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•31 | Hazlo feliz.



A Jungkook siempre le ha parecido que la vista desde su lugar de trabajo es la mejor de todo el edificio. Cuando tomó el puesto de vicepresidente supo que lo que más le gustaría de ello, sería perderse por largos minutos entre los extensos ventanales del lugar que a diferente de todas las demás oficinas, solo da directamente con un edificio, de resto, es un amplio paisaje de concreto lo que se puede concebir. 

Desde allí, distingue a la lejanía el puente de Banpo con sus usuales luces que le hacen ver como el más hermoso arcoíris nocturno, el eterno tráfico, las personas yendo y viniendo como diminutas hormigas... Lo único que realmente lamenta de ello, es que no pueda observar perfectamente las estrellas por la luminosidad de la ciudad.

A veces desearía vivir en el campo, alejado del bullicio, de las publicidades de nuevas tecnologías o grupos de idols. Quisiera despertar con el amanecer, y dormir bajo las estrellas con el frío haciéndolo temblar, con una manta suave en conjunto con una simple almohada que no necesita estar revestida por seda para ser placentera. Ocupando ropa sencilla, un mono o pantalón que no le haga sentir incómodo, una camiseta cualquiera que digas palabras en inglés que no entienda, unos tenis, una gorra... Una vida simple. Pero sabe que no podrá hacerlo por el momento, no cuando tiene mil cosas por las cuales preocuparse justo ahora. Su hijo, Taehyung y... Un nuevo comienzo.

El comenzar de nuevo es aterrado, pero la sensación de lo incierto vale completamente la pena. Es emocionante, es como lanzarse de una plataforma con solo una cuerda sosteniendo tu existencia, sin saber si volverá o no con vida al no tener certeza que los arneses están en perfectas condiciones. 

Es extrañamente motivador y desalentador al mismo tiempo. Complicado, esa es la palabra correcta.

Es como cuando está en el puesto tras su escritorio, y puede notar curiosamente las oficinas del frente para distinguir cómo las personas se mueven de un lado hacia otro entre atareadas tareas. Pero eso es muy pocas veces, solo cuando el aire acondicionado deja de funcionar y tienen que abrir las ventanas. ¿Cómo lo sabe? En realidad no lo sabe, solo deduce aquello al ver que más de uno se abanica con las carpetas o papeles que cree asemejan importancia. 

No es que no tenga demasiadas ocupaciones en las cuales centrarse como para decidir distraerse con la vida laboral de la empresa del frente, es solo que... Hay momentos en los cuales se queda en blanco, solo queriendo admirar, solo centrándose en algo más que sí mismo.

El poder notar como las demás personas también siguen adelante a pesar de que quizás tienen miles de problemas encima; puede que algunos de ellos se están divorciando, o tenga un hijo enfermo, un padre con alzheimer, problemas de violencia intrafamiliar, deudas, sueños frustrados, problemas alimenticios o enfermedades terminales que no son capaz de exponer a viva voz por vergüenza, por miedo de ser vulnerados. 

Los seres humanos son tan complejos, tan... Inigualables.

Jungkook muchas veces trata de quitarle importancia a sus conflictos alegando que hay personas que viven cosas verdaderamente complicadas, que son tratados como si no pertenecieran a este mundo, que son humilladas, asesinadas, abusadas. Pero la verdad, es que no es incorrecto darle importancia a tu propio mundo personal, ya que cada individuo tiene completa autonomía de quejarse en voz alta por sus inconvenientes grandes o pequeños. Priorizar, ser egoístas, no son comportamientos que estén mal, ya que son partes de ser humano. Solo se debe tener claridad mental, equilibrio, saber cuándo o en qué situaciones serlo. 

Es complejo, es muy complicado tratar de comprenderse y mucho peor, el comprender a otros.

De lo único que tiene certeza justo ahora, es que gracias a los años, a sus propias experiencias o situaciones externas a él, tiene una visión demasiada amplia de lo que es existir, vivir. Comprende los miedos de los niños por los monstruos del armario, o que un joven vea interesante cosas que ya para otros son tonterías, pérdidas de tiempo, de energía, de años. Tiene la capacidad de deducir el sentir de un chico universitario que piensa que quizás está gastando sus mejores años y neuronas en algo que no lo hará feliz a la larga. Puede entender el interés de una mujer casada por otro hombre, o el de un esposo que prefiere no llegar a casa para cenar con su propia familia. Puede saber el por qué muchos creyeron que el dibujo número uno era un sobrero, pero también puede perfectamente razonar que el niño de solo seis años nunca quiso reflejar un sombrero, sino una boa que digería a un elefante. Por ello y más, siente que a pesar de ser un hombre formado, con diversas costumbres muy sumidas en su personalidad, tiene la dicha de interpretar, descifrar, resolver... Comprender.

Se siente tan bien poder ser él, poder amar, y ser amado, poder ayudar y ser ayudado, poder perdonar y ser perdonado. No es perfecto, tampoco intenta serlo, solo quiere ser alguien que mire hacia atrás y no lamente demasiado las cosas en las cuales pudo ser una mejor persona, un mejor amigo, esposo o padre.

Suspira.

-Pronto no seré más un esposo...

Y como si sus palabras tuvieran un poder oculto nunca antes descubierto, la puerta de su oficina se abre luego de dos muy sutiles toques que apenas advierten que no estará más en la soledad de sus pensamientos; dejando ver un instante después a una Ji Woo completamente deslumbrante como solo ella puede verse hasta en los peores momentos. 

Zapatos bajos, vestimenta en tonos claros que posee una simpleza que resalta notoriamente el maquillaje necesario que conservan sus facciones. Y en sus manos, un sobre beige con esos papeles que ambos solicitaron hace meses atrás y que finalmente existen en físico para dar culminación a una promesa que ambos juraron mantener por el resto de sus vidas.

