siempre estuvo allí cuidando de él sin solicitar nada a cambio.

-Algún día—promete, sin indagar mucho en ello. Carraspea—Umm ¿J-Jimin está bien? No he sabido de él por un tiempo—indaga un momento después, fijándose perdidamente en el correr de algunos niños que se han soltado de las manos de sus familiares. Pelotas de colores por sobre el césped, globos de lindos colores son sostenidos por un hombre mayor... Ese señor se nota tan triste, a pesar de los tonos alegres que le rodean. ¿Qué tanto se necesita para exteriorizar la tristeza? ¿La melancolía?—espero que sí... Yo fui un imbécil con él, no merecía algo como eso.

-Está muy bien—cuenta, sin querer entrar en detalles. Lo que menos desea en colocar sobre los hombros del joven alguna preocupación más por lo lastimado que estuvo Jimin en su momento luego de su encuentro—umm ambos estamos haciendo una labor importante justo en estos días. ¿Recuerdas a Hoseok? Él está en un ambulatorio que está a punto de caer en uno de los barrios pobre de Seúl, entonces hemos asumido la tarea de poder hacer algo por ello. No será fácil, ya que tendríamos que tramitar un montón de permisos, pero nuestra meta es dejar un lugar completamente nuevo... Hemos buscado financiamiento con algunas empresas, además del aporte personal de cada uno.

-Espero lo puedan lograr, me sentiría feliz de que ustedes puedan hacer cosas para el beneficio de personas necesitadas. Siempre me parecieron tan dedicados, tan de buenos corazones. Bueno... Salvaste a tres gatitos de morir de hambre, eso es prueba de tu buen corazón—explica con sinceridad, volviendo a cerrar los ojos para descansar un poco la mente. Los temblores de sus manos reanudan poco a poco. Tiene frío.

-Tú también podrás conseguir esa clase de cosas, una vez que salgas podrás retomar los estudios—alienta, más pierde la motivación por el prolongado silencio que el chico mantiene—Seguirás con la carrera ¿Verdad?

-No lo sé—farfulla, quedándose dormido poco a poco. Está tan cansado, ni aunque YiRen duerma con él, puede conseguir perderse en Morfeo más de una o dos horas diarias—justo ahora nisiquiera puedo controlarme... No creo poder asegurar que lo haré, pero si no es ingeniería... Será cualquier otra cosa.

-Pero te gusta la ingeniera—rebate, no obteniendo ni una sola palabra más. La respiración de YeonJun se vuelve suave, uniforme, su peso se siente mucho mayor ahora que ha caído en lo que parece ser un profundo descanso. Sus manos que están en puños formados contra su pecho, se van relajando con el paso de los minutos, hasta concluir como dos palmas completamente relajadas—Descansa un poco... Sé que todo acabara en su momento.


♫ Eres feliz cuando te ahogas en drogadicción. Realmente espero que vivas lo suficiente, amor.



► Colors— Halsey. [Kevin & Karla] (Versión en español) 


-AlHanyG

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