La mujer se detiene frente el escritorio de vidrio templado con las vivas dudas de sentarse o simplemente mantenerse de pie, no es esta una visita que hubiese deseado hacer, pero era completamente necesario para ella estar presente en el momento en que todo concluyera para el "Nosotros" De hace 21 años atrás. El tipo de convicción marcada en la mujer, causa que el corazón de Jungkook se desmorone solo un poco por ese leve sentimiento de pérdida ligada con una agridulce libertad que ha deseado inmensamente desde que sabe qué es lo que más desea hacer con su vida en sus próximo años. Respirar, vivir, soñar... Mi tiempo.

-Buenas tardes, Jungkook. Se supone que el abogado te entregaría los papeles personalmente, pero yo pedí hacerlo. Él está afuera... Esperando que los firmes—menciona sin querer mirar directamente su cara, solo pudiendo centrar su atención en la forma en que en algo tan pequeño, tan simple, como lo son un par de hojas, yace la culminación de una parte de su vida. Una. Parte. De. Su. Vida. Dios... ¿Está bien que quiera llorar? Porque aunque ya todo estaba arreglado, este realmente es el final, y finalizar, es la parte más difícil de un comienzo. Extiende el sobre temblorosamente—ya los he firmado, solo basta que lo hagas tú y... Seremos legalmente divorciados. Por favor hazlo. Quiero ver que lo hagas... Por favor.

Apesar de fingir fortaleza, Jungkook sabe que detrás de aquella fachada de tranquilidad que mantiene Ji Woo, hay dolor, uno vivo, crudo y atosigador que le impide respirar. El temblor de su mano hace evidente que el pararse frente él, le lastima inmensamente el orgullo que formó por años. 

Jungkook comprende que el descubrir que es Taehyung esa persona especial en su vida por mano de YeonJun, le afectó más de lo que está dispuesta a expresar en palabras. Fue un duro golpe el recibir una mirada de completo desconocimiento de su parte cuando intentó hablar con ella la última vez. No había asco, no había reproche, solamente indiferencia y un extenso silencio que acaba de romper con estas palabras.

-Ji Woo, debemos hablar—pide él, dejando de lado los papeles del divorcio como algo que no tiene importancia inmediatamente, y aunque parezca absurdo, no la tiene, para su persona justo ahora es prioritario el hacerle entender a esta mujer que no porque van a divorciarse o va a comenzar una vida nueva con Taehyung, quiere decir que no es importante, es la madre de su hijo, su primera novia, la que fue su esposa por 21 años, y a pesar de saber que el amor en ellos nunca alcanzó el punto máximo requerido, fue querido, cuidado y comprendido a su propia manera—has desviado mis llamadas, no respondes mis mensajes, cambiaste el código de acceso a la casa...-

-Habíamos llegado a un mutuo acuerdo con que la casa principal sería de mí propiedad, creo que tengo todo el derecho de cambiar el código de acceso—se excusa sin querer mirarlo todavía. Justo cuando Jungkook se coloca de pie para llegar a ella, Ji Woo se comienza a sentir demasiado vulnerable ante su presencia, por eso se aleja un paso—no te acerques... Solo firma los papeles y luego me iré, Jungkook.

-Te estás reprimiendo—susurra apenado, quedándose quieto sin intenciones de presionar. No quiere que una respuesta negativa de su parte empeore la situación ya delicada que ambos tienen que sobrellevar respecto a YeonJun—Sabes que esto no se trata de la casa, los carros, las propiedades, la división de bienes... Se trata de nosotros.

-No hay un nosotros—corta, aferrándose a las tiras de su diminuta cartera que cruza su cuerpo—ya no.

-Mientras tengamos un hijo, siempre habrá un nosotros, nosotros siendo padres, siendo amigos o conocidos—explica—Que el descubrir que amo a Taehyung no dañe la buena relación, la madurez con la que hemos llevado las cosas, por favor. Sé que quizás te sientes herida por saber que es un chico esa persona especial, pero nunca has sido una mujer que juzga o cree que el amor solo nace entre un hombre y una mujer...

-Y nunca lo voy a creer—menciona inmediatamente, finalmente mirando sus ojos con aquel rastro de dolor. 

La expresión de la mujer es viva tristeza, sentimientos tormentosos que no pueden hallar el camino cálido de vuelta a su lugar indicado, donde la incertidumbre del desconcierto es lo único que la mantiene de pie allí, mirando al hombre que creyó conocer incluso mejor que sí misma, pero que en realidad nunca tuvo el verdadero interés de ver más allá de lo que creyó era todo de él.

-¿Qué es? Dimelo.

-J-Jungkook realmente no estoy herida porque ames a un hombre. Al menos, puedo comprender que si tuviera que categorizar tu sexualidad desde mi punto de vista, la bisexualidad sería mi mejor opción. Descubrí desde hace mucho que realmente no te importa esto—señala su cuerpo—si no esto—coloca una mano en su corazón—eres un hombre inteligente, bueno, formado sin necesidad de estudios... Debes entender que realmente me desenfocó que justo tú hayas lastimado a tu hijo. Al nacido gracias a tu esencia. ¿No te dolió verlo? ¿No sentiste impotencia? ¿Rabia? ¿Ganas de lanzarlo todo a la basura?

>> Puedo jurar que sí, pero no lo sentiste como yo...Yo lo tuve dentro de mí, yo sentí sus patadas, sus movimientos suaves, bruscos. Lo sentí desde mis entrañas, y no quiero decir que el amor que tú le tienes no sea igual de gigante que el mío; porque claramente ayudaste a su formación. Pero la conexión que tengo con YeonJun por el simple hecho de haberlo tenido nueve meses dentro de mí, me hace completamente susceptible a él. Me duele demasiado ver en lo que se convirtió, el notar que quizás pudimos darle todo el amor que uno cree es necesario, las herramientas, pero que jamás nos habríamos detenido a pesar en la fragilidad de sus emociones. En las caídas que podría tener...

>> C-Creo que nunca se está preparado para ver a tu hijo tan hundido en las drogas que ni siquiera te reconozca como su madre—solloza repentinamente, arrugando la tela de su blusa sin intenciones de seguir callando lo que sintió, siente y sentirá—fue un golpe tras otro Jungkook... Fue un maldito golpe tras otro y siento que me estoy muriendo... No soy tan fuerte como para digerir que el que era el novio de YeonJun ahora es la persona que amas... Es que ni siquiera sé qué va a pasar con nuestro hijo... No sé cómo debo comenzar otra vez... No sé.

-Ji Woo—aunque reniegue entre movimientos de rechazos bastantes bruscos, los brazos del hombre la toman en un contacto lleno de familiaridad, de cariño sincero, de ese calor que necesitaba experimentar para saber que no está sola en esto como a veces siente que es. Tiene miedo, y es completamente acertado tenerlo. Incluso los padres tienen miedo a veces—eres la más fuerte de todas, eres muy fuerte. Yo también tenía miedo, lo tuve desde el comienzo... No quería ser egoísta con ustedes, pero lo fui conmigo mismo por tanto tiempo, que simplemente no pude pretender que no estaba pasando nada cada vez que lo veía sonreír... Lo amo, Ji Woo. En serio lo amo—confiesa.

-N-No sigas. Por favor... Basta—farfulla, sosteniéndose débilmente del hombre, hasta que es colocada con cuidado en una de las sillas del lugar, permitiendo que sus jadeos salgan sin contemplación. 

Y está bien, está bien que deje salir todo lo que calló desde que Jungkook confesó que había intimado con otra persona, desde que vio a su hijo sufrir de la forma en que lo hizo, desde que sintió la soledad de una casa vacía consumirla. Está bien que le duele, aceptar el dolor es el primer paso para superar las cosas.

-Todo estará bien—susurra el hombre hincado a su lado, limpiando sus mejillas con demasiada dulzura. Es tan absurdamente pequeña, que Jungkook no entiende en qué parte de ella cabe su gran corazón que ha errado al igual que el propio en miles de oportunidades, pero que de la misma manera, mantiene todas sus piezas intactas, unidas con los mejores sentimientos. Esta solo será una etapa, tiene total certeza de ello—¿Lo sabes, verdad? Esto pasará.

-El saberlo... No hace que disminuya el dolor. Duele. Duele tanto... Es horrible llegar a casa y que no haya nadie esperando, es desolador, es... Tan asfixiante. Dios...

La mujer mastica su labio inferior con insistencia tratando de controlarse, más el saber que este es el cierre de todo, la está matando. Nunca imaginó que pudiera sentirse tan vacía por ello, pensó que lo había manejado demasiado bien... Pero todo es tan diferente ahora que sabe que Taehyung es esa persona, que YeonJun no planea volver en un tiempo y que estará sola. Tan sola.

-Lo sé—concede, abrazándola nuevamente.—pero también sé que serás muy feliz cuando sea el momento indicado, Ji Woo. Yo te lo puedo asegurar.


―•♡•―



Taehyung corre apresuradamente una vez baja del autobús para poder cubrirse de la feroz lluvia que se desató antes llegar a su destino. Podría decir que ama los días lluviosos, pero la verdad es que odia la humedad. Bueno, básicamente su cabello odia la humedad por el gran problema que asemeja tener frizz. Si estando en el apartamento se despeina como si fuera un león recién bañado, tristemente para él, cuando llueve y tiene que estar en la calle de aquí para allá, es un completo martirio mantener sus hebras doradas controladas. A veces odia su cabello. Solo a veces.

Eleva la cabeza para poder mirar desde su posición lo alto que verdaderamente es el edificio que está al cruzar la calle, ese en el cual trabaja Jungkook. Diablo, ¿Cuántos pisos se supone que tiene? ¿30? Es verdad que no es la primera vez que lo detalla desde que vive en Seúl, pero si es la primera vez en la que se supone va a entrar, subir y conocer la oficina del hombre. ¿Por qué es que aceptó venir en primer lugar? Oh, está tan nervioso que sus manos están sudando alrededor del termo negro que contiene el Té de valeriana que preparó específicamente para Jungkook, sin contar que tiene mucho frío por la delgada chaqueta que este día ocupó al no mirar las noticias del clima que tanto Jimin insiste en que vea antes de salir de casa.

-Rayos... Ni siquiera tengo una estúpida sombrilla—se queja impaciente, queriendo ir al encuentro de su pareja lo más pronto posible.

 Pareja.

Todavía no cree que realmente sea la pareja formal, no delante del mundo sino frente su círculo reducido de amigos y familiares del mayor, de un hombre tan espectacular. 

Es que el Sr. Jeon es tan... Espléndido en todos los sentidos de la palabra, que todavía le resulta ilusorio que un muchacho de su precedencia haya podido cautivar de la forma en que lo hizo. Dios. Cada vez que cierra los ojos podría jurar que siente esas manos en su cuerpo dando cariño puro, sincero. Su voz susurrando cada palabra como si fuera parte de una canción única de amor que fue hecha solo para ellos dos, que tiene su historia, sus dificultades... Su metas en conjunto. Un final feliz.

Lo ama tanto, que no puede esperar que unas cuantas gotas de lluvia retrasen por más minutos el encuentro que ambos desean de la misma manera. Con una sonrisa, espera que el semáforo esté en rojo, y corre. Corre contra la innegable fuente de vida que la naturaleza obsequia en forma de gotas, cruzando una a una las líneas que indican el paso peatonal para poder llegar lo más rápido posible hasta la entrada de aquel rascacielos imponente que grita "Caro" Por todos lados. 

No le importa que sea un edificio elegante y que él este vestido de forma sencilla, no le importa que lo miren como un chico que está allí en busca de ser pasante o un repartidor de té. No le importa. Lo único que desea es poder abrazar a su novio, oler aquel perfume obsequiado y decirle cuanto lo quiere.

Eso desea... Pero entonces sus pasos se detienen abruptamente al poder distinguir la elegancia personificada en mujer unos cuantos pasos más adelantes, aquellos ojos que una vez pudo percibir como cálidos, aquellas facciones finas que reflejaron una felicidad desbordante por poder conocerlo, es ella, la Sra. Jeon, la esposa del hombre que ama está frente él; Más en esta oportunidad nada más que vacío refleja su mirada o facciones. Su ropa está un poco desarreglada, sus mejillas blanca, sus labios agrietados y sus ojos, tan tristes y enrojecidos, que no pudo mantener al margen su preocupación.

Cosa que lo hace sentir como un hipócrita un momento después, porque ciertamente nunca se detuvo a pensar en todo el daño que le pudo haber causado el haberse fijado en el hombre que ella ama, en el padre de su hijo, en el que fue su esposo por 21 años. ¿Esa acaso no es su edad? Se siente abrumado, entumecido. Rápidamente Taehyung huye de su mirada, queriendo que sus zapatos converse que están completamente húmedos por la caminata bajo la lluvia, den vuelta para salir de allí como solo lo haría un cobarde. Sin embargo, antes siquiera poder apartar el cabello húmedo de su rostro, ya la castaña viene a su dirección, quedando a poco más de un metro de distancia de él.

Ambos se observan ahora, parece que lo hacen por una eternidad, pero la verdad es que no fue mayor a uno o dos minutos. 

Ella pasea cuidadosamente su mirada ahora humedecida por las hermosas facciones del chico, descendiendo por su cuerpo y terminando nuevamente en sus ojos que están muy abiertos ante la tensión. Taehyung lo siente, siente el pánico invadirlo al imaginar ser partícipe de un escándalo en la recepción de la empresa, de todas aquellas miradas que seguramente se preguntarán qué sucede con este chico pobre y la esposa del vicepresidente; porque está seguro que todos saben ahí que es Jeon Ji Woo.

-Eres tan hermoso—es lo que ella farfulla primeramente en voz baja, siendo visible como presiona la tira de su cartera con excesiva fuerza por las enormes ganas que le han nacido de llorar al ver al chico rubio con aquella expresión de miedo—tan joven. A tu edad yo tenía un niño de cinco años que cuidar, que atender. Era descuidada conmigo y con Jungkook. Creí que era normal no prestar mucha atención a la intimidad. No necesitarla. En cambio, conversábamos mucho con algún café o jugo que traía de vez en cuando de la máquina expendedora de su trabajo. Este trabajo—señala el edificio con nostalgia a causa de los recuerdos—vivimos por seis años en una habitación que solo tenía un pequeño baño, no tenía cocina, por ende teníamos que preparar los alimentos a escasos tres metros de la cama, era complicado porque YeonJun ya a esa edad hacía desastres, entonces teníamos que estar pendiente de que no se quemara o hiciera algo peor.

>> Fuimos tan pobres, chico. Tan necesitados de todo... Que Jungkook no descansó hasta llegar hasta donde está. Estoy segura que a veces no dormía o comía por poder alimentarnos a YeonJun y a mí. Quise dejarlo muchas veces ¿Sabes? Era una muchacha inmadura. Me sentía frustrada de mil maneras por todo lo que no podía hacer al tener que quedarme allí cuidando a nuestro hijo. Un día cuando recibió su primera paga de navidad, él regaló dulces a YeonJun y compró unos zarcillos para mí. No quedó para él absolutamente nada por haber hecho un gran mercado, compró carne, algo que casi nunca nos permitíamos. Y se veía tan feliz, haciéndonos felices a nosotros... ¿C-Cómo puedo reprocharle el que sea feliz contigo si dio sus mejores años para nuestra protección?—niega abrumada—No puedo siquiera imaginarme haciendo eso. No me nace odiarlos a ninguno por quererse—asegura en un susurro lleno de sinceridad.

-S-Sra. Jeon...

-Choi—interrumpe bajo, limpiando las esquinas de sus ojos con el dorso de mano para no hacer una gran escena frente todas estas personas, que aunque no les estén viendo justo ahora, puede que noten como una elegante mujer llorar frente un jovencito. Lo menos que quiere ahora en sentirse presionada por la atención—Desde ahora soy Choi Ji Woo. Acabamos de firmar el divorcio, Taehyung. Él ahora es completamente libre para poder convivir contigo de forma correcta.

El rubio podría decir mil palabras para exteriorizar lo mal o bien que pudiera esta noticia hacerle sentir. Pero la única verdad absoluta de este momento, es que se siente tan pequeño, tan nada delante de todo lo que ellos fueron, vivieron, tuvieron que superar unidos. Quisiera expresar aunque sea un "Lo siento" Pero no cree que esta mujer merece una disculpa de su parte o una mirada llena de dolor. 

Aunque se note tan vulnerable, la forma erguida de su espalda le indica que está orgullosa de poder pararse frente él y decirle en su cara que ya no es más la Sra. Jeon porque así ambos los decidieron. ¿Algún día él podrá ser así de fuerte? Espera que así sea.

-Hazlo feliz, te estás llevando al mejor ¿Sabes? Al mejor de todos, chico—es lo último que dice, antes de regalarle una pequeña sonrisa quebradiza y continuar con su camino hacia el auto blanco que espera por ella varios metro más allá. Un hombre que es primera vez que mira, abre una sombrilla para poder guiarla dentro del auto que desaparece instantes después.

Su corazoncito se estremece cuando la ve partir, quedando completamente anonadado por las tan inesperadas palabras que no esperó nunca recibir de parte de la ahora ex esposa de Jungkook. ¿Qué clase de madurez es esa que ha podido ser partícipe? ¿Es de ese modo en el que Jungkook y ella han llevado las cosas? ¿Dónde está el dramatismo? ¿El llanto? ¿Los golpes? ¿Los reproches por haber sido el amante?¿Es que acaso ha estado viviendo un engaño toda su vida? Sabe que no, es solo que a veces se comprende internamente que cuando algo no funciona, es mejor dejarlo ir sin intentar aferrarse a una idea que no posee ningún tipo de base en la actualidad.

Pero decirlo es mil veces más fácil que ponerlo en práctica. Es más sencillo consumirse, gritar y culpar al mundo de nuestra propia responsabilidad, que analizar cuál ha sido la raíz del problema, aceptarlo, trabajarlo y superarlo de tener que hacerlo. 

Así como aquel agricultor le dijo: "Para tratar una plaga, hay que detectar el problema primeramente. Analizar qué es, cómo funciona y qué es lo que exactamente está dañando. Segundo, hay que aceptar que por más difícil que parezca, existe una posibilidad muy grande de no poder salvar la cosecha. Y por último, trabajar arduamente para poder evitar plagas futuras. El aprender, es el único medio que poseemos de prevenir" La experiencia te regala sabiamente la posibilidad de no ser el mismo de ayer, de no repetir los mismo errores. 

Quizás debería prestar más atención a la sabiduría obtenida hasta ahora.

-B-Buenas tardes, vengo a ver al Sr. Jeon Jungkook—comenta tembloroso de frío, una vez decide ir a la amplia recepción. Su cabello sigue húmedo, aunque ya no estorba en su cara, puede notarse como las gotas caen en sus hombros y espalda con el paso de los segundos. 

Una de las recepcionistas lo mira de forma extraña, más no permite que la sonrisa dirigida hacia él flaquee por pura educación. Ya sabe que parece todo menos el novio del vicepresidente de esa empresa... ¡Oh! ¡Se siente tan avergonzado justo ahora!

-¿Posee usted cita con el Sr. Jeon?—pregunta la elegante mujer, consiguiendo un asentamiento distraído del chico, que mira embobado los acabados lujosos del lugar. Vaya, el techo es tan alto como el de ese hotel al cual fue con Jimin años atrás, lo único que faltaría sería que esté pintado de ángeles siendo sonsacados por demonios audaces que quiere eliminar su luz. La mujer carraspea—necesitaré algún tipo de identificación, por favor.

-Uh... ¿Le sirve mi carnet de universidad?—al recibir una afirmación de parte de ella, otorga su carnet estudiantil para hacer espera un par de minutos mientras es anunciado a quién sabe dónde. Solo puede ver como la mujer teclea y habla por el teléfono mientras lo mira un par de veces disimuladamente.

Pero está bien, tampoco quiere ser tratado de una forma diferente, en más de mil veces ha tenido que esperar su turno, la confirmación de información o citas. Y aunque está un poco ansioso por ver al mayor para terminar refugiándose entre sus brazos, todavía puede esperar unos minutos para hacerlo.

Sus manos se mueven ansiosas alrededor del termo, decidiendo centrar su atención en cómo todos aquellos hombres y mujeres de ropa cara maldicen mientras ven la lluvia y su reloj seguidamente. No es que crea que las personas con elevados ingresos no puedan lograr la felicidad, es solo que... No parece que la gran mayoría de ellos tengan verdaderamente una vida feliz. Trabajo aquí, trabajo allá, estrés, poco tiempo, vida sedentaria, pocas horas de sueño, monotonía, pocos lazos, una fortuna, vacío, vacío, vacío... Eso es lo que puede notar con tan solo un par de minutos allí.

En serio agradece que Jungkook no se parezca a ellos, que no mire el reloj contando los segundos, que no maldiga la lluvia solo por entorpecer sus planes, que no sea tan centrado en sí mismo, que no note que el mundo se está moviendo, que las personas que quizás son importantes están cambiando a direcciones opuestas a la suya... Alejándose aunque estén en el mismo lugar. 

Eso es muy triste desde su parecer, el no apreciar las pequeñas cosas, los momentos que verdaderamente merecen importancia no necesitan de mucho para poder ocupar ese puesto en la vida de las personas. Un vaso de café, un panecillo, una buena charla, eso es lo que sería perfecto para él justo ahora que el cielo cae sobre ellos. Poder percibir el calor de la persona querida, el oír cómo ha ido su día, los planes de mañana o dentro de un mes. No lo sabe, ese tipo de acciones cotidianas le hacen sentir lleno. Es raro.

Pero encuentra perfecto esos momentos de tranquilidad junto a Jungkook.

-Pequeño—entonces esa voz brota con aquel tono de felicidad inigualable, y aquellos ojos negros tan oscuros como una noche sin luna, le miran con un cariño inmenso, casi como si lo pudieran arrullar con solo eso. 

La amplia sonrisa que otorga, solo es la parte más mínima de una felicidad que le hace saber que a pesar de los miles de tormentos, está en el lugar correcto, con la persona correcta. Apenas intercambian sonrisas, Taehyung es testigo de cómo una arruga se apodera del entrecejo de Jungkook, llevando una de las manos a su mejilla derecha para verificar que verdaderamente está tan frío como parece estarlo.

-Estoy bien—se adelanta a lo que sabe dirá.

-Estás helado. ¿Por qué estás empapado? Puedes enfermar, no quiero que enfermes—regaña suave, quitándole la chaqueta empapada para seguidamente obtener su propio saco y dejarlo sobre sus hombros en un intento de mantener cálido. El chico se estremece con solo su olor—debiste esperar que dejara de llover para venir aquí.

-Q-Quería verte pronto—asegura, tiritando un poco por la repentina brisa helada que ingresa por las puertas cada vez que alguien entra—¿Por qué estás aquí? Estaba siendo anunciado, ya iba a subir—se queja apenas, notando que las cuatro recepcionista cuchichean sobre ellos dos a la distancia. ¡Esto es tan mortificante! Se esconde más entre el saco—¿Vamos? Las personas nos miran raro, sabes que no me gusta recibir la atención de los demás.

-Es porque eres muy hermoso, Tae.

-O porque tú también eres jefe y estás hablando con un chico universitario mojado, con converse rotos y apariencia rara debido a su cabello despeinado—denota, no muy feliz de que sus mejillas demuestren la vergüenza. Vaya, debió de pensar en eso antes de correr como un demente bajo la lluvia. Ahora sabe que no lo volverá hacer.

-Creo que sigue siendo porque eres sumamente hermoso—contraataca dulzón, queriendo besar sus labios. No obstante, al estar en medio de la recepción realmente no cree que sea tan profesional de su parte hacer algo como eso, menos, si todavía todos creen que es casado, aunque la unión en su dedo anular ya no esté desde hace semanas. Toma levemente al chico de la cintura, y lo guía hacia la recepción—aparte, yo también soy universitario. ¿Lo olvidas? Pronto comenzaré mis clases—susurra muy cerca de su oído, logrando que una sonrisilla feliz aparezca en el chico al recordar el momento en que la noticia fue dada—y no necesitas anunciarte de ahora en adelante, eres mi novio, puede pasar directamente a mi oficina sin que nadie te detenga.

-Hay reglas, Sr. Jeon. No soy quién para romperlas...

-Eres todo, Tae. Deberías de comenzar a digerirlo—farfulla suave, separándose escasamente de él, al llegar al mesón de recepción donde la muchacha que había atendido a Taehyung se coloca rápidamente de pie para poder recibirlo—hola, SunChi. Él sube conmigo, desde hoy vendrá seguido así que pueden hacerlo pasar sin anunciar... Tiene trato especial, así que lo mejor es que nadie lo retenga por aquí demasiado tiempo, ¿Bien?—dice en voz seria, aunque en el fondo solo este haciendo avergonzar al rubio a su lado.

-Entendido, Sr. Jeon. Ya lo colocaré en la lista VIP de la empresa para que no tenga problemas al subir a los pisos—aclara la mujer rápidamente, extendiendo sin perder tiempo el carnet universitario al apenado Taehyung. Oh, justo ahora quiere que la tierra se lo trague y lo escupa en la comodidad de su cama para poder arroparse hasta la barbilla con sus calentitas mantas—que tenga buena estadía en las instalaciones, Sr. Kim. Sr. Jeon—hace una amplia venia.

-H-Hasta luego...—sigue rápidamente los pasos de Jungkook, tropezando con su hombro como medio de reproche por aquella escena que le ha hecho pasar. Cruzan un pasillo—¿Lista VIP? ¿En serio? No tenías que hacer eso, qué vergüenza... No vendré más nunca aquí—amenaza ceñudo, adelantándose un par de pasos sin saber realmente a dónde va.

-Eres mi novio—detiene su andar con cariño. Al haber pocas personas adyacentes, se toma el atrevimiento de entrelazar sus dedos con los propios. Otra vez las mejillas del chico se encienden—tarde o temprano todos lo sabrán, deben tratarte con respeto por ser mi pareja—al distinguir aquel martirio en Taehyung, se acerca lo suficiente para besar fugazmente su frente—realmente no pretendo mantenerte oculto en una habitación, Tae. Sé no es el momento de hacerlo, pero pasará. No quiero que esto te abrume o sientas miedo por todo lo que dirán de nosotros... Lo importante es que estemos juntos—responde suave, ocupando un instante después el elevador que no tardó en llegar al estar dispuesto solo para los altos cargos.

-¿Eso no te traería problemas con la empresa? ¿La reputación no se vería comprometida? Ambos sabemos que no es bien visto una relación entre hombres en esta sociedad—farfulla, fijándose en el desastre que está vuelto gracias a las paredes espejadas del ascensor. Bellísima primera impresión—no quiero perjudicar tu imagen, podemos mantenernos así... No tengo ningún problema, Jungkook.

-Podríamos... Pero no quiero que sea así—explica, abrazando por la espalda como deseó hacerlo desde que lo vio tan solito y empapado en la recepción. 

Su pequeño es tan dulce, tan bueno, que no cree que pueda resistir demasiado el mantenerse silencioso respecto a su relación. Se siente orgullo, no porque sea joven o bonito, sino porque es una persona increíblemente inteligente, audaz, valeroso, y sensible. Adora lo que son cuando están juntos y separados. ¿Por qué negarse la libertad después de tanta lucha?

-Quiero ser completamente libre, Tae. Poder salir contigo de la mano sin miedo a que nos vean, o me reconozcan. Quiero... Una relación estable, que sea basada en la confianza, que no tengamos temor de ser juzgados por nada. El paso más difícil ya fue dado, YeonJun ya lo sabe, Ji Woo también. Tu padre. ¿Acaso importa el resto del mundo?

Suspira.

-Si lo dices de esa forma... Supongo que no—concede suave, girándose lo suficiente para poder tomar sus labios en un escaso beso. 

Esos delgados labios sobre los suyos es todo lo correcto de este mundo, aquellas manos en su cintura presionando con delicadeza contra su propio cuerpo, su calor entrelazándose, sus lenguas tocándose. Un pequeño sonido después, anuncia que han llegado al piso que les corresponde. Por suerte nadie espera el ascensor en este piso o sería verdaderamente vergonzoso que los hayan encontrado en medio de un contacto tan personal

-Creo que hemos llegado—menciona al distinguir las nulas intenciones de soltarlo por parte de Jungkook.

-Un poco más...

-Kook~

-Bien, bien, lo que diga mi pequeño. Ven, es por aquí—guía, con una sonrisa encantadora luego de robar otro pequeño beso de sus labios al salir.

Taehyung a pesar de querer dejar de caminar por toda aquella elegancia que sus ojos están presenciando por primera vez, no lo hace, sigue a la par con Jungkook que parece ya tan acostumbrado a todo, que no le halla lo encantadoramente perfecto que es. 

A pesar de ello, sigue observado todo lo que puede para poder grabarlo en su memoria. El piso de porcelanato es de un tono blanco, las paredes tan altas parecen ser de mármol gris, los ventanales tan pulcros y con una vista tan hermosa como aterradora, volviéndola hipnotizante por el estado del clima. Los sillones parecen nuevos, las alfombras beige, las amplios floreros con arreglos gigantes.... Oh, Dios mío. ¿Esto acaso es solo la recepción de la vicepresidencia?

-El presidente es quisquillosa con la remodelación, dice que la primera impresión siempre debe ser la más importante, porque de ese modo se pueden ganar más contratos. Él no es demasiado modesto con la imagen de la empresa, es una persona que confía más en lo material que en el propio talento humano—niega disconforme de aquello—por eso nos llevamos tan bien, somos como una balanza que ha mantenido esto a flote por años.

-Uh... Eso es ciertamente inquietante—opina el chico, acercándose más a Jungkook con miedo de ensuciar algo con su sola presencia—pero no puedo negar que todo es hermoso.

-Es vacío y silencioso—farfulla él en cambio, abriendo una puerta grande que los lleva a un espacio más pequeño que el anterior, pero con la misma elegancia y pulcritud. Allí hay un escritorio grande donde una muchacha bastante hermosa parece concentrada en pintar sus uñas de un tono oscuro. Jungkook gira los ojos—HyoJung, ¿Qué te he dicho de pintar tus uñas en horario laboral?

-¡Jefe!—se queja ella repentinamente, mirando que su dedo fue manchado por el susto dado. Va a quejarse, pero entonces su atención recae en un lindo chico rubio con grandes ojos casi detrás de Jungkook y no puedo evitar quedarse sin aliento por su sola presencia. ¡ES TAN HERMOSO! Se coloca de pie, saludando formalmente con una venia. Taehyung hace lo propio, pegándose a la espalda del mayor. ¡¿Qué es esto?! ¡¿Acaso es un niño pequeño miedoso?!—Uh... Bienvenido.

-Hola, muchas gracias—dice bajo, separándose lo suficiente de Jungkook para no sentir vergüenza de su comportamiento retraído.

-HyoJung como ya sabes, él es Kim Taehyung... Mi novio. Tae, ella Choi HyoJung mi asesora personal, y cercana amiga—ambos intercambian miradas, ahora el rubio dándole una sonrisa avergonzada por ser presentado como su novio. ¿Qué es esa sensación? ¿Felicidad acaso?—Oh, él vendrá seguido. Ya he informado que tiene pase inmediato, así que encárgate de que su acceso personalizado esté listo para esta misma tarde, por favor. Uh, no recibiré a nadie por lo que resta de día, quien venga informa que estoy reunido y no deseo ser molestado—ella asiente sin réplica.

 Ambas personas cruzan el recinto para meterse en la oficina de su jefe después de intercambiar un par de miradas más.

-Oh dios, es tan bonito... ¡Sus mejillitas estaban tan rojas!—chilla para sí misma, yendo contra el escritorio sin fuerzas. Su debilidad son las cositas bonitas, sean hombres o mujeres, tiene una debilidad por personas lindas que parecen gatitos peluditos que merecen ser acariciados—Oh, Jungkook es tan afortunado. No es justo que tenga alguien tan bonito y que yo no pase de la segunda cita con alguien... Quiero un novio—pucherea fastidiada, sin ganas de trabajar. Más bien, no trabajará tampoco.

-Supongo que deberías de elegir mejor tus pretendientes—aquella voz hace que se acomode correctamente en su asiento para mirar de mala gana a BoGum, que como siempre, viste impecablemente bien. Incluso así, no le resulta para nada agradable su presencia en ese lugar después de lo sucedido entre ellos. Coloca los ojos en blanco—¿He dicho algo malo? Vamos, HyoJung. Debes aceptar que tengo razón, tus últimos pretendientes no son tan buenos. ¿Lee de publicidad? ¿En serio? No tiene nada de atractivo.

-No hablaré de él contigo, pero mencionaré que al menos tuvo la decencia de quedarse conmigo hasta que amaneciera—menciona entre dientes, rebuscando en sus gavetas el sello de recibido para los documentos que el hombre siempre trae para Jungkook—pero eso es pasado, olvidado y pisado—corta con una sonrisa—¿Qué traes para hoy? Si son propuestas, llévatelas, no habrá reconsideración de ningún tipo.

-No veo el por qué sigues molesta por eso, dijimos que era cosa de una noche—aclara él, con fastidio— Y sobre el trabajo, esto va para el Sr. Jeon, debo entregarle estos documentos personalmente. Son importantes.

-Está reunido. Pidió explícitamente que no lo molestaran.

-Oh, vamos.



...



-¿Y...?

-Umm está delicioso—Jungkook va contra el respaldo de la silla para poder tomar gozoso su calentito té de valeriana preparado directamente de un ángel, Kim Taehyung es su completo ángel, de no serlo, muy posiblemente no recordara su debilidad por este relajante natural. 

Cierra sus ojos percibiendo el adictivo olor, con aquella sonrisa en los labios que le indica al rubio que hizo bien en hacer un poco antes de salir de casa. Quiere dar saltitos alegres por haber comprado todo aquel té, bien había escuchado que se estaba escaseando por ahí, y luego de oír las quejas de Jungkook respecto a la manzanilla, no le queda duda de que fuera verdad.

-Tu oficina es... Diferente al resto del lugar—finalmente comenta, escuchando un ronroneo de parte del mayor. Permitiendo que tenga su momento de relajación, Taehyung continúa secando su cabello con aquella toalla de mano que pudo obtener del baño privado del hombre, que por cierto, está en una habitación que la propia oficina posee. ¿Desde cuándo las oficinas tienen habitaciones? No lo sabe, pero eso le resulta bastante extraño...—es como tu despacho, tiene esa calidez que me hace saber que estoy en un lugar que te pertenece solo a ti. Sencilla, pero no sin dejar verse elegante. Los tonos oscuros dan ese punto de distinción, único, que el resto de la empresa no posee.

-SeungWon dijo que era decadente la decoración, anticuada, que no reflejaba nada de lo que ha querido mostrar con el resto del edificio—se queja bajo, dejando la taza de cerámica con bonito filo dorado a un lado, para seguir con cuidado como Taehyung va curioseando por toda la oficina. —obviamente le dije que no dejaría que remodelara mi lugar, me gusta como permanece a través del tiempo. Se siente como una segunda casa.

Este preciso momento le trae muy buenos recuerdos de cuando lo conoció, cuando indagó sobre los dibujos de KemBung o el recordatorio en piedra. Fueron bonitos momentos, bonita la inquietud que nació desde ese día por él...

-¿Por eso la habitación?—susurra la pregunta sin querer darle la relevancia que tiene, al fijarse de pronto en una escultura diminuta en una de las distintas mesillas que por allí adornan. Jungkook que es bastante bueno leyendo a Taehyung, humedece sus labios pensativo, si debería de darle o no la connotación que llega a su cabeza por aquella forma en preguntar—es una amplia habitación... La cama debe ser cómoda, quizás pasaste mucho tiempo allí...

-Si tu pregunta va directamente a la posibilidad de haberme acostado con alguien justo en mi lugar de trabajo... Pues, debo recordarte que nunca había tenido relaciones sexuales con otra persona que no fuera Ji Woo, y ninguno de los dos sentíamos interés por intimar en lugares no adecuados—aclara nuevamente sin mucho rodeos, ganándose aquel puchero del chico que le hace saber que está arrepentido por la sola insinuación—¿No crees que te diga la verdad sobre ello?—cuestiona seriamente.

-Lo siento, no quise darte a entender eso—confiesa, dejando la toalla sobre su cabello ya seco para ir entre pasos indecisos a ocupar el puesto frente él, y así tener la posibilidad de ver directamente sus ojos negros al momento de hablar—es solo que... Mi mente se dirigió a una posibilidad absurda.

-Absurda cómo...

-Como que vi a la Sra. Jeon... Choi... Salir de aquí y ella no se veía precisamente "Bien" Entonces mi cabeza dedujo que posiblemente ustedes después de firmar el divorcio concluyeron las cosas de... Otra forma también—dice todo muy rápido, sin querer observar el rostro incrédulo que sabe tiene el mayor justo ahora que ha expuesto su pensar. Al no recibir palabra alguna con el pasar de los minutos, infla sus mejillas inconforme consigo mismo por ser tan tonto. ¡Pero que imaginación tiene!—lo siento, ahora que lo dije en voz alta se escucha más descabellado de lo que creí.

-Si bueno, es bastante... Espera, ¿Hablaste con Ji Woo?—indaga sorprendido, arreglándose en su silla debido a la impresión. El chico solo asiente sin desinflar las mejillas, recordando toda aquella inquietud que le poseyó cuando la vio a un par de metros. Todavía se siente un poco abrumado—Oh, espero que disculpes si llegó a decir algo que no debía... Ella está tratando de manejar esto de la forma más centrada posible, pero sigue siendo una persona con sentimientos lastimados. Pido disculpas.

-No dijo nada malo. Al contrario, mencionó cosas que resultan bastante alentadoras, Jungkook. La Sra. Choi es una buena mujer. Entiendo el motivo por el cual estabas a su lado, más allá de ser la mamá de tu hijo.

-Lo es, sí. Es una gran persona—certifica, recordando justo el momento en que plasmó su firma en las hojas y pudo verla salir de allí con un "Se feliz" Que le removió por completo el alma—hablando de ello... Antes de abandonar la oficina junto con el abogado, ella mencionó algo que deberías de saber, Taehyung. Ya que va directamente contigo—el chico eleva la mirada interrogante por aquel cambio en la atmósfera del lugar.

-¿Conmigo?

-YeonJun quiere verte.



PD: En donde trabajo, tanto el presidente como el vicepresidente de la empresa, poseen habitaciones en la oficina. Debido a que prácticamente viven allí por la cantidad de trabajo.  


-AlHanyG

